[:es]La guerra…[:]

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La guerra

(Abordando eso gris, que parece la teoría).

Ya la realidad actual de la guerra es una tragedia, que amenaza extenderse con consecuencias terribles para la humanidad toda.

Se han quedado cortos los expresivos versos interpretados por León Gieco:

«Sólo le pido a dios
Que la guerra no me sea indiferente,
Es un monstruo grande y pisa fuerte…».

Los expertos en el tema nos explican una multiplicidad de razones para que hoy los enfrentamientos parezcan no tener solución de continuidad.

Nosotros somos tercos y a la vez imbuidos de una filosofía humanista que bajo ninguna circunstancia queremos abandonar. La guerra es la forma más criminal del hacer político. Y el hacer político tiene su razón de ser en la economía.

Hoy los presupuestos de las naciones desarrolladas encuentran un trágico equilibrio circunstancial en la industria de guerra. Ahora ni el más recalcitrante conservador de los economistas del capitalismo piensa que esto se pueda constituir en una salida viable, y a lo sumo esperan un milagro que en economía no existe, ni aún sobre los escombros de la guerra. Además parten de una análisis de la segunda guerra mundial en el que esconden los verdaderos motivos y el verdadero resultado: el pasaje de los gobiernos de Estado, al gobierno en pugna de los conglomerados empresariales multinacionales, que hoy lo ejercen y someten. El pasaje del avance de una costosa construcción democrática, a la dictadura abierta de la burguesía ejercida desde estos instrumentos económicos que hoy gobiernan el mundo, donde dirimen su interés en pugnas alejados del interés general de la gente.

Donde sólo el fascismo está convencido de su utilidad, pero donde la inercia de todos los otros sectores se transforma en una inanición criminal.

Cuando la segunda guerra mundial Stalin temía más una reacción en contra suya de los generales del ejército rojo que a la propia reacción asesina de Hitler. Pero en última instancia no había los instrumentos políticos capaces de cambiar esa realidad, y la esperanza era que los nazis no se animaran a lanzarse contra la Unión Soviética. Seguramente no era lo que pensaba el Mariscal Gueorgui Zhúkov, que reaccionó organizando la heroica respuesta rusa al nazismo, apoyado en la tradición revolucionaria del ejército rojo y de los generales que en un número muy importante pagaban con la cárcel, y condenas de muerte, la persecución enfermiza hacia ellos de Stalin.

Hoy la paz imprescindible para el desarrollo de la humanidad sólo es posible dando muerte a la predominancia del modo de producción capitalista, que supone medidas para que el capital acumulado sin rentabilidad pueda ser utilizado en beneficio de la humanidad toda. Así de sencillo.

¿Ahora cómo explicamos esto?: el capitalismo en esa falta de rentabilidad que lo hace promover las peores lacras de la sociedad va creando una burbuja de capitales ociosos que amenazan con extender aún más la guerra y el uso de armas nucleares, en un combo terrible y sin ninguna solución de progreso posible.

¿Es posible otro camino? Si es posible, si esos capitales fueran dispuestos para realizar las obras que hoy la humanidad necesita pero que al modo de producción capitalista no le resultan rentables.

No estamos hablando de disponer de capitales para el desarrollo burocrático de los Estados a través de un capitalismo de Estados, estamos hablando de establecer en forma universal de un sistema impositivo basado en la circulación del dinero y en la aplicación universal de planes de desarrollo a través de las formas de producción más eficientes sin descartar ninguna, que atiendan, la salud, la educación, la vivienda, sacando de la marginalidad a millones de seres humanos e incorporándoles a un aparato productivo en desarrollo, nadie deberá vivir sin trabajar o a lo sumo dedicando el tiempo en el aprendizaje para ello.

Para esto es que necesitamos una medida única y universal monetaria para la economía, así como existe el metro, el kilo, el litro…

Y por supuesto que en esta tarea hay que incorporar todo el desarrollo intelectual que la humanidad ha acumulado, llevando al plano de la planificación estratégica de todo esto, todos los antecedentes democráticos que se han ido conquistando.

¿Es esto posible, o es solo un sueño irrealizable?, nosotros creemos basados en las mejores tradiciones que sí, que es posible, para lo cual es necesario poner manos a la obra, cuya tarea fundamental es la voluntad política que lo lleve adelante. No puede haber hoy ninguna organización social, política, religiosa que omita expresarse sobre esto, y a partir de allí todo es válido en propuestas que auguren un desarrollo del aparato productivo.

Ya no son más posibles planes nacionales, regionales e incluso continentales solamente, si estos no están supeditados a un interés humano universal. No ignoramos la existencia de políticas económicas nacionales e incluso continentales por parte de intereses particulares de sectores, en proyectos que no tienen posibilidades reales de desarrollo en el espacio en pugna en que actúan los conglomerados empresariales multinacionales que gobiernan realmente el mundo.

En el Uruguay los ejemplos son tremendos, y no sólo producto de una forma de hacer política que al país le viene haciendo daño desde hace mucho tiempo (desde que el batllismo desaparecido su creador perdió su rumbo, como certeramente lo analizaba el Dr. Carlos Quijano desde los editoriales económicos de «Marcha»), y porque además las propias multinacionales las conducen al fracaso. Usan y luego tiran aunque se trate de gobiernos y de realidades sociales que abarcan a millones de seres humanos. Es parte también de lo que analizamos, es la lógica que conduce a extender la guerra.

El espacio para desarrollar en avance la política económica que hoy necesitamos es el planeta todo, y necesariamente se van a solapar dos modos de producción uno ayudado a morir y otro ayudado a nacer.

Esto de ninguna manera significa borrar las nacionalidades –incluso, entre otras, las creencias religiosas–, por el contrario supone poner éstas al servicio del bien común, cambiando radicalmente lo que hoy se hace de ponerlas unos contra otras en beneficio de las políticas de la guerra.

Allá por 1848, Marx y Engels cerraban su magistral Manifiesto del Partido Comunista con la frase: «¡Proletarios de todos los Países, uníos!».

Sería terrible para la especie humana si hoy, 170 años después, no diéramos respuesta a este llamado en el que hoy se parte de la necesidad no ya de programas nacionales sino de un programa universal que ponga en manos de la gente el destino democrático de la humanidad.

Por supuesto, que debo pensar que muchos de mis lectores no aceptan el programa y el camino que propongo para estas ideas, lo mínimo que pido es que se debatan y que si estoy equivocado lo demuestren y propongan para el bien de todos un camino mejor.

Mejorar individualmente al ser humano, siempre es una tarea loable y es en definitiva una finalidad social, insuficiente si de mejorar la sociedad se trata, pues ésta requiere en su crisis de desarrollo, de medidas asumidas universalmente, giro en la gobernanza mundial con dos herramientas centrales: la moneda y los impuestos, lo que llamamos la tarea de ayudar a morir en paz a la predominancia del modo de producción capitalista, conquistar la democracia en las relaciones económicas del mundo.

Si por el contrario pensamos en primero cambiar al ser humano para cambiar luego a la sociedad, podemos llegar a la conclusión de que la guerra es inevitable. Ahora debemos admitir que la tarea insoslayable de construir la voluntad política del cambio ya es un avance en la transformación de cada uno de nosotros. Nuestra tarea es la de mostrar que esos objetivos son alcanzables, es más que es imperioso alcanzarlos.

Cuando se crearon las Naciones Unidas, el mundo pensó sanamente que era un instrumento a desarrollar, y con ese destino se crearon organismos de un enorme valor colectivo, pero pronto se comprobó el divorcio entre construcciones políticas, culturales, sociales… de interés general humanitario y un curso económico divorciado de esas intenciones. Hoy se trata de revertir esa situación, para lo cual es necesario un programa por medio del cual la sociedad pase a tener el control democrático de la economía.

Jorge Aniceto Molinari.
Montevideo, 15 de abril de 2018.

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[:es]Noam Chomsky en el Uruguay.[:ca]Noam Chomsky a l’Uruguai.[:]

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Noam Chomsky en el Uruguay.

(Abordando eso gris, que parece la teoría).

José Mujica y Noam Chomsky.Excelente. El intelectual nacido en EE.UU. pudo exponer amplia y profundamente su pensamiento, que se necesita ahora poder analizarlo, debatirlo, incorporar en el hacer diario conceptos que necesitan ser conscientes. Está además en Internet por obra y gracia del avance de la tecnología.

Nosotros inmediatamente lo comparamos con los 46 minutos de exposición del Mujica en la ONU. Tratan prácticamente los mismos temas, son enfoques diferentes, y seguramente los análisis de Chomsky sean incorporados en muchas de las intervenciones posteriores de los que hemos tenido la suerte de escucharlo, lo que no ha sucedido con la intervención del ex-Presidente. De eso no se habla.

Desde la humildad de nuestros conocimientos, para nosotros aquí está el problema en que se debate la izquierda hoy en el mundo.

Tomemos por ejemplo el tema de la corrupción: todos aceptarán que lo que dice Chomsky es correcto y todas las medidas que se tomen para combatirla también.

