[:es]Energúmenos.[:]

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Energúmenos.

Jorge Zabalza.Al declarar ante sus cómplices, Gilberto Vázquez aprovechó la oportunidad y les recordó que estaba encarcelado por crímenes cometidos por todos. Mientras los generales disfrutaban su buen pasar, el asesino la pasaba mal en Domingo Arena: «deben protegerme o los mando en cana». Quisieron que se callara la boca, pero el muy energúmeno continuó con la lista de las aberraciones, recordándoles a los del tribunal de honor que la política de exterminio y el plan cóndor no eran inspiración de unos pocos. «Todos somos asesinos», parecía sentenciar, parafraseando el título de la inolvidable película de André Cayatte.

No le busquen más vueltas, a Gilberto no le interesaba que se supiera la Verdad, lanzaba sus dardos contra los mandos porque los quería chantajear. Alguna tajada habrá sacado, pero, para saber su monto, habrá que esperar que se descubran nuevas verdades ocultas. Parece mentira, pero la Verdad quedó comprobada gracias a una vulgar rencilla carcelaria entre delincuentes.

Escribir sobre este escándalo no es nada fácil. Revuelve las entrañas, pero, no de horror, sino de bronca e impotencia. El acta con las declaraciones del energúmeno reconfirma que los crímenes aberrantes obedecieron a una política sistemática de las fuerzas armadas, cuyos mandos ocultaron y ocultan toda la información al respecto. ¿Cómo hacer para que revelen la Verdad y se haga Justicia?

Nadie ignora la responsabilidad de la institución armada, pero, hay genios de las maniobras «políticamente correctas» que apostaron a que el pasaje del tiempo trajera el olvido de unos y el perdón de los otros. Querían convencer a sus fieles de que la cuestión se resolvería por sí sola al morir los verdugos y las víctimas. Sin embargo, aunque de coronel para arriba ya murieron casi todos los culpables, estas actas confirman que la paz solamente llegará cuando se sepa toda la Verdad. El asunto no se resuelve sólo entre verdugos y verdugueados, porque la barbarie intentó esclavizar el pueblo entero. Los efectos del terrorismo no están sólo en los costurones que uno lleva en la piel y en el corazón.

Asumir el ministerio de defensa el 1° de marzo de 2005 no era sencillo, más aun, siendo civiles, frenteamplistas y comprometidos con la Verdad y la Justicia. Cayeron, como peludo de regalo, a una institución en manos del terrorismo de Estado, donde predominaba su modo de interpretar la realidad y la historia reciente. El universo dividido en amigos y enemigos, los militares eran más leales a la doctrina de seguridad nacional que a las autoridades civiles. Fue el legado que dejó el general Medina, desacatos y amenazas al por mayor.

Un imperativo ético obligaba a los intrusos civiles, debían horadar muralla de impunidad que protegía a los criminales. Afectase a quien afectare. Provocase la reacción que fuera. Con ese impulso moral, la compañera Azucena logró descubrir, en el año 2007 los más de 14.000 documentos del titulado «archivo Berruti», que estaban escondidos en el ex CGIOR, ex Escuela de Inteligencia del Ejército. Abrirlos al conocimiento público era el modo más directo de quebrar la cultura de la impunidad dentro y fuera del ministerio, de demostrar que la Verdad no era un mito sino realidad oculta. Sin embargo, después que Azucena renunció al ministerio debieron pasar más de 10 años para que el contenido de los archivos quedara librado al conocimiento del público. ¿Fue una especie de frenazo, un anticipo de la voltereta que dio Fernández Huidobro como ministro? Es inexplicable que un gobierno progresista haya mantenido en carácter de reservados documentos tan esclarecedores de la Verdad. Los periodistas debieron reemplazar a los gobernantes omisos en el deber de informar a la población.

Tampoco convencen esas explicaciones de «no tengo conocimiento, porque los militares debían informarme y no lo hicieron». Denota mucha pasividad. El hecho evidente es que los militares, hipotéticamente subordinados del poder civil, les pasaron por el moño las actas con las confesiones de Gilberto. ¿Dónde está la responsabilidad individual del militante? ¿no se debería haber estado mucho más alerta cuando se trataba de tamaño energúmeno? ¿no debían haber leído y releído hasta descifrar el significado de cada punto y coma? ¿o, simplemente, se conformaron con homologar los expedientes que los coroneles pusieron para la firma?

