[:es]Sobre el mito del «fin del trabajo».[:]

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Sobre el mito del «fin del trabajo».

(Abordando eso gris, que parece la teoría).

Mano sobre mano.A propósito de un muy buen trabajo presentado por Aldo Scarpa sobre el tema.

Como es nuestro método de análisis, primero el texto y luego nuestro comentario.

El texto:

El desarrollo de la ciencia y la tecnología como fuerza productiva directa. El crecimiento de la capacidad productiva del trabajo.

«El fin del trabajo». ¿Un problema de la sociedad en general, de la humanidad? ¿O el problema de un modo de producción especifico?

Por: Aldo Scarpa. Febrero de 2020.

Toda clase dominante, realmente dirigente, debe ser capaz de presentar sus crisis y desafíos como crisis y desafíos de toda la sociedad. Toda clase para dominar debe comprobar y demostrar su capacidad hegemónica. Es decir, debe lograr que el resto de las clases y grupos de la sociedad vivan e interpreten el mundo a través de los cristales de su hegemonía. Las clases subalternas deben confundir sus intereses con los intereses delas clases dominantes o, mejor dicho, alienarse asumiendo como propios los intereses de las clases dirigentes en sustitución de los suyos propios.

Tal lo que puede ocurrir con la falsa teoría, con la superficial afirmación de aparente evidencia probada sobre «el fin del trabajo». Por supuesto, no existe ningún riesgo, ninguna probabilidad, ninguna perspectiva real sobre «el fin del trabajo», pues «el fin del trabajo» sólo sobrevendrá el día del «fin de la humanidad» ya que, el hombre y el trabajo –el trabajo y el hombre son inseparables, no existe el uno sin el otro–. Y este «apocalipsis» de la humanidad es algo que, por causa naturales aclaro, como se dice ahora, no está en la agenda.

En todo caso, lo que está llegando a su «fin» histórico es, como ocurrió con tantas otras, una forma histórico-social del trabajo. O sea, el trabajo asalariado. Y, si esto es así, lo que está tocando a su fin es el modo de producción capitalista. El desarrollo tecnológico no es la premisa de «el fin del trabajo», sino todo lo contrario. El desarrollo tecnológico es la premisa de una inimaginable ampliación y elevación de los horizontes de la capacidad creadora del hombre; es decir, del trabajo, porque no otra cosa es el trabajo en sentido general, humano. Ampliación y elevación del trabajo, que no es de ninguna manera identificable en términos absolutos con el trabajo asalariado. Más aún, si bien el trabajo asalariado aparece en la historia antes del surgimiento del actual modo de producción dominante, lo que si es cierto es que sólo con el advenimiento de éste se transformó en la forma de trabajo predominante y que el capitalismo no puede existir sin ella.

El capital es acumulación de trabajo, o plus trabajo abstracto-social, en manos del capitalista que debe valorarse incesantemente. Y esta apropiación y acumulación de valor, de plus trabajo; o sea, el capital, sólo puede ser producto del trabajo asalariado. El trabajo es la única fuente de valor. Sin trabajo asalariado no hay capital ni capitalismo. Lo que el desarrollo tecnológico pone en cuestión es el trabajo asalariado y, por lo tanto, al capitalismo, o, dicho de otra manera, la evolución del capitalismo provoca un desarrollo tecnológico y una elevación de la capacidad productiva del trabajo que no tiene otro resultado que el cuestionamiento del trabajo asalariado como forma histórico-social del trabajo y, por consiguiente, del propio capitalismo. En absoluto corre el más mínimo riesgo de desaparición el trabajo; ni tiene validez alguna la superficial teoría sobre «el fin del trabajo».

¿Por qué suceden (y continuarán sucediendo durante el capitalismo) las cosas de esta manera? «El capitalismo es una contradicción en proceso» decía, más o menos, Marx. Y este entrelazamiento y sucesión irresoluble de contradicciones encuentra su explicación en la evolución objetiva del propio capitalismo. Ya hace poco más de dos siglos Ricardo advertía sobre la función del trabajo como el elemento determinante del valor de la mercancía.

Muchos siglos antes, con una impresionante capacidad de abstracción, Aristóteles llegó a vislumbrar en «La Política» el papel del trabajo en dicha determinación. Si la mercancía es la célula del modo de producción capitalista y el trabajo la medida del valor de la misma (mejor aún, la cantidad de tiempo de trabajo), esto no puede dejar de tener consecuencias insoslayables y determinantes en el desarrollo histórico del capitalismo. El trabajo pasado, muerto, no crea nuevo valor, sino que traslada un valor creado y materializado en los medios de producción a la nueva mercancía en proceso de creación; ya sea de golpe, si se trata de capital circulante, ya sea por fracciones a lo largo de un período de tiempo, si se trata de capital fijo (hay que cuidarse mucho de confundir y/o identificar estas categorías con el fundamental y genial descubrimiento de Marx expresado en las categorías capital constante y capital variable). Sólo el trabajo presente, vivo, es creador de nuevo valor, fuente de valor y, consiguientemente, de plusvalía. Mediante la introducción de tecnología el capitalista se propone aumentar la plusvalía relativa, ya que por razones naturales e histórico-sociales la plusvalía absoluta encuentra límites en sus posibilidades de incrementarse.

Sin embargo, la introducción de nuevas tecnologías desplaza fuerza de trabajo; es decir, la única mercancía cuyo uso genera trabajo vivo único elemento generador de nuevo valor. Por lo cual, si bien puede aumentar la tasa de plusvalía la tasa de ganancia tiende a caer. O sea, para la clase capitalista el desarrollo científico-tecnológico es a la vez una necesidad y una amenaza.

El objetivo de la clase capitalista es el permanente aumento de la tasa de ganancia, pero el aumento de la inversión en medios de producción, tecnología, provoca la tendencia a su descenso.

En cambio, para la clase obrera, para las masas desposeídas emancipadas de las relaciones burguesas de producción el desarrollo e inversión productiva de la ciencia y la tecnología sólo tiene un significado: crear las condiciones, las premisas, que permiten invertir menos tiempo de trabajo para satisfacer las necesidades básicas y aumentar el tiempo libre para el desarrollo multifacético de sus cualidades humanas, para alcanzar por fin la libertad, lo que realmente debe considerarse libertad. Por eso el capitalismo y la clase capitalista llegados a este punto de la evolución histórica de la humanidad son una traba para el progreso, son reaccionarios y contrarevolucionarios, su existencia ya hace tiempo ha devenido absolutamente irracional y nuestra época no tiene otra misión histórica que proclamar su irrealidad, hacerlo irreal en la realidad. Por eso, los trabajadores asalariados y las masas desposeídas de la sociedad son objetivamente democráticos, progresistas y revolucionarios.

Las leyes de la producción capitalista provocan la tendencia al crecimiento de la composición orgánica del capital, producto genuino de la evolución del capitalismo. Esta tendencia se impone y comprueba en el aumento constante de la proporción del capital invertido en capital constante (medios de producción, tecnología, etc.), respecto a la fracción invertida en el capital variable (fuerza de trabajo; capacidad de trabajar bajo la forma de trabajo asalariado; o sea como mercancía y, por consiguiente, portadora de la dualidad trabajo abstracto-trabajo concreto y, como tal creadora de valor y valor de uso). La tendencia al crecimiento de la composición orgánica del capital provoca la tendencia al desplazamiento de la fuerza de trabajo (única fuente de creación de valor y, por ende, de la forma de la riqueza del modo de producción capitalista: el capital). De aquí, como llevamos dicho la tendencia a la caída de la tasa de ganancia. Por tanto, el crecimiento de la composición orgánica del capital tiende a desplazar al trabajo vivo, precisamente la fuente de creación del capital. O sea, cuando el alienante mito sobre «el fin del trabajo» y su abstracción fantasiosa y engañosa es superado por el estudio de la realidad histórica concreta podemos comprender que en absoluto estos fenómenos expresan ni son presagios de «el fin del trabajo» en general. ¡No! Por el contrario, expresan y en términos históricos, son presagios (dependiendo de la acción de los hombres, de las masas populares), de la crisis del capitalismo y la burguesía.

Por cierto, combatir al neoliberalismo es una tarea insoslayable en tanto estrategia política destinada a contrarrestar estas tendencias negativas para las clases dominantes y hacer recaer sus efectos sobre la espalda de los pueblos. Sin embargo, podría ser erróneo ante estos fenómenos limitar la cuestión al neoliberalismo. Esto podría generar la falsa y peligrosa ilusión de que más allá del neoliberalismo otro capitalismo sería posible. El asunto es más profundo. El problema que tiene enfrente la humanidad es el capitalismo en sí mismo. Y esta es nuestra tarea política: volver a educar a las masas populares en esta perspectiva. Porque, llegados a este punto del desarrollo del capitalismo, ¿es posible el capitalismo sin la sombra del neoliberalismo? Las políticas neoliberales pueden retroceder momentáneamente; ora pasar a la defensiva ora a la ofensiva. Pero, en todo caso el neoliberalismo retornará siempre y en breves plazos históricos. Y esto es así porque la fracción hegemónica de la clase capitalista, y esta clase ya no conocerá otra hegemonía, para la bonanza de sus intereses reclama políticas neoliberales. ¿Cuáles son las condiciones materiales de esta situación?

  1. La contradicción fundamental del capitalismo es el carácter cada vez más social de la producción y el carácter cada vez más privado de la apropiación: la globalización expresa el primer factor de la contradicción; la transnacionalización, el inmenso crecimiento de las empresas transnacionales el segundo.

  2. La tendencia a la concentración y centralización del capital continúa; la sociedad se divide cada vez más en una oligarquía, un puñado de magnates del capital, de un lado y, una masa de miles de millones de desposeídos, por otro (según datos recientes de la ONU, ocho o doce personas tienen la misma riqueza que la mitad de la población mundial, dos mil quinientos o tres mil millones de personas).

  3. Precisamente, los beneficiarios privilegiados de este proceso de concentración del capital es la oligarquía financiera. El capital financiero.

  4. El capital financiero está indisolublemente ligado a la especulación, al parasitarismo, a la riqueza y el capital ficticio; en fin, a un capitalismo parasitario y en descomposición. La crisis mundial del capitalismo, desde 1929 hasta 2008, expresan este carácter parasitario y en descomposición e imponen saltos cualitativos a la crisis en el proceso de centralización del capital.

  5. El capitalismo ha devenido imperialista y este carácter que acompañará al mundo burgués hasta la tumba está indisolublemente ligado con las cuatro características definitorias del capitalismo en su última fase anotadas en los cuatro puntos precedentes. El imperialismo ha significado: la expansión colonial en las últimas décadas del S XIX; dos guerras mundiales en cincuenta años; carrera armamentista que no cesa; según la ONU, trece guerras, invasiones, etc. en menos de tres décadas. El capitalismo en su fase imperialista no puede dejar de ser agresivo, antidemocrático, militarista, reaccionario en toda la línea.

  6. Hace por lo menos más de un siglo y medio que el capitalismo significa una traba para el desarrollo de las fuerzas productivas. Pero hoy, sin embargo, significa no sólo una traba sino una amenaza real para la destrucción absoluta de las mismas por una hecatombe nuclear y-o una catástrofe ecológica.

El mito sobre «el fin del trabajo» es un eufemismo y una falsedad, tiene un significado ideológico, de clase; promueve la transformación en la cabeza de los pueblos de la crisis de la clase capitalista y del capitalismo en crisis de la sociedad toda.

El crecimiento sostenido de la inversión en capital constante, la elevación de la capacidad productiva de la humanidad a través del desarrollo de la ciencia y la tecnología se presenta ante la burguesía como una amenaza a su existencia. Para los trabajadores, en cambio, ese desarrollo es condición de su liberación, es la premisa del triunfo de la libertad sobre la necesidad, es la condición material para que el contenido del tiempo de la vida del hombre no sea la alienación y la enajenación del producto de su trabajo y de su propia vida, sino la creación, el desarrollo espiritual, el tiempo libre para ser, precisamente, libre; es la condición para la humanización del hombre.

«La cosa está en que un día haya tiempo para todo, para hablarnos sin apuro, para compartir los hijos, para hacer fin de semana como si vivir fuera tiempo libre, espacio para estar…».

Las condiciones materiales para que se cumpla el sueño al que le canta Silvio ya existen; y su realización es una necesidad histórica de la que depende la sobrevivencia de la humanidad.

Aldo Scarpa.

Nuestro comentario:

Comencemos por el final y nuestro acuerdo. ¿Qué falta?: nada más, ni nada menos que el programa y la voluntad política organizada para aplicarlo.

Dice Scarpa y lo compartimos:

«Por cierto, combatir al neoliberalismo es una tarea insoslayable en tanto estrategia política destinada a contrarrestar estas tendencias negativas para las clases dominantes y hacer recaer sus efectos sobre la espalda de los pueblos. Sin embargo, podría ser erróneo ante estos fenómenos limitar la cuestión al neoliberalismo. Esto podría generar la falsa y peligrosa ilusión de que más allá del neoliberalismo otro capitalismo sería posible. El asunto es más profundo. El problema que tiene enfrente la humanidad es el capitalismo en sí mismo».