Ahora y aunque Chomsky no se lo planteé ¿es posible un capitalismo de Estado sin corrupción? y más ¿es posible el capitalismo sin corrupción?

La condena a Lula por la vivienda de gran lujo en un edificio de una de las grandes capitales brasileñas que es uno de los miles y miles de apartamentos similares producto ¿del humilde trabajo individual de cada uno de sus propietarios?, como sucede en «nuestra Punta del Este», se nos explicará que no, pero que lo que se investiga es que llegó a esa propiedad por los avatares de los favores del cargo y los otros son producto del funcionamiento del capitalismo que da trabajo y es mejor no averiguar.

Chomsky, aunque parezca increíble coincide con la prédica electoral de Trump (que no es precisamente lo que éste ejecuta en su lógica empresarial), de que cada país debe defender su matriz productiva defendiendo el trabajo de su gente e incorporando mano de obra nacional.

Y entonces la pregunta: ¿pueden planificarse matrices productivas nacionales en el mundo actual?, ¿lo puede hacer EE.UU.?

Chomsky analiza también que hoy el gobierno del mundo ha pasado de los Estados a los complejos empresariales multinacionales. Era lo que analizaba Lenin que iba a ocurrir en su «El imperialismo fase superior del capitalismo» en 1916, y que para nosotros necesita de una respuesta programática, que no es otra que la que apenas insinuó Mujica en la ONU en setiembre del 2013 y que en el análisis de Chomsky se insinúa como un camino de soluciones nacionales, que deben ser importantes si somos capaces de generar los acuerdos políticos a nivel global que ayuden a la predominancia del modo de producción capitalista a morir en paz, voluntad política que es necesario construir y que hoy está al alcance de la humanidad poder hacerlo.

Nos parece insuficiente su análisis sobre el incremento de la guerra, al quedar reducido el análisis a un enfrentamiento de facciones y no ir al meollo del assumpte. Sí compartimos todas sus advertencias y peligros terribles que acechan a la humanidad.

Para los complejos empresariales multinacionales que en pugna gobiernan el mundo, la industria de la guerra es un desahogo económico (ante el agostamiento de la tasa general de ganancia) que cargan sobre los presupuestos estatales, en el incremento permanente de los endeudamientos, en emisiones demenciales que envilecen las relaciones monetarias del común de la gente, pero además generando e inventado guerras para justificar los gastos. Algo de lo que hace por ejemplo ante nuestras narices el comando sur del ejército de EE.UU.

¿Cómo desactivar entonces la guerra?: Chomsky afirma un camino: el triunfo de la democracia en el mundo.

¿Es posible ese camino? Sí es possible. Es, además, una conquista de la humanidad toda, que ésta debe afirmar, pero para ello se necesita un programa que cambie radicalmente nuestra forma de ver los fenómenos económicos actuales. Mujica los insinuó en la ONU. El problema de la moneda –hoy instrumento para desestabilizar gobiernos como el de Venezuela– que debe ser única y universal, el de los impuestos, en que los impuestos al consumo, al trabajo y a las pensiones deben ser eliminados y sustituidos por los impuestos a la circulación del dinero, dando muerte a los paraísos fiscales.

Seguramente el intercambio entre Chomsky y Mujica debe haber sido muy valioso, la exposición en la Intendencia de Montevideo lo fue, pero como se dice en los informativos debe haber más noticias sobre el particular en los próximos noticieros.

Jorge Aniceto Molinari.
Montevideo, 18 de julio de 2017.

[:ca]

Noam Chomsky a l’Uruguai.

(Abordant això gris, que sembla la teoria).

José Mujica i Noam Chomsky.Excel·lent. L’intel·lectual nascut a EUA va poder exposar àmplia i profundament el seu pensament, que es necessita ara poder analitzar-lo, debatre’l, incorporar en el quefer diari conceptes que necessiten ser conscients. Està a més dins Internet per obra i gràcia de l’avenç de la tecnologia.

Nosaltres immediatament la comparem amb els 46 minuts d’exposició del Mujica a l’ONU. Tracten pràcticament els mateixos temes, són enfocaments diferents, i segurament les anàlisis de Chomsky siguin incorporades a moltes de les intervencions posteriors dels que hem tingut la sort d’escoltar, el que no ha succeït amb la intervenció de l’ex-president. D’això no se’n parla.

Des de la humilitat dels nostres coneixements, per a nosaltres aquí hi ha el problema en què es debat l’esquerra avui al món.

Prenguem per exemple el tema de la corrupció: tots acceptaran que el que diu Chomsky és correcte i totes les mesures que es prenguin per combatre-la també.

Ara i encara que Chomsky no l’hi vaig plantejar ¿és possible un capitalisme d’Estat sense corrupció? i més ¿és possible el capitalisme sense corrupció?

La condemna a Lula per l’habitatge de gran luxe en un edifici d’una de les grans capitals brasileres que és un dels milers i milers d’apartaments similars ¿producte de l’humil treball individual de cadascun dels seus propietaris?, com succeeix en «la nostra punta de l’Est», se’ns explicarà que no, però que el que s’investiga és que va arribar a aquesta propietat pels avatars dels favors del càrrec i els altres són producte del funcionament del capitalisme que dóna feina i és millor no esbrinar.

Chomsky, encara que sembli increïble coincideix amb la prèdica electoral de Trump (que no és precisament el que aquest executa en la seva lògica empresarial), que cada país ha de defensar la seva matriu productiva defensant el treball de la seva gent i incorporant mà d’obra nacional.

I llavors la pregunta: ¿poden planificar matrius productives nacionals en el món actual?, ¿ho poden fer els EUA?

Chomsky analitza també que avui el govern del món ha passat dels estats als complexos empresarials multinacionals. Era el que analitzava Lenin que anava a ocórrer en el seu «L’imperialisme fase superior del capitalisme» el 1916, i que per a nosaltres necessita d’una resposta programàtica, que no és altra que la que amb prou feines va insinuar Mujica a l’ONU al setembre del 2013 i que en l’anàlisi de Chomsky s’insinua com un camí de solucions nacionals, que han de ser importants si som capaços de generar els acords polítics a nivell global que ajudin a la predominança a la manera de producció capitalista a morir en pau, voluntat política que cal construir i que avui està a l’abast de la humanitat poder fer-ho.

Ens sembla insuficient la seva anàlisi sobre l’increment de la guerra, en quedar reduït l’anàlisi a un enfrontament de faccions i no anar al moll de l’os de l’Assumpte. Sí compartim totes els seus advertiments i perills terribles que amenacen la humanitat.

Per als complexos empresarials multinacionals que en pugna governen el món, la indústria de la guerra és un alleujament econòmic (davant l’esgotament de la taxa general de guany) que carreguen sobre els pressupostos estatals, en l’increment permanent dels endeutaments, en emissions demencials que envileixen les relacions monetàries del comú de la gent, però a més generant i inventat guerres per justificar les despeses. Una mica del que fa per exemple davant els nostres nassos el comando sud de l’exèrcit dels EUA.

¿Com desactivar llavors la guerra?: Chomsky afirma un camí: el triomf de la democràcia al món.

¿És possible aquest camí? Sí que és possible. És, a més, una conquesta de la humanitat tota, que aquesta ha d’afirmar, però per això es necessita un programa que canviï radicalment la nostra forma de veure els fenòmens econòmics actuals. Mujica els va insinuar a l’ONU. El problema de la moneda –avui instrument per desestabilitzar governs com el de Veneçuela– que ha de ser única i universal, el dels impostos, en què els impostos al consum, a la feina i a les pensions han de ser eliminats i substituïts pels impostos a la circulació dels diners, donant mort als paradisos fiscals.

Segurament l’intercanvi entre Chomsky i Mujica ha d’haver estat molt valuós, l’exposició a la Intendència de Montevideo ho va ser, però com es diu en els informatius ha d’haver més notícies sobre el particular en els pròxims noticiaris.

Jorge Aniceto Molinari.
Montevideo, 18 de juliol del 2017.

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Rodolfo Nin Novoa.

[:es]

Rodolfo Nin Novoa.

(Abordando eso gris, que parece la teoría).

Rodolfo Nin Novoa.Desde la intervención del entonces Presidente Mujica en la ONU, septiembre del 2013, intervención por la paz que rápidamente trató de ser olvidada, hasta por su propio autor, no se había producido una intervención por la paz tan importante como ésta del Canciller Nin Novoa, en la Presidencia del Consejo de Seguridad de la Organización.

Y conviene destacarlo en medio tanta incoherencia política porque esto ratifica que el gobierno uruguayo se mantiene fiel a los principios en una etapa donde la política internacional está mal intencionada y dirigida a dar cobertura a las políticas guerreristas y suicidas que comandan los grandes intereses financieros que hay detrás de las multinacionales del armamento.

Pero, además, porque luego del incidente por las declaraciones del Presidente Constitucional de Venezuela Nicolás Maduro en que la derecha pretendió un quiebre de la política internacional del Estado uruguayo, estas declaraciones, que seguramente han sido preparadas con el Presidente Vázquez, vuelven a colocar al Uruguay en una posición de principios muy valiosa.

