[:es]El derecho a criticar.[:]

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El derecho a criticar.

(Abordando eso gris, que parece la teoría).

El haber sido por muy poco tiempo universitario en mi juventud tal vez me restrinja el derecho a ser crítico con los universitarios de hoy. No me ocurre lo mismo con la militancia política que la he asumido en sus distintos niveles prácticamente desde que tengo uso de razón.

¿A qué quiero llegar? A que siento la necesidad de hacer una fuerte crítica a los sectores universitarios que tienen que ver con la ciencia política –no conozco que el fenómeno se extienda a otras disciplinas– por su falta de iniciativa para promover en la sociedad nuestra y en su vinculación con el mundo, el debate de los problemas graves que hoy se viven.

No escapa a mi conocimiento que en el mundo actual los motores generadores de ideas deberían ser los partidos políticos (en especial los llamados de ideas, aunque en definitiva todos deberían serlo) y que ello no está ocurriendo.

Tomemos el ejemplo de nuestro Partido Comunista, fundador del Frente Amplio, de la Central Sindical, participe activo bajo el liderazgo de Rodney Arismendi de la vida política de toda nuestra América. De activa incidencia además en la propia vida universitaria. Hoy es un partido nacional, sin opinión sobre cómo transcurre el desarrollo capitalista en el mundo. Tienen declaraciones donde ubican siempre el bando al que apoyan, pero todos sabemos que en política esa no es la enseñanza de los maestros y que no alcanza.

Nuestro Partido Comunista aún no reconoce que Lenin fue derrotado en 1924 y que la vida confirmó el juicio de José Batlle y Ordoñez a la muerte de Lenin. En que además Batlle valoró lo que significó para el pueblo ruso y para la humanidad el triunfo de esa revolución.

El no hacerlo le trae consecuencias como el de tener que explicar permanentemente por ejemplo la dictadura del proletariado, que para los maestros era la necesidad de los trabajadores de arrancar conquistas elementales para el desarrollo de su vida a la dictadura de la burguesía. En cosas tan elementales como por ejemplo acá, en el Uruguay reciente, la responsabilidad empresarial frente a los accidentes en el trabajo. Es cierto esa conquista se plasmó a través de la ley, ¿pero hubiera sido posible sin los trabajadores movilizados?

Los sectores conservadores de la sociedad admiten la organización de los trabajadores como una imposición de la que siempre buscan liberarse o de buscar sectorialmente de asociarlo a sus fines, cosa que muchas veces han logrado, a través de la burocratización del aparato sindical.

Confundir el trabajo de Lenin en el desarrollo de las libertades democráticas en el propio Estado soviético, e incluso en todo ese periodo de lucha ideológica en que combatió con las ideas de Trotsky sobre el comunismo de guerra (Trotsky reconoció luego su error) y de Bujarin sobre el socialismo a paso de tortuga, cuyo desarrollo teórico fuera tomado como propio por Stalin en el texto «Cuestiones del leninismo» –Stalin era incapaz de desarrollar un planteo teórico de esa entidad– que culminaron también con el asesinato del propio Bujarin, y el desarrollo a ultranza del capitalismo de estado. Recordemos que Lenin en sus análisis le daba al capitalismo de estado un valor coyuntural, necesario para salvar el aparato productivo de la destrucción de la burguesía.

Trotsky, uno de los grandes líderes de esa revolución y uno de los perseguidos hasta el asesinato por Stalin, siempre supo diferenciar la dirección enfermiza de ese Estado de lo que significaba la Unión Soviética como conquista para la humanidad, como sustento para otras revoluciones, y para llegar a lo que es hoy, en que el desarrollo capitalista, con su predominancia en una crisis irreversible, a tener a China gobernada por un Partido Comunista como el nuevo centro de su actividad actual. Liderando además el libre comercio mundial que fue lo que en sus inicios (el comercio) dio origen a la etapa capitalista de la humanidad y a la superación del feudalismo.

Hoy no hay una explicación a esto, y ello se siente también en el ambiente universitario y no solo ahí, en las investigaciones, en la actividad de las distintas cátedras. No es lo mismo reunir datos e investigar que tener la iniciativa de caminos a recorrer. A esto están referidos en gran parte los aportes de Antonio Gramsci. No es otra cosa la hegemonía de la que él habla.

Es muy común escuchar y leer opiniones en las que se dice, por ejemplo: hay que juntarse y estudiar un camino para la crisis de la seguridad social.

Y está bien. Ahora eso no es lo más importante, lo más importante es tener una posición y jugarse documentada por ella, sin la cual las reuniones, los congresos, las conferencias transcurren sin consecuencia.

Es cierto para ello se necesita estudio, certezas, intercambios, pero el problema es pegar el salto y jugarse por una posición, eso hacían los maestros, eso hacía Batlle, Quijano, Seregni, Arismendi.

Eso es lo que explica la necesidad de la lucha de tendencias en cualquier organización que tenga vida activa. Trotsky explicaba que esto es necesario como el aire que respiramos, donde también absorbemos toxinas pero si dejamos de respirar morimos.

El capitalismo en sus inicios también fue pujante, y continuó, conquistando todo el planeta, en su predominancia la humanidad ha conocido avances increíbles, la rentabilidad lo explicaba todo y el mercado regulaba esa rentabilidad que era la madre de todas las realizaciones.

El llegar a los límites posibles trae como consecuencia que esa rentabilidad, comienza a agostarse, y con ello el crecimiento de todas las lacras de la decadencia, uno de cuyos ejemplos más dramático es el permanente crecimiento de los paraísos fiscales, el endeudamiento frenético de los Estados, la industria de la guerra, los juegos, la droga. La corrupción comienza a ser una necesidad para la subsistencia del sistema, una especie de opio. En eso cayó Lula, Correa, la propia Cristina, y podríamos seguir. Muchos de los juicios contra ellos son inventados por la propia corrupción capitalista, como está saltando hoy en cada uno de estos Estados. También ha pasado y pasa en nuestro Uruguay con otra intensidad y tal vez con otro traqueteo.

Una de las críticas más comunes es de que la izquierda gobernando también es corrupta, o de que no ha podido gobernar sin corrupción y es correcta la crítica, salvo que la humanidad no ha salido del capitalismo y de él no se puede salir por Estados. Con el agravante de que el gobierno de la economía del mundo ya no radica en los Estados.

Es aquí donde llegamos al meollo del asunto.

Chávez nos dijo en una oportunidad: la campaña electoral que me llevó a la Presidencia de la república de Venezuela la financió el Zar de las comunicaciones Cisneros. Ganadas las elecciones se presentó Cisneros ante Chávez y le dijo: «los ministros van a ser tal y cual», a lo que Chávez respondió: «el Presidente soy yo y a los ministros los designo yo», y ahí comenzó otra historia que Uds. Conocen.

Se está dando un fenómeno democrático formidable en México con Andrés Manuel López Obrador. Ahora la económica está estancada o tiende a estancarse. La derecha espera su momento porque las contradicciones de esta sociedad son enormes.

Entonces no hay nada más importante –no importa el lugar desde donde desarrolle la actividad– para quién siente la causa de la humanidad, que ayudar a preservar lo conquistado, sabiendo a la vez que ello no va a ser posible si no se avanza en un programa de transición que permita a la humanidad ayudar a la predominancia del modo de producción capitalista a morir en paz.

Jorge Aniceto Molinari.
Montevideo, 24 de Agosto de 2019.

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[:es]El impuesto al valor agregado.[:]

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El impuesto al valor agregado.

(Abordando eso gris, que parece la teoría).

Ese gran tema: los impuestos. De entrada para que no haya dudas vamos a cortar grueso: todos los sistemas impositivos que hoy existen en el mundo son de derecha.

Entendiendo por derecha la política que predomina beneficiando a determinados sectores en detrimento de los más.

No podría ser de otra manera porque el modo de producción que predomina es el capitalista, y el objetivo impositivo es contribuir a su desarrollo, también en los proyectos que aún perduran de capitalismo de Estado.

En otro periodo de la historia en que el capitalismo necesitaba de la acumulación para desarrollarse en la inversión, la política de izquierda era plasmar conquistas sociales que obligaran a los capitalistas en general, a tener en cuenta ese proceso.