Más adelante agrega un concepto que mucho tiene que ver con este:

«Precisamente, los beneficiarios privilegiados de este proceso de concentración del capital es la oligarquía financiera. El capital financiero».

«El capital financiero está indisolublemente ligado a la especulación, al parasitarismo, a la riqueza y el capital ficticio; en fin, a un capitalismo parasitario y en descomposición. La crisis mundial del capitalismo, desde 1929 hasta 2008, expresan este carácter parasitario y en descomposición e imponen saltos cualitativos a la crisis en el proceso de centralización del capital».

Lenin nuestro maestro, analizó el tema y estamos hablando de principios del siglo 20:

«Una parte cada día mayor del capital industrial –escribe Hilferding– no pertenece a los industriales que lo utilizan. Pueden disponer del capital únicamente por mediación del banco, que representa, con respecto a ellos, al propietario de dicho capital. Por otra parte, el banco también se ve obligado a colocar en la industria una parte cada vez más grande de su capital. Gracias a esto, se convierte, en proporciones crecientes, en capitalista industrial. Este capital bancario, por consiguiente, capital en forma de dinero, que por este procedimiento se trueca de hecho en capital industrial, es lo que llamo capital financiero». «El capital financiero es el capital que se halla a disposición de los bancos y que es utilizado por los industriales»[1].

Scarpa agrega otro concepto que merece ser analizado porque fue un punto de discrepancia de Lenin con Kautsky que aún la izquierda no ha saldado:

«El capitalismo ha devenido imperialista y este carácter que acompañará al mundo burgués hasta la tumba está indisolublemente ligado con las cuatro características definitorias del capitalismo en su última fase anotadas en los cuatro puntos precedentes. El imperialismo ha significado: la expansión colonial en las últimas décadas del S XIX; dos guerras mundiales en cincuenta años; carrera armamentista que no cesa; según la ONU, trece guerras, invasiones, etc. en menos de tres décadas. El capitalismo en su fase imperialista no puede dejar de ser agresivo, antidemocrático, militarista, reaccionario en toda la línea».

¿Qué ha sucedido? No sólo que hoy siendo cada vez más agresivo el accionar de los «servicios» con origen en EE.UU. y el peligro de la guerra se extiende más allá de las actuales, por otro lado el comando del libre comercio mundial pasa de EE.UU. a China y su entorno gobernada por el Partido Comunista, y el propio centro del capitalismo mundial se desplaza, mientras una facción capitalista con sede en EE.UU. y con Trump a la cabeza amuralla su economía. La vida le ha dado la razón a Lenin, no a Kautsky.

Volvamos entonces al programa que es a nuestro leal saber y entender el medio para cumplir con la última frase que compartimos del compañero Aldo Scarpa.

¿El programa sigue siendo estatizar la economía o hoy tenemos otro panorama que nos permite pensar más allá de las economías nacionales?

Que nos hace pensar que el objetivo de la izquierda hoy en el mundo es la toma del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial para cambiar su política, y que para ello disponemos de dos herramientas fundamentales: la moneda y el sistema impositivo.

Jorge Aniceto Molinari.
Montevideo, 16 de
Marzo de 2020.

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[:es]Esto es ahora: 2019.[:]

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Esto es ahora: 2019.

(Abordando eso gris, que parece la teoría).

Pedro Sánchez y Pablo Iglesias dándose un abrazo.Se perfila como novedad un gobierno en España del PSOE y Podemos. Se están discutiendo cargos lo cual no es novedad, pero la preocupación es que programa para España y ahora ya con eso no alcanza, es necesario avanzar en un programa para el mundo.

No somos optimistas. Ahora la situación va agregando cada vez más ingredientes en la crisis en un mundo cuyo gobierno y en la pugna está en manos de los cuerpos gerenciales de los conglomerados empresariales multinacionales, sus instrumentos para aplicar su política a los Estados son el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional. Es una dictadura por ahora no cuestionada y donde todo lo demás viene por añadidura.

Tal vez la historia nos esté reservando novedades, son demasiados los ingredientes que se le vienen poniendo a la olla de la crisis, para que de ella la humanidad no saque enseñanzas para avanzar.

Y porque no, desde España, desde Uruguay; miren lo que está pasando en Bolivia, todo el odio de clase al desnudo como que hubiera estado escondido por la afrenta que para ellos significaba que un «Indio» fuera Presidente, con el apoyo del pueblo.

Hasta la sociedad en EE.UU. parece más tolerante luego del gobierno de Obama, ahora el problema sigue siendo el mismo: ¿cuál es el programa que necesitamos para abordar la crisis y sus consecuencias?

La derecha lo quiere todo aunque no sabe para qué. En el poder se siente segura. En Venezuela ganaron una elección entre más de 10 (la abstención de la izquierda fue notoria). En Bolivia aún con crecimiento económico importante, Evo dio un paso en falso, y fuera, sus mayorías no califican en el mercado capitalista. Recordemos que su derrota en la propuesta constitucional de continuidad fue precedida de una campaña de prensa, sucia sobre su moralidad, que luego se demostró falsa.

Un amigo me escribe coincidiendo con mis enfoques, pero me señala que insisto con la revolución bolchevique que está fuera del conocimiento de las generaciones actuales.

Tal vez tenga razón en que me faltan elementos en el desarrollo, y que no explique suficientemente en que todos los cambios sociales para afirmarse necesitan de la teoría y del conocimiento profundo de la realidad. En 1917 llegó en plena crisis al poder, un partido que tenía toda una estructura ideológica que no la enarbolaba como dogma sino como guía para la acción y a su vez la enriquecía permanentemente con nuevos textos. Eso se cortó en 1924 y aún hoy la humanidad lo sufre porque no ha podido reemplazarlo y continuar la tarea de elaboración que es lo que hoy necesitamos imperiosamente. Hoy la crisis irreversible de la predominancia del modo de producción capitalista abarca a todo el planeta.

Los partidos actuales, todos, elaboran programas para su país como si el resto del mundo no existiera y no fuera determinante.

Sin embargo el propio Marx tenía una respuesta para esta interrogante:

«…El conjunto de las relaciones de producción forma la estructura económica de la sociedad, la base real sobre la que se eleva un edificio (Uberbau) jurídico y político y a la que corresponden determinadas formas de conciencia social. El modo de producción de la vida material determina (bedingen) el proceso de la vida social, política y espiritual en general. No es la conciencia del hombre la que determina su ser, sino por el contrario, el ser social es lo que determina su conciencia».

Esta estructura económica es hoy ecuménica. De eso la conciencia social ha comenzado a tomar nota y necesita tiempo y experiencia para conformar la voluntad política necesaria para avanzar.

Estamos en presencia de una crisis irreversible de la predominancia del modo de producción capitalista y no solo necesitamos que su muerte sea en paz, sino que sea reconocida como tal.

Cuánto ha costado en términos de desarrollo de la economía, que se entendiera que tal como venía el desarrollo económico de la humanidad, el capitalismo que conociera uno de sus centros de mayor desarrollo en el Reino Unido, necesitó, en una determinada etapa, construir un nuevo centro sobre la base en gran parte de la herencia cultural del propio Reino Unido en EE.UU., rica en luchas sociales y la aplicación de todos los avances de la tecnología, recordemos el rol del ferrocarril en medio de la guerra civil en la construcción de la unidad nacional.

Similitud en la utilización de ferrocarril para construir el ejército rojo, y la propia unidad de la Unión Soviética sobre esa base en medio de la guerra civil.

La vida hacía añicos la teoría del súper imperialismo y daba la razón a los análisis de Lenin.

Sin embargo, la vida iba a depararnos nuevas vueltas, EE.UU. comandaba el libre mercado en el mundo, y a la vez la Unión Soviética, luego de la derrota de Lenin, se convertía en el modelo alternativo al capitalismo que se esboza desde un capitalismo de estado y se amuralla.

Renacía nuevamente la teoría del súper imperialismo. Y otra vez la vida no sólo que da por tierra con esta teoría sino que nos hace vivir hoy la paradoja en la construcción de un nuevo centro predominante del capitalismo mundial en China y su entorno, gobernada esta por el Partido Comunista y liderando el libre comercio mundial.

El ministro del área en el gobierno Bolsonaro de Brasil acaba de informar –no ocultando su satisfacción– que ese país va a firmar un tratado de libre comercio con China. Cosas vedere Sancho, le haría decir don Miguel de Cervantes a don Quijote.

Y por si esto fuera poco es EE.UU. ahora el que se amuralla, y no son pocos los izquierdistas que sueñan en el mundo con sus propias murallas con el objetivo de desarrollos nacionales.

«El modo de producción de la vida material determina (bedingen) el proceso de la vida social». El proceso de la economía china y su entorno necesariamente luego de su auge va a conocer la necesidad de planificar su vida posterior, se pondrá en juego en el nuevo centro del capitalismo la capacidad de los comunistas para rectificar una compresión de los fenómenos sociales luego de la derrota de Lenin, que no ha permitido comprender en su plenitud el pensamiento de los maestros y frenó por todo un período la compresión de los fenómenos que estábamos viviendo.

Tal vez lo que ha costado pasar de los límites nacionales a los internacionales, para elaborar respuestas en beneficio de la gente. Hoy todavía los comunistas y los socialistas son nacionales. La literatura sobre la derrota de Lenin en 1924, es aún muy escasa. En el Uruguay tenemos el privilegio de tener un texto de José Batlle y Ordoñez sobre el tema.

Sin embargo, la tarea central para procesar este cambio aún no está planificada –falta la voluntad política que lo realice y es nada más ni nada menos que la toma del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional para imponer un cambio sustancial en su política, que necesitará de dos herramientas primarias para poder ser aplicada: la moneda y los impuestos.

Ahora creo entender que está pasando con quienes leen mis notas: Toda la vida se basaron en la idea de que socialismo es propiedad estatizada, y que alguien venga y les diga que eso es un error, que el socialismo se construye no creando un modelo alternativo al capitalismo, sino desarrollando éste hasta sus límites, para luego ayudar a que su predominancia muera en paz y se comience a planificar la economía con un carácter mundial y sobre la base de una moneda única universal y que los impuestos que la sociedad necesita para abordar las necesidades de este etapa deben provenir de la propia circulación del dinero, dando muerte a los paraísos fiscales y haciendo no válida toda transacción que no esté debidamente registrada en los instrumentos que la sociedad democráticamente determine.

No desconocemos que en toda una etapa de la historia, el Estado cumplió una función y muchas veces fue el escudo de los débiles, cuando los débiles pudieron hacerse fuertes para defender sus derechos. Ahora, siempre fue un medio y no un fin en sí mismo.

No renegamos de ninguno de los programas nacionales que en su momento reivindicó la izquierda en la lucha de clases, si aportamos que estos tenían y tiene un período a cumplir que hoy necesita de una perspectiva superior.

Y nos hacemos cargo, ahora que está de moda decir que uno se hace cargo, de todos los errores cometidos en el capitalismo de estado con el objetivo de contribuir a liberar a la sociedad de las consecuencias de la explotación capitalista. De lo que no nos hacemos cargo es de convertir esas acciones en la teoría necesaria para superar la etapa capitalista de la sociedad, y menos de emparentarla con las ideas que en su momento desarrollaron los maestros. Y menos aun de la corrupción y de los crímenes que se cometieron en nombre de los ideales revolucionarios.

La vuelta a esas ideas es lo que nos permite pensar que un mundo mejor es posible.

Jorge Aniceto Molinari.
Montevideo, 14 de Noviembre de 2019.

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[:es]Hagamos volar la imaginación.[:]

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Hagamos volar la imaginación.

(Abordando eso gris, que parece la teoría).

Los jalones que conocemos en la historia tienen acontecimientos que marcan luego los tiempos. Por ejemplo la toma de la Bastilla en la revolución francesa, el asalto al Palacio de Invierno en la revolución rusa. Eclosión de procesos.

Nosotros en nuestra humildad vamos a intentar hacer volar la imaginación y nos planteamos, como un signo de estos tiempos, la toma de los organismos financieros internacionales, en particular el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.

En este caso no se trata de la toma física sino en la toma ideológica de los mismos y lo que ello significa para la política económica que se desarrolla en el mundo.

Una primera dificultad, existe la creencia bastante arraigada de que la realidad se cambia Estado por Estado, y que el gobierno del mundo radica en los Estados. Y eso ya no es así, el gobierno del mundo, y lo que es fundamental el de su economía, no reconoce a las autoridades estaduales –que incluso selecciona (y para ello usan la democracia, la dictadura, los golpes de Estado, según los convenga) en función de sus intereses– sino a los estados mayores gerenciales de los complejos empresariales multinacionales que además están en pugna por la rentabilidad que se va agostando permanentemente en la medida que la expansión del modo de producción capitalista alcanza los límites planetarios.

Es en esta realidad en la que se han creado dos organismos encargados de regir las políticas necesarias a las corporaciones y a los propios Estados en línea con ellos, son el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.