Hoy más que nunca la izquierda en el mundo, sus organizaciones políticas, sociales, sindicales, deben poner en primer plano la lucha para imponer la paz, y de ellas esperamos un claro pronunciamiento apoyando la postura del canciller uruguayo.

Jorge Aniceto Molinari.
Montevideo, 26 de mayo de 2017.

[:ca]

Rodolfo Nin Novoa.

(Abordant això gris, que sembla la teoria).

Rodolfo Nin Novoa.Des de la intervenció del llavors president Mujica a l’ONU, el setembre del 2013, intervenció per la pau que ràpidament va tractar de ser oblidada, fins pel seu propi autor, no s’havia produït una intervenció per la pau tan important com aquesta del Canceller Nin Novoa, a la Presidència del Consell de Seguretat de l’Organització.

I convé destacar-ho en mig tanta incoherència política perquè això ratifica que el govern uruguaià es manté fidel als principis en una etapa on la política internacional està mal intencionada i dirigida a donar cobertura a les polítiques guerreristes i suïcides que comanden els grans interessos financers que hi ha al darrere de les multinacionals de l’armament.

Però, a més, perquè després de l’incident per les declaracions del President Constitucional de Veneçuela Nicolás Maduro en què la dreta va pretendre una ruptura de la política internacional de l’Estat uruguaià, aquestes declaracions, que segurament han estat preparades amb el President Vázquez, tornen a col·locar el Uruguai en una posició de principis molt valuosa.

Avui més que mai l’esquerra en el món, les seves organitzacions polítiques, socials, sindicals, han de posar en primer pla la lluita per imposar la pau, i d’elles esperem un clar pronunciament donant suport a la postura del canceller uruguaià.

Jorge Aniceto Molinari.
Montevideo, 26 de maig de 2017.

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[:es]El problema no es la salida de Temer si no…[:ca]El problema no és la sortida de Temer si no…[:]

[:es]

El problema no es la salida de Temer si no…

(Abordando eso gris, que parece la teoría).

Michel Temer.La frase se repite a diestra y siniestra, y también al centro, hay unanimidad.

Preocupa porque creo que todos estamos de acuerdo –no sé si Almagro, que en esto está desaparecido- en que el gobierno de Temer no tiene legitimidad, y su asunción obedeció a la aspiración de las derechas brasileñas de conservar sus privilegios en el seno de esa sociedad, sin medir las consecuencias y las repercusiones que el hecho en sí tiene. Pues convengamos que la trama de la corrupción tiene una historia varias veces centenaria, que no puede ser un justificativo pero si una explicación; un objetivo a combatir, y cambiar, sabiendo además que supera todos los límites fronterizos.

El problema no abarca solo la legitimidad legal, sino qué posibilidades. Esto no pone en cuestión lo de que la legitimidad legal es importante. Si que prácticamente la totalidad del espectro político busca una salida que mejore su propio posicionamiento. Esto en la actual situación de Brasil puede ser una trampa muy peligrosa para el equilibrio de la sociedad toda, pues tal salida sectorial no existe.

Brasil, como EE.UU., como China, y podríamos seguir, también nuestro Uruguay, no tiene futuro económico «propio», lo de la matriz productiva, como le llaman algunos especialistas; lo que se produce se programa para el mundo, en su dimensión y lo que se consume también. Es el gobierno en pugna de los complejos empresariales multinacionales, no de los Estados, como tales, que a ese nivel sólo cuentan en las estrategias de la industria de la guerra.

Juan Manuel Santos con la Paz en la mano.Lo que ahora plantea Fernando Henrique Cardozo, como lo que planteó al recibir el premio Nobel de la Paz el Presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, como lo que planteó el entonces Presidente Mujica en la ONU en septiembre del 2013; la necesidad de una salida consensuada a los inmensos desequilibrios, en este caso concreto de Brasil es una necesidad más allá de las cuentas que cada uno tiene para cobrar o pagar. También es una necesidad para Venezuela, mal que le pese al comando sur del ejército de EE.UU. o al propio secretario general de la OEA, empeñados en derrocar al gobierno constitucional del Presidente Maduro, pues el camino de los enfrentamientos, es un callejón sin salidas, que es promovido particularmente por la industria de guerra, que a la larga condena a todos, aún los que piensan que por su posición en la sociedad están fuera de los desequilibrios.

La humanidad se cobra sus cuentas aún en los desequilibrios psíquicos, que se producen por ejemplo en militares de EE.UU., en atentados que llaman la atención y no reconocen otra explicación. Abarca además todos los aspectos de la vida, basta analizar el mundo de la cultura, los films actuales en su inmensa mayoría giran en torno a la violencia, superando largamente a los de otra época.

El problema es que se necesita un programa que afronte los desequilibrios; ese programa hoy «la masa crítica» de la sociedad al decir de Esteban Valenti, no los está generando.

Las razones pueden ser múltiples, una de ellas la derrota de los mejores pensadores que la humanidad ha tenido a lo largo de su historia, donde la sociedad sometida a la lucha de clases ha impuesto siempre sus condiciones inmediatas, independientemente de que la vida a la larga se ha impuesto e incluso reivindicado y asimilado las ideas que han significado avance.

Esto es lo que hoy está ocurriendo con el pensamiento más completo conocido, que sobre el capitalismo realizaran Marx, Engels y Lenin –los más destacados-, no existe sobre ellos el accionar precisamente de esa masa crítica.

Lo que conozco me lleva a afirmar que hoy en cualquier universidad del mundo en la que se pregunte sobre el aporte de estos autores, se me dirá, en la mayoría de los casos, una sarta de disparates, que son efectivamente lo que explican que no exista hoy los análisis que necesitamos.

El pensamiento marxista no es confrontativo, tampoco sumiso, sino todo lo contrario, no se propone un modelo que enfrente al capitalismo, sí se propone defender y promover a la gente y en particular a la clase obrera, frente a la predominancia de un modo de producción que inexorablemente y a través de sus crisis está condenado a desaparecer un vez cumplido su ciclo histórico marcado por el agostamiento de la tasa general de ganancia que indica con precisión su estado y en la actualidad su declive.

¿En que se expresa más contundentemente?, en que a la humanidad le son necesarias cosas que para el modo de producción predominante ya no le son rentables. Que explica además la acumulación gigantesca de capitales en los paraísos fiscales que junto con la emisión demencial de papel moneda alimentan una crisis sin salidas para la predominancia del modo de producción capitalista.

Y las soluciones a la crisis pueden llegar a ser tan sencillas, que frente al uso de armas nucleares que parece ser el próximo paso de la crisis, puede parecer una tremenda estupidez no analizarlas.

Primer paso imponer la paz, que la medida monetaria debe ser única y universal, que los únicos impuestos legítimos para atender las necesidades de la sociedad deben provenir de la circulación del dinero, que ninguna operación con dinero pueda ser válida sin estar debidamente registrada en los organismos que la sociedad determine, -lo que significa la muerte de los paraísos fiscales- encarar a nivel multinacional obras que signifiquen una elevación de la condición humana en salud, en educación, en vivienda, en alimentación, uno de cuyos centros es el de utilizar y premiar con una reubicación en la sociedad de toda la mano de obra disponible y la que socialmente se pueda recuperar.

Saber que ayudar a morir a la predominancia del modo de producción capitalista, no supone la muerte del capitalismo, sino el de que la sociedad sobre la base de proteger el aparato productivo debe darse en la transición un nuevo modo de producción –que seguramente se llamará socialista-, que dé nacimiento a una nueva sociedad equilibrada y con una conducta colectiva superior a la que hoy tenemos producto del desarrollo de la predominancia de los modos de producción anteriores. Esto es además lo que ha ocurrido a lo largo de la historia con los modos de producción anteriores al capitalismo.

La tarea es entonces nacional e internacionalmente construir la voluntad política que haga efectiva esta tarea. Es sin duda el mejor homenaje que hoy debemos hacer a los revolucionarios de 1917, que al decir de José Batlle y Ordoñez, abrieron un camino de progreso y esperanza al mundo.

Jorge Aniceto Molinari.
Montevideo, 23 de mayo de 2017.

[:ca]

El problema no és la sortida de Temer si no…

(Abordant això gris, que sembla la teoria).

Michel Temer.La frase es repeteix a tort i a dret, i també al centre, hi ha unanimitat.

Preocupa perquè crec que tots estem d’acord -no sé si Almagro, que en això està desaparegut- en què el govern de Temer no té legitimitat, i la seva assumpció va obeir a l’aspiració de les dretes brasileres de conservar els seus privilegis en el sí d’aquesta societat, sense mesurar les conseqüències i les repercussions que el fet en si té. Doncs convinguem que la trama de la corrupció té una història diverses vegades centenària, que no pot ser un justificatiu però si una explicació; un objectiu a combatre, i canviar, sabent que supera tots els límits fronterers.