Ahora digámoslo con claridad, esa fue la razón tal vez más importante de que el centro del capitalismo se desplazara del Reino Unido a EE.UU. y hoy a China. El inversor capitalista no cambió su carácter y siempre va buscando la menor resistencia social aunque hoy en China sabe qué el país está gobernado por el Partido Comunista y la duda que nos queda y resolverá la historia es si los líderes del PC Chino, en su praxis son plenamente conscientes o no de ello.

Por eso cuando un gobernante nos dice que su propuesta impositiva es justa –algunos le agregan que es de izquierda– o se engaña o nos está tratando de engañar.

El impuesto al valor agregado más conocido como IVA, o con otras denominaciones según el país en que se aplica, es el impuesto al consumo, que en el Uruguay cuando la crisis del 2001-2002 llegó al 27% sobre el valor nominal de la mercadería.

En esa etapa la evasión y elusión impositiva superaba el 40% de la actividad económica, era muy común la existencia de estudios jurídicos, notariales, contables, especializados en eludir su pago. Aprovechaban la falta de controles y la actividad fraudulenta para llevar tres tipos de contabilidades por empresa, una para declarar ante la Dirección General Impositiva, otra ante el Banco de Previsión social y finalmente una verdadera para saber realmente lo que pasaba en la empresa. Las dos primeras iban dirigidas a la evasión o elusión en cada uno de esos institutos.

En el Uruguay por ejemplo, los impuestos fundamentales, porque abarcan la mayor parte de lo recaudado, son precisamente provenientes de la imposición al consumo, los sueldos y las pensiones. Y se señala que el objetivo de no gravar al capital tiene como destino estimular la inversión y por lo tanto la creación de puestos de trabajo, punto crítico del desarrollo económico actual. El capitalista incluye los impuestos en el costo de la producción, forman parte de la evaluación de la rentabilidad o no de la actividad, y cuando esta no se da se van.

Las llamadas clases medias asalariadas o cuenta propistas, que no puedan evadir impuestos, –siempre hay especialistas en el sistema para intentar hacerlo– son las más castigadas, que por supuesto no tienen la movilidad del gran capital, que cuando siente que puede ser gravado huye hacia otros horizontes. También lo hemos visto en distintas etapas de la vida política de los distintos países con el abandono emigratorio de sectores profesionales o altamente especializados. Son los que también comentan que «el país es caro».

En un capitalismo de Estado, más allá de los títulos pomposos que el mismo tenga, «socialismo real», «socialismo del siglo XXI», más allá de las mejores intenciones, la injusticia del sistema impositivo tiene más directa relación con la moneda, donde los que manejan el poder tienen una y el pueblo otra. No decimos que se pueda hacer otra cosa, estamos explicando el por qué en esta etapa de la predominancia del modo de producción capitalista en el mundo, todos los sistemas impositivos encierran una concepción de derecha en tanto no se lucha para terminar en paz con la predominancia capitalista y poder encarar en el mundo un sistema impositivo basado en la circulación del dinero, que de otra manera no es posible.

Por eso nos parece hipócrita la actitud de la derecha, cuando en su persecución política habla de la ruta del dinero K, cuando en el Uruguay, el de las SAFI (Sociedades anónimas financieras), han existido y existen rutas de dinero que el país ha aprovechado, –muchas veces no tan bien como en el proceso de la crisis del 2001–, para que algo de eso quede en el país y genere trabajo, como supieron aprovechar de la coyuntura en una primera etapa los gobiernos del Frente Amplio.

De esto por lo general no se habla, como por ejemplo del novedoso impuesto aplicado por el gobierno de Macri en la Argentina a las exportaciones, en que por cada dólar exportado, el exportador paga una imposición fija en «pesos argentinos», es decir es un incentivo a la permanente devaluación del peso argentino que es en el que se cobran los sueldos y las pensiones. Es la concreción diabólica del sueño del ajuste permanente a los sectores dependientes de un ingreso fijo y en esa moneda. Ya aparecen comercios –carnicerías en Córdoba– que expenden sus productos al público en dólares.

Tal vez sea por eso la preocupación del Fondo Monetario y las constantes misiones, pues lo que para ellos es un peligro: la eliminación lisa y llana –como ocurrió en su momento en Ecuador– de la moneda nacional puede volver a ocurrir. El ataque al nivel de vida del pueblo argentino es brutal, lo que también preocupa al comando sur del ejército de EE.UU. por lo que una reacción frente a esto puede provocar en las fuerzas armadas argentinas por la tradición de sectores nacionalistas no atados a los imperialismo de turno, el inglés y luego el norteamericano, esté hoy asumiendo su función de gendarme de los complejos empresariales multinacionales que en pugna gobiernan el mundo. La Argentina de hoy es el de las bases militares de EE.UU, lo que afecta a la moral de su ejército.

Hoy que un país se dolarice y elimine su moneda nacional, no es ninguna afrenta a su soberanía, en el mundo el país más endeudado en dólares es EE.UU. y el país con mayor reservas en dólares es quién se va constituyendo en el centro del capitalismo mundial: China; lo que en economía política se estudió en su momento de la ventaja del señoreaje (la emisión de una moneda propia) ya prácticamente no existe.

Sostenemos que el mundo debe ir a una unidad monetaria única y universal, pero cuando hay países donde se esquilma al pueblo con un manejo por un lado del dólar y por otro de la moneda nacional, el que se hable un mismo lenguaje económico siempre es mejor para la gente.

En el Uruguay por esta razón no existen economistas partidarios opositores y aún de los otros, que propongan un cambio impositivo. Hablan de achicar el Estado, de achicar su asistencia, de poner trabas a los Consejos de Salarios.

El concepto de derecha con que se aplican los impuestos en el mundo colma sus expectativas y cargan sus dardos en estos centros y a la vez contra aquellos países que llaman populistas y responden a las necesidades populares, que por lo general al operar en el mercado capitalista muestran dificultades de gestión y corrupción para hacer algo diferente a lo que han sido las gestiones y prácticas corruptas en el hacer capitalista.

El desafío sigue siendo en la izquierda, aquí y en todo el mundo, el de abrir el debate en algo que se discute por parcelas y sin abordar el fondo del problema, que está estrechamente ligado a la caracterización de la crisis actual del sistema predominante y el programa necesario para poder encararla con beneficio para la humanidad.

En recientes declaraciones el prestigioso economista Cr. Enrique Iglesias destaca los valores de la política económica del Estado uruguayo, ubicándola en ese contexto cada vez más incierto de la economía mundial. Sin embargo también el omite caracterizar la crisis. Está faltando audacia para abrir el análisis a medidas que cada vez son más necesarias por el porvenir ecuménico.

Jorge Aniceto Molinari.
Lavalleja, 17 de setiembre de 2018.

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[:es]Lo individual y lo colectivo en Hoenir Sarthou.[:]

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Lo individual y lo colectivo en Hoenir Sarthou.

(Abordando eso gris, que parece la teoría).

En un editorial de «Voces», Sarthou hace el siguiente razonamiento, lo adjunto y luego lo comento.

Lula y la muchacha del metro por Hoenir Sarthou.

La anécdota le ocurrió a una persona que conozco en uno de esos países que nos resultan remotos y culturalmente incomprensibles. Pongamos que fue en Suecia o en Noruega, no recuerdo bien. El hombre –uruguayo él– estaba en el metro y observó que, entre los molinetes que, previa introducción de una ficha de determinado valor, permitían el acceso a la zona de abordaje de los trenes, había una entrada libre, sin molinete o con molinete gratuito. Sin embargo, nadie pasaba por esa entrada. Todos introducían su ficha y pasaban por los molinetes pagos. Intrigado, se dirigió a una chica que limpiaba o cumplía no sé qué función en el lugar (nada cuesta imaginar la cara ancha, el cuerpo robusto, el pelo rubio y la sonrisa candorosa, casi al punto de parecer tonta).

Disculpe, ¿para qué es esa entrada?–

La muchacha lo miró sorprendida, sonrió con mayor candor aun y dijo con naturalidad.

Para que pasen los que no tienen dinero.–

El uruguayo no contestó enseguida. Le llevó varios segundos digerir la respuesta y confrontarla con sus instintos rioplatenses.