Entonces para la política que rige en los Estados surgen dos posiciones, una que nos plantea que debemos seguir al pie de la letra sus recomendaciones para entonces acceder al desarrollo económico (el llamado flujo de capitales) y otra la de que debemos romper con estas instituciones porque proponen una política de ajuste en las economías, que conduce al hambre y la desocupación de los pueblos. De más está decir que las dos posiciones sufren los avatares de la crisis actual.

No compartimos ninguna de las dos posiciones. Creemos que la voluntad política organizada en el mundo debe plantearse el tomar la dirección del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional, para aplicar un programa de transición que nos saque de esta crisis irreversible de la predominancia del modo de producción capitalista y la ayude a morir en paz.

Me imagino el escándalo y más bien el ignorar este planteo, (esto sucedió con el discurso del entonces Presidente Mujica en la ONU en setiembre del 2013, lamentablemente única oportunidad en que encaró el tema con la seriedad que requiere) de todas las corrientes políticas que han hecho parte de su transitar en el mundo el ocupar los cargos estatales, el dulce encanto de la burocracia. Lo que no quiere decir que no haya sido necesaria para determinada etapa de la historia humana que ahora está llegando a su fin.

Imagino a estos organismos o a otros similares en esta su función actual, determinar por ejemplo, la muerte de la multiplicidad de monedas, y así como existe, el kilo, el litro, el metro… que exista en la economía una medición única y universal, y con ello cerrando la etapa de las maniobras estaduales y de empresas dedicadas a ello, contra la gente con las mismas. Y luego establecer que los sistemas impositivos deban establecerse sobre la circulación del dinero, haciendo no válidas las transacciones que no estén registradas en los organismos que la sociedad determine, dando muerte a los paraísos fiscales y a los impuestos basados en el consumo, los salarios y las jubilaciones.

Cuantos «marxistas» nos dirán: pero esa no es la revolución que planteaban Marx, Engels y Lenin. Es el problema que podemos tener con los «marxistas» mal leídos, pero es hora que a los maestros –con una formidable obra que ha enriquecido a la humanidad–, se les valore por el verdadero valor de las mismas.

El capitalismo como modo de producción predominante ha preparado las condiciones para ser superado. Pero no va a ser sustituido por un modo de producción que lo confronte y lo derrote como fue lo que la concepción stalinista desarrolló en toda una etapa en que el desarrollo del capitalismo de Estado (no se trataba ni se trata de un modo de producción diferente) se presentaba como alternativa. No renegamos de esa etapa de la historia, entre otras cosas porque usufructuó la herencia de la revolución rusa y permitió con mucho sacrificio construir experiencias importantes para la humanidad como fueron por ejemplo la revolución china y la cubana que luego empezaron a reencaminar su andar hasta llegar a lo que sucede hoy en que el propio capitalismo se encamina a establecer a China y su entorno como un nuevo centro en la actual etapa de su desarrollo.

Cuánto costó y con qué sacrificio la gente agobiada por el hambre, empujó para que se tomara la Bastilla, otra cosa –también existía el hambre– fue la toma del Palacio de Invierno, en que un Partido organizado y con base ideológica iba dando los pasos para que el accionar popular se plasmara en lo que fue el primer gobierno bolchevique.

Esta época en muchos aspectos es diferente, la humanidad conoce un desarrollo del modo de producción capitalista que hace maravillas con la tecnología y llega a los confines de todo el planeta. Pero la tasa general de ganancias se agosta, y la rentabilidad comienza a buscarse en los peores incentivos contrarios al desarrollo humano, agravando además la llamada grieta social, que no es otra cosa que la propia crisis del sistema. A la vez aumentan, el déficit fiscal, los endeudamientos y el monto en los paraísos fiscales. Hay una capacidad productiva que va quedando a la vera del camino rápidamente y se vuelve rápidamente obsoleta y otra nueva rápidamente se incorpora. Desde el punto de vista humano –tal vez lo más grave, con tremendo peso en la consciencia colectiva– millones de seres que pasan por la vida en muy malas condiciones y sin tener de parte de la sociedad una respuesta que le permita realizarse como seres humanos.

Los stalinistas y neostalinistas no dan pie en bola, y es hora de recurrir al bagaje de conocimientos que la humanidad atesora en la obra de los maestros para poner en práctica no el de crear un régimen alternativo y de confrontación sino para desarrollar las herramientas que permitan la transición en paz, sin desconocer los riesgos que significa una agravación de la guerra que el negocio de esa industria está realizando.

Aspiramos a que el mundo tenga una respuesta antes de que la crisis tenga consecuencias aún más graves, pero no tenemos duda de que este camino, el que hemos venido desarrollando, es el que hay que recorrer, para iniciar una tarea gigantesca para el porvenir, para lo cual están todas las condiciones. Porque un mundo y una humanidad mejor es posible.

Jorge Aniceto Molinari.
Lavalleja, 6 de Septiembre de 2019.

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[:es]Comunistas…[:]

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Comunistas…

(Abordando eso gris, que parece la teoría).

En 1781, (no hace tanto tiempo, para un ser humano es mucho, para una sociedad apenas un suspiro en el tiempo) la revolución francesa con libertad, fraternidad e igualdad, conmovía las bases feudales de la sociedad y hacía del desarrollo de la naciente burguesía un nuevo centro para el desarrollo del aparato productivo de la humanidad.

Hubo quienes idealizando esa base material se propusieron ir más lejos. Los procesos sociales no son lineales, son sinuosos.

El nuevo aparato productivo iba incorporando más y más mano de obra, aún en las peores condiciones en esa acumulación primitiva del capital que se hacía dejando de lado la vida feudal o la posibilidad de que los talleres artesanales, cuna del capitalismo junto con el rol de los comerciantes, fuera a su vez cuna para un posible cooperativismo.

Ubiquémonos en el tiempo y en las condiciones de esa época de predominancia feudal, en esa división de clases se desarrolló no sólo la base económica de la naciente burguesía sino todas las relaciones que el ámbito de la vida humana abarca.

Las posibilidades económicas estaban del lado del crecimiento, y eso era el arte de la novel burguesía, la razón de su éxito.

Los trabajadores –algunos de ellos– entonces pasaron a ser o socios en los proyectos burgueses aceptando las diferenciaciones entre los que serían sus iguales o pasar a constituir grupos de presión para obtener mejores condiciones. (El rol y evolución de las Trade Unions).

Recordemos la contradicción entre el burgués que necesitaba ahorrar en remuneraciones –la llamada acumulación primitiva– para más rápidamente capitalizarse y su necesidad de que el resto de la sociedad tuviera suficiente poder adquisitivo para consumir sus mercancías. La teoría siempre actualizada de que la sociedad humana tiende hacia una única tiranía (el super imperialismo), ya nacía muerta.

En esa lucha, episodio de la lucha de clases, destacada por su crueldad, nacieron las corrientes modernas apoyadas en el proletariado, el anarquismo, el socialismo, el comunismo.

El anarquismo idealizó la libertad y pretendió liberarla del propio proceso económico, lo que fue utilizado por la burguesía. Sin embargo su idealismo abonó muchos proyectos políticos en que se tuvo que tener en cuenta a la «masa» y también tomada como pretexto para la provocaciones de la burguesía (los mártires de Chicago, el nacimiento del día internacional de la mujer, Sacco y Vanzetti…), para imponer sus condiciones represivas.

El socialismo, mejor denominado social democracia, nació en un proceso social en que los continuos enfrentamientos sociales necesitaban de un programa para que en el plano político se reflejaran las necesidades sociales.

Su suerte inexorablemente tenía que acompañar a la del propio sistema. Mientras el sistema se expandía su rol acompañaba las mejores inquietudes sociales para incorporar avances en las distintas legislaciones.

Entonces las crisis del sistema en su desarrollo se trasladarían al propio proceso de la socialdemocracia. Tal vez el más crucial llegó cuando fue impulsada a votar los créditos guerra y cómplice en impulsar así una masacre en la tragedia de la primera guerra mundial.

De la lucha por la paz, y con todo el bagaje de la labor ideológica fundamentalmente de Marx, Engels y el propio Lenin, del Partido Obrero Socialdemócrata ruso de su ala bolchevique nacería la reivindicación del comunismo.

Sin embargo la vida nos prepararía una nueva muy importante circunstancia en el desarrollo de la base material de la sociedad y su repercusión en todos los aspectos de la vida humana.

La crisis que originó la primera guerra mundial hizo que en el poderoso Imperio Ruso, se originara, como antes con la Comuna de Paris en 1871, un proceso revolucionario cuyo objetivo era la paz, y avanzar en las conquistas democráticas de las masas.

Don José Batlle y Ordoñez en el Uruguay, un estudioso entre otros de Marx, lo dice con total precisión a la muerte de Lenin en un editorial de su diario «El Día», la revolución significó para la gente acceder a avances democráticos que el mundo venía incorporando, y a la vez entrar en un proceso contradictorio de poder. La sociedad no estaba madura en el mundo para un nuevo modo de producción y menos aún en la Rusia Zarista donde el atraso era notorio.

Sin embargo, luego de la guerra, restañadas sus heridas e iniciando un nuevo proceso de desarrollo, el capitalismo como sistema reservó a la nueva Unión Soviética el papel de construir un capitalismo de Estado el que se denominó comunista en contraposición a las ideas de Marx, Engels y Lenin, mencionamos a los más destacados–, a los que decía aplicar.

«En la producción social de su vida, los hombres entran en determinadas relaciones necesarias e independientes de su voluntad, relaciones de producción, que corresponden a un determinado grado de desarrollo de sus fuerzas productivas materiales».

«Estas relaciones de producción en su conjunto constituyen la estructura económica de la sociedad, la base real sobre la cual se erige la superestructura jurídica y política y a la que corresponden determinadas formas de conciencia social. El modo de producción de la vida material condiciona el proceso de vida social, política y espiritual en general. No es la conciencia de los hombres la que determina su democrático y revolucionario cada vez más pronunciado».

Estas palabras de Marx que pueden tener defectos de traducción son las que están en debate en primer lugar entre materialistas e idealistas. Junto con el concepto de que los modos de producción también nacen, se desarrollan e inician su proceso de extinción.

Si bien hoy la crisis nos hace temer incluso por la continuidad de la propia Humanidad, su esencia no es otra que la del agostamiento de la tasa general de ganancia del modo de producción capitalista que cuestiona la continuidad de su predominancia al cuestionar la continuidad de la rentabilidad en sus inversiones. Así de sencillo.

Y mientras el hoy mal llamado comunismo está cada vez más lejos de un Estado que realmente lo sea, la humanidad se aproxima con una contradicción incomprensible para estos teóricos «comunistas»: China gobernada por un Partido Comunista líder del libre comercio en el mundo y convirtiéndose en un nuevo centro para el desarrollo y EE.UU. teniendo que recurrir a un amurallamiento para preservar al sector de la burguesía de ese país que hoy está en el poder, en creciente contradicción con lo que fue en su tiempo la expansión imperialista de sus empresas multinacionales.

Esto hace que nuestra gran preocupación sea la de retomar los análisis científicos de los maestros sobre el desarrollo de la sociedad para incidir en la formación de la voluntad política que permita a través de un programa organizar a lo mejor de la humanidad para superar esta etapa y entrar en una transición que ayude a la predominancia del capitalismo a morir en paz y estimule el nacimiento del socialismo.

Ese programa desde nuestro humilde conocimiento tiene dos herramientas centrales: la moneda y los impuestos.

Hoy por ejemplo en el Uruguay desde sectores de la izquierda se cuestiona que el Gobierno se embarque en una nueva planta de celulosa, la mayor inversión en la historia del Uruguay, argumentado además que se les da a los inversores enormes ganancias, sin las cuales seguramente no invertirían.

El problema es que estos sectores siguen idealizando las posibilidades nacionales y extrapolan al país de la economía real del mundo, es por eso además que de moneda y de impuestos no hablan y en eso comparten la política del gobierno a no ser la de un sistema impositivo que haga inviable la inversión de fuera de fronteras, política que hoy ni siquiera se puede aplicar en Cuba que cada vez participa más del mercado mundial donde ha entrado fundamentalmente con sus avances científicos.

El Frente Amplio de Uruguay que ha venido siendo ejemplo en el mundo de convivencia de distintas corrientes seguramente en los tiempos que vienen tendrá que afrontar este desafío ideológico, más allá de un cuarto periodo de gobierno, en un mundo donde la crisis crece y la necesidad del programa para afrontarla es esencial.

Esta es la sencilla razón por la cual una vez comprendidos estos temas y más allá de las circunstancias no he renunciado nunca a mi militancia comunista por el socialismo e invito a quienes han leído y están cerca de los maestros a reflexionar sobre el curso actual de los acontecimientos donde todos los esfuerzos deben ser bienvenidos.

Jorge Aniceto Molinari.
Montevideo, 28 de Mayo de 2019.

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[:es]Con el Doctor Henry Engler.[:]

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Con el Doctor Henry Engler.

(Abordando eso gris, que parece la teoría).