El problema no abasta només la legitimitat legal, sinó quines possibilitats. Això no posa en qüestió el que la legitimitat legal és important. Sí que pràcticament la totalitat de l’espectre polític busca una sortida que millori el seu propi posicionament. Això en l’actual situació del Brasil pot ser un parany molt perillosa per a l’equilibri de la societat tota, ja que tal sortida sectorial no existeix.

Brasil, com EUA, com la Xina, i podríem seguir, també el nostre Uruguai, no té futur econòmic «propi», el de la matriu productiva, com l’anomenen alguns especialistes; el que es produeix és programa per al món, en la seva dimensió i el que es consumeix també. És el govern en pugna dels complexos empresarials multinacionals, no dels estats, com a tals, que a aquest nivell només compten en les estratègies de la indústria de la guerra.

Juan Manuel Santos amb la Pau a la mà.El que ara planteja Fernando Henrique Cardozo, com el que va plantejar en rebre el premi Nobel de la Pau el president de Colòmbia, Juan Manuel Santos, com el que va plantejar el llavors president Mujica a l’ONU el setembre del 2013; la necessitat d’una sortida consensuada als immensos desequilibris, en aquest cas concret del Brasil és una necessitat més enllà dels comptes que cada un té per cobrar o pagar. També és una necessitat per a Veneçuela, mal que li pesi al comando sud de l’exèrcit dels EUA o al mateix secretari general de l’OEA, entestats a enderrocar el govern constitucional del President Maduro, ja que el camí dels enfrontaments, és un carreró sense sortides, que és promogut particularment per la indústria de guerra, que a la llarga condemna a tots, encara els que pensen que per la seva posició en la societat estan fora dels desequilibris.

La humanitat es cobra els seus comptes encara en els desequilibris psíquics, que es produeixen per exemple en militars dels EUA, en atemptats que criden l’atenció i no reconeixen altra explicació. Abasta més tots els aspectes de la vida, n’hi ha prou amb analitzar el món de la cultura, els films actuals en la seva immensa majoria giren al voltant de la violència, superant llargament als d’una altra època.

El problema és que es necessita un programa que afronti els desequilibris; aquest programa avui «la massa crítica» de la societat en dir d’Esteban Valenti, no els està generant.

Les raons poden ser múltiples, una d’elles la derrota dels millors pensadors que la humanitat ha tingut al llarg de la seva història, on la societat sotmesa a la lluita de classes ha imposat sempre les seves condicions immediates, independentment que la vida a la llarga s’ha imposat i fins i tot reivindicat i assimilat les idees que han significat avenços.

Això és el que avui està passant amb el pensament més complet conegut, que sobre el capitalisme realitzaren Marx, Engels i Lenin -els més destacats-, no existeix sobre ells l’accionar precisament d’aquesta massa crítica.

El que conec em porta a afirmar que avui en qualsevol universitat del món en què es pregunti sobre l’aportació d’aquests autors, ens dirà, en la majoria dels casos, un enfilall de disbarats, que són efectivament el que expliquen que no existeixi avui les anàlisis que necessitem.

El pensament marxista no és confrontatiu, tampoc submís, sinó tot el contrari, no es proposa un model davant el capitalisme, sí que es proposa defensar i promoure a la gent i en particular a la classe obrera, enfront de la predominança d’una manera de producció que inexorablement i mitjançant les seves crisis està condemnat a desaparèixer un cop complert el seu cicle històric marcat per l’esgotament de la taxa general de guany que assenyala amb precisió el seu estat i en l’actualitat el seu declivi.

¿En què s’expressa més contundentment?, en què la humanitat li són necessàries coses que per la manera de producció predominant ja no li són rendibles. Que explica a més l’acumulació gegantina de capitals en els paradisos fiscals que juntament amb l’emissió demencial de paper moneda alimenten una crisi sense sortides per la predominança de la manera de producció capitalista.

I les solucions a la crisi poden arribar a ser tan senzilles, que enfront de l’ús d’armes nuclears que sembla ser el proper pas de la crisi, pot semblar una tremenda estupidesa no analitzar-les.

Primer pas imposar la pau, que la mesura monetària ha de ser única i universal, que els únics impostos legítims per atendre les necessitats de la societat han de provenir de la circulació dels diners, que cap operació amb diners pugui ser vàlida sense estar degudament registrada en els organismes que la societat determini, -la qual cosa significa la mort dels paradisos fiscals- encarar a nivell multinacional obres que signifiquin una elevació de la condició humana en salut, en educació, en habitatge, en alimentació, un dels centres és el d’utilitzar i premiar amb una reubicació en la societat de tota la mà d’obra disponible i la que socialment es pugui recuperar.

Saber que ajudar a morir a la predominança de la manera de producció capitalista, no suposa la mort del capitalisme, sinó el que la societat sobre la base de protegir l’aparell productiu s’ha de donar en la transició una nova manera de producció -que segurament es dirà socialista-, que doni naixement a una nova societat equilibrada i amb una conducta col·lectiva superior a la que avui tenim producte del desenvolupament de la predominança de les maneres de producció anteriors. Això és a més el que ha passat al llarg de la història amb les maneres de producció anteriors al capitalisme.

La tasca és llavors nacional i internacionalment construir la voluntat política que faci efectiva aquesta tasca. És sens dubte el millor homenatge que avui hem de fer als revolucionaris de 1917, que en dir de José Batlle i Ordóñez, van obrir un camí de progrés i esperança al món.

Jorge Aniceto Molinari.
Montevideo, 23 de maig de 2017.

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[:es]Lenin Moreno presidente de Ecuador.[:ca]Lenin Moreno president de l’Equador.[:]

[:es]

Lenin Moreno presidente de Ecuador.

(Abordando eso gris, que parece la teoría).

Tenemos en esta nota, que transcribimos, información muy valiosa, pero a la vez juicios que particularmente en la izquierda se deben debatir, pues lo que se afirma no sólo que no está demostrado sino que en la realidad al no ser debatido correctamente, se convierten en un arma de la derecha. Lo que apuntamos está resaltado y luego al final lo comentamos.


El triunfo de Lenín Moreno en Ecuador.

Tomado de Other News.

Roberto Pizarro – El Desconcierto.cl

El banquero guayaquileño fue derrotado por Lenín Moreno. Sin embargo, igual que Trump y apoyado vigorosamente por los medios de comunicación, sostuvo en su campaña que sólo el fraude lo podría derrotar.

Guillermo Lasso, dueño del banco de Guayaquil, sabe de dinero y banca. Construyó su fortuna gracias a la especulación financiera con los bonos emitidos en el feriado bancario en 1999; el corralito que impuso el Presidente Jamil Mahuad a los depositantes, que luego culminó en la dolarización de la economía y en el empobrecimiento de la mayorías de los ecuatorianos.

Lenin Moreno.El banquero guayaquileño fue derrotado por Lenín Moreno. Sin embargo, igual que Trump y apoyado vigorosamente por los medios de comunicación, sostuvo en su campaña que sólo el fraude lo podría derrotar. Como Lasso perdió, en vez de aceptar el fracaso, reiteró sus dichos de campaña; pero, sus partidarios más lúcidos, como Jaime Nebot, el alcalde de Guayaquil, lo desmienten, al señalar que «el que acusa tiene que probar»; y Lasso está denunciando sin pruebas.

En realidad, el camino que sigue Lasso no lo conduce a ninguna parte. Todos los presidentes de América Latina, así como el Secretario General de la OEA, han reconocido el triunfo de Lenín, convencidos de la limpieza electoral. La presencia de representantes de ambos candidatos en cada una de las mesas de votación, así como los tres mil observadores internacionales ha garantizado el proceso electoral.

El triunfo de Moreno no emerge en el vacío. Es consecuencia del exitoso periodo de diez años de gobierno del Presidente Correa. No se trata sólo de los avances económicos y el progreso social. Hoy día, Ecuador es un país que ha recuperado su dignidad. El embajador norteamericano ha dejado de ser un procónsul en Quito y los ecuatorianos son vistos con respeto en el mundo.

La soberanía nacional se convirtió en realidad cuando Correa notificó a los Estados Unidos, a principios del año 2008, la no renovación del convenio que permitía a ese país utilizar desde 1999 el puerto pesquero de Manta para «interceptar vuelos del narcotráfico». Esta decisión forma parte del mandato constitucional que expresamente prohíbe «el establecimiento de bases militares extranjeras en el territorio ecuatoriano».

La independencia nacional del Ecuador también ha quedado de manifiesto con el asilo otorgado a Julián Assange, líder de Wikileaks. Correa resistió las presiones de gobiernos y poderes fácticos internacionales, mientras el candidato Lasso señalaba que lo primero que haría en su gobierno sería retirar el asilo a Assange.

Además, la soberanía económica se hace efectiva en Ecuador con la renegociación de los contratos entre el Estado y las empresas petroleras. Ahora, las empresas pasan a ser prestadoras de servicios y a recibir una tarifa fija, mientras el dueño legal del petróleo es el Estado. De esta forma, el Estado pasó a beneficiarse exclusivamente del cualquier aumento en el precio del barril del petróleo y así mejoró sustancialmente su participación en la renta petrolera.