Pero… –dijo al fin, intrigado- ¿Cómo evitan que entren por ahí personas que tienen dinero pero no quieren pagar?–

La muchacha volvió a sonreír con cierta inquietud o desconcierto. Arqueó una ceja. Parecía sorprendida. Finalmente dijo con extrañeza:

¿Y por qué alguien iba a querer hacer eso?–


En Brasil, a muchos kilómetros de distancia, el ex presidente Lula está preso. Se lo acusa de muchas cosas, pero está preso por un apartamento lujoso que la fiscalía afirma le fue regalado por la empresa Odebrecht y que Lula y sus partidarios afirman que nunca fue de Lula.

En Brasil pasaron y pasan muchas otras cosas. Tienen un presidente sobre el que pesan acusaciones penales tan o más graves que las de Lula. Es algo común en Brasil, donde tres cuartas partes de los integrantes del sistema político tienen procesos penales abiertos.

Durante los gobiernos de Lula y de Dilma Rousseff ocurrió el «mensalao», por el que casi todos los legisladores cobraron grandes coimas mensuales por votar lo que el gobierno quería, y, más importante aún, ocurrió el multimillonario vaciamiento de Petrobras.

Sin embargo, todos discuten sobre el apartamento de Lula. La fiscalía lo acusa en base al testimonio de los directivos de Odebrecht, que están presos y recibieron promesas de aligerar sus condenas a cambio de sus testimonios. Por su parte, Lula, el PT y sus aliados del oficialismo uruguayo sostienen que hay una conspiración de la derecha para desplazar a los progresismos del Continente, lo cual también puede ser cierto, dependiendo de qué entendamos por «derecha».

Entiendo que judicialmente sea importante saber si Lula se llevó reales, dólares o apartamentos al bolsillo, así como si realmente Dilma no se los llevó. Pero, desde el punto de vista político, es casi irrelevante. Dados el «mensalao» y la ruina de Petrobras, mediante contratos truchos, ¿qué importa si se guardaron la plata o sólo la usaron para comprar votos y financiar campañas políticas?

El efecto social es tan devastador en un caso como en otro. Al punto que discutir sobre el apartamento es casi hacerle un favor a Lula y –claro– también a Temer y a sus socios, que, entre otras cosas, parecen haber estado en primera fila en la nómina del «mensalao».


Como se darán cuenta, paso muy por arribita sobre el tema «Brasil». Es que, cuanta más información intento reunir, más me cuesta conocer los vericuetos de ese monstruo de país.

En otras palabras, escribo para compartir interrogantes más que para comunicar certezas.

Por ejemplo, ¿qué papel juega el sistema de justicia brasileño en esta historia? ¿Es una corporación autárquica acometiendo con mesianismo una función depuradora? ¿Son creíbles esa autonomía y esa limpieza en medio de un sistema institucional y empresarial de corrupción generalizada?

En caso contrario, ¿con qué respaldo actúa? ¿Quién está interesado en el descabezamiento del sistema político y de algunas empresas que, como Odebrecht, se habían comido al Estado y empezaban a comerse al mundo? ¿La oligarquía tradicional que se siente desplazada? ¿Intereses transnacionales? ¿Una mezcla de ambos?


¿La corrupción está destinada a ser la tumba de los «progresismos» latinoamericanos?

Desde una perspectiva de izquierda, es muy tentador sostener que la crisis que amenaza a los progresismos se explica por la esencial inviabilidad de su proyecto: conciliar la instalación del modelo económico global con la aplicación de políticas sociales distributivas, asistencialistas y clientelares.

Es tentador porque en buena medida es verdad. Los proyectos progresistas, teniendo el control del Estado, abren las puertas a la inversión extranjera, exprimen a los sectores productivos y a las capas medias nacionales y, en compensación, mejoran los salarios de los trabajadores sindicalizados y captan con políticas sociales asistencialistas a los sectores sociales pobres y semi marginales.

Obviamente, ese proyecto es, por definición, inestable. Lo es porque la inversión extranjera viene a condición de no aportar impuestos, tener acceso a recursos naturales a bajo costo y no ceñirse a ninguna estrategia nacional. Entonces, tarde o temprano, el dinero no alcanza para pagar la fiesta de la burocracia estatal progresista y, a la vez, asegurar los salarios de los trabajadores sindicalizados, costear la salud y la educación públicas y seguir financiando políticas sociales.

Cuando eso ocurre, se produce una rebatiña. La desesperación por mantenerse en el gobierno lleva a endeudar al país, otorgar a inversores extranjeros concesiones insostenibles, recortar los presupuestos de salud, educación y seguridad social, comprar votos y apoyos, mentir en las cifras y datos estadísticos y desviar fondos para financiar publicidad y campañas electorales.

Los primeros en percibir la inestabilidad son los dirigentes y altos funcionarios del proyecto progresista. Y, en ese contexto, es muy fácil que se inclinen a «hacer la suya» antes de que todo se desmorone.


Decir eso es tentador. Pero no es toda la verdad.

Un gobierno corrupto no puede instalarse ni perdurar si la sociedad, de la que proviene y a la que gobierna, no comparte ciertas características culturales afines a la corrupción.

En el Uruguay, como en Brasil, aunque a nuestra escala, todos los días se denuncian y se descubren casos de corrupción en altas esferas de la administración pública.

Tengo la impresión de que esas denuncias no producen un efecto saneador. Por alguna razón, confirman que hay corrupción en lo grande y, de alguna manera, legitiman que la haya en lo chico.


Es una vieja tradición la de conjurar todos los males con un cambio de gobierno. La militancia política de todos los signos, desde siempre, presupone que su misión es llegar al gobierno para, desde allí, cambiar-mejorar a la sociedad en algún sentido. Quizá ese sea el paradigma que no funciona.

Una larga historia de revoluciones y cambios de gobierno, en América Latina, por no ir más lejos, indica que, más temprano que tarde, las ilusiones de cambio social naufragan en un mar de decepciones, «achanchamientos», «vivezas» individuales, corrupción y autoritarismo.


Pienso en esa muchacha nórdica que no comprendía la razón por la que alguien quisiera acceder al metro sin pagar entrada.

Sí, claro, probablemente sea el resultado de una sociedad rica, en la que «avivarse» resulte una actitud inexplicable o estúpida. Pero tal vez detrás de esa aparente ingenuidad esté la noción de que la «viveza» individual generalizada es en realidad estupidez colectiva.

Durante mucho tiempo pensé que ese estado de espíritu sólo podría producirse tras un cambio social y económico que asegurara a todos condiciones aceptables de vida.

Hoy tengo dudas. Me pregunto si la lucha que tenemos por delante es política, como se ha creído por tanto tiempo, o si es ante todo cultural.

En un mundo en qué términos como trabajo, salario, crecimiento, desarrollo, energía, poder, comunicación y educación van a resignificarse, la pregunta se vuelve cada vez más pertinente.

Mi comentario:

El razonamiento es impecable, cambias al individuo y cambia la sociedad.- Desde el punto de vista idealista es así, cada uno es dueño de su propio destino y con su voluntad puede llegar o no a los fines que se proponga en la vida. Hasta aquí hay similitud con los razonamientos que han llamado la atención en todo el mundo del ex Presidente José Mujica.

Nosotros por otra parte respetando todos los puntos de vista, por su origen humano, partimos de otra forma de razonar, nuestro método es el materialismo histórico.

Esto quiere decir que las conductas humanas tomadas individualmente y colectivamente más allá de circunstancias coyunturales –que siempre hay que tener en cuenta son productos del desarrollo material de las sociedades humanas, que nacen, se desarrollan y mueren, y como además nos acontece a nosotros.

Ignorar esto supone pasar la comprensión de los fenómenos sociales, no al análisis global del proceso sino a la responsabilidad individual de cada uno. La gente individualmente pasa a ser la responsable de lo que está pasando.

Entonces los puntos de un programa para ayudar a la actual predominancia capitalista a morir en paz, pasan a ser los puntos de programa para realizar un proyecto propio y nacional, en que la economía puede ser manejada (estatizada) con consecuencias favorables para la gente. Y aún que funcionó en una etapa de la historia sobre la derrota de Lenin, a la larga conducen a una vía muerta.

Por eso Mujica no volvió sobre lo que dijo en la ONU, hasta ahora ha demostrado que ese discurso está fuera de esta lógica que venimos analizando en Sarthou.