En el segundo gobierno del Frente, Luis Rosadilla y Eleuterio Fernández rindieron sin condiciones el imperativo ético. Culminación bizarra de la derrota de la Verdad, se convirtieron en un engranaje más de la maquinaria burocrática de impunidad, abogados honorarios y voceros de los criminales con los que bebían whisky. Se pasaron los principios por allá abajo. Para que esta historia Nunca Más se repita debe ser la madre de todas autocríticas: ¿qué apoyos fueron necesarios para defraudar la confianza de los que marchan cada 20 de Mayo?

Por cierto, si se elude la reflexión sobre las condiciones en que la impunidad se va imponiendo, se seguirán alimentando aves de rapiña y, el día menos pensado, los cuervos nos comerán los ojos. Las cosas deben quedar en blanco y negro, como la tropilla de la muerte.

Jorge Zabalza.
Jueves, 3 de Septiembre de 2020.

Enlace del artículo original en castellano:

https://elmuertoquehabla.blogspot.com/2020/09/energumenos.html

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[:es]Faltan informes (actas) fundamentales.[:]

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Faltan informes (actas) fundamentales.

(Abordando eso gris, que parece la teoría).

Mientras el debate político en nuestro país –Uruguay– gira en torno a las actas de los tribunales militares y los procedimientos seguidos con ellas, permítasenos recordar que el actor fundamental en todo el proceso militar vivido en el país pero también en toda América y que han tenido durante años el rol protagónico, son los servicios del otrora imperialismo yanqui.

Y decimos otrora imperialismo yanqui, porque EE.UU. ha ido perdiendo su rol como centro del libre comercio y del capitalismo mundial sin perder el rol de gendarme, ahora al servicio de los complejos empresariales militares multinacionales, lo cual no significa que haya disminuido su rol trágico sobre los pueblos.

Sin duda que cada quién haya tenido responsabilidad en esta tramitación de las actas debe dejar claro cuál ha sido su actuación. También señalar que no hemos perdido nuestra confianza en la ejemplar conducta de la compañera Doctora Azucena Berrutti y en su desempeño en el Ministerio de Defensa Nacional, como en su permanente militancia socialista al servicio de la sociedad.

Siendo importantes cada uno de estos hechos, lo primero es lo primero, y sin el rol de los «servicios» preparando, interviniendo directamente, induciendo las conductas delictivas, hubiera sido imposible un golpe de Estado en el Uruguay en 1973, como hoy incluso sucede con la plena posibilidad de realizar elecciones democráticas en la mayoría de los países de nuestra América.

Pero además porque en el seno de las fuerzas armadas para que ello pudiera producirse existió la persecución –por parte de los «servicios»– a los militares apegados a la constitución y con una sólida formación en los principios del artiguismo.

No estamos hablando de un proceso rectilíneo como tampoco lo es cada uno de los procesos sociales. Para que ello pudiera existir los servicios cumplieron en cada uno de los países y en escuelas de formación militar a nivel general con acciones destinadas ya desde los años posteriores a la finalización de la Segunda Guerra Mundial en 1945.

A ello contribuyó la política errónea de los partidos de la izquierda y particularmente de los Partidos Comunistas en duro procesos internos de copamiento por parte de las concepciones stalinistas que indujeron a error en la comprensión de los movimientos sociales, particularmente a las expresiones en todos los sectores, de movimientos que desembocaron en guerrillas al no tener instrumentos organizativos de masas en el seno de la sociedad que permitiera desarrollo de masas políticos y/o sindicales.

Un instrumentos que resultó eficaz a la política de los servicios fue el estimulo a la acción guerrillera sabiendo que era un medio de captar las fuerzas sociales que la juventud no lograba encauzar políticamente en un instrumento que las representara en la estructura democrática de las instituciones políticas y sindicales de la sociedad; ya comenzaba a expresarse también de esta manera la falta de un programa.

Los partidos políticos que habían conducido a las masas populares se fueron vaciando de contenido y agotando sus programas. Lo que surgía trataba de ser algo nuevo sin poder comprender la importancia de los movimientos emancipatorios en la historia de la humanidad.