La emergencia de Correa fue consecuencia de una crisis profunda en el país. La inestabilidad política y la crisis económica se hacían insostenibles. La triste herencia de Mahuad no sólo fue haber recibido dinero de la banca para su elección y luego beneficiarla, sino dolarizar la economía. Esto ha hecho dependiente la política monetaria y cambiaria ecuatoriana del Banco de la Reserva Federal de los Estados Unidos y limitado los espacios de maniobra de la política económica.

Frente a la crisis, el Presidente Correa tomó el toro por las astas e impulsó una Asamblea Constituyente, para reconstruir toda la institucionalidad del país, iniciativa que obtuvo el apoyo del 80 % del voto ciudadano. A partir de ese momento, Ecuador ha experimentado la mayor estabilidad política, crecimiento económico y progreso social de su historia.

La economía ecuatoriana creció un promedio de 3,9% entre 2007 y 2015, comparado con el 2,9 por ciento de Latinoamérica, según cifras de la CEPAL. Ese crecimiento ha permitido que el Gobierno haya destinado el 9% de su PIB para inversión pública, lo que se ha traducido en inéditas obras de infraestructura a lo largo y ancho del país.

Las cifras de desempleo destacan muy especialmente, con un 4,3% en el 2015, la tasa más baja de Sudamérica. Esas cifras, junto al aumento del salario básico de 366 dólares (que antes de la Revolución Ciudadana era de 160 dólares) constituyen indicadores manifiestos de los avances en justicia social. El porcentaje de personas pobres se ha reducido desde el 37% en 2007 hasta el 23% en 2015, con más de un millón de ecuatorianos que superaron la pobreza. Además, Ecuador es uno de los países que más redujo la desigualdad en América Latina.

Uno de los problemas más serios que tuvo el Ecuador, previo a la llegada de Correa, fue la gran evasión de impuestos. Desde el 2000 hasta el 2006, los gobiernos recaudaron apenas 21.338 millones de dólares, mientras que la Revolución Ciudadana ha triplicado esa cifra, con 88.177 millones de dólares.

Lamentablemente, las condiciones económicas se han deteriorado en Ecuador en los dos últimos años, como resultado de la abrupta caída de los precios del petróleo, fuente principal de divisas del país. Ello ha afectado también el presupuesto nacional. Porque en una economía dolarizada los márgenes de maniobra son estrechos. No existe la alternativa de devaluación como en países con moneda propia. Cae el precio del petróleo y se reducen los ingresos fiscales y ello afecta la inversión pública y los programas sociales.

No todo ha sido fácil con el gobierno de Correa. Su fuerte personalidad le ha significado duros enfrentamientos con la prensa, convirtiéndose en la principal oposición a su gobierno. Pero además algunas organizaciones indígenas y ambientalistas se movilizaron contra su gobierno en protesta a proyectos petroleros y mineros en la selva amazónica.

No hay duda que el éxito de Lenín Moreno es consecuencia de los diez años de la revolución ciudadana que lideró Correa. Por cierto, el nuevo Presidente tendrá sus propios énfasis y con su estilo, conciliador y dialogante, muchos esperan que ayudará a reducir las tensiones que actualmente se observan en el país. Por otra parte, su triunfo seguramente ayudará a recuperar las esperanzas de los sectores progresistas en América Latina, que habían perdido fuerza con la instalación de gobiernos conservadores en la región, especialmente en Argentina y Brasil. Viernes, 7 de abril de 2017.

Roberto Pizarro. Economista chileno. Profesor universitario. Ex ministro de Planificación y ex embajador de Chile en Ecuador.


Nuestro comentario:

Jorge Aniceto Molinari.Se escribe: «que luego culminó en la dolarización de la economía y en el empobrecimiento de la mayoría de los ecuatorianos» nos preguntamos: ¿esto no fue al revés?

Rafael Correa.Pues cuando asume Correa y aplica su política, aprovechando una coyuntura muy particular de la economía mundial, se realiza eso que expone la nota y que fue beneficioso para el pueblo de Ecuador, manejando un proceso económico con dificultades, donde también hubo denuncias de corrupción, con expectativas insatisfechas de sectores que aún siguen pensando que la economía de Ecuador se puede desprender de la economía mundial y emprender un proceso voluntarista de igualdad social que ningún país puede solucionar por decisión propia, más allá de todo lo que se ha avanzado y bien señala la nota. Ahora manejándose con una realidad monetaria –el dólar–  que ha impedido a sectores del capital financiero operar en la especulación contra la gente como lo han hecho sin que los gobiernos pudieran –o con la duda de que quisieran– impedirlo en Argentina y Venezuela.

Se escribe luego: «sino dolarizar la economía. Esto ha hecho dependiente la política monetaria y cambiaria ecuatoriana del Banco de la Reserva Federal de los Estados Unidos y limitado los espacios de maniobra de la política económica».

Luego se escribe más adelante: «Porque en una economía dolarizada los márgenes de maniobra son estrechos. No existe la alternativa de devaluación como en países con moneda propia. Cae el precio del petróleo y se reducen los ingresos fiscales y ello afecta la inversión pública y los programas sociales».

La nota describe lo realizado y de ello debemos extraer la conclusión de que se ha hecho sin los espacios de maniobra de la política económica. En hora buena porque esos espacios manejando la moneda han sido funestos para los gobiernos progresistas; luego maneja la posibilidad de hacer devaluaciones como medida de reactivación económica, que en el marco actual de la economía mundial es un veneno letal para el desarrollo económico, pues va directamente contra el nivel de ingresos en moneda fuerte conquistado por los asalariados, sin tener posibilidades de inversiones que el mercado mundial condiciona también a la estabilidad monetaria.

EE.UU. y la Unión Europea, han utilizado impunemente la posibilidad de la emisión monetaria –ha llegado a límites demenciales– para equilibrar sus presupuestos y salvar el equilibrio de sus instituciones financieras, dinero que por la crisis que origina el agostamiento de la tasa general del capitalismo, han ido a parar a los paraísos fiscales y no para beneficio de su gente. Ello se paga, y hoy la soberanía de este gran país del norte como la de los propios países europeos ya prácticamente es inexistente, producto de un creciente endeudamiento del que ya no pueden retornar, entonces que un país asuma que el dólar es su moneda, está marcando que ya no va a hacer devaluaciones y que lo que se mide para el trabajo en el mercado mundial se mide para su país.

Por supuesto que eso no alcanza, es necesario dar un paso más, tender y propiciar una unidad de medida monetaria mundial y un ingreso fiscal proveniente no de los impuestos al consumo, al trabajo y las pensiones, sino sobre la propia circulación del dinero, haciendo ilegal toda circulación que no esté debidamente registrada en los organismos que la sociedad determine, dando muerte a los paraísos fiscales. Pues de no hacerse la crisis no tiene salidas, como lo viene mostrando claramente la realidad actual.

Ecuador nos marca un antes y un después si la lección de economía que hoy nos está dando, y aun conociendo los desafíos que enfrenta, sabemos asimilarla. El trabajador ecuatoriano comprende que «la revolución ciudadana» ha defendido su nivel de vida, pero también debe saber que el porvenir ya no depende solo de lo que se haga en Ecuador sino de lo que hagan las instituciones políticas, sindicales, sociales, etc. para lograr un programa en el mundo que imponga la paz y a la vez la muerte en paz de la predominancia del modo de producción capitalista que es lo que impide que hoy se hagan emprendimiento de interés social que al capitalismo ya no le son rentables como por ejemplo el cuidado del medio ambiente, la salud y la educación.

Jorge Aniceto Molinari.
Montevideo, 7 de abril de 2017.

[:ca]

Lenin Moreno president de l’Equador.

(Abordant això gris, que sembla la teoria).

Tenim en aquesta nota, que transcrivim, informació molt valuosa, però alhora judicis que particularment dins l’esquerra s’han de debatre, doncs el que s’afirma no sols que no està demostrat sinó que en la realitat en no ser debatut correctament, es converteixen en una arma de la dreta. El que apuntem està remarcat i després al final ho comentem.


El triomf de Lenin Moreno a Equador.

Provinent d’Other News.

Roberto Pizarro – El Desconcierto.cl.

El banquer guayaquileny va ser derrotat per Lenin Moreno. No obstant això, igual que Trump i recolzat vigorosament pels mitjans de comunicació, va sostenir en la seva campanya que només el frau el podria derrotar.

Guillermo Lasso, propietari del banc de Guayaquil, sap de diners i banca. Va construir la seva fortuna gràcies a l’especulació financera amb els bons emesos en el firat bancari el 1999; el corralito que va imposar el president Jamil Mahuad als dipositants, que després va culminar en la dolarització de l’economia i en l’empobriment de la majories dels equatorians.