Con el coterráneo Henry Engler (ambos nacimos en Paysandú), fuimos contemporáneos en los tiempos de CUDES (Centro Único de Estudiantes Sanduceros), y más particularmente con Walter, su hermano mayor: el Chody, también como Henry recibido de médico en Suecia, lamentablemente ya fallecido. Eran épocas de efervescencia ideológica particularmente por la influencia de Cuba revolucionaria. En la Paysandú industrial eso se vivía intensamente.

No nos hemos vuelto a encontrar personalmente, pero sí por este medio tecnológico fantástico que es el mundo actual de las comunicaciones.

Henry es actualmente por merecimientos propios una personalidad mundial en el mundo de la medicina, particularmente en la técnica de los positrones (creo no equivocarme), y tal vez por ello cobran mayor importancia sus opiniones en el plano político. Sobre ellas es que quiero abrir el debate porque las considero honestamente equivocadas.

Dice Henry:

«Carta de Henry Engler para Raúl «Bebe» Sendic que fue leída en la plaza el 28 de abril.

Querido hermano Raúl:

Te hago unas líneas con motivo de este recordatorio de tu partida hacia nuevos universos.

Aquí las cosas están, algunas bien y otras muy mal.

Acontecimientos recientes me han llevado a pensar en cuántas cosas raras nos han metido en la cabeza desde siglos y en las consecuencias que esto tiene para todos.

Empiezo con el concepto de «Patria». De niños en la escuela, nos ponían en fila y nos hacían marchar cantando una canción que decía:… «Es muy bella mi bandera, nada iguala su lucir y es su sombra la que buscan los valientes al morir» y después: «no ambiciono otra fortuna ni reclamo más honor que morir por mi bandera, la bandera bicolor». Es decir: hay que morir por la patria, que es la bandera. O está representada por la bandera. Crecimos con la idea de ser valientes y morir por la bandera. Y me he estado preguntando sobre estas cosas.

En la guerra civil española alguien escribió una canción que dice: «Dicen que la patria es un fusil y una bandera. La patria son mis hermanos que están labrando la tierra».

Esto lo escuchamos no de niños, sino de jóvenes. Cuando empezamos a dudar de lo que nos habían enseñado. Y empecé a recabar información sobre el origen de nuestra patria. Encontré que en los orígenes, un señor llamado Lavalleja (hay un departamento que lleva su nombre) le dio instrucciones a otro señor llamado Fructuoso Rivera (hay un departamento que lleva su nombre) de solucionar definitivamente el problema de los Charrúas. Mientras esos indios brutos que lo único que habían hecho bien era haber peleado con Artigas siguieran existiendo, no se podía construir una patria. Entonces el militar Don Fructuoso junto con el militar Bernabé Rivera se dedicaron a perpetrar el primer genocidio. El genocidio contra los Charrúas. Les mintieron a los indios que creyeron en ellos y les tendieron una trampa. Arrancaron en Salsipuedes y después los persiguieron por todo el territorio. Y abrieron el camino hacia la patria moderna. Patria que hoy sigue siendo para algunos, el cuartel y una bandera. Se nos ocultó el genocidio en las escuelas, porque: ¿qué importancia tenía? Eran indios. Y además con todas las calles que se llaman Rivera y Lavalleja no eran tan importantes estos hechos.

Heredamos un ejército inspirado en militares como estos. Que jamás va a reconocer que cometieron un genocidio entonces y que no reconocen tampoco el genocidio reciente que perpetraron contra gente que como los charrúas no pensaba como ellos. Genocidio contra la llamada izquierda. ¿Que importan 174 jóvenes que piensan diferente? ¿Y qué importa que la mayoría no hacía resistencia armada?

Bueno, nos enteramos recientemente que los genocidios contra quienes piensan diferente no comprometen el honor del ejército. Pero si un oficial por cobardía no defiende a otro oficial, toda la organización se sacude. Todo el sistema patriarcal está en peligro. Mentir y cubrirse es honrar a la patria. Esta manera de pensar es tan aberrante como la manera de pensar del patriarca Rivera que de paso quería matar a Artigas porque el tupamaro se comportaba como un indio charrúa. Esta mentalidad ha quedado metida, atornillada en la mentalidad de la mayoría de los oficiales del ejército.

El ejército es una organización vertical de oficiales, clases y tropa. Señores patriarcales oficiales, los intermediarios y sus esclavos. Los pobres de verdad que componen la tropa, no pueden ni deben decir absolutamente nada. No pueden opinar. Sólo deben obedecer. En los cuarteles se decía: la primera regla es que el comandante siempre tiene razón. La segunda regla es que, si el comandante se equivoca, rige la primera regla. ¿Qué tiene que ver esto con ideas de democracia? Singularmente, en este espanto, no participan ni han participado mujeres. Esto es patriarcado puro. En todas estas barbaridades: ¿Cuántas mujeres se cuentan? Y me dirán: pero es democracia, porque en Brasil, en elecciones democráticas, ganó el militar Bolsonaro, que conmemora el golpe del 64 y defiende desapariciones, torturas, violaciones ocurridas en la dictadura y detesta a los homosexuales. Antes de las elecciones un juez encarcela a Lula, su opositor. Después que Bolsonaro gana, nombra a ese juez de ministro de justicia.

¡Qué farsa! Viva la justicia, viva la democracia. Viva la patria.

Bueno, tenemos que reconocer que esta democracia viene heredada de los patriarcas. Está hecha a su medida y manera. Pero nosotros debemos tener en cuenta que una democracia que no respeta los derechos humanos, no es democracia: es una farsa. Tenemos que ser conscientes de que no se puede plebiscitar si se va a juzgar o no a criminales de guerra. Es también una farsa.

A Hitler lo eligieron democráticamente. Aunque era un racista declarado desde el comienzo. Si hubiesen hecho un plebiscito en Alemania después de la guerra, en esa democracia entre comillas, seguramente hubiesen votado no juzgar a los heroicos militares que hicieron desaparecer en el humo 6 millones de judíos.

El respeto por los derechos de los seres humanos en este planeta es el principio y el fin de una verdadera democracia. El gobierno del pueblo es para el pueblo. No es para el cuartel ni la bandera. El pueblo no puede permitir estas violaciones flagrantes a los derechos humanos ni tampoco se beneficia con la existencia de los ejércitos. Porque el fin del ejército no ha sido proteger a los ciudadanos, sino las guerras, los exterminios. Y me dirán: pero han ayudado en las inundaciones. O en los incendios. Y yo pregunto: ¿necesitamos un ejército con oficiales y con esclavos para eso?

¿No podemos encontrar medios más baratos y menos peligrosos para movilizarnos cuando hay catástrofes naturales?

Creo que es hora de pasar el ejército a retiro y no confiar en las democracias donde los derechos humanos rigen solo para los que deciden.

¿Para qué queremos un ejército?

Considero que no reconocen sus hechos de guerra, son unos miserables cobardes. Y los que los protegen igual. No son valientes, no tienen honor. Esto no tiene vuelta. Como sé bien que piensas como yo en este punto, lo comento aquí para todos.

Para no aburrir a nuestros compañeros del alma, no te cuento aquí sobre el drama de la contaminación. Que es otro tremendo capítulo. Espero contarte cosas positivas en la próxima. Pero ya lo positivo es que estemos juntos para analizar cosas y hallar soluciones.

Te mando un entrañable abrazo de universo a universo.

Henry».

Mi reflexión:

En mi vida he tenido el privilegio de «matear» e intercambiar opiniones en su momento con Raúl y con Alberto, hermano mayor de Raúl, dirigente militante trotskista en cuya casa en Paris, falleció Raúl. Por supuesto que con Alberto llegué a coincidir en la militancia que tenía puntos de contacto con la que desarrollaba Raúl pero también puntos importantes de discrepancia, particularmente sobre el carácter del capitalismo y la lucha armada.

En esta carta de Henry reaparecen particularmente los puntos discrepantes y tienen que ver nada menos que sobre el rol de las fuerzas armadas.

«¿Para qué queremos un ejército?», se pregunta Henry, como si los seres humanos, las sociedades tuvieran la posibilidad de elegir, más aún en este plano de interrogarnos, que no compartimos, tal vez sería más coherente preguntarse ¿para qué queremos capitalismo?.

Sabemos y si no deberíamos saberlo, que los modos de producción se suceden incorporando en su desarrollo a cada vez más sectores y superficies en el planeta; como los seres humanos nacen, se desarrollan y declinan, el capitalismo como modo de producción predominante tiene hoy claramente marcados sus límites, contrariamente a lo que dicen la mayoría de los economistas que están a su servicio. Es sobre eso que hay que poner al acento para que el mundo pueda transitar la transición en paz, cuando los desarrollos de las guerras en varios puntos del planeta amenazan la generalización y por consiguiente la catástrofe, uno de cuyos capítulos es la contaminación. Es el negocio de la industria de la guerra que da oxigeno a la asfixiada predominancia de la economía capitalista y le hace pensar en su renacer, una especie de opio en el peor sentido de la palabra, cuando lo que necesita para el bien de todos es morir en paz.

Es más, Mujica en la ONU (septiembre 2013) comenzó a transitar este camino, en que encaró el análisis de medidas universales que efectivamente son las que humildemente pienso la humanidad debe transitar, salvo que se demuestre lo contrario y empecemos a buscar otras soluciones que a mi criterio van por un camino equivocado o en definitiva no son soluciones.

No sé la razón de porque Mujica no ha vuelto sobre el tema, aunque en tu carta a Raúl podría estar una de las llaves, la de que en sus viejos compañeros el camino sigue siendo el de la confrontación de sistema contra sistema, que tuvo su auge en el stalinismo y en la derrota en su momento de las ideas de Lenin; en él aparecen ante la opinión pública como los gladiadores de una época en que los yanquis luego de su derrota en Cuba pudieron estimular las confrontaciones. Que servía a su estrategia, la de EE.UU. de estimular movimientos guerrilleros para desarticular la acción social y a la vez organizar la represión para la que reservaban su inserción en las fuerzas armadas de las distintas naciones y la Escuela de las Américas. Una verdadera pinza organizada sobre la base de la táctica del aborto. Analizaban que la tendencia de los pueblos a avanzar socialmente era inexorable, con esta táctica trataban de abortarla.

No hay dudas que para un científico muchas veces el insistir por el camino equivocado significa entre otras cosas el que en su experiencia piensa que el análisis no está terminado. Y no discutimos el derecho a hacerlo. Pero en este caso no se trata de eso como lo demuestra el discurso de Mujica en la ONU, sino el temor a transitar el camino de la ciencia en el terreno político del cual tanta necesidad tiene hoy la humanidad cuando el capitalismo está llegando a etapas cruciales y de enorme peligro para la humanidad toda. La propia situación política interna de EE.UU. con el crecimiento de las ideas socialistas es una demostración de ello. Ya no está lejano el día en que veamos al pueblo de EE.UU. crecer socialmente y a darle un nuevo vigor a las ideas de los maestros del socialismo.

No me niego a analizar el tema militar, pero sería una pérdida total de tiempo sino lo vinculamos a la etapa actual del modo de producción predominante y su crisis y someter a la sociedad uruguaya a un debate en el cual hay puntos para avanzar ya hoy y hay que hacerlo, pero el transcendente e importante es el otro, el programa de la transición que fue el que insinuó Mujica en la ONU, sobre el cual ni él ni su grupo han vuelto.

El mismo tipo de diferencia hemos tenido cuando antes se afirmó, en un acto público, que el modelo cooperativo de producción libera al trabajador del patrón, dando una visión equivocada sobre la predominancia global del modo de producción capitalista que hacen a esa liberación absolutamente inocua, si bien coyunturalmente muchas veces es necesario recurrir a ellas y a las estatizaciones, con miles de dificultades (Envidrio, Funsa, etc. etc.), para no dejar en la calle a los trabajadores. De lo que se trata es de ayudar a la humanidad a superar este modo de producción para entonces si engarzar a las cooperativas con el nuevo modo de producción como en su momento lo analizara magistralmente Federico Engels.

Jorge Aniceto Molinari.
Montevideo, 2 de Mayo de 2019.

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[:es]En polémica.[:]

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En polémica.

(Abordando eso gris, que parece la teoría).

Con el compañero y amigo Juan Pedro Ciganda, hemos tenido oportunidad y el gusto de polemizar en innumerables oportunidades y seguramente lo seguiremos haciendo, porque ese es en definitiva uno de los instrumentos que nos da la vida para aprender y avanzar.

Esta que se hizo vía Facebook se inicia con una recomendación que me hace de un texto, sobre la Revolución Rusa1, y una observación inicial que realizo al método empleado:

«Para eso el método con el cual se aborda cada momento estudiado se convierte en una cuestión central, que debería poder iluminar y dar un esqueleto firme a la carne del asunto. Al pueblo en movimiento que, mal que nos pese, es el auténtico responsable de los cambios históricos». Este juicio llega a ser contradictorio con el de Engels en «El papel del trabajo…»2, Idealiza a las masas.