La diferencia con una organización sindical y/o política está dada porque en estas siempre es necesario dar una explicación que a su vez el mayor o menor desarrollo democrático de la misma permite calibrar y hacer nulo todo intento de infiltración en ellas aunque es notorio que los servicios lo intentaron y lo siguen intentando. Por eso, aunque pueda parecer contradictorio, una organización socialista que mejor defina su programa y sus fines hace de su democracia interna un escudo contra todo intento de desviación de sus fines.

Hay dos ejemplos paradigmáticos: la guerrilla cubana y la guerrilla colombiana. En Colombia cuidando la integridad del ejército a pesar de su descomposición interna, lograron polarizar duramente a la sociedad colombiana logrando hasta ahora sus objetivos, a pesar de los enormes esfuerzos que se han realizado por parte de las fuerzas democráticas en Colombia y fuera de ella.

En Cuba la realidad fue distinta. La guerrilla pretendió ser usada en lo que los yanquis querían, que era deshacerse de Baptista y sus secuaces y luego un mero cambio de gobernantes. El tiro les salió como se dice popularmente por la culata. Y a su vez la dirección de la revolución cubana con una disciplina revolucionaria no exenta de errores, llegó a estar a los niveles de la revolución china y posteriormente la vietnamita.

Pero de su derrota ante la dirección de la revolución cubana, los yanquis aprehendieron e imprimieron a su accionar una agudeza que ha llegado a acciones de persecución política directa contra los cuadros que el desarrollo social iba formando en cada uno de los países particularmente en Chile, Venezuela, pero cada uno con sus peculiaridades diferentes en toda América.

Hoy la peligrosidad del accionar de estos servicios sin disminuir su intensidad se muestra cuestionada por una realidad interna en EE.UU. como la pérdida del comando del libre comercio mundial y del propio centro del capitalismo, y si para contradicción no fuera bastante, el centro del libre comercio y del propio capitalismo están pasando a ser comandados por China y su entorno gobernada por el Partido Comunista.

En el Uruguay pretender demarcar los campos previamente, catalogando a unos de demócratas y otros de fascistas, nos puede llevar a consideraciones profundamente equivocadas.

Creo que con el gobierno del Frente Amplio y el apoyo de la central sindical a su gobierno, el país avanzó en todo sentido pero eso no quita la responsabilidad de la claridad del papel de cada uno en el proceso. Creo que el papel de Seregni, Arismendi, D’Elía –tal vez los más destacados–, fue fundamental, pero la realidad sigue su camino y hoy hay una profunda desorientación ideológica porque además los fenómenos que presenta la crisis irreversible de la predominancia del modo de producción capitalistas nunca han sido abordados, salvo insinuaciones como las de Mujica en la ONU que luego nadie, ni el mismo Mujica lo han reivindicado.

Cuando los comunicados 4 y 7 de las fuerzas armadas nuestra desorientación fue enorme, pero no todos se desorientaron. El Doctor Carlos Quijano por ejemplo, sin desconocer las distintas corrientes en las fuerzas armadas, siempre previno sobre el hecho de que en ese juego se le hacía el campo orégano a los sectores, con logística superior directamente vinculados con los servicios de EE.UU. La propia redacción de los comunicados 4 y 7 conoció un proceso sinuoso donde la participación de agentes de los servicios incidieron en modificaciones que cambiaron el sentido inicial de los mismos si bien ello no modificaba el juicio que el Doctor Quijano hacía del movimiento de las fuerzas en su seno.

Tampoco los generales Seregni, Licandro, Baliñas, entre los más destacados sembraron ninguna expectativa sobre los mismos. Si eran elementos políticos, sobre los cuales se debía intervenir, y el error grave que se cometió en el movimiento popular fue el de que no identificamos, para resaltarlos, los valores democráticos institucionales aún después de las graves irregularidades del proceso electoral de 1971. Si lo había hecho Ernesto «Che» Guevara en el Paraninfo de la Universidad.

La salida institucional a la dictadura si bien es cierto fue fundamental la lucha de las organizaciones y el movimiento social, también es cierto que también fue fundamental el cambio de posición del gobierno de EE.UU. y su experiencia de derrotas en América.

Lo cual tampoco es un proceso rectilíneo, recordemos el asesinato de Kennedy como directa consecuencia de su negativa a invadir Cuba a manos de los sectores fascista del Estado norteamericano.

