BASTA YA….
(Abordando eso gris, que parece la teoría).
Una guerra alimenta otra guerra, es una rueda infernal.
La industria necesita nuevos incentivos, la guerra de Ucrania, o mejor dicho la invasión a Ucrania, va durmiendo sus efectos, y entonces surge un nuevo motivo para que la hoguera sea alimentada, el mundo resiste, es posible.
No sé, pero a nadie se le ocurre, juntar a lo mejor del mundo para parar esto. Por ahora es una utopía, cada cual cuida su chacrita, más allá de las fronteras es eso, un más allá de las fronteras y nuestra acción no tiene posibilidades de incidir.
En diciembre del 2008 a través del Instituto Uruguay- EE.UU. dirigí una carta al entonces Presidente electo, Barack Obama a punto de asumir. Nunca recibí respuesta, ni siquiera sé si le llegó.
Lo mismo luego que asumiera el actual Papa Francisco le agregué algunos conceptos e intenté hacerle conocer la carta enviada a Obama. Tampoco sé si le llegó o no.
No importa mi nombre, soy uno más en la colmena humana, lo que importa es que existe la posibilidad de un cambio radical en la realidad del mundo, y hoy se está poniendo en peligro la propia existencia de la humanidad con la continuidad de una guerra que debe pararse ya.
Por supuesto que mi argumento está alimentado de razones ideológicas, la más importante: la predominancia del modo de producción capitalista está llegando al límite de lo posible, y debemos hacer todo lo posible para que muera en paz.
Estos son los documentos sobre los cuales sigo sin respuesta:
CARTA AL PAPA FRANCISCO I.-
En oportunidad de la asunción a la Presidencia de EE.UU. del señor Barack Obama, y cuando aún era Presidente electo le dirigí una carta a través del Instituto Uruguay-EE.UU, expresando el deseo de un buen gobierno y a la vez sugiriendo ideas sobre cómo abordar la tremenda crisis que el mundo ya comenzaba a vivir con intensidad.
Mi intención desde mi modestia como ser humano era intentar interesarlo en que hoy el mundo puede debatir y resolver temas que cambiarían sustancialmente el rumbo de la humanidad, y desde su alta investidura el abrir ese debate significaría un aporte invalorable a una salida humana de progreso.
Hoy cuando un hombre de origen argentino, país con el mío con el cual prácticamente compartimos todo, desde un mate a un partido de futbol, llega a la más alta magistratura de la iglesia católica cristiana, me pareció atinado trasmitirle mis inquietudes con la esperanza de que ello contribuya a habilitar una vía en la cual trabajar hacia la solución de los problemas hoy terriblemente globalizados.
No soy lo que se puede llamar un creyente, aunque fui bautizado pues mi madre María si lo era y mi padre carpintero independiente, su segundo nombre José, aceptó la sugerencia de mi madre en ese sentido. Si bien su educación era muy elemental, 3er. Año de escuela, su preocupación porque sus hijos estudiaran y conocieran el saber humano me fue trasmitido con mucho contenido.
Conocí la humildad de la vida, el respeto por todas las ideas que parten a su vez del respeto hacia todos los seres humanos. Siempre valoré a Cristo como un ser humano excepcional cuyas enseñanzas tienen un valor inmenso, valor que he visto reflejado en todos los niveles de la sociedad en aquellos que buscan servir al conjunto de la sociedad.
Todo lo demás lo dice en una apretada síntesis la carta enviada al Presidente Obama, aún sin respuesta:
Montevideo, 11 de diciembre de 2008.
Señor Presidente Electo
de los Estados Unidos de
Norte América.
Don Barack Obama
Presente.
Con mi mayor estima:
En mi condición de ciudadano de Uruguay, nacido en Paysandú hace 69 años, con 38 años de trabajo bancario ahora jubilado, y desempeñándome actualmente como Consejero Secretario Adjunto del Consejo Honorario de la Caja de Jubilaciones y Pensiones Bancarias, con una extensa actividad militante, política y sindical en el ámbito de mi país, hijo mayor de un humilde carpintero, me tomo el atrevimiento que espero sepa disculpar, de dirigirme a Ud.