Jorge Aniceto Molinari.
Montevideo, 13 de abril de 2018.

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Marxista leninista.

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Marxista leninista.

(Abordando eso gris, que parece la teoría).

Jorge Aniceto Molinari.Me preguntaron si era marxista-leninista y mi respuesta no es sencilla.

Los que saben dicen que las huellas dactilares son exclusivas a cada persona en todo el planeta. A su vez sostengo que es evidente que no existen tampoco dos personas que piensen igual. Sin embargo el pensamiento humano es una elaboración que se expresa individualmente, producto de una conjunción imponente de conocimientos colectivos que se han ido acumulando a lo largo del tiempo. Con el agravante de que la más de las veces no somos conscientes de ello.

Esos conocimientos agrupados y organizados a través de distintas ciencias, han sido generalmente etiquetados, muchas veces etiquetados bien, otras mal, pero etiquetados la fin.

José Batlle y Ordóñez (1856-1929).La obra de Marx, de Engels, de Lenin, a la que podría agregar la de Trotsky, la de Gramsci, la de Rosa Luxemburgo, y tantos otros, es esencial si se quiere saber cómo han sido estos tiempos de predominancia del modo de producción capitalista sobre todo ahora que esa predominancia ha entrado en una crisis irreversible. En el Uruguay, el pensamiento de José Batlle y Ordoñez, de Carlos Quijano, de Rodney Arismendi, de Julio Rodríguez por citar algunos de los más destacados. José Batlle y Ordoñez, que yo sepa nunca acreditó su conocimiento del marxismo, sin embargo su nota en «El Día» ante la muerte de Lenin, sólo pudo ser realizada por alguien que conocía muy bien el pensamiento de Marx, y que además valorando a Lenin no tenía conocimientos directos de los problemas que éste estaba pasando en el momento de su muerte, precisamente con el curso que la revolución estaba tomando. Además su obra responde a un conocimiento de la organización social que aún hoy el país no ha superado.

Marx decía que él no era marxista, luego que le preguntaran sobre un grupo que si se decía marxista.

Lo importante es que lo escrito por ellos está y puede ser estudiado. Con Lenin, como también con Marx se conocieron en la época del stalinismo lo que se llamaron «las obras escogidas» que en su momento quisieron ser utilizadas para sustituir el estudio de toda la obra, sin embargo hay que precisar que los textos no fueron alterados y que los intelectuales soviéticos tuvieron la lealtad y el heroísmo de brindar a la humanidad los textos completos, en el caso de Lenin, 55 tomos, en los cuales es posible conocer todo su pensamiento, incluso textos en las que figuran las correcciones manuales de los propios autores. Si es cierto que algunos de ellos precisaron para ser conocidas, de la muerte de Stalin. No ocurrió lo mismo con fotos y otros documentos de la revolución y textos como la historia oficial del Partido Bolchevique difundida en la era stalinista, un verdadero compendio denigrante de falsificaciones.

Sin embargo y esa es nuestra responsabilidad, aún hoy se toman fragmentos de Marx, de Lenin y se los constituyen en una verdad aparte del conjunto de la obra, que es coherente en un todo y de una enorme profundidad.

Lenin escribió en 1916 «El imperialismo fase superior del capitalismo», obra en la que llega a la conclusión de que la humanidad va a pasar a ser gobernada por los complejos empresariales multinacionales, por encima de los Estados más poderosos, que es lo que hoy está ocurriendo.

El otrora imperialismo yanqui, montado sobre una nación cuya historia también es necesario estudiar para saber entre otras cosas como devino su potencia, y el desplazamiento de los otros imperialismo anteriores, con más historia; hoy es un país que ha perdido su soberanía, con un endeudamiento demencial, utilizado en toda su potencia militar y estratégica como el principal gendarme del modo de producción capitalista (el rol importante que cumple la industria de guerra en la reactivación de la economía), y a la vez internándose en una crisis donde hoy incluso se llega a decir públicamente, que el gobierno del actual Presidente Trump, fue producto de una intervención de la inteligencia rusa. Dramático y dantesco a la vez. Cosas vedere Sancho…

Sin embargo esto tiene explicación. Hay una inercia ideológica que hace a las respuestas de la izquierda ir siempre desfasadas en el tiempo, cosa que no ocurría en los tiempos del accionar de Marx, y luego en los de Lenin. Si en medio de un intenso y profundo debate ideológico, que hoy no existe abierto y a la luz pública y en el que ellos incidían directamente en los temas.

El curso de la lucha de clases impone triunfos y derrotas. Los maestros impusieron con sus ideas avances formidables en la historia humana, y a la vez el sistema cobró con sus derrotas un espacio que hoy necesita de la paz para que comience a terminarse, nada diferente a lo que ha venido ocurriendo en las distintas ramas de la ciencia. «Eppur si mouve» diría Galileo.

Es más, se esgrime comúnmente, que la política de estatizar la economía que aplicó el stalinismo, (cuyo teórico inicial fue Nicolás Bujarin –con un gran bagaje de conocimientos ideológicos–, que incluso polemizó con Lenin y a nuestro entender –surge de las documentaciones históricas– que fue el verdadero autor de «Cuestiones del leninismo» texto que apareció con la firma de Stalin, y luego asesinado por éste), es lo que marca cuando un gobierno o un partido, es más o menos de izquierda. Algo totalmente reñido con el razonamiento aplicado por los maestros.

Lo cual no quiere decir que en determinadas circunstancias y para preservar y/o desarrollar el aparato productivo no sea necesario realizar estatizaciones, como mostró claramente la revolución rusa o en nuestro país la política de José Batlle y Ordoñez.

Análisis que reaparecen cada vez que un proceso histórico revolucionario entra en crisis. Ya pasó trágicamente en España, donde la lucha de tendencias y el peso del stalinismo le sirvió la victoria al fascismo en bandeja, lo cual no quita mérito al heroísmo de los militantes comunistas españoles, ni exime de responsabilidad a las otras corrientes, aún en estas circunstancias terribles desde el punto de vista ideológico.

Cuba ya fue otra cosa, la guerrilla se les fue de las manos a los servicios de inteligencia yanqui, y la juventud cubana reivindicó un camino que para ese entonces ya parecía cerrado, pero que la Unión Soviética ya sin Stalin contribuyo a abrirlo.

Se reabría un nuevo panorama para todo el continente, todos fuimos influidos por el proceso de los guerrilleros cubanos. Los movimientos de masa, los movimientos sociales, los propios ejércitos tenían un nuevo contenido, aun cuando el desafío de la construcción económica no estaba suficientemente claro, y la propia Cuba pasó por circunstancias extremadamente duras, que sorteó o está sorteando con un pueblo que avanzó notablemente en temas como la salud y la enseñanza.

Los servicios de inteligencia yanqui en esto trataron de aggiornarse, asimilaron la derrota, estamos hablando de la década del 60 en adelante y pasaron al estimulo de la lucha guerrillera para boicotear los movimientos de masa que ellos intuían como difíciles de detener. Sabemos que estamos haciendo conjeturas pues la documentación sobre estos hechos así como sobre las dictaduras militares permanece inaccesible y con siete sellos de seguridad, pero los hechos son porfiados, están allí y los archivos en algún momento serán abiertos.

En este desafió es que entre otros surgió Hugo Chávez, que desde el ejército se propuso cambiar en beneficio de la gente al estado venezolano.

Tamaña tarea, en un país con el 80% de economía informal, y con un presupuesto nacional totalmente dependiente de la renta petrolera.

La derecha trató desde el inicio de utilizarlo (recordemos el rol de Cisneros, con su apoyo inicial y su poder en los medios de comunicación), cuando no pudo se dedicó con el apoyo de la derecha internacional a intentar derribarlo.

Hoy con el Presidente constitucional Nicolás Maduro, la ofensiva se ha recrudecido, particularmente aprovechando las debilidades del gobierno en el campo del manejo económico que concretamente se expresa en la moneda. Un campo siempre propicio a la corrupción en un país de enormes ingresos en dólares por la renta petrolera y donde la gente común debe manejarse con bolívares. El ejemplo de Ecuador aún con enormes dificultades es paradigmático.