Juan Pedro:

Por eso mismo y coincidiendo contigo en la necesidad de un programa para el mundo, para la Humanidad, la contradicción de la hora –y más que nunca– no es capitalismo vs. algo diferente. Es democracia o fascismo, más allá que éste cambie de ropajes. El capitalismo no tiene pareja estable con el liberalismo económico, el proteccionismo, el librecambismo, el control de cambios, la sustitución de importaciones, el estado interventor. Puede casarse con todas las formas mientras lo que importa es el margen de ganancia. Entonces todo programa para el mundo pasa por democracia o fascismo, hoy más que nunca.

Mi opinión:

¿De qué disponen hoy los Estados? Supuestamente de los impuestos y de poder expropiar, ¿por qué supuestamente? porque existen reglas universales que el que no las acate queda fuera del circuito económico, incluido Corea del Norte y EE.UU. que se amuralla. Por otro lado, en los paraísos fiscales se acumulan billones y billones que no encuentran rentabilidad. Si se quebrara ese circuito (eso es hoy la revolución), el nuevo circuito estaría en condiciones de invertir y reactivar toda la economía. Para quebrarlo se necesita voluntad política. Mujica en la ONU (2013) llegó al punto y luego retrocedió en chancletas. Las bases para manejar globalmente la situación ya existen y la tecnología también. La humanidad ya está en condiciones de ingresar a una etapa superior o sumirse en la barbarie. Es la distancia entre consciencia e inconsciencia.

Juan Pedro:

Si lo atinente a la moneda no se abraza con democracia, es un buen programa que será inaplicable. Obviamente que no se puede ser esquemático y pensar que le vamos a enseñar a la cultura milenaria de los chinos o al Islam, que tienen que tener comisión electoral. No hay recetas. Mas en esta América de Sur abierta en cruz, como decía la Negra Mercedes, y en lo que conocemos como Occidente, la pelea por la democracia no es accesoria sino esencial.

Tampoco tengo recetas. Por ahí el oncólogo tiene.

Reconozco que en este asunto tengo presente el postrero artículo de setiembre de 1989, el último, del Flaco, antes de morirse.

Me han tildado de excesivamente arismendiano, al respecto3.

Mi opinión:

La llave del asunto, no está en ningún punto programático por separado, sino en comprender la necesidad de abordar con una política de paz el fin de la predominancia capitalista y las herramientas. Son la moneda y el sistema impositivo para que el mundo pueda mover los recursos que hoy ya no mueve porque al capitalismo no les son redituables. Los invalorables aportes del Flaco por eso no llegaron al nivel de Batlle y Quijano que si los tenían en cuenta y en la izquierda nos ha costado entender. Ellos no eran estatistas.

Juan Pedro:

El problema no es estatista o privatista. Al capitalismo no le interesa. Se lleva bien con la democracia, con el fascismo como instrumento imprescindible, con el Partido Chino, con los samurais y con todo aquel que pueda ser funcional a la rentabilidad que a la fecha tiene –como tu bien has advertido– como uno de los principales centros el complejo bélico. Por demás, si los tiros van por ahí, se me ocurre, hay que decirle a la gente algo más. So riesgo de la parálisis. Pero, me consta, tampoco tengo la receta.

¿De que disponen hoy los Estados? Supuestamente de los impuestos y de poder.

En la Rusia zarista la tierra, el pan, fueron temas para un proceso de cambio, independientemente del posterior desarrollo del proceso. La conciencia y la inconsciencia requieren de algo más que ubicar la moneda como el eje. Por demás, es casi tonto, no charlar de que del mismo modo que el dólar es la fuente de poder para ser manejado por USA y el sistema, la dictadura mundial de la seguridad nacional se ejerce militarmente, si hace falta. Por lo que, democracia y fascismo, siguen siendo la contradicción básica para avanzar. También para avanzar en la comprensión de temas como el rol de la moneda como instrumento de poder. Porque lo que avanza o no es la conciencia de los bichos humanos. No alcanza con citar a Einstein para explicar la teoría de la relatividad.

Mi opinión:

La paz, el mantener el funcionamiento del aparato productivo, y sancionar los excesos del zarismo… la paz… y el incorporar a lo cotidiano de la vida las conquistas ya alcanzadas en Europa. Eran aún predominantemente economías nacionales con sus monedas. Hoy el mundo capitalista es otro y en los países las monedas diferentes sirven para engordar burocracias nacionales. Ya en el socialismo real, el dólar era manejado por la burocracia y los diplomáticos, la gente se movía con las monedas locales, diferencias que se hacían patentes en épocas de crisis. ¿Dificultades para entenderlo?: en la izquierda que nunca lo ha debatido, porque cuando se ha aplicado como en Ecuador la iniciativa vino de otro lado, y en Argentina y Venezuela se ha estado discutiendo en ese juego de los intereses económicos.

Juan Pedro:

Jorge: de acuerdo con que se haya discutido poco, por incomprensión y dificultades de otro orden. Coincidirás conmigo en que el caso ecuatoriano no es el mejor. Si tu moneda pasa a ser el dólar, en forma más enfática, tu realidad será determinada por la Reserva Federal. No trato de invalidar la necesidad de tener una plataforma común que pueda ser bandera racional de las mejores causas de la humanidad. Y tampoco invalido la propuesta concreta relativa a la moneda. Eso sí, del mismo modo que tu machaconamente y con perseverancia trabajas ese tema, yo entiendo que hay que vincularlo con lo que algunos autores definen como la «dictadura mundial de la seguridad nacional» y que yo prefiero (no excluyendo el concepto anterior) seguir definiendo como nuevas formas de fascismo. En todo caso, también, junto a la visibilización del tema que tu reiteras, hay que hacer por la gente algo más que quererla y decirle cuál es el programa para el mundo como contraposición a la llegada de los monstruos de la que hablaba Gramsci. Eso pasa por la radical reivindicación de la democracia. Esto no es idealismo (contrapuesto a materialismo) sino la posibilidad de hacer política concreta en el mundo y en lo que nos toca en especial, Latinoamérica.

Sigo reconociendo que no tengo fórmulas mágicas, salvo estudiar, escribir y difundir que a mi edad lo veo como más posible que ir al a mil actos.

Mi opinión:

«Tu realidad será determinada por la Reserva Federal» ¿Esto es así? ¿qué está pasando con la Reserva Federal? Primero es importante estudiar el tema. El país con más reservas en dólares en el mundo es China. Las emisiones de la Reserva Federal que se hacían para enjuagar los déficit de guerra del presupuesto de EE.UU. y en paralelo con las emisiones de Euros del Banco Central Europeo son intensamente debatidas. El centro programático debe ser necesariamente la economía. Y no digo que sea fácil, Lenin recién en las tesis de abril desarrolló el programa para la revolución de octubre en lo concreto en lo económico y luego de la revolución su preocupación era como se seguía. La izquierda a esto no le ha dado pelota. Se estatizaba y ta. Nosotros hemos tenido la ventaja de vivir adentro del monstruo y poder conocerlo mejor a partir de gigantes como el flaco Gómez y el gordo Juanjo.

Juan Pedro:

1. Lo que no me queda claro es con quien polemizas. Los que querían estatizar todo están, en buen grado, en seguro de paro o en hogares de la tercera edad.

2. Los nombres de Juanjo, del Flaco, de Batlle o de Quijano son todos valiosos, en lo político y en lo humano. Pero no son el asunto. No me contestas que sugerencias tenés sobre el asunto moneda, aunque sea para avanzar en la conciencia de algún amigo y cómo eso lo invertimos en una batalla por la democracia contra el fascismo y la dictadura mundial de la seguridad nacional.

3. Marx, Engels y Lenin vieron muchas cosas. Otras no pudieron imaginarlas siquiera por razones obvias. Somos, cada uno de nosotros, un fenómeno histórico, cambiante, dependiente de nuestro contexto, formación, tiempo, circunstancias.

4. Hay un amplio desarrollo del pensamiento marxista o marxiano a lo largo y ancho del planeta en todo el siglo veinte y en lo que van del veintiuno. A título de ejemplo, ¿cómo se traspola a las grandes batallas del siglo en curso y la etapa presente del capitalismo, la contradicción de clases mirada ya no desde 1848 sino en 2020?

5. Hardt y Negri escribieron Imperio y conmovieron a mucha gente y fueron best seller hace un par de décadas. Subrayaban la importancia de la «mundialización» del capital y la necesidad de borrar esquemas anteriores. Eran corresponsables de darle carné de libre acceso a la tesis de que los «estados nacionales ya fueron». No solamente le restaban responsabilidades a las potencias centrales, le daban impunidad. El problema no eran los estados capitalistas centrales.

6. Algunos prestigiosos cientistas e historiadores marxistas subrayan hasta el día de hoy (Osorio es un ejemplo) como los estados sieguen siendo imprescindibles para administrar el sistema. Incluso el asunto progresivo y confrontado con el fascismo es el fortalecimiento de organismos internacionales. Una prueba de ello, es que la obscena dictadura norteamericana ha derogado a las Naciones Unidas como ámbito relevante, por no controlarla.

7. Hay algunos temas convocantes –que pueden ser diversionistas del eje central– pero que importan, de hecho, el cuestionamiento de la realidad. Lo atinente al medio ambiente es un ejemplo. Lo referido al rol de la mujer, etc. son convocantes. Pueden ser diversionistas (opción uno) o pueden ser nucleadores de gente donde es más viable la posibilidad de introducir la necesidad de un programa para el mundo, como es tu vocación.

8. Yo aprendí de los «viejos» pero también de los teóricos (no maestros, porque a los maestros no se les discute, al menos para algunas cabezas) más notables, la necesidad de la acción con la gente para materializar avances en la conciencia individual y colectiva. No entender el riesgo concreto de Latinoamérica de hoy, en aras de plantear la única respuesta programática mundial, por ejemplo lo relativo a la moneda, es ladrarle a la luna. El otro día estaba viendo pasar una manifestación machaza por la Avenida Santa Fe, en Buenos Aires. Movimientos sociales diversos. Gran cantidad. Mucha gente joven. Fotos y dibujos de Evita, etc. Una señora se me acerco y me dijo «¿sabe lo que pasa? El gobierno nos quita el derecho al trabajo pero está lleno de venezolanos y bolivianos que lo tienen». Nos saludamos cordialmente y ella siguió su marcha. Pensé para mis adentros. Esta es una manifestación enérgica de desesperación y lucha contra el liberalismo macrista, los ajustes, etc. Y la xenofobia está presente. Fijate que lío para convencerla de que el problema es un programa mundial.

En fin. Por ahora paro. No te digo que esté contento con lo que veo y escucho y leo. Solamente comparto contigo para ayudarme y ayudarnos a pensar.

Por fin los bolsos están aprendiendo a jugar a lo Peñarol. Juegan horrible y se llevan los puntos. Congratulaciones y espero que nos crucemos en semi finales.

Mi opinión:

Polemizo contigo porque con Alvarito Gutiérrez4 por ahora no puedo. ¿Lo de la Reserva Federal quedó claro? Tampoco puedo leer todo lo que hoy se escribe, no tengo más remedio que seleccionar. A los maestros no sólo los discuto sino que los pongo a prueba en todo momento, sinó no son como maestros. Ahora no trato de convencer a nadie, sino de buscar entender el curso material de las cosas. Que ese es en definitiva nuestro problema porque si analizas los índices de la economía no podes llegar a otra conclusión de que estamos ante una situación que se va a convertir insostenible. Va a explotar. Pero no va a explotar la economía sino las teorías que hoy están en ejecución.

Lamentablemente no son pocos los que en la actividad política que piensan que socialismo es propiedad estatizada, y a muchos los rascas un poco y arman un arcoíris en que los radicales son los estatistas y renovadores los que no lo son tanto. ¿Y entonces? hasta los fachos tendrán que abrir sus entendederas. Trotsky construyó el Ejército Rojo que luego en el tiempo venció a los nazis e izó la bandera roja con la hoz y el martillo a su modo en el reducto nazi, con muchos militares del zarismo.

Juan Pedro:

Sí, pero Míguez y el Pata Loca ya no juegan5.

Mi opinión:

Si pero hay dos arcos, una pelota, once de un lado y once del otro, cuando lleguemos al socialismo cada jugador tendrá su arco y su pelota o no, porque se estaría promoviendo el individualismo.viendo el individualismo.

Juan Pedro:

El Profe De León una vez me explicó que el sistema de él servía mientras se siguiera jugando con una pelota. «Si hay dos, entonces tengo que repensar», dijo, tomando una.

Jorge Aniceto Molinari.
Montevideo, 13 de Abril de 2019.

Notas:

1Se refiere a un comentario en Página 12 de Buenos Aires de Fernando Bogado sobre el libro, El huracán rojo: De Francia a Rusia 1789/1917, de Alejandro Horowicz.

2Federico Engels y su más que recomendable texto: El papel del trabajo en la transformacion del mono en hombre.

3Es importante recordar que sobre este texto de Rodney Arismendi hemos realizado valoraciones diferentes.

4Director técnico del principal equipo futbolístico del Club Nacional de Fútbol.

5Futbolistas integrantes del equipo uruguayo campeón del mundo en 1950.

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[:es]Malevaje.[:]

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Malevaje.

(Abordando eso gris, que parece la teoría).