Esto que hoy sucede en el Uruguay no es ajeno a todo eso. Pretender meter en una misma bolsa al General Manini y a los militares terroristas de Estado, si bien el tampoco hace nada por diferenciarse y si el cumplimiento de su palabra empeñada que está por encima de una lealtad institucional que debería ser privilegiada, es a nuestro humilde saber y entender un grave error.

Recordemos el asesinato del Doctor Roslik con el objetivo interno al ejército de dejar mal parados a los militares que habían comprometido una salida institucional e intentar reinstaurar el terrorismo de Estado. Muy similar a los objetivos de Gavazzo y Vázquez contra el conjunto de los mandos militares, ya sin perspectiva alguna haciendo el mal por el mal mismo. Como venganza personal frente a su propia institución1.

Sin embargo, nuevamente aprendiendo la lección de Quijano, si el conjunto de la sociedad no se encamina con un programa de salida a la grave crisis actual, estamos nuevamente en la disyuntiva de que primen las debilidades y apetitos personales por encima de las necesidades políticas y sociales del conjunto de la población.

En este momento no hay un programa de salida a la crisis –más aún agravada por la pandemia– y si el Frente Amplio estuviera en el gobierno se daría una situación bastante similar. Si bien no podría tener como objetivo hacer Caja en el Estado ahorrando en sueldos y retribuciones a los trabajadores, que ese parece ser el objetivo Arbeleche.

Pero el objetivo de saber de dónde recaudar, la sociedad no se lo ha propuesto y cuando nosotros hablamos de los impuestos basados sobre la circulación del dinero nos miran como marcianos, aunque no va a pasar mucho tiempo en que podamos decir como Galileo Galilei «e pour se mouve».

El conjunto de la izquierda se encamina a un programa de resistencia social sin comprender la importancia de organizar un movimiento internacional que reivindique el desarrollo de la economía –hoy en retroceso por la pandemia en la mayor parte del mundo– que determine un funcionamiento del aparato global, en beneficio de la gente, sobre la base de instrumentos institucionales globales como la moneda única universal y un sistema impositivo basado en la circulación del dinero –eliminando los sistemas fiscales basados en el consumo, los salarios y las pensiones– dando muerte a los paraísos fiscales, haciendo ilegal toda transacción que no esté debidamente registrada donde la sociedad democráticamente lo determine. El desarrollo de la eficiencia en la actividad económica eliminando el burocratismo, el estatismo en lo que no sea indispensable para garantizar el desarrollo social de las masas.

Debemos hacer realidad el sueño de Keynes de que la eutanasia del rentista ha llegado, y que los pueblos están en condiciones de tomar en sus manos democráticamente la economía cambiando radicalmente la orientación del FMI y del Banco Mundial.

Hay que romper el dique que hoy contiene la capacidad creadora de millones de seres humanos, orientados a obtener su satisfacción individual, en una sociedad que necesita instrumentos para sacar del atraso y la pobreza a millones y volcarlos a construir una nueva humanidad. Imponiendo la salud, la enseñanza, el alimento hacia todos.

Nosotros asumimos nuestra propia responsabilidad y no estamos dispuestos a exonerar a nadie de la suya, pero es absolutamente necesario concentrarse en el objetivo de un programa como el que puntuamos, capaz de sacar a la humanidad de esta crisis.

Eso nos pareció que insinuaba Mujica en la ONU en 2013 –tal vez le tengamos que dar la razón al Tambero Zabalza- de que nos engañó y sólo era vestirse de gala para un día de fiesta. Nuestra esperanza no se centra en individuos sino en las ideas capaces de hacer carne en las masas y permitirnos construir la sociedad del pan y de las rosas.

Cuando decimos que estos informes que faltan deben ser exigidos al gobierno de EE.UU., al Estado, sabemos que estamos generando un hecho político nuevo, del que nosotros no conocemos precedentes, pero también era nuevo el plan Cóndor y las responsabilidades frente al mismo no han sido respondidas.

Por lo que sabemos los gobiernos del Frente Amplio en esto fueron omisos, pero la realidad como esta de los tribunales militares en el Uruguay, exigen una respuesta política y si no se hizo antes no quiere decir que invalide que se reclame se haga ya.

Jorge Aniceto Molinari.
Montevideo, 2 de Septiembre de 2020.