A su vez la derecha siente que lo que antes tenía a su favor para defender sus privilegios hoy no lo tiene, que son las fuerzas armadas, que han roto con el cordón umbilical que las unía al comando sur del ejército de EE.UU. cosa que para beneficio de la sociedad sucede en casi todo el continente.

Sin embargo existe un escollo de no menor importancia, y es la carencia ideológica de la izquierda que en lugar de examinar cuales son las circunstancias históricas y que enseñan los textos de los maestros solo atinan a pronunciarse por una mayor estatización de la economía y a aislarse del mundo, cuando para la economía venezolana ello es imposible.

La fuerza del pueblo venezolano, como antes la del pueblo cubano es enorme, ahora necesita de un proyecto político y programático que hoy la izquierda que conocemos no tiene y que para tenerlo necesitaría volver a las fuentes.

La izquierda hoy debería tener como programa a la luz de las enseñanzas de Marx, Engels, Lenin,… la necesidad de una moneda única y universal, de un sistema tributario cuyos recursos provengan de gravar la circulación del dinero, ir a la muerte de los paraísos fiscales, saber que un trabajador en Venezuela, en Rusia, en EE.UU., en Uruguay o donde sea debe tener los mismos derechos y beneficios que los avances de la sociedades actuales están en condiciones de brindarles.

Reconozco que lo que pienso no concuerda con el pensamiento oficial que se reivindica marxista y/o leninista, pero valdría la pena poder debatirlo pues en ello nos va la vida y el destino de todos. Son además estas corrientes de pensamiento, si nos atenemos a lo que han sido sus textos formidables, los que al día de hoy han dado una mayor respuesta a lo que es el nacimiento, desarrollo y declinación del capitalismo en la historia de la humanidad, pues precisamente de eso se trata la etapa actual, a como elaborar la transición para que la predominancia del modo de producción capitalista muera en paz, impidiendo la profundización de la guerra, lo que sería una tragedia inimaginable como epílogo de la que hoy estamos viviendo en las circunstancias actuales.

Jorge Aniceto Molinari.
Montevideo, 7 de junio de 2017.

[:ca]

Marxista leninista.

(Abordant això gris, que sembla la teoria).

Jorge Aniceto Molinari.Em van preguntar si era marxista-leninista i la meva resposta no és senzilla.

Els que saben diuen que les empremtes dactilars són exclusives a cada persona en tot el planeta. Al seu torn sostinc que és evident que no hi ha tampoc dues persones que pensin igual. No obstant això el pensament humà és una elaboració que s’expressa individualment, producte d’una conjunció imponent de coneixements col·lectius que s’han anat acumulant al llarg del temps. Amb l’agreujant que la majoria de les vegades no en som conscients.

Aquests coneixements agrupats i organitzats mitjançant diferents ciències, han estat generalment etiquetats, moltes vegades etiquetats bé, altres malament, però etiquetats a la fi.

José Batlle y Ordóñez (1856-1929).L’obra de Marx, d’Engels, de Lenin, a la qual podria afegir la de Trotski, la de Gramsci, la de Rosa Luxemburg, i tants d’altres, és essencial si es vol saber com han estat aquests temps de predominança de la manera de producció capitalista sobretot ara que aquesta predominança ha entrat en una crisi irreversible. En l’Uruguai, el pensament de José Batlle y Ordóñez, de Carlos Quijano, de Rodney Arismendi, de Julio Rodríguez per esmentar alguns dels més destacats. José Batlle y Ordóñez, que jo sàpiga mai va acreditar el seu coneixement del marxisme, però la seva nota a «El Día» davant la mort de Lenin, només va poder ser realitzada per algú que coneixia molt bé el pensament de Marx, i que a més valorant a Lenin no tenia coneixements directes dels problemes que aquest estava passant en el moment de la seva mort, precisament amb el decurs que la revolució estava prenent. A més la seva obra respon a un coneixement de l’organització social que encara avui el país no ha superat.

Marx deia que ell no era marxista, després que li preguntessin sobre un grup que sí es deia marxista.

L’important és que l’escrit per ells està i pot ésser estudiat. Amb Lenin, com també amb Marx es van conèixer en l’època de l’estalinisme el que es van anomenar «les obres escollides» que en el seu moment van voler ser utilitzades per a substituir l’estudi de tota l’obra, però cal precisar que els textos no van ser alterats i que els intel·lectuals soviètics van tenir la lleialtat i l’heroisme de brindar a la humanitat els textos complets, en el cas de Lenin, 55 toms, en els quals és possible conèixer tot el seu pensament, fins i tot textos en què figuren les correccions manuals dels propis autors. Si és cert que alguns d’ells van precisar per ser conegudes, de la mort de Stalin. No va passar el mateix amb fotos i altres documents de la revolució i textos com la història oficial del Partit Bolxevic difosa en l’era estalinista, un veritable compendi denigrant de falsificacions.

No obstant això i aquesta és la nostra responsabilitat, encara avui es prenen fragments de Marx, de Lenin i se’ls constitueixen en una veritat a part del conjunt de l’obra, que és coherent en un tot i d’una enorme profunditat.

Lenin va escriure en 1916 «L’imperialisme fase superior del capitalisme», obra en la qual arriba a la conclusió que la humanitat passarà a ésser governada pels complexos empresarials multinacionals, per sobre dels Estats més poderosos, que és el que avui està passant.

L’altre temps imperialisme ianqui, muntat sobre una nació la història de la qual també és necessari estudiar per saber entre altres coses com va esdevenir la seva potència, i el desplaçament dels altres imperialisme anteriors, amb més història; avui és un país que ha perdut la seva sobirania, amb un endeutament demencial, utilitzat en tota la seva potència militar i estratègica com el principal gendarme de la manera de producció capitalista (el paper important que compleix la indústria de guerra a la reactivació de l’economia), i alhora internant-se en una crisi on avui fins i tot s’arriba a dir públicament, que el govern de l’actual President Trump, va ser producte d’una intervenció de la intel·ligència russa. Dramàtic i dantesc alhora. Coses vedere Sancho…

No obstant això això té explicació. Hi ha una inèrcia ideològica que fa a les respostes de l’esquerra anar sempre desfasades en el temps, cosa que no passava en els temps de l’acció de Marx, i després en els de Lenin. Si enmig d’un intens i profund debat ideològic, que avui no existeix obert i a la llum pública i en el que ells incidien directament en els temes.

El decurs de la lluita de classes imposa triomfs i derrotes. Els mestres van imposar amb les seves idees avenços formidables en la història humana, i alhora el sistema va cobrar amb les seves derrotes un espai que avui necessita de la pau perquè comenci a acabar-se, res diferent al que ha passat en les diferents branques de la ciència. «Eppur si mouve» diria Galileu.

És més, s’esgrimeix comunament, que la política de estatalizar l’economia que va aplicar l’estalinisme, (el teòric inicial va ser Nicolás Bukharin –amb un gran bagatge de coneixements ideològics–, que fins i tot va polemitzar amb Lenin i al nostre entendre –sorgeix de les documentacions històriques– que va ser el veritable autor de «Qüestions del leninisme» text que va aparèixer amb la signatura de Stalin, i després assassinat per aquest), és el que marca quan un govern o un partit, és més o menys d’esquerra. Una cosa totalment renyida amb el raonament aplicat pels mestres.

La qual cosa no vol dir que en determinades circumstàncies i per preservar i/o desenvolupar l’aparell productiu no sigui necessari realitzar estatitzacions, com va mostrar clarament la revolució russa o al nostre país la política de José Batlle y Ordóñez.

Anàlisi que reapareixen cada vegada que un procés històric revolucionari entra en crisi. Ja va passar tràgicament a Espanya, on la lluita de tendències i el pes de l’estalinisme li va servir la victòria al feixisme en safata, la qual cosa no treu mèrit a l’heroisme dels militants comunistes espanyols, ni eximeix de responsabilitat a les altres corrents, encara en aquestes circumstàncies terribles des del punt de vista ideològic.

Cuba ja va ser una altra cosa, la guerrilla se’ls va anar de les mans als serveis d’intel·ligència ianqui, i la joventut cubana va reivindicar un camí que per a aquest llavors ja semblava tancat, però que la Unió Soviètica ja sense Stalin va contribuir a obrir-lo.