En las letras de los tangos, hay de todo, pero predomina toda una filosofía que vive y se realiza con grandes virtudes y defectos, en el común de la gente. Es una llave formidable para comprender y estudiar la idiosincrasia y la historia de nuestra comunidad.

Hay letras de tango para explicar hasta lo más increíble, sin duda que también en un mar de contradicciones, no es fácil en muchas oportunidades interpretarlos en su escenario y en su sentir.

También expone una etapa de nuestra historia donde un desarrollo inicial se frustra y luego se engarza en una nueva etapa del desarrollo económico de la humanidad. Tal vez por eso las letras más sentidas corresponden a la década del 40 (del siglo XX) cuando nuestro Carlos Gardel ya había fallecido.

«Malevaje» (1929) es uno de esos tangos donde describe la historia del «Malevo»1 golpeado por la vida que se arrima mansito y desconocido para sus viejos conocidos.

El se creó y a la vez le crearon una historia –mito al fin– la vida que en la letra de este tango describe como en sus vueltas lo bajó y lo puso en el lugar donde el tango va a su encuentro.

No tengo capacidad, pero si pudiera lo haría, tal vez en una letra de tango, es lo que hoy está pasando con múltiples actores políticos. Esto es lo que intentan hacer las «murgas», género artístico popular –muy nuestro– con variada suerte.

Tenemos una tremenda falta de preparación para entender en medio de una crisis irreversible de la predominancia del modo de producción capitalista qué carajo está pasando.

Claro, el primer plano de destaque es para el individuo y sus «flaquezas» no para la crisis de la sociedad. Eso parece inaccesible. Sin embargo los grandes autores en la letra de cada uno de los temas hacen una pintura social para colocar las cosas de alguna manera en su lugar.

Veamos sino lo que está pasando –corresponde a una información difundida por la CNN–. Nuestro ex Presidente Dr. Julio María Sanguinetti habría firmado el apoyo a Juan Guaidó 7 (siete) días antes de que este se juramentara como presidente de Venezuela: «El malevaje extrañao te mira sin comprender, no sos el mismo que ayer…».

Si, alguien me podría decir: «te extraña esta forma de proceder». En eso sigue siendo el mismo «malevo» que se jactaba de no perder ninguna huelga obrera que involucrara a su gobierno, o mejor dicho no abrir ningún camino sindical para las reivindicaciones de los trabajadores. Como quien dice «batllismo» pero no el de don Pepe.

«Malevaje» revela una crisis, personal circunscripta a un individuo, nos sería muy difícil determinar a partir de esto otras coordenadas de la sociedad aunque si trate de explicarlo en su época.

Y que tentado estoy en hacer con la realidad actual, cuadros similares accesibles a todos los niveles del hacer político. Es un derrumbe generalizado de paradigmas, el capitalismo es cruel en su crisis.

Los burguesitos –los hay para todos los gustos– se atan a las ideas del capitalismo, pero les es imposible explicar la conducta económica actual de EE.UU. o entender China, a la que si se cuidan no hacer objeto de sus ataques ideológicos, vaya que eso perjudique su comercio, porque al que le va bien le va bien, no importa lo que piensa o las utopías que defienda.

Tal vez por eso de vez en cuando escucho a Gardel cantando «Aquaforte» y quedo una vez más frustrado porque el tango termina mal: el tipo con ganas de llorar ante la injusticia, con ni el menor atisbo de rebeldía llamando a organizar la resistencia social o poniéndose como hoy está de moda en Europa, un «chaleco amarillo» al menos.

Ahora no me lo nieguen: cuantos malevos vemos hoy en la vuelta con conductas que ya no tienen explicación. El abanico es amplísimo. Como nos encantaría crucificarlos para justificar nuestras propias conductas, cuando lo que se necesita es abrir la capacidad de razonar y tener en el análisis todos los complejos elementos que nos presenta el mundo actual y que en un muy corto plazo van a generalizar la puesta a prueba de nuestra capacidad para elaborar salidas.

La inmensa mayoría de los «malevos» en su posición actual no arrastran a nadie. La sociedad es dura cuando de analizar continuidad en las conductas se trata. Es más, esto es lo más fácil, sencillo. Lo otro, el analizar con un criterio y un método lo que está sucediendo nos parece en la mayoría de los casos inaccesible, aunque existan experiencias y métodos que en su momento sí lo hicieron y vaya si dejaron una senda trazada y un bagaje enorme de conocimientos que la humanidad no tenemos dudas va a retomar para abrir el camino a un modo de producción superior al que hoy predomina y necesita morir en paz.

Jorge Aniceto Molinari.
Montevideo, 10 de Febrero de 2019.


Nota:

1El adjetivo malevo se utiliza de distintas maneras en varios países sudamericanos. En Argentina, el término se emplea para aludir a un individuo peleador o bravucón. El uso de esta calificación era más habitual en la antigüedad, cuando se atribuía dicha actitud o conducta a quienes residían en los arrabales de Buenos Aires.

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[:es]Octubre.[:]

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Octubre.

(Abordando eso gris, que parece la teoría).

La Ley Orgánica 1958-2018.

Cuando se rememora los números redondos atraen. Estamos a 100 años de la reforma universitaria de Córdoba, a 60 de la Ley Orgánica de la Universidad de la República.

Cuando se cumplían los 50 años me tocó participar en Paysandú en un evento para valorar el hecho. Permítaseme recordar lo que en ese entonces opiné:

A 50 años de la Sanción de la Ley Orgánica de la Universidad de la República.

15 de Octubre 2008. Paysandú.

Intervenciones de Jorge Molinari en el marco de un paneo entre las distintas generaciones, cuando la aprobación de la Ley en 1958, y posteriores.

En primer lugar el agradecimiento a todos, el agradecimiento por la invitación.

No es nada sencillo el tema, porque el problema no es solamente dar testimonio, sino ubicar el testimonio, lo cual es complejo.

En una tarea como ésta lo más importante es aumentar todas las dudas, tratar de que esto sirva para que después se siga investigando, analizando.

La presentación que se ha hecho ha sido excelente (por parte de la directora de Cultura de la Intendencia Municipal de Paysandú Profesora Nelly De Agostini). Lo único que agregaría para ubicarlo en el tiempo actual y después hablar del 58, es que el sistema social que predomina en el mundo es el sistema capitalista.

La característica esencial de este sistema es la de ir de crisis en crisis, cada vez mayor. Y resolver los problemas a través de esas crisis, y desarrollarse nuevamente.

El Ing. Grompone dice en el libro «La danza de Shiva» que el primer acelerador de materia era muy pequeño, ahora cada vez son más grandes, el último que se probó en Francia tiene 27 kilómetros de extensión.

Grompone dice que probablemente el último acelerador de materia tenga el tamaño de la tierra.

Bueno con las crisis pasa lo mismo. Entonces esto que se presentó, hay que presentarlo en el cuadro de dos tremendas crisis: la de 1929 y la de hoy, que probablemente sea más grande que la de 1929, y que recién empezamos a transitarla.

Porqué digo que la comparación hay que hacerla con 1929 y el día de hoy, porque en el 58 nosotros todavía vivíamos el enfoque nacional. Hay soluciones nacionales, la Universidad tiene cabida nacionalmente, todo se puede resolver en el marco nacional. Pero ya el mundo luego de la segunda guerra mundial había inaugurado una revolución, que fue de derecha, pero que fue una revolución, que es el nacimiento del neoliberalismo.

Nosotros en el 58 todavía no estábamos enterados del neoliberalismo, no había llegado, no había copado, lo que después fue. Se veían todos los indicios, como está marcado en la intervención inicial de la Directora de Cultura, en la actividad económica, pero no estaba asumido todavía que el desarrollo empresarial multinacional iba a copar el sistema, como lo está copando hoy.

El neoliberalismo rompía todas las barreras nacionales o tendía a romperlas para instaurar un desarrollo en el conjunto de la humanidad.

Eso determinó, por ejemplo, algunas conquistas, que en el Uruguay regían desde el período de Batlle y Ordóñez, la seguridad social, leyes de toda naturaleza, con un desarrollo económico armónico, con contradicciones pero armónico en general; el Uruguay le debe hoy mucho de lo que tiene a ese periodo histórico.

Ese proceso que fue armónico nacionalmente tenía cosas como la seguridad social, mi padre que era carpintero había hecho tres años de escuela, nos decía a nosotros: el que no aporta a la seguridad social es un delincuente la seguridad social es una necesidad de la sociedad, estaban adquiridos esos conceptos.

En el año 58 eso empieza a retroceder, y entonces hay que ubicar el proceso del 58 comprendiendo dónde estábamos. Nosotros creíamos que la Universidad podía ser un centro y resolver los problemas. Y que el Estado podía resolver los problemas. Estamos hablando de 1958, aún no había triunfado la revolución cubana, y había fracasado ya estruendosamente y terriblemente la revolución española. Pero había triunfado la revolución china y se producían procesos en todo el mundo.

El estatismo se superaba en lo que en el período a principios de siglo Batlle y Ordoñez –que no era estatista señalaba que era necesario socializar, pero por ahora debemos desarrollarnos nacionalmente, decía. Seguía además muy atentamente los procesos mundiales. Batlle y Ordoñez opinaba sobre la revolución rusa, sobre Lenin.

Nosotros en el 58 pensábamos que podíamos tomar el cielo por asalto. Lo pensábamos honestamente. Entonces en Paysandú en el año 58, yo ya estaba en la Universidad en Montevideo, pertenecía a la Federación de Estudiantes del Interior (FEI), con el hoy arquitecto Rubens Stagno, el 9 de octubre de 1958, dimos una conferencia a los padres de los alumnos en momentos en que el centro de estudiantes (CUDES) había resuelto ocupar por primera vez en la historia de Paysandú el Liceo Departamental, en defensa de una Ley Orgánica para la Universidad de la República.

Eso se concretó el 9 de octubre y se hizo un acto en la puerta del Liceo Departamental al cual asistió todo Paysandú, porque era un hecho nuevo, insólito, en defensa de la Ley Orgánica para la Universidad y fue una manifestación obrero estudiantil. Tiempo atrás y de manera imprevista recuperé la grabación de ese acto, del cual entregué copia a la Universidad, donde participaron Betty Smucler por los estudiantes magisteriales, César Spath Britos por FASAP, que era un sindicato de la Central Sindical vinculada al Departamento de Estado, que era a su vez Director Técnico de la selección departamental de fútbol de Paysandú, hecho no menor.

Carlos Cerrudo por el Centro de Estudiantes Artigas (perteneciente al Liceo Nocturno que funcionaba en el mismo edificio del Liceo Departamental), Luis Mussio por Cudes, Saúl Pérez Gadea, como profesor, Fernando Castro de Comepa por el Plenario Obrero-estudiantil, yo hablé como delegado de CUDES en la FEI, Héctor Mayea por CEA, y el Dr. Pablo Zunín Padilla por los padres de los alumnos.

Como se imaginarán la asamblea de padres terminó en un tumulto. Porque había padres que apoyaban la ocupación y padres que se oponían. Entonces nosotros llamábamos a la calma… había insultos…

La reunión siguiente, de padres, se hizo en este local, entonces Ateneo de Paysandú, y también terminó en un tumulto.

Ahora porqué digo todo esto, y yo me caracterizo por ser polémico, yo creo que la polémica sirve en la medida que sea educada, que sea culta, respeto entre quienes debaten, no hay otra forma de avanzar. Hoy por ejemplo nosotros nos aprestamos a nuevos desafíos; hay quienes dicen: le dan una computadora a los niños y no le dan de comer. En mi época el Estado daba todos los útiles, los textos, todo. Si hubiera existido la computadora, también la hubiera dado. Ahora ¿porque no dar una computadora y dar de comer? Hacer las dos cosas, ¿porque contraponer?, si el mundo avanza en forma gigantesca por todos lados, si es necesario nutrirse de todo el conocimiento, porque en última instancia para la Universidad de la República su deber es conectarse con todo el pensamiento existente en la humanidad. No tiene límites y es poder hacer la investigación más profunda desde todo punto de vista. Hoy esa necesidad tiene dificultades, a pesar de que hoy los adelantos técnicos son impresionantes. Nunca como ahora contamos con elementos para vincularnos con todo el mundo.

No está permitido decir no conozco tal cosa. Hoy se va a Internet y se conoce y se tiene acceso. Lo que sí está permitido es decir: esto no lo entiendo, vamos a analizarlo, vamos a estudiarlo.

Por ejemplo: la crisis económica de hoy ¿se entiende?, ¿alguien la entiende?, muchos dicen «esto es una catástrofe». Yo opino al revés, yo opino que ésta es una gran oportunidad que tiene la humanidad para hacer un giro sustancial. Fundamental en la historia del mundo; hoy se puede cambiar la historia del mundo si hubiera la voluntad política de incidir en los grandes centros de decisión del mundo. ¿Existe esa posibilidad?: sí, ¡claro que existe!; el problema es cómo se juntan esas voluntades.

La Universidad de la República tiene fundamentalmente la necesidad de juntar a la gente y vincularla al conocimiento.