Lenin Moreno.El banquer guayaquileny va ser derrotat per Lenin Moreno. No obstant això, igual que Trump i recolzat vigorosament pels mitjans de comunicació, va sostenir en la seva campanya que només el frau el podria derrotar. Com Lasso va perdre, en comptes d’acceptar el fracàs, va reiterar les seves dites de campanya; però, els seus partidaris més lúcids, com Jaime Nebot, l’alcalde de Guayaquil, ho desmenteixen, en assenyalar que «el que acusa ha de provar»; i Lasso està denunciant sense proves.

En realitat, el camí que segueix Lasso no el condueix enlloc. Tots els presidents d’Amèrica Llatina, així com el secretari general de l’OEA, han reconegut el triomf de Lenin, convençuts de la transparència electoral. La presència de representants dels dos candidats en cadascuna de les taules de votació, així com els tres mil observadors internacionals han garantit el procés electoral.

El triomf de Moreno no sorgeix del buit. És conseqüència de l’exitós període de deu anys de govern del President Correa. No es tracta només dels avenços econòmics i el progrés social. Avui dia, Equador és un país que ha recuperat la seva dignitat. L’ambaixador nord-americà ha deixat de ser un procònsol a Quito i els equatorians són vistos amb respecte al món.

La sobirania nacional es va convertir en realitat quan Correa va notificar als Estats Units, a principis de l’any 2008, la no renovació del conveni que permetia a aquest país utilitzar des de 1999 el port pesquer de Manta per «interceptar vols del narcotràfic». Aquesta decisió forma part del mandat constitucional que expressament prohibeix «l’establiment de bases militars estrangeres al territori equatorià».

La independència nacional de l’Equador també ha quedat de manifest amb l’asil atorgat a Julián Assange, líder de Wikileaks. Correa va resistir les pressions de governs i poders fàctics internacionals, mentre el candidat Lasso assenyalava que el primer que faria en el seu govern seria retirar l’asil a Assange.

A més, la sobirania econòmica es fa efectiva a Equador amb la renegociació dels contractes entre l’Estat i les empreses petrolieres. Ara, les empreses passen a ser prestadores de serveis i a rebre una tarifa fixa, mentre l’amo legal del petroli és l’Estat. D’aquesta manera, l’Estat va passar a beneficiar-se exclusivament del qualsevol augment en el preu del barril del petroli i així va millorar substancialment la seva participació en la renda petroliera.

L’emergència de Correa va ser conseqüència d’una crisi profunda al país. La inestabilitat política i la crisi econòmica es feien insostenibles. La trista herència de Mahuad no només va ser haver rebre diners de la banca per la seva elecció i després beneficiar-la, sinó dolaritzar l’economia. Això ha fet dependent la política monetària i canviària equatoriana del Banc de la Reserva Federal dels Estats Units i limitat els espais de maniobra de la política econòmica.

Davant la crisi, el President Correa va prendre el toro per les banyes i va impulsar una Assemblea Constituent, per reconstruir tota la institucionalitat del país, iniciativa que va obtenir el suport del 80% del vot ciutadà. A partir d’aquest moment, l’Equador ha experimentat la major estabilitat política, creixement econòmic i progrés social de la seva història.

L’economia equatoriana va créixer una mitjana de 3,9% entre 2007 i 2015, comparat amb el 2,9 per cent de Llatinoamèrica, segons xifres de la CEPAL. Aquest creixement ha permès que el Govern hagi destinat el 9% del seu PIB per a inversió pública, la qual s’ha traduït en inèdites obres d’infraestructura al llarg i ample del país.

Les xifres d’atur destaquen molt especialment, amb un 4,3% el 2015, la taxa més baixa de Sud-amèrica. Aquestes xifres, juntament amb l’augment del salari bàsic de 366 dòlars (que abans de la Revolució Ciutadana era de 160 dòlars) constitueixen indicadors manifestos dels avenços en justícia social. El percentatge de persones pobres s’ha reduït des del 37% el 2007 fins al 23% el 2015, amb més d’un milió d’equatorians que van superar la pobresa. A més, Equador és un dels països que més va reduir la desigualtat a Amèrica Llatina.

Un dels problemes més seriosos que va tenir l’Equador, previ a l’arribada de Correa, va ser la gran evasió d’impostos. Des del 2000 fins al 2006, els governs van recaptar tot just 21.338.000 de dòlars, mentre que la Revolució Ciutadana ha triplicat aquesta xifra, amb 88.177.000 de dòlars.

Lamentablement, les condicions econòmiques s’han deteriorat a Equador en els dos darrers anys, com a resultat de l’abrupta caiguda dels preus del petroli, font principal de divises del país. Això ha afectat també el pressupost nacional. Perquè en una economia dolaritzada els marges de maniobra són estrets. No hi ha l’alternativa de devaluació com als països amb moneda pròpia. Cau el preu del petroli i es redueixen els ingressos fiscals i això afecta la inversió pública i els programes socials.

No tot ha estat fàcil amb el govern de Correa. La seva forta personalitat li ha suposat durs enfrontaments amb la premsa, convertint-se en la principal oposició al seu govern. Però a més algunes organitzacions indígenes i ambientalistes es van mobilitzar contra el seu govern en protesta a projectes petroliers i miners a la selva amazònica.

No hi ha dubte que l’èxit de Lenin Moreno és conseqüència dels deu anys de la revolució ciutadana que va liderar Correa. Per cert, el nou president tindrà els seus propis èmfasi i amb el seu estil, conciliador i dialogant, molts esperen que ajudarà a reduir les tensions que actualment s’observen al país. D’altra banda, el seu triomf segurament ajudarà a recuperar les esperances dels sectors progressistes a Amèrica Llatina, que havien perdut força amb la instal·lació de governs conservadors a la regió, especialment a Argentina i Brasil. Divendres, 7 d’abril del 2017.

Roberto Pizarro. Economista xilè. Professor universitari. Exministre de Planificació i ex ambaixador de Xile a l’Equador.


El nostre comentari:

Jorge Aniceto Molinari.S’escriu: «que després va culminar en la dolarització de l’economia i en l’empobriment de la majoria dels equatorians» ens preguntem: ¿això no va ser a l’inrevés?

Rafael Correa.Doncs quan assumeix Correa el càrrec i aplica la seva política, aprofitant una conjuntura molt particular de l’economia mundial, es realitza això que exposa la nota i que va ser beneficiós per al poble d’Equador, manejant un procés econòmic amb dificultats, on també hi va haver denúncies de corrupció, amb expectatives insatisfetes de sectors que encara segueixen pensant que l’economia de l’Equador es pot desprendre de l’economia mundial i emprendre un procés voluntarista d’igualtat social que cap país pot solucionar per decisió pròpia, més enllà de tot el que s’ha avançat i ben assenyala la nota. Ara manejant amb una realitat monetària –el dòlar– que ha impedit a sectors del capital financer operar amb l’especulació contra la gent com ho han fet sense que els governs poguessin –o amb el dubte de que volguessin– impedir-ho a Argentina i Veneçuela.

S’escriu després: «sinó dolaritzar l’economia. Això ha fet dependent la política monetària i canviària equatoriana del Banc de la Reserva Federal dels Estats Units i limitat els espais de maniobra de la política econòmica».

Després s’escriu més endavant: «Perquè en una economia dolaritzada els marges de maniobra són estrets. No hi ha l’alternativa de devaluació com a països amb moneda pròpia. Cau el preu del petroli i es redueixen els ingressos fiscals i això afecta la inversió pública i els programes socials».

La nota descriu el que s’ha fet i d’això hem d’extreure la conclusió que s’ha fet sense els espais de maniobra de la política econòmica. Enhorabona perquè aquests espais manejant la moneda han estat funestos per als governs progressistes; després maneja la possibilitat de fer devaluacions com a mesura de reactivació econòmica, que en el marc actual de l’economia mundial és un verí letal per al desenvolupament econòmic, doncs va directament contra el nivell d’ingressos en moneda forta conquistat pels assalariats, sense tenir possibilitats d’inversions que el mercat mundial condiciona també a l’estabilitat monetària.

EUA i la Unió Europea, han utilitzat impunement la possibilitat de l’emissió monetària –ha arribat a límits demencials– per equilibrar els seus pressupostos i salvar l’equilibri de les seves institucions financeres, diners que per la crisi que origina l’escurçament de la taxa general del capitalisme, han anat a parar als paradisos fiscals i no per a benefici de la seva gent. Això es paga, i avui la sobirania d’aquest gran país del nord com la dels propis països europeus ja pràcticament és inexistent, producte d’un creixent endeutament del que ja no es pot retornar, llavors que un país assumeixi que el dòlar és la seva moneda, està marcant que ja no farà devaluacions i que el que es mesura per al treball en el mercat mundial es mesura pel seu país.

Per descomptat que això no arriba, cal fer una passa més, estendre i propiciar una unitat de mesura monetària mundial i un ingrés fiscal provinent no dels impostos al consum, a la feina i les pensions, sinó sobre la pròpia circulació dels diners, fent il·legal tota circulació que no estigui degudament registrada en els organismes que la societat determini, donant mort als paradisos fiscals. Doncs de no fer-se la crisi no té sortides, com ho ve mostrant clarament la realitat actual.