En primer lugar para desearle el mejor gobierno posible, por su pueblo y por todos los pueblos del mundo.
No es mi deseo reclamar ni reivindicar nada. Todo lo que ha vivido la humanidad es importante; seguramente estudiosos de todas las ramas del saber científico encontrarán en ellas material para ayudarnos a transitar el futuro y harán justicia con cada uno de los hechos ocurridos y transcurridos.
Pero mi intención es llegar a Ud. para señalarle algunos aspectos que considero fundamentales para que la humanidad supere esta crisis que sin duda es la mayor de la historia.
Hay gentes que lo tienen todo claro; de un lado están los buenos y del otro los malos.- No es mi caso. Pero sí creo que las circunstancias nos ponen a cada uno en situaciones de decidir, como en su caso, la suerte de millones de seres humanos.
Así como un médico debe decidir la suerte de su paciente, el Presidente de los EE.UU., decide con sus acciones la suerte de millones de seres humanos en el planeta.
Mi preocupación es qué debe y qué puede hacer Ud. para cambiar en beneficio de la gente una situación tremendamente crítica de un avance prodigioso en materia científica en medio de la mayor crisis de la historia.-
Permítame pues en medio de la incredulidad de la inmensa mayoría de la inteligencia moderna, proponerle dos medidas que para mí son sustanciales para un giro en la historia humana.
Una, la necesidad de un signo monetario único universal, aspiración de Lord Keynes a la salida de la segunda guerra mundial.- Así como existe universalmente el metro, el kilo, el litro, debe existir una unidad monetaria única.
Sé que lograr esto es una dura batalla, pero vale la pena encararla, sobre todo para los pobres del mundo, que son en última instancia los que no tienen medios para defenderse de su manejo y resultan ser las víctimas de sus ajustes.-
La segunda, directamente vinculada con la primera, es la necesidad de cambiar radicalmente los sistemas impositivos del mundo.- La revolución técnico-científica permite hoy registrar totalmente los movimientos de dinero, y es sobre ellos que hay que aplicar la carga tributaria y eliminar los impuestos al consumo y al trabajo.-
Los inmensos recursos genuinos que este cambio impositivo genere podrán ser utilizados en beneficio de la humanidad y con la intervención democrática de la sociedad. Se estará entonces en condiciones de transformar en jardines, lo que hoy son las residencias donde padecen la mayor parte de nuestros hermanos. Se estará en condiciones de transformar la vida humana.
Claro está que para la aplicación de estas medidas necesitamos más que nunca afirmar una política plena de paz y democracia, de desarrollo de todas las instituciones que la sociedad se ha ido dando a través de su avance.
Estas medidas son las centrales, todo lo demás gira en torno a ellas; los paraísos fiscales, el lavado de dinero, la droga, la corrupción, la guerra, todas las formas de esclavitud, podrán ser controladas y superadas si el pueblo tiene estos instrumentos fundamentales para avanzar.-
La tremenda amenaza que para el mundo significa la actual crisis económica, con la fractura social más grande de la historia, que impide el acceso de gran parte de la humanidad a los formidables avances que se han dado en todos los campos del conocimiento, sólo puede revertirse volviendo a la economía real.
El ejercicio pleno de la libertad humana parte del equilibrio y la justicia del sistema económico, hoy como nunca antes en la historia humana un Presidente de EE.UU., está en condiciones de dar pasos para un giro gigantesco en la historia de la humanidad.
He escuchado y leído sus discursos, creo en su palabra, y sobretodo en la emoción de su pueblo que también es el mío en tanto ciudadanos del mundo.
Lo mejor está por venir.
Con todos mis respetos:
Jorge Aniceto Molinari
Montevideo, 9 de octubre de 2023