En esta última edición del día lunes en la contratapa de la La República hay una nota de la Doctora Constanza Moreira que se las recomiendo fehacientemente porque es excelente. Habla de los problemas de la Universidad, del rol de la Universidad, cómo conocer a la gente, como llegar a la gente, como vincularse con ella. Nosotros estamos hoy en una situación mucho más complicada desde el punto de vista social, que en el año 58, a pesar del gobierno de izquierda, con el gobierno de izquierda.

La fractura social se sigue desarrollando y sigue aumentando, no es culpa de este gobierno pero se sigue profundizando. Sigue aumentando en todas partes del mundo y la respuesta a la fractura social es la organización de la gente.

Nosotros en el acto del año 58 dimos una demostración de querer unir a la sociedad, de que todos opinaran. Cuando escuchen la grabación van a ver la polémica que hay, que hay diferentes opiniones y eso es muy válido, tiene valor desde el punto de vista de la sociedad y de la gente.

El año 1958 no fue el ombligo del mundo, fue en cierta medida un quiebre, pero todo lo del 58 está replanteado hoy, absolutamente todo. Mejores condiciones tenemos probablemente hoy, mayor experiencia, pero estamos en un panorama extremadamente complejo en la medida que la Universidad no puede resolver los temas que la afectan directamente y que son los que afectan al país y que son los que están afectando al mundo.

Yo insisto: para actuar en beneficio de la humanidad. Probablemente tendremos sorpresas en que algunos jefes de Estado se les ha dado por estatizar la banca, han tirado al diablo todo lo que han aprendido y recurren a lo que pueden.

Nosotros también tenemos que recurrir a lo que podamos pero en beneficio de la gente y con la gente, ése fue el espíritu del 58.

Gracias.

Luego en el transcurso del intercambio:

¿Cómo era el liceo departamental en el año 58, y cómo era antes del 58? En un momento determinado, en el 56 ó 57, la Dirección del Liceo estaba ejercida por el Arquitecto Óscar Garrasino, y cuando se funda CUDES, Centro Único de Estudiantes Sanduceros, que pretendía nuclear a todos los estudiantes, existían cinco periódicos estudiantiles que salían semanalmente con distintas orientaciones.

A raíz de esto, el CUDES, sin coartar a ninguno de los cinco, editó un periódico que resumía a todos ellos. El Director de ese periódico que se llamaba Lucha Estudiantil era Fernando Baccaro. Era un periódico de izquierda. Reflejaba todos los sentimientos generalizados.

Además, las campañas electorales de las agrupaciones se hacían con propaganda mural adentro del liceo, propiciada por el propio Director del Liceo que encontraba eso como un hecho natural, normal y sano de los estudiantes. Nosotros nos sentíamos dueños de la casa de estudio. Además, teníamos alguna generación de profesores, entre ellos estaba el padre del compañero Molinolo (aquí presente), Carlitos Estefanell, Saúl Pérez Gadea, seguramente me voy a olvidar de un montón, pero por ejemplo el caso de Manuel Martínez Haedo, que redactó con nosotros el Estatuto del Centro de Estudiantes. Recuerdo que Martínez Haedo era presidente del Club Paysandú, y comenzaba las clases diciendo: «hay que leer Marcha, hay que leer El Manifiesto Comunista». Algunos se asustaban cuando el profesor aconsejaba determinados textos.

Recuerdo el caso de Demócrito Beceiro, que era considerado un hombre conservador, que decía a los estudiantes: «ustedes tienen que leer los diarios, todos, leer las noticias, comentarlas». Había una actividad importante, y éstos son hechos.

Al finalizar:

Hay que tener en cuenta que nunca, nunca hubo en la historia de la humanidad un desafío como el que está planteado ahora; nunca lo hubo. El problema no es para los jóvenes, es para todos. Los más veteranos podemos aportar experiencia pero el que tenga la receta de lo que hay que hacer miente.

Tenemos que trabajar entre todos y ver qué es lo que se puede hacer. La característica de las crisis, y yo insisto mucho en el texto del Ingeniero Juan Grompone «La danza de Shiva», la explotación del hombre por el hombre no fue una necesidad de la historia, fue un camino que tomó la humanidad. No tuvo porqué ser así pero fue así, y hasta que no se agote ese proceso, no va a cambiar.

Pero estamos en una etapa de agotamiento de las relaciones humanas en la cual la explotación del hombre por el hombre entra en conflicto en cosas absurdas, pero entra en conflicto.

A principios de siglo XX, una mujer dijo «socialismo o barbarie». Fue Rosa Luxemburgo. En ese momento, en plena primera guerra mundial, veía que el sistema iba a originar una masacre, y así fue. Luego, vino la segunda guerra mundial y nuevamente otra masacre.

Vamos de crisis en crisis, pero ahora, a diferencia de esas etapas de la historia, es mucho más grave la situación, es más compleja, los desafíos son más grandes y la creatividad tiene que ser mucho más grande.

El otro día sostenía un debate con un profesor de historia que no admitía que el socialismo pudiera surgir pacíficamente. Creo que está profundamente equivocado, porque el avance tremendo que tiene hoy la humanidad da para cambiar rápidamente de un sistema a otro, en el mundo, más allá de la amenaza permanente de la guerra.

Nosotros contamos la historia del 58, la del 68, la del 83, y nos solazamos con lo que hicimos, eso no resolvió la gran fractura que existe en la sociedad. Nosotros tenemos hoy armas para hacerlo.

Refiriéndose a la crisis del 29, mi padre me decía que siempre iba a haber gente que se muriera de hambre. Bueno, hoy podemos decir que la humanidad puede abastecerse absolutamente toda, se puede satisfacer las necesidades de toda la gente. El problema es cómo se organiza.

Hay una acumulación tan grande de dinero que el capitalismo comete las atrocidades más grandes.

Algunas personas han explicado el problema técnico de la crisis en Estados Unidos, pero no es un problema técnico. El capital necesita invertirse y de lo contrario especula y se corrompe y necesariamente entra en crisis.

Me imagino el problema que debe tener hoy el Ministro de Economía Álvaro García con la plata que está entrando en el Uruguay. Está entrando millonada de dólares. ¿Pero en qué lo invierte con ganancia? Porque otra cosa sería repartirlo entre la gente, pero eso no se puede hacer, o se podría hacer si cambiaran las reglas de juego a nivel universal.

Entonces los desafíos de hoy a nivel universitario, sindical y político son más graves que los nuestros en el 58. Los jóvenes tienen que sentir que tienen el apoyo de los veteranos para hacer una tarea de participación mucho más activa, mucho más dinámica y que además no tiene fronteras.

La participación hoy no tiene fronteras. Compañeros: yo saco hoy vía electrónica un texto y lo mando donde sea y me contestan de la otra parte del Planeta. Hay un intercambio permanente.

El Presidente de la República es oncólogo y si mañana vienen científicos de China y le dicen que un problema vinculado con la especialidad se resuelve de determinada forma no va a esperar a que primero se descubra en su país. Esa apertura universal que tuvieron los grandes hombres, por ejemplo, José Artigas tenía medios rudimentarios comparados con los actuales, pero cuando lo encerraron y no tenía recursos, no lo dejaban comerciar ni cobrar impuestos, organizó a los corsarios y salió a ganar los mares del mundo. Murió en 1850 y en 53 seguía llegando la plata de los corsarios a la Banda Oriental.

Hoy necesitamos cabezas abiertas al mundo, a un mundo en plena crisis. Tenemos bases para hacerlo, los jóvenes van a recoger las experiencias que pudimos haber dejado, aunque no se reúnan, como va a llegar al proletariado y a la sociedad norteamericana lo que ha hecho todo el mundo: cambios sustanciales.

Yo tuve un intercambio de correo electrónico con Henry Engler, lo relaté en alguna oportunidad. Fuimos contemporáneos en el Liceo; le dieron un premio en Estados Unidos y sacó una carta diciendo que a ese país no iba. Le envíe un mail diciéndole: «estás equivocado, vos tenés que ir a Estados Unidos. Que te echen es otra cosa. Pero tenés que ir porque en Estados Unidos hay gente como nosotros que va a defender lo que defendemos nosotros».

Los universitarios uruguayos tenemos que buscar la relación.

No tenemos que desalentarnos pensando en que aquello fue algo impresionante, tiene que servir para alentar.

Carlitos Estefanell, Profesor del Liceo Departamental de Paysandú, que nos alentaba a sacar periódicos estudiantiles, permanentemente nos daba consejos de cómo escribir un diario, un periódico, hacer una nota. Hay que expresarse, comunicarse, vincularse. La crisis es más grave, pero hay más y mejores medios.

Jorge Aniceto Molinari.
Paysandú, 15 de Octubre de 2008.
(Texto recuperado el 4 de Octubre de 2018).

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[:es]El aporte patronal.[:]

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El aporte patronal.

(Abordando eso gris, que parece la teoría).

La senadora Verónica Alonso destapó la olla: «Debemos analizar la posibilidad de que la edad jubilatoria vaya a 65 años, el déficit de la seguridad social es a la larga insostenible». Puede no ser textual, si el concepto.

A partir de allí hemos escuchado y leído de todo. Ramón Ruiz delegado de los trabajadores en el Directorio del Banco de Previsión Social, remarcó la necesidad de analizar todas las variables y no alguna por separado, de todos modos puso énfasis en lo que llamó una incorrección, lo que fue una medida propuesta en su momento por el Ministro Astori, llevando los aportes patronales del 15% al 7,5% del salario. Recordemos que la justificación a esta medida como lo de no acentuar los impuestos sobre el capital tienen explicación en el objetivo de facilitar una política de inversiones que cree puestos de trabajo.

En el mismo sentido que Ruiz la Central Sindical el PIT-CNT, volvió a remarcar la necesidad de más aportes patronales, tanto en el tema previsional como directamente a Rentas Generales para el Presupuesto General de la nación.

Es cierto que la Central Sindical ha estado omisa en su capacidad de analizar el sistema impositivo que rige en el país, y cuando lo han hecho, sus observaciones parecen hechas más que para integrar un programa a justificar su estado crítico sin ir al fondo del asunto.

Es una verdad de Perogrullo pero conviene repetirla porque muchas veces parece como que se ignorara: todo aumento en el costo de la cadena productiva se carga al producto, a la mercancía, e inmediatamente el capitalista mide las consecuencias de ella en la rentabilidad, y cuando ella cae llega para él el momento de cambiar el rumbo. No precisa que recuerde aquí cada una de las veces que eso ha sucedido o está sucediendo. Es además una regla sin la cual el capitalismo no podría funcionar.

Entonces ¿qué piensan políticamente quienes tienen responsabilidades de dirección sindical en estas circunstancias? Se insiste o se cambia el rumbo. Algunas veces incluso hemos oído que se debe hacer cargo el Estado de lo que no funcione por estas circunstancias y de lo nuevo, para generar puestos de trabajo o conservar los existentes.

Esto en el mundo ya no tiene teoría que lo avale; el último «teórico» fue Stalin y poco o nada pudo aportar, a no ser el haber dejado una profunda confusión en la izquierda y una injustificada resistencia a volver a los textos de los maestros, y en nuestro Uruguay a las enseñanzas de José Batlle y Ordoñez. Cada uno en su momento apoyados en el rol del Estado, con funciones coyunturales de empresario, pero advirtiendo de la necesidad de defenderse del estatismo y de la función coyuntural de su rol empresarial.

La seguridad social, la previsión social luego, nacieron como el resultado de duras luchas sociales en que la explotación capitalista se hacía sentir. Aún en estas etapas de pleno desarrollo capitalista, era tal la competencia y la avidez por la plusvalía y su reinversión que la atmosfera de confrontación llegó a preocupar a quienes tenían la responsabilidad de la conducción de los Estados aún en su función de comando gerencial del capitalismo. La revolución no se iba a hacer esperar, y para prevenirla el sacar de la rueda de la acumulación capitalista el monto necesario para construir un almohadón frente a los problemas sociales, pareció –no sin resistencias– saludable a todos.

Tal vez es en ese clima donde mejor se pueda entender lo que pensaba Marx sobre la dictadura de la burguesía y la dictadura del proletariado.

El aporte patronal nunca fue una iniciativa personal del capitalista, sino una necesidad de su propio desarrollo impuesta por el propio curso de los acontecimientos. El burgués no renuncia a ser capitalista, hace el cálculo político, renuncia conscientemente a la velocidad en que concentra sus recursos para la competencia.

El problema es que hoy el marco de las inversiones y su rentabilidad no es un país, es el mundo. Las reglas entonces son claras y las consecuencias también. Los sistemas nacionales de seguridad social están condenados en el tiempo a ser deficitarios e insostenibles, dentro de la forma actual en que su proceso de capitalización se desenvuelve.

Alonso destapó la olla, e hizo una propuesta absolutamente insuficiente frente a tamaña problemática.

Restablecer el funcionamiento capitalista clásico, es como pretender a mis casi 80 años, volver a ser joven. Se trata entonces de entender que los aportes patronales clásicos ya no van a volver y de lo que tenemos que hablar es de cómo encarar una problemática cada vez más acuciante desde el punto de vista social y humano.