Equador ens marca un abans i un després si la lliçó d’economia que avui ens està donant, i fins i tot coneixent els desafiaments que enfronta, sabem assimilar-la. El treballador equatorià comprèn que «la revolució ciutadana» ha defensat el seu nivell de vida, però també ha de saber que el futur ja no depèn només del que es faci a Equador sinó del que facin les institucions polítiques, sindicals, socials, etc. per aconseguir un programa al món que imposi la pau i alhora la mort en pau de la predominança de la manera de producció capitalista que és el que impedeix que avui es facin emprenedoria d’interès social que al capitalisme ja no li són rendibles com ara la cura del medi ambient, la salut i l’educació.

Jorge Aniceto Molinari.
Montevideo, 7 d’abril del 2017.

[:]

[:es]Una visión del mundo a analizar.[:ca]Una visió del món a analitzar.[:]

[:es]

Una visión del mundo a analizar.

(Abordando eso gris, que parece la teoría).

Confieso que me resulta el método más práctico para explicar una idea, el de reproducir una nota como esta que publica Other News y luego comentarla.

La nota:

El País. Logotipo.El País. Viernes, 30 de diciembre del 2016.

Las paradojas del progreso.

A pesar de que los políticos populistas se aprovechan del pesimismo de la población, estamos mejorando en casi todos los parámetros.

Kiko Llaneras (El País).

Los datos señalan que la humanidad está en la mejor situación de su historia y, sin embargo, la mayoría cree que el mundo empeora. Los políticos populistas están aprovechando esta percepción ignorando que estamos mejorando en todos los parámetros. El 81% de los votantes de Donald Trump creen que, hace 50 años, se vivía mejor, que el mundo era un lugar mejor. Una opinión que podría definirse como reaccionaria: cree que los cambios están empeorando las cosas.

Esta visión está lejos de limitarse a los votantes de Trump. La percepción de que el mundo retrocede, de que nos dirigimos hacia una suerte de caos, es amplia. Según un estudio del Instituto Motivaction, el 87% de la población mundial cree que, en los últimos 20 años, la pobreza global ha permanecido igual o ha empeorado.

La paradoja es que los datos dejan claro que esta es una idea falsa. El mundo no empeora, mejora.

No significa esto —vaya por delante— que el mundo sea un lugar perfecto. Ni siquiera un buen lugar. Padecemos injusticias, guerras, hambre y violencia. Una minoría de la población posee la mayor parte de la riqueza, mientras 760 millones —el 11% más pobre— sobreviven con menos de 2 dólares al día. La pobreza es cotidiana. Pero de todos los escenarios globales que hemos conocido (no imaginado o deseado, sino conocido) este es el mejor.

El científico cognitivo y profesor de Harvard Steven Pinker es uno de los autores que han aportado más datos en defensa de esta tesis. Su libro Los ángeles que llevamos dentro trata de demostrar que vivimos en la época más pacífica y próspera de la historia. «La gente a lo largo y ancho del mundo es más rica, goza de mayor salud, es más libre, tiene mayor educación, es más pacífica y goza de mayor igualdad que nunca antes», señala Pinker a EL PAÍS. «Todas las estadísticas señalan que mejoramos. En general, la humanidad se encuentra mejor que nunca».

El escritor e historiador sueco Johan Norberg es otra de las voces destacadas de esta corriente de pensamiento. Defiende en su libro Progress: Ten Reasons to Look Forward to the Future (Progreso: diez motivos para mirar hacia adelante) que el capitalismo es el sistema que más ha hecho progresar al ser humano y que vivimos en el mejor momento de nuestra historia. «El mundo está mejorando rápidamente. De hecho, nunca antes el mundo mejoró así de rápido. Por cada minuto de esta conversación, cien personas salen de la pobreza», explica.

Los datos respaldan estas afirmaciones.

Nos muestran, por ejemplo, que los adultos disfrutan en la de vidas más largas y que la mortalidad infantil se ha dividido entre cuatro. En 1960, según datos de la OMS y el Banco Mundial, de cada cinco niños uno se moría antes de cumplir cinco años; ahora sobreviven 19 de cada 20.

La riqueza también se ha multiplicado. Desde 1980 el porcentaje de personas que viven en la pobreza extrema se ha reducido a una cuarta parte. En el sur de Asia la sufrían el 50% y ahora el 15%. En el este de Asia y el Pacífico, la pobreza extrema pasó de afectar al 80% (cuatro de cada cinco personas) a apenas el 3,5%.

La alfabetización va camino de ser universal: en 1980 todavía el 44% de las personas sobre el planeta no sabían leer y escribir; ahora son sólo el 15%, según datos de la OCDE y la UNESCO. Además se está cerrando la brecha entre la educación que reciben los hombres y las mujeres de todo el mundo. En España cicatrizó en 2005. Muchos de estos datos provienen de la web Our World in Data, un proyecto que recopila indicadores para mostrar cómo están cambiando las condiciones de vida de las personas en todo el mundo.

Desde los años ochenta se han reducido las guerras. La violencia retrocede: en las sociedades agrícolas causaba alrededor del 15% de todas las muertes, según el pensador israelí Yuval Harari, autor de Sapiens. De animales a dioses. Durante el siglo XX provocó el 5% y hoy sólo es responsable del 1% de la mortalidad global.

Por qué no vemos este progreso.

Si los datos muestran mejora, ¿por qué existe la percepción de que empeoramos? Hay muchas respuestas. Todas correctas y ninguna completa. La primera es que somos más críticos, mucho menos tolerantes ante los errores e injusticias del sistema. Nunca antes la humanidad había sido tan exigente consigo misma. Cosas que hoy nos parecen intolerables eran la norma: en 1980, el 54% de los españoles pensaba que ser homosexual era injustificable (esa cifra ha bajado hasta el 8%). Esta exigencia nos hace sentir que no mejoramos (o que, al menos, no mejoramos lo suficiente).

Johan Norberg añade otra respuesta: «Tenemos mejor acceso a las noticias y a la comunicación que nunca. Y en los medios, las malas noticias son las que venden. Nos enteramos de alguna mala noticia o algún nuevo incidente cada minuto. Los desastres y las tragedias no son algo nuevo, pero los móviles y las cámaras sí lo son. Y esto hace que nos dé la impresión de que esos horrores son más frecuentes de lo que eran».

Steven Pinker coincide: «Mientras el número de incidentes o desastres no baje hasta cero, siempre habrá alguno para publicar. Cada cosa que sucede es tremendamente visible hoy en día». Así, las crisis económicas y de migrantes, los horrores del ISIS o el yihadismo (París, Bruselas, Estambul…) han entrado casi a diario en nuestros hogares a través de muchos y muy diversos canales. Hoy en día seguimos al minuto un golpe de Estado en Turquía mientras terminamos la cena. La percepción, el poso final que queda por culpa de estas tragedias, es que hemos alcanzado cotas de horror inéditas. Los datos —que dicen lo contrario— quedan sepultados bajo la oleada de malas noticias.

A todo esto cabe sumar otro factor: la nostalgia. «Cuando la gente piensa en «los buenos tiempos», se retrotrae a la época en la que crecieron, una época en la que no tenían que pagar facturas, no tenían hijos ni responsabilidades», explica Norberg. Quizás lo que añoramos no es el mundo de nuestra juventud sino nuestra juventud misma.

Hay una última teoría planteada por algunos científicos y que, grosso modo, defiende que no estamos hechos para ser felices. La evolución nos dotó de una biología que nos impide estar absolutamente satisfechos, porque así nos mantiene activos, curiosos, despiertos y ambiciosos.

Arma para los políticos.

El debate entre percepción y datos no pasaría de eso, de un debate, si no fuera porque la creencia de que el mundo empeora se usa con fines políticos. Si el mundo empeora, mejorarlo exige cambiar el sistema (aunque el sistema, o partes del mismo, siempre según los datos, nos hacen ir a mejor). Quien se oponga a cambiarlo todo será alguien que se opone a frenar el empeoramiento del mundo. Es decir, un egoísta, un inmoral, o un irresponsable. O todo a la vez. «Los políticos populistas nos quieren asustados y difunden mitos sobre amenazas inmediatas para nuestra supervivencia y modo de vida. Porque saben que la gente asustada quiere construir muros y votar a hombres fuertes que prometen mantenernos a salvo», reflexiona Norberg.

¿Qué pasa con la crisis? Muchos políticos esgrimen la crisis como evidencia de que vamos a peor. Y, en cierto modo, tienen razón. En España parece aventurado decir que vivimos mejor que en el año 2005. Este país atraviesa la crisis más grave en décadas y ha retrocedido en los últimos años debido al bache económico. Pero eso no implica que, en términos generales y a largo plazo, estamos empeorando. El PIB por habitante está al nivel de 2004. Pocos indicadores nos han devuelto más allá de 2000 y muchos no han dejado de mejorar. Se trata de alteraciones puntuales —que provocan sufrimiento a miles de individuos, claro—, pero que forman parte de un proceso que abarca siglos.