Nota:

1 El tema lo aborda con claridad Jorge Zabalza en un artículo titulado «Energúmenos», publicado en «Voces».

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[:es]Relación trabajo capital.[:]

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Relación trabajo capital.

(Abordando eso gris, que parece la teoría).

Los que en la actualidad vivimos sobre el planeta no hemos conocido otro modo de producción predominante que no sea el capitalista. Nos hemos educado en su existencia y en su desarrollo. La inmensa mayoría de la humanidad creyéndolo como el fin de la historia e ignorando que los modos de producción también nacen, se desarrollan y declinan hasta morir.

¿Pudo ser de otro modo? Los «ideólogos», que nacieron fundamentalmente del stalinismo y de las claudicaciones de la socialdemocracia europea (con honrosas excepciones como las de Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht) ante las guerras inter capitalistas, aún hoy tratan de explicarnos que es necesario construir un sistema estatal alternativo que compita y derrote al capitalismo. También dentro de estas corrientes existen los que teorizan sobre la existencia de una especie de super imperialismo.

Días atrás en Facebook se mostraba la devoción de un sector importante del pueblo ruso ante el Mausoleo a Lenin, en esa oportunidad me permití opinar esto:

Aún tiene un inmenso valor lo que don José Batlle y Ordoñez escribiera a la muerte de este maestro. La historia mostró que Batlle tenía razón y razones, aún cuando ignoraba los detalles de la lucha que en ese momento estaba librando Lenin contra la burocracia, que ya estaba dando pasos hacia el capitalismo de Estado. La acción de la revolución como antes la de la revolución francesa trajeron a la humanidad avances inmensos, pero también fue terrible la reacción también como en la revolución francesa. El legado de Lenin no es el mausoleo que él jamás hubiera permitido se hiciera, sino los 55 tomos de sus obras que pasaron indemnes el stalinismo –hazaña de la intelectualidad revolucionaria–, y hoy son un material formidable para retomar el estudio del desarrollo de las sociedades dentro del capitalismo y la necesaria transición a un sistema superior si logramos que la predominancia de este modo de producción muera en paz.

¿Qué tiene que ver esto en la relación capital‑trabajo? Y tiene que ver porque el origen del capital es el trabajo y de allí nace una relación en la que el conjunto de la sociedad no tiene una idea clara de cómo nace, como se desarrolla y como será en el futuro.

La revolución rusa conmovió el mundo y para muchos era el nacimiento de un nuevo modo de producción basado en la propiedad estatal del capital. Marx explicaba que ello no era posible, Batlle lo leyó y lo interpretó correctamente aún cuando conociendo el papel de Lenin, no había en esa época posibilidad como hoy de conocer prácticamente en forma instantánea, cual era la reacción de este, ante el desafío histórico al que sometió la burocracia a la revolución rusa. Recordemos que en forma muy similar a la revolución francesa, prácticamente todos los cuadros dirigentes de la misma fueron eliminados.

Ahora no nos podemos saltear esta etapa de la historia, porque la URSS, vivió 70 años y porque sus consecuencias aún persisten en actuales formaciones estatales incluida la propia China, o en la resistencia burocrática –muchas veces necesaria– desde el aparato del Estado a las acciones demenciales a las que someten a los pueblos las multinacionales con gendarmes como EE.UU.

Hasta llegar hoy a la paradoja, de que China sea la abanderada del libre comercio y EE.UU. del de la economía amurallada.

Todo esto hoy luego que la humilde plusvalía inicial originó que para reproducirse se transformara en capital y llegara como en la actualidad a todos los confines del planeta.

Esto lo explicaron con claridad primero Marx y Engels y luego Lenin, y nosotros pensamos que hasta la fecha sus argumentos no han sido rebatidos, si tergiversados dándole interpretaciones que nada tienen que ver con el detallado desarrollo que de sus ideas ellos hicieron.

El trabajo dio en determinada etapa de la historia nacimiento al capital, que en su desarrollo rompió las cadenas del feudalismo e impuso el libre comercio, de este nacieron los derechos democráticos de las masas, las propias naciones en su forma actual y el desarrollo internacional capitalista.

Cuando el capitalismo asentó su poder sus ideólogos proclamaron el fin de la historia. Según ellos el mundo ya no iba a conocer una forma superior de organizarse, pero eso suponía ignorar u ocultar el crecimiento demencial de los paraísos fiscales y la incapacidad del propio capital en conseguir fuentes permanentes de rentabilidad.