Queda claro –al menos para mí– que hay que eliminar los impuestos al consumo, a los salarios y a las pensiones e ir al impuesto sobre la circulación del dinero. Que lo recaudado atienda directamente con una administración social –en lo posible no estatal– las necesidades de la salud, de la enseñanza, y del trabajo. Trabajo este que debería ser obligatorio para todos, así como obligatoria la preparación para el mismo. Tamaña tarea necesita de un encare ecuménico y los Estados pueden aportar en la medida que sus propias estructuras no se conviertan en una traba.

¿Estamos soñando? No, estamos dando ideas frente a una realidad dramática que va llevando al mundo a un estado de crisis insostenible, donde la muerte en paz de la predominancia del modo de producción capitalista necesita que se pare la guerra y empiece a primar la paz.

Es esta nueva realidad que debemos construir que el mundo podrá hacer realidad obras de bien común que hoy al capitalismo como sistema predominante ya no le son rentables y la humanidad necesita para seguir su avance. No estamos hablando del fin del capitalismo, estamos hablando del fin de su predominancia, como ha ocurrido con los modos de producción anteriores, salvo que este llegó hasta los confines mismos del planeta y lo que viene parte ya de ese nivel.

Mujica insinuó este camino en la ONU en setiembre del 2013, y después se quedó. Nunca llegué a entender el porqué, incluso en bromas algunos amigos me dijeron que su discurso era de mi autoría lo cual implicaba un gran desconocimientos de los importantes alcances intelectuales de quién fue Presidente de la República, y de exagerar los míos, si bien –es cierto– nos debe todavía reflexiones sobre su vida de militancia tupamara y no lo digo por mí que poco importaría sino por las futuras generaciones que necesitan de todos los elementos para abrirse camino, y la verdad es una herramienta insustituible.

¿Podremos abrir el debate? Nosotros estamos dispuestos, pero con eso no alcanza. Es necesario que se comprenda su necesidad, y ganemos voluntades para hacerlo, ¿habrá un debate político más importante? Ahora sólo se está hablando de cargos y de listas, y de vez en cuando surgen campanazos como éstos de la seguridad social, que nos advierten que hay algo más de lo que ocuparse y preocuparse.

Jorge Aniceto Molinari.
Paysandú. Jueves, 23 de agosto de 2018.

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[:es]El programa: una necesidad.[:]

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El programa: una necesidad.

(Abordando eso gris, que parece la teoría).

Si acordamos que sin programa revolucionario no hay acción revolucionaria, y que son necesarios cambios para que la sociedad salga de la crisis actual, es indudable que la primera tarea es analizar de la manera más completa posible la realidad y concluir en qué programa necesitamos.

Salvado el torpe dilema de que un programa que se proponga estatizar a la sociedad es revolucionario y por el contrario quién no lo haga es reformista o conformista con el sistema vigente, pasemos a analizar que el hoy para superar una crisis irreversible en la predominancia del capitalismo, sin encarar medidas económicas universales no es posible.

Aún cuando puedan existir circunstancias coyunturales de agudeza en los conflictos en los cuales tampoco están descartadas las estatizaciones o la constitución de cooperativas dentro del ordenamiento capitalista de cada Estado y con un objetivo claro de cara a la gente: mantener el funcionamiento del aparato productivo y no causar aún mayores perjuicios.

Ahora analizar todo el funcionamiento del aparato productivo, nos lleva a comprender la supeditación del mismo a lo que en el capitalismo se llama el mercado mundial. Podemos hablar de la reforma agraria, de la distribución de la tierra, de las distintas matrices productivas posibles, pero la voluntad de establecer parámetros propios en cualquiera de estos términos desvinculados del mundo, es actualmente más que una utopía, supone una quimera irrealizable.

Carlos Marx y Federico Engels, fueron sin duda –y aún hoy no han sido superados– los que siempre culminaban sus análisis sobre el desarrollo del capitalismo con puntos programáticos para que la clase obrera, los trabajadores, hicieran centro con sus objetivos de mejoras en su situación. La historia de la humanidad está llena de hechos en que las conquistas que beneficiaron a millones de trabajadores, (mientras, aunque parezca contradictorio, que no lo es, pues en ello radica el crecimiento natural del sistema) a la vez dieron una mayor base de sustentación al propio capitalismo en el cumplimiento de su ciclo histórico. El voto, las 8 horas, los derechos de la mujer, etc. etc. etc., en suma la conquista de la democracia en cada uno de los Estados.

Lenin, ya en otra etapa del desarrollo capitalista, agregó partiendo de esos análisis nuevos elementos, particularmente en lo que tiene que ver con el pasaje del gobierno del modo de producción, (el llamado mando gerencial de las empresas) de los Estados a los conglomerados empresariales multinacionales, transformación que ha ido sufriendo en su desarrollo ascendente el capitalismo.

Recordemos que el basamento ideológico de este proceso tuvo su culminación a la salida de la segunda guerra mundial en Mont Pelerin (Friedrich Hayek y Milton Friedman, entre otros, como el uruguayo Ramón Díaz), con el nacimiento del neo-liberalismo, dando una vez más razón a los maestros en que los cambios en la economía son los que determinan los cambios ideológicos en la organización social, todo lo que vino después es historia conocida.

Avance planetario que hace al retroceso de las conquistas democráticas a nivel de los Estados y, a la vez, impone la dictadura de las condiciones globales de la economía que en su primera etapa significó un adelanto impresionante en el marco de la tecnología y ahora, en la agudización de la crisis, situaciones trágicas que están superando a las peores vividas en la historia humana.

Recordemos que una de las premisas era y es que ningún modo de producción abandona el escenario de la historia humana sin agotar todas su posibilidades pero a la vez viviendo también una ley que hace que los modos de producción, como los seres humanos nazcan, se desarrollen y mueran, aún cuando su dinámica no es la misma que acompaña a éstos, los seres vivos.

Por lo tanto no puede ser igual el programa «marxista» en tiempos del Manifiesto, en tiempos de Lenin, o en los tiempos actuales, donde el modo de producción predominante ha llegado a los límites del planeta.

Tal vez el problema más grave desde el punto de vista ideológico, es que esto en la generalidad de las inteligencias partidarias no se encara así y por el contrario se entra en la variante ideológica propia al capitalismo de la confrontación de «modelos», algo así como la competencia de ideologías trasladada a la competencia de «modelos». De ello, sectores conservadores deducen la siguiente afirmación: el modelo capitalista: EE.UU., ha sido superior al modelo comunista: Unión Soviética; el capitalismo ha vencido al comunismo. Claro, ahora en tiempos del Estado amurallado de Trump y de China bajo la dirección de su Partido Comunista liderando el capitalismo, los naipes están entreverados.

Álvaro García Linera –Vicepresidente de Bolivia– analiza que vivimos tiempos de gran confusión donde el principal enemigo del libre comercio es el jefe del «Imperialismo» Yanqui, Donald Trump, y que a su vez quién comanda el libre comercio en el mundo es China, gobernada por un poderoso Partido Comunista. Es cierta la inserción en el mundo de países como Bolivia parecería ser a primera vista que son beneficiados por una actitud comercial que hoy proviene de China. Sin embargo, no deja de advertir que estas incertidumbres son graves para el mundo todo.

Es aquí donde surge el principal problema que hoy no se encara política e ideológicamente por los Partidos que quieran establecer lineamientos programáticos, no existe una caracterización de la etapa actual, y sin ello es absolutamente imposible establecer bases programáticas con solidez.

Lo que hacen todos los partidos es establecer, en una perspectiva de tiempo sumamente acotada, aspiraciones programáticas que no van más allá de eso, dejando para los saludos a la bandera todo el bagaje de estatizaciones que adornaron los programa stalinistas y no sólo stalinistas, luego de la derrota de Lenin en 1924. No decimos que no sea importante esto para la democracia, si decimos que es completamente insuficiente.

Frente a ello y en polémica, que asumimos, decimos que hoy ningún programa es válido desde el punto de vista de las enseñanzas del marxismo que no contemple una posición con respecto al tema de la moneda y al de los impuestos. Por supuesto, que cada quién puede hacer el programa que le plazca y lucirlo en las ceremonias que correspondan para defender su «pureza».

¿Qué está asumido hoy con el valor de un catecismo en la izquierda?: que la revolución debe expropiar a los expropiadores, y entonces toda base programática en lugar de abordar el desarrollo de la economía aborda los problemas del derecho de propiedad dentro de la legalidad «burguesa».

Lo que no se entiende desde nuestro modesto punto de vista, es que un solo punto de diferencia en la bolsa de valores de los principales centros del capitalismo mundial hace que se modifique la propiedad en un monto mayor al que se produjo con la revolución rusa. O que las emisiones monetarias billonarias, sin ningún respaldo del dólar y el euro, en distintas circunstancias, hacen en definitiva del derecho de propiedad algo que hoy el capitalismo maneja agitadamente en medio de la crisis y de la amenaza constante y trágica de extender la guerra, como único desahogo posible en su manejo de la economía.

Para que este modo de producción que hoy predomina en el planeta pueda morir en paz, la humanidad necesita de la voluntad política que le imponga medidas de transición, que hasta ahora documentadamente nadie nos convence que no sean las que proponemos.

El derecho de propiedad hay que entender que no lo cuestiona una revolución que pretenda sobre la base de la propiedad estatizada competir con el capitalismo, lo cuestiona el desarrollo tecnológico de la humanidad, que hace que si esta dispusiera socialmente de los medios necesarios podría hoy poner en marcha planes para terminar con la violencia, con la guerra, con las cárceles, con la falta de trabajo, organizando con la mayor eficiencia el trabajo, la educación necesaria, y la salud de todos los seres humanos, y que hoy no se hace porque al capitalismo ya no le son rentables.

¿Es esto una utopía? No, utopía es lo otro, cuando se cree que un sistema a imagen y semejanza al que se quiere superar, como lo es el capitalismo de Estado, puede ser la solución.

Ahora, ¿cual es el principal problema?: Que hoy tenemos en las formas, luchas Estado por Estado, y sin abandonar lo conquistado para la gente –que hoy resulta muy difícil mantener, aún con triunfos electorales–, debemos ampliar para defender a la propia gente, el frente de lucha ideológica a la humanidad toda.

Cuando el entonces Presidente Mujica abordó de esta forma su análisis en la ONU (septiembre 2013), creímos ver que se retomaba el camino correcto. Por eso dijimos que era un discurso comunista en la línea de Marx, Engels y Lenin. Sin embargo, luego volvió el silencio, como que lo dicho era sólo para la solemnidad del momento. Además comunistas, con excepciones que me constan, no se sintieron tocados por el discurso, lo que expresa una pérdida notoria de sensibilidad.

De todos modos que quede claro. Es el momento de reivindicar la moneda única y universal, la eliminación en su mayoría de los sistema impositivos actuales, por el impuesto al movimiento del dinero, dando muerte a los paraísos fiscales en tanto para que una transacción sea válida necesita del registro en la forma que la sociedad determine. Establecer el gobierno de esos fondos a través de instrumentos universales, cuyo objetivo sean las necesidades de la gente, en salud, en educación, en trabajo, en vivienda, en su atención social, en el desarrollo cultural de cada una de sus nacionalidades para ampliar el desarrollo cultural de toda la humanidad.

No es el fin del capitalismo que seguramente como modo de producción y como ha ocurrido con los modos de producción anteriores irá dejando culturalmente su influencia al perder su predominancia en el transcurso de los años, tal vez siglos. Si de la gestación de una sociedad superior que podrá abordar sanamente todos los males que hoy el capitalismo muestra en la crisis irreversible de su predominancia. Si de la muerte de los paraísos fiscales y de la acumulación de capitales sin un fin social.

Escritas estas líneas nos llega la noticia del triunfo de Andrés Manuel López Obrador en las elecciones presidenciales de México. Sin duda que es una buena noticia para las causas populares, pero a la vez sentimos como más imperiosa la necesidad del programa que tratamos de identificar en esta nota.

Las causas populares convocan multitudes en todo el mundo, como ahora en las elecciones mejicanas, sus dificultades vienen acompañadas de las oscilaciones de los «capitalistas nacionales» que han sido prácticamente en todos los casos los que han ido inclinando la balanza hacia un lado o hacia el otro. Primero apoyan, como ha sucedido con Chávez, con Lula, con Cristina. Luego golpean y buscan hacer retroceder las conquistas populares, pero si la izquierda no eleva su mira a la concreción de un programa universal, será imposible sacar a la humanidad de la crisis actual, y de estos vaivenes, que también son una expresión de la misma.

Hoy Trump conmueve a los burgueses de todo el mundo, y conmueven todas las murallas ideológicas donde la desorientación se generaliza y donde se pasa de las volcadas como esta de ahora en México a las abstenciones que en el último periodo han venido marcando las elecciones nacionales.

En definitiva, queda la perspectiva de encontrar puntos programáticos de avance o el avance de la tragedia de la guerra, con el aumento de sus terribles consecuencias en la vida de millones y millones de seres humanos.

Jorge Aniceto Molinari.
Montevideo, 2 de julio de 2018.

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