Es reobria un nou panorama per a tot el continent, tots forem influïts pel procés dels guerrillers cubans. Els moviments de massa, els moviments socials, els propis exèrcits tenien un nou contingut, tot i que el desafiament de la construcció econòmica no estava prou clar, i la pròpia Cuba va passar per circumstàncies extremadament dures, que va sortejar o està sortejant amb un poble que va avançar notablement en temes com la salut i l’ensenyament.

Els serveis d’intel·ligència ianqui a això van tractar de adaptar-se, van assimilar la derrota, estem parlant de la dècada del 60 en endavant i van passar a l’estímul de la lluita guerrillera per boicotejar els moviments de massa que ells intuïen com difícils d’aturar. Sabem que estem fent conjectures doncs la documentació sobre aquests fets així com sobre les dictadures militars roman inaccessible i amb set segells de seguretat, però els fets són evidents, hi són i els arxius en algun moment seran oberts.

En aquest desafiar és que entre d’altres va sorgir Hugo Chávez, que des del exèrcit es va proposar canviar en benefici de la gent a l’estat veneçolà.

Una gran tasca, en un país amb el 80% d’economia informal, i amb un pressupost nacional totalment dependent de la renda petroliera.

La dreta va tractar des de l’inici d’utilitzar (recordem el paper de Cisneros, amb el seu suport inicial i el seu poder en els mitjans de comunicació), quan no va poder es va dedicar amb el suport de la dreta internacional a intentar enderrocar-lo.

Avui amb el President constitucional Nicolás Maduro, l’ofensiva s’ha intensificat, particularment aprofitant les febleses del govern en el camp del maneig econòmic que concretament s’expressa en la moneda. Un camp sempre propici a la corrupció en un país d’enormes ingressos en dòlars per la renda petroliera i on la gent comuna ha de manejar amb bolívars. L’exemple de l’Equador encara amb enormes dificultats és paradigmàtic.

Al seu torn la dreta sent que el que abans tenia al seu favor per defensar els seus privilegis avui no el té, que són les forces armades, que han trencat amb el cordó umbilical que les unia al comando sud de l’exèrcit dels EUA cosa que per benefici de la societat succeeix en gairebé tot el continent.

No obstant això hi ha un escull de no menor importància, i és la manca ideològica de l’esquerra que en lloc d’examinar quines són les circumstàncies històriques i que ensenyen els textos dels mestres només encerten a pronunciar-se per una major estatització de l’economia i a aïllar-se del món, quan per a l’economia veneçolana això és impossible.

La força del poble veneçolà, com abans la del poble cubà és enorme, ara necessita d’un projecte polític i programàtic que avui l’esquerra que coneixem no té i que per tenir-lo necessitaria tornar a les fonts.

L’esquerra avui hauria de tenir com a programa a la llum dels ensenyaments de Marx, Engels, Lenin,… la necessitat d’una moneda única i universal, d’un sistema tributari els recursos dels qual provinguin de gravar la circulació dels diners, adreçar-nos a la mort dels paradisos fiscals, saber que un treballador a Veneçuela, a Rússia, als EUA, a l’Uruguai o on sigui ha de tenir els mateixos drets i beneficis que els avenços de la societats actuals estiguin en condicions d’oferir.

Reconec que el que penso no concorda amb el pensament oficial que es reivindica marxista i/o leninista, però valdria la pena poder debatre doncs en això ens hi va la vida i el destí de tots. Són a més aquests corrents de pensament, si ens atenim al que han estat els seus textos formidables, els que al dia d’avui han donat una major resposta al que és el naixement, desenvolupament i declinació del capitalisme en la història de la humanitat, doncs precisament d’això es tracta l’etapa actual, a com elaborar la transició perquè la predominança de la manera de producció capitalista mori en pau, impedint l’aprofundiment de la guerra, el que seria una tragèdia inimaginable com a epíleg de la qual avui estem vivint a les circumstàncies actuals.

Jorge Aniceto Molinari.
Montevideo, 7 de juny de 2017.

[:]

[:es]El partido moralista.[:ca]El partit moralista.[:]

[:es]

El partido moralista.

(Abordando eso gris, que parece la teoría).

Jorge Aniceto Molinari.Producto de una crisis irreversible de la predominancia del modo de producción capitalista, han resurgido a lo largo y ancho del mundo, un nuevo espécimen de militantes sociales y políticos: los moralistas.

Hay de ellos en todos los partidos y a la vez no integran en especial ningún partido, por lo cual podemos afirmar que no existe ni existirá –al menos por ahora-, ningún partido que se pueda autodefinir como moralista.

No ponen en juego su moral en la vinculación con las instituciones de la sociedad sino la vinculación de todos los demás.

Si bien creo que han existido en todas las épocas, en esta etapa adquieren un carácter más destacado en tanto la salida a la crisis aún no aparece con claridad.

Un moralista en Uruguay en la rambla de Punta del Este (el principal balneario), analizará cuán importante han sido las inversiones allí realizadas para generar mano de obra, no importando su origen o si pasaron o no por el cambio Nelson, o si provienen de la evasión fiscal en otro país o del lavado de dinero, eso es lo «normal», y tampoco importa con que gobierno comenzaron, «es lo que hay valor», «así está el mundo».

Sería estúpido y contrario al interés del desarrollo de nuestra economía ponerse en moralista si el resto del mundo no asume la misma conducta.

El tema se pone más álgido cuando se pretende analizar gobiernos como el de Venezuela con una vara moralista que nada tiene que ver con la realidad.

Unos obreros trabajan en el acondicionamiento del emblemático Pozo Zumaque I, que cumple 100 años el 31 de julio de 2014, y que aun produce 20 barriles diarios. UN/Richard Borges. Leer más en: http://www.elmundo.com.ve/noticias/petroleo/pdvsa/fotos---100-anos-de-historia-petrolera-venezolana.aspx#ixzz4kN8gHyRLLa renta petrolera en Venezuela, y digo Venezuela porque es lo que hoy está en la agenda de los «demócratas», siempre dio base para la corrupción. Pensar en eliminar esa corrupción puede llegar a ser utópico en la medida que no se analice que medidas aplicar para la economía en su conjunto universal. Lo cual no quiere decir que no sea necesario combatirla, sabiendo siempre de que estamos hablando, y que el daño que produce puede llegar a tener consecuencias irreparables.

Un buen intento ha sido destinar una parte importante de esa renta a cubrir la brecha en la vida de los venezolanos. Ahora se puede morir en el intento si no se atiende a una de las herramientas centrales en la economía actual: el manejo de la moneda. Si los ingresos en el manejo de esa renta son en dólares y los ingresos de la gente son en bolívares, el caldo de cultivo es inmanejable para la gente y manejable para los especuladores, que en este caso expresarán sus preferencias políticas en vinculación directa con sus intereses sin importarles las definiciones.

No pensemos esto sólo con la cabeza en Venezuela, en el Uruguay los sectores exportadores que han movido la economía -lo que se denomina el aprovechamiento de la coyuntura-, comienzan a retomar en su discurso lo que ellos llaman «el atraso cambiario», que no es ni más ni menos que presionar para que el peso uruguayo sea devaluado frente al dólar, lo que trae aparejado un descenso en las obligaciones que ese sector tiene en la sociedad uruguaya. – Entre ellas destacan siempre «los costos laborales».- No es de extrañar entonces que en la cercanías de las campañas electorales la presión se traslade también a los artículos de la canasta familiar, como ha ocurrido en Argentina y ocurre en Venezuela. A cuyo manejo siempre han estado vinculado.

Alguien nos podría decir manejado un manual de «marxismo-leninismo» hay que estatizar todo, y san se acabó.

Ahora todos sabemos que eso hoy no es posible y que el mundo en el que en determinado momento fue posible, ya fue, y que además nada tenía de marxista y/o leninista.

Esto es lo que trata de aprovechar la derecha, la falta de comprensión del fenómeno monetario en la izquierda, problema que en un momento de ahogo de su economía la derecha tuvo que solucionar en Ecuador, y no sé si en una situación similar la izquierda en el gobierno lo hubiera hecho.