El trabajo creado por la rentabilidad de la inversión capitalista en un marco de predominancia de este modo de producción está llegando a su fin, no es el fin del trabajo, es el fin por agostamiento de la rentabilidad capitalista y del trabajo que ella genera. No es para mañana ni de golpe, es un proceso en el que necesariamente surgirán, madurarán las ideas para superarlo, el proceso está abierto y no es lineal.

En estos días mucho se habla a nivel político en el Uruguay de que luego de la creación de trabajo en la primeras etapas de gobierno del Frente Amplio, ahora se nota ostensiblemente una gran preocupación por que ello no sólo deja de ocurrir sino que son más los trabajos que se pierden que los que se crean.

En el debate político el problema de fondo está ausente, se habla de dificultades en la educación, de falta de cultura de trabajo, de excesiva carga de la seguridad social, del costo de los servicios del Estado, de la burocratización, etc. etc…, todas ellas razones válidas para el debate pero que no salen de un círculo vicioso en su razonamiento.

No se habla del fondo del asunto, que no es otro que aún en la pérdida de la rentabilidad el capitalismo sigue creciendo1, creando un nuevo centro como lo es China y su entorno, y de allí surgen las iniciativas de inversiones que necesariamente marcan las condicionantes del desarrollo del sistema productivo en toda la humanidad. Los Estados, sus burocracias, agarran lo que pueden, cada vez menos y acotados.

Ahora a nivel político, sin duda que es importante reclamar códigos, respetar, porque es en la crisis que aparecen los apurados por hacer el peso a como sea y el menosprecio por pensar. Pero sin ver lo que pasa con el aparato productivo a nivel mundial y en pensar soluciones a la crisis irreversible que vive dentro de la predominancia del modo de producción capitalista, es imposible pensar en soluciones locales que no sean más que paliativos. No es honesto ocultarlo.

Por eso reclamamos que ese sea el debate; Mujica lo insinuó y lo expuso en la ONU en setiembre del 2013, pero luego no sabemos porque abandonó ese centro de desarrollo en su pensamiento; lo asustaron, se asustó, o como afirma el Tambero Zabalza, «te dejaste engañar hermano» el Pepe siempre fue así: «vendedor de versos». No comparto, creo que algo pasó, pero la verdad es que no lo sé. Su grupo político habla de Renta Básica Universal, que opera como descolgada de los problemas centrales que fueron planteados en la ONU: la fuente de los impuestos y el valor de la moneda.

Pero lo dicho, dicho está, está escrito, tiene un enorme valor, es lo que debería decir hoy un comunista y desgraciadamente no se dice, porque se duda a la hora de reivindicar el pensamiento de los maestros. Que es en definitiva el asunto que ellos desarrollaron, escribieron y documentaron exhaustivamente.

O es que hay conformidad con un cuarto gobierno del Frente Amplio en el Uruguay que es casi ya inevitable –lo cual no me disgusta– se da porque no tiene oposición, o por lo menos nadie se plantea sustituirlo realmente. El objetivo opositor es tener más cargos pero no competir por el trono. ¿Es que vamos a pensar recién ahí que hacer por ejemplo con los impuestos y con la moneda, argumentando que requieren un debate ecuménico, lo cual también es verdad?

Claro está que esto si el juego de los «servicios» que actúan por encima de los partidos políticos y en conexión directa con los grandes medios de prensa, como lo muestran claramente los actuales acontecimientos internacionales, no intentan que ocurra otra cosa, más cuando los desequilibrios son una constante en todas partes del mundo y es notorio el nerviosismo y el estado general de ánimo que ello provoca.

Porque convengamos que de los paraísos fiscales, de las emisiones demenciales de moneda en EE.UU. y Europa, que son señales inequívocas de la época en que la predominancia del capitalismo necesita morir en paz, de eso no se habla. Y en eso no se diferencian Gobierno y Oposición.

Jorge Aniceto Molinari.
Montevideo, 16 de Febrero de 2019.

Nota:

1 Datos: El FMI pronostica un crecimiento en el PIB de China del 6,2% en 2019, superior al del 3,5% previsto para todo el mundo, el 2% para las «economías avanzadas», el 2,5% en Estados Unidos, el 1,6% en la Eurozona y el 1,3% en Alemania.

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