Lo explica Pinker: «Hay periodos de subidas y bajadas, que, en general, no llegan a alterar una progresión sostenida. Por ejemplo, la tasa de crimen en Estados Unidos creció un poco el año pasado con respecto al anterior, pero en general la tendencia en global es de descenso. Otro ejemplo: la cifra de muertos por guerras aumentó tras 2011, debido a la guerra de Siria, pero siguió siendo mucho más baja que en los 50, los 60, los 70, los 80 y los 90».

Al pensar en la crisis, además, solemos olvidar que el mundo no es sólo Occidente. Mientras Europa y Estados Unidos padecían la recesión, en otras partes el progreso no sólo no se detuvo sino que se aceleró. Entre 2005 y 2013, en el conjunto del planeta, la pobreza extrema se redujo a la mitad. La esperanza de vida aumentó en 3 años y se redujo la mortalidad infantil en todos los continentes.

La paradoja de la desigualdad.

Por supuesto hay peros, asteriscos que poner al progreso sostenido de la humanidad. Uno es la desigualdad. Las diferencias han aumentado en muchos países ricos, como Estados Unidos, Alemania o Suecia. En el caso de España, ese aumento ha hecho que sea uno de los países con rentas más desiguales de la UE.

Pero de nuevo se antoja necesario mirar fuera de nuestras fronteras. Si lo hacemos veremos que la desigualdad global no crece, sino que se reduce. El motivo es que millones de personas en China, India y otros países han escapado de la pobreza. «Los pobres se están enriqueciendo más rápido que los ricos», explica Pinker. Según cálculos de Tomas Hellebrandt y Paolo Mauro, en un trabajo para el Peterson Institute for International Economics, la desigualdad de renta se ha reducido de 69 a 65 puntos entre 2003 y 2013. Las diferencias entre ricos y pobres globales son muy grandes, pero se están estrechando.

Además la relación entre desigualdad y pobreza ha cambiado. «La desigualdad aumenta porque los ricos tienen más sin que esto —y por primera vez en la historia de la humanidad— suponga que los pobres tengan menos», explica el economista Branko Milanovic, autor de Los que tienen y los que no tienen (Alianza Editorial) y Global inequality: A new approach for the age of globalization. «La riqueza puede crecer sin que afecte a la subsistencia de gran parte de la población». Durante siglos no hubo crecimiento y, por tanto, la riqueza de unos era la pobreza de otros. Esto ya no es así.

«Hay otro punto», añade Johan Norberg. «La desigualdad se suele medir sólo en dinero, pero hay más ángulos. Bill Gates es diez millones de veces más rico que tú, ¿pero su vida es diez millones de veces mejor que la tuya? No lo creo. Sí, tiene un avión privado, pero probablemente use el mismo móvil que tú y el mismo ordenador que tú. Y seguramente no vivirá 30 años más que tú y no tiene un 99% menos de probabilidades que tú de que sus hijos mueran antes de los 5 años. En cosas no económicas es posible que haya más igualdad. Por ejemplo en educación o acceso sanitario».

Pinker aún va más lejos: «La desigualdad económica no es un un problema fundamental; la pobreza lo es. Si las personas están más sanas, bien alimentadas, y disfrutan sus vidas, no importa cómo de grande sea la casa de J. K. Rowling. Y las tasas de pobreza global están cayendo».

Pero ¿qué es mejorar?

Pongamos el ejemplo de una tribu del Amazonas que hace 100 años vivía en medio de la jungla sin que nadie ni nada perturbara su existencia. El año pasado una empresa maderera acabó con su hábitat. El mundo, tal y como lo conocían, ha acabado de forma traumática para ellos. ¿Cómo aseverar que para esta tribu el mundo ha progresado? No existe una concepción irrefutable sobre lo que se considera progresar. Es indudable que vivimos más, hay menos pobreza, más confort y menos violencia. ¿Pero somos más felices?

Algunos pensadores como Yuval Harari plantean este debate. ¿Es más feliz hoy un minero de Siberia que un cazador-recolector de hace veinte mil años? Resulta imposible saberlo. Un acuerdo para medir si la humanidad ha progresado es saber si hemos mejorado en los parámetros que exigimos para ser felices. Es decir, si nuestros gobiernos nos van concediendo lo que les llevamos siglos pidiendo: buena salud, educación, confort, tiempo de ocio, libertad. Sucesivos estudios han observado que, en general, los países donde tienen estas cosas las personas se dicen más felices, consideran que han progresado.

Como especie, como civilización, como mundo, hemos avanzado hacia lo que consideramos progreso, hacia lo que hemos perseguido y entendemos como un mundo mejor. Seguimos lejos de un mundo perfecto o ideal, si es que existe. Pero los datos nos dicen que, a pesar de percepciones —interesadas o no—, avanzamos por el buen camino. Aunque cueste creerlo, aunque falte mucho por andar.

Publicado por Other News.

Nuestro comentario:

Jorge Aniceto Molinari.No voy al examen riguroso de los datos (pueden analizarse diferencias y tal vez alguna sea importante) sino a los conceptos que son en este caso los que si me interesan.

Existe una percepción generalizada de que el mundo va mal, y que por lo tanto una de las conclusiones lógicas es que el capitalismo debe caer, y para ello se valora erróneamente lo analizado en los estudios de Marx, Engels, Lenin…

Todos los modo de producción han hecho su aporte al progreso humano, y su ciclo es de nacimiento, desarrollo y muerte, ¿Cuál es la etapa actual del modo de producción capitalista?: no tengo dos respuestas válidas, tengo una sola: estamos en la etapa en la que la predominancia del modo de producción debe morir y dar pasos transitorios hacia un nuevo modo de producción y la nota no tiene elementos para contradecir esta afirmación.

¿Esto es producto de que los números del mundo dan mal?: No, los que sí comienzan a pesar son los números del capitalismo que sí dan mal. Seguramente el autor de la nota no debe formar parte de ninguno de los enormes grupos humanos que hoy sufren las consecuencias de la situación actual, y para los cuales no cabe un juicio aséptico con respeto a la realidad.

Aclaremos el capitalismo es un sistema competitivo en el que el estado simultáneo y combinado de ascensos y quiebras de diferentes organizaciones empresariales está en su naturaleza (en su ADN como se dice ahora). Siempre hay alguna crisis, salvo que ahora la crisis general (que siempre se ha correspondido a grandes ciclos históricos) tiene un contenido y una característica ya irreversible, abarca a toda la sociedad y está para asimilar lo que el capitalismo ha generado y ahorrar tragedias humanas, necesita superarlo. Aclaremos una vez más: esto no supone el fin del capitalismo, sí el de su predominancia, el capitalismo como modo de producción en su declinación se sobrevivirá años, como ha venido ocurriendo con los modos de producción anteriores. La extensión e intensificación de la guerra –como anuncio siempre de hechos transcendentales– lo corrobora. (Este dato está ausente en la nota que comentamos).

No son motivo de este nuestro comentario cuales son en nuestro concepto las medidas de transición necesarias para poner fin a la predominancia capitalista, seguramente ya tendremos oportunidad de volver una vez más sobre el tema.

Esto podríamos completarlo con el dato del aumento del endeudamiento general en permanente crecimiento de los Estados y también de las personas y el aumento exponencial de los llamados paraísos fiscales.

Por si fuera poca la confirmación a lo estudiado y escrito por Marx, digamos que no se trata de crear un «modelo» alternativo que «compita» con el capitalismo sino el de desarrollar imponiendo la PAZ, las medidas de transición necesarias para la muerte de su predominancia. Son estas precisamente, «las medidas de transición», las que a la izquierda le están impidiendo por ahora un acercamiento al pensamiento de Marx, de Engels, de Lenin, por citar si duda a los más destacados, al no poder definirlas y perderse en consideraciones reformistas, estatistas e inda mais. El árbol no les está permitiendo ver el bosque. O dicho de otra manera, por el falso dilema de reforma o revolución, con el que se etiquetó la crisis de la socialdemocracia europea, previo a las guerras mundiales en que se diferenciaron los que votaban los créditos de guerra para sus gobiernos, de los que intervenían para denunciar el carácter de la guerra y generar acciones como la revolución rusa para imponer la paz.

Un comentario más, dicho si se quiere con ironía: este tipo de análisis que estamos comentando es muy común en la izquierda actual cuando se accede a posiciones de gobierno.

Jorge Aniceto Molinari.
Montevideo, 6 de febrero de 2017.

[:ca]

Una visió del món a analitzar.

(Abordant això gris, que sembla la teoria).

Confesso que em resulta el mètode més pràctic per explicar una idea, el de reproduir una nota com aquesta que publica Other News i després comentar-la.

La nota:

El País. Logotip.El País. Divendres, 30 de desembre del 2016.

Les paradoxes del progrés.

Tot i que els polítics populistes s’aprofiten del pessimisme de la població, estem millorant en gairebé tots els paràmetres.

Kiko Llaneras (El País).

Les dades assenyalen que la humanitat està en