En una oportunidad el entonces Presidente Jorge Batlle, dijo algo que fue muy festejado tanto en el Uruguay como en la Argentina: «si los argentinos dejaran de robar tres meses, tendrían un país rico». Esto no es estrictamente textual, pero lo que sí es verdad es que gran parte de ese robo al que se refería Jorge Batlle, mucho tenía que ver con el auge inmobiliario en el Uruguay y de seguro no iba a mover un dedo para cambiar esa realidad, como efectivamente ocurrió en su gobierno.

Entonces extraigamos de acá una de las reglas básicas del moralista: ubicar el problema exclusivamente en el campo del que quiero calificar.

¿Ahora porque los problemas de la corrupción son más notorios ahora que antes?, porque la crisis en la predominancia del capitalismo ya es irreversible, nunca hubo tanta emisión monetaria en el mundo sin ninguna relación vinculada al valor de la producción y del aparato productivo. Nunca tampoco la dimensión de los paraísos fiscales llegó a los niveles demenciales de la actualidad. Nunca una industria como la de la guerra generó tantas armas y de un poder destructivo en que se necesitarían una enormidad de planetas tierra para poder aplicarlas. Absurdo, si no fuera dramático y enfermizo por donde se le mire.

Ahora, como contrapartida, están todas las condiciones para que la humanidad asuma el aparato productivo, e imponiendo la paz establezca las condiciones para organizarlo de acuerdo al interés general de la gente: falta la voluntad política.

No dudamos que esta voluntad política tiene necesidad de un alto contenido moral. Ahora los moralistas que han surgido en esta última generación sueñan con aplicar su moralismo en las actuales condiciones, como si éstas fueran las condiciones inmejorables para el desarrollo de la humanidad; el camino al infierno está abonado de las buenas intenciones.

Jorge Aniceto Molinari.
Montevideo, 31 de mayo de 2017.

[:ca]

El partit moralista.

(Abordant això gris, que sembla la teoria).

Jorge Aniceto Molinari.Producte d’una crisi irreversible de la predominança de la manera de producció capitalista, han ressorgit al llarg i ample del món, un nou espècimen de militants socials i polítics: els moralistes.

Hi ha d’aquests en tots els partits i alhora no integren especialment cap partit, per la qual cosa podem afirmar que no existeix ni existirà -al menys per ara-, cap partit que es pugui autodefinir com moralista.

No posen en joc la seva moral en la vinculació amb les institucions de la societat sinó la vinculació de tots els altres.

Si bé crec que han existit en totes les èpoques, en aquesta etapa adquireixen un caràcter més destacat en tant la sortida a la crisi encara no apareix amb claredat.

Un moralista a Uruguai a la rambla de Punta del Este (el principal balneari), analitzarà com d’important han estat les inversions allí realitzades per generar mà d’obra, no li importa el seu origen o si van passar o no pel canvi Nelson, o si provenen de l’evasió fiscal en un altre país o del rentat de diners, això és el «normal», i tampoc importa amb quin govern van començar, «és el on hi ha valor», «així està el món».

Seria estúpid i contrari a l’interès del desenvolupament de la nostra economia posar-se de moralista si la resta del món no assumeix la mateixa conducta.

El tema es posa més àlgid quan es pretén analitzar governs com el de Veneçuela amb una vara moralista que no té res a veure amb la realitat.

Uns obrers treballen en el condicionament de l'emblemàtic Pou Zumaque I, que acompliex 100 anys el 31 de juliol de 2014, i que encara produeix 20 barrils diaris. UN/Richard Borges. Llegir més a: http://www.elmundo.com.ve/noticias/petroleo/pdvsa/fotos---100-anos-de-historia-petrolera-venezolana.aspx#ixzz4kN8gHyRLLa renda petroliera a Veneçuela, i dic Veneçuela perquè és el que avui està en l’agenda dels «demòcrates», sempre va donar base per a la corrupció. Pensar en eliminar aquesta corrupció pot arribar a ser utòpic en la mesura que no s’analitzin quines mesures s’han aplicar per a l’economia en el seu conjunt universal. La qual cosa no vol dir que no sigui necessari combatre-la, sabent sempre que estem parlant, i que el dany que produeix pot arribar a tenir conseqüències irreparables.

Un bon intent ha estat destinar una part important d’aquesta renda a cobrir l’escletxa en la vida dels veneçolans. Ara es pot morir en l’intent si no s’atén a una de les eines centrals en l’economia actual: el maneig de la moneda. Si els ingressos en el maneig d’aquesta renda són en dòlars i els ingressos de la gent són en bolívars, el brou de cultiu és immanejable per a la gent i manejable per als especuladors, que en aquest cas han d’expressar les seves preferències polítiques en vinculació directa amb els seus interessos sense importar-los les definicions.

No pensem això només amb el cap a Veneçuela, a l’Uruguai els sectors exportadors que han mogut l’economia -el que s’anomena l’aprofitament de la conjuntura-, comencen a reprendre en el seu discurs el que ells anomenen «l’endarreriment canviari», que no és ni més ni menys que pressionar perquè el pes uruguaià sigui devaluat enfront del dòlar, la qual cosa porta aparellat un descens en les obligacions que aquest sector té amb la societat uruguaiana. – Entre elles destaquen sempre «els costos laborals».- No és d’estranyar llavors que a l’atansament de les campanyes electorals la pressió es traslladi també als articles de la cistella familiar, com ha passat a l’Argentina i passa a Veneçuela. Al maneig del qual sempre han estat vinculat.

Algú ens podria dir manejat un manual de «marxisme-leninisme» cal estatizar tot, i s’ha acabat.

Ara tots sabem que això avui no és possible i que el món en el qual en determinat moment va ser possible, ja va ser, i que a més no tenia de marxista i/o leninista.

Això és el que tracta d’aprofitar la dreta, la manca de comprensió del fenomen monetari en l’esquerra, problema que en un moment d’ofec de la seva economia la dreta va haver de solucionar a l’Equador, i no sé si en una situació similar l’esquerra al govern ho hagués fet.

En una oportunitat el llavors president Jorge Batlle, va dir una cosa que va ser molt festejada tant a l’Uruguai com a l’Argentina: «si els argentins deixessin de robar tres mesos, tindrien un país ric». Això no és estrictament textual, però el que sí que és veritat és que gran part d’aquest robatori a què es referia Jorge Batlle, molt tenia a veure amb l’auge immobiliari a l’Uruguai i de segur no anava a moure un dit per canviar aquesta realitat, com efectivament va passar en el seu govern.

Llavors extraguem d’aquí una de les regles bàsiques del moralista: situar el problema exclusivament en el camp del que vull qualificar.

¿Ara perquè els problemes de la corrupció són més notoris ara que abans?, perquè la crisi en la predominança del capitalisme ja és irreversible, mai hi va haver tanta emissió monetària en el món sense cap relació vinculada al valor de la producció i de l’aparell productiu. Mai tampoc la dimensió dels paradisos fiscals va arribar als nivells demencials de l’actualitat. Mai una indústria com la de la guerra va generar tantes armes i d’un poder destructiu en què es necessitarien una enormitat de planetes terra per poder aplicar-les. Absurd, si no fos dramàtic i malaltís per on se li miri.

Ara, com a contrapartida, estan totes les condicions perquè la humanitat assumeixi l’aparell productiu, i imposant la pau estableixi les condicions per a organitzar-la de acord a l’interès general de la gent: falta la voluntat política.

No dubtem que aquesta voluntat política té necessitat d’un alt contingut moral. Ara els moralistes que han sorgit en aquesta última generació somien aplicar el seu moralisme en les actuals condicions, com si aquestes fossin les condicions immillorables per al desenvolupament de la humanitat; el camí a l’infern està abonat de bones intencions.

Jorge Aniceto Molinari.
Montevideo, 31 de maig de 2017.

[:]

[:es]Los poderes en el Estado.[:ca]Els poders a l’Estat.[:]

[:es]

Los poderes en el Estado.

(Abordando eso gris, que parece la teoría).

Charles Montesquieu (1689-1755).Desde Montesquieu los poderes del Estado definidos por él, son tres: Ejecutivo, Legislativo, Judicial. Dicho sea en una frase lo que para la sociedad constituyó una enorme conquista en su avance por lograr formas de equilibrio en su convivencia. A ello hay que agregar el desarrollo de derechos en todos los ámbitos, y si destacáramos uno en particular sería el ejercicio en las naciones del voto secreto y universal que aún tiene serías restricciones y amenazas.

En plena dictadura «cívico-militar» creo que fue uno de mis hijos, que ante el requerimiento del profesor de «Educación Cívico Democrática» contestó que esos poderes eran: el ejército, la marina y la aviación, el profesor optó por validar la respuesta.

Ahora ¿esto sigue siendo así?, porque seguramente para muchos de los «demócratas» este es el catecismo de la democracia, pero la vida es mucho más rica y exige que la analicemos tal cual es, para entender porque esto al parecer tan elemental tiene enormes dificultades para funcionar.

Si hablamos de Estados libres e independientes, en el ejercicio de todas sus potestades, sin duda que equilibrio de los poderes y el desarrollo de estos apoyados en los instrumentos de la democracia, ha sido un enorme avance para la humanidad.

Hoy ya no existen Estados «soberanos», pues sus deudas en constante ascenso, aún en periodos coyunturales de aumento de su economía, dentro de los aumentos generales del capitalismo aún en esta época, se relacionan paralelamente con el envilecimiento de sus monedas. Hoy los instrumentos tecnológicos nos permiten ir a Internet y chequear los datos del endeudamiento o de las emisiones monetarias, para registrar y documentar esto que estamos escribiendo.

¿Entonces como funcionan hoy estos tres poderes, y que otros poderes han surgido frente al hecho real de que el mundo ya hoy no está gobernado en los Estados, sino a través de grandes líneas que elaboran en su pugna los complejos empresariales multinacionales?, para ellos no rige la división de poderes y cuando se dirime algún conflicto, para laudar controversias surgen una cantidad enorme de dificultades para aquellos que pretendan defender el derecho de la gente, incluidos los Estados, entre los cuales las diferencias en los derechos son enormes. Hay por ejemplo quienes pueden fabricar armas nucleares y quienes no, hay quienes pueden bombardear y quienes no, hay quienes pueden incluso publicar planes de sus ejércitos en determinadas zonas del planeta para desestabilizar gobiernos y quiénes no.

Claro alguien me dirá: en mi país hay democracia, yo voto a las autoridades y estas ejercen soberanamente el poder del Estado.

Ahora esto sería así, si el Gobierno del Estado a través de sus tres poderes tradicionales pudiera disponer de su economía. Y la verdad es que hoy ni el Estado «más poderoso» del mundo dispone de su economía, y ni siquiera del poder de la prensa que teniendo una enorme importancia en su poder de hegemonizar está fuertemente controlado por el poder económico, está en sus grandes centros de información  a su servicio.

Hoy si recorremos Miami –yo no lo he hecho, pero tengo conocidos que sí- seguramente encontraremos en viejas y nuevas formas de corrupción, incluyendo en ella a algún «revolucionario», la explicación de tanto alarde de riqueza.

Juan Domingo Perón (1895-1974).Pero no vayamos muy lejos, hagamos lo mismo en nuestra Punta del Este, y no tendremos un panorama diferente y si, hasta la conjunción de «derechistas» e «izquierdistas», de «peronistas» y «antiperonistas», preocupados los que gobiernan fuera de nuestra fronteras por la evasión y la elusión impositiva, el blanqueo de capitales e inda mais.

Entonces toda regla de juego que ayude a la convivencia, combata la corrupción, el lavado de dinero, etc. etc., bienvenida sea, ahora convengamos que en esa lucha los que manejan la moneda y los impuestos siempre llevan las de ganar, aún cuando todos sabemos que los tiempos en que esto sucede se termina, el modo de producción capitalista que predomina hoy en la humanidad necesita que lo ayudemos a morir en paz y el clásico equilibrio de los tres poderes deberá tener otra forma y otra riqueza en su contenido, pues del marco nacional de su desarrollo pasará necesariamente al marco universal donde hoy no rige.

Jorge Aniceto Molinari.
Montevideo, 4 de Mayo de 2017.

[:ca]

Els poders a l’Estat.

(Abordant això gris, que sembla la teoria).

Charles Montesquieu (1689-1755).Des de Montesquieu els poders de l’Estat definits per ell, són tres: Executiu, Legislatiu, Judicial. Dit sigui en una frase el que per a la societat va constituir una enorme conquesta en el seu avanç per aconseguir formes d’equilibri en la seva convivència. A això cal afegir el desenvolupament de drets en tots els àmbits, i si destaquéssim un en particular seria l’exercici en les nacions del vot secret i universal que encara té serioses restriccions i amenaces.

En plena dictadura «cívic-militar» crec que va ser un dels meus fills, que davant el requeriment del professor de «Educació Cívica Democràtica» va contestar que aquests poders eren: l’exèrcit, la marina i l’aviació, el professor va optar per validar la resposta.

Ara ¿això segueix sent així?, perquè segurament per a molts dels «demòcrates» aquest és el catecisme de la democràcia, però la vida és molt més rica i exigeix que la analitzem tal com és, per entendre perquè això pel que sembla tan elemental té enormes dificultats per funcionar.

Si parlem dels Estats lliures i independents, en l’exercici de totes les seves potestats, sens dubte que equilibri dels poders i el desenvolupament d’aquests recolzats en els instruments de la democràcia, ha estat un enorme avenç per a la humanitat.

Avui ja no existeixen Estats «sobirans», doncs els seus deutes en constant ascens, encara en períodes conjunturals d’augment de la seva economia, dins dels augments generals del capitalisme encara en aquesta època, es relacionen paral·lelament amb la degradació de les seves monedes. Avui els instruments tecnològics ens permeten anar a Internet i revisar les dades de l’endeutament o de les emissions monetàries, per registrar i documentar això que estem escrivint.

Llavors ¿com funcionen avui aquests tres poders, i que altres poders han sorgit davant del fet real que el món ja avui no està governat en els Estats, sinó mitjançant grans línies que elaboren en la seva pugna els complexos empresarials multinacionals?, per ells no regeix la divisió de poders i quan es dirimeix algun conflicte, per laudar controvèrsies sorgeixen una quantitat enorme de dificultats per a aquells que pretenguin defensar el dret de la gent, inclosos els Estats, entre els quals les diferències en els drets són enormes. Hi ha per exemple els que poden fabricar armes nuclears i els que no, hi ha qui poden bombardejar i els que no, n’hi ha que poden fins i tot publicar plans dels seus exèrcits en determinades zones del planeta per desestabilitzar governs i qui no.

És clar algú em dirà: al meu país hi ha democràcia, jo voto a les autoritats i aquestes exerceixen sobiranament el poder de l’Estat.

Ara això seria així, si el Govern de l’Estat mitjançant els seus tres poders tradicionals pogués disposar de la seva economia. I la veritat és que avui ni l’Estat «més poderós» del món disposa de la seva economia, i ni tan sols del poder de la premsa que tenint una enorme importància en el seu poder de hegemonitzar està fortament controlat pel poder econòmic, està a les seves mans grans centres d’informació al seu servei.

Avui si recorrem Miami -jo no ho he fet, però he conegut qui sí- segurament trobarem en velles i noves formes de corrupció, incloent-hi a algun «revolucionari», l’explicació de tant ostentació de riquesa.

Juan Domingo Perón (1895-1974).Però no anem molt lluny, fem el mateix en la nostra Punta del Este, i no tindrem un panorama diferent i si, fins a la conjunció de «dretans» i «esquerrans», de «peronistes» i «antiperonistes», preocupats els que governen fora de la nostra fronteres per l’evasió i l’elusió impositiva, el blanqueig de capitals i inda mais.

Llavors tota regla de joc que ajudi a la convivència, combati la corrupció, el rentat de diners, etc. etc., benvinguda sigui, ara convinguem que en aquesta lluita els que manegen la moneda i els impostos sempre tenen les de guanyar, tot i que tots sabem que els temps en què això succeeix s’acaba, la manera de producció capitalista que predomina avui a la humanitat necessita que l’ajudem a morir en pau i el clàssic equilibri dels tres poders haurà de tenir una altra forma i una altra riquesa en el seu contingut, ja que el marc nacional del seu desenvolupament passarà necessàriament al marc universal on avui no regeix.

Jorge Aniceto Molinari.
Montevideo, 4 de maig de 2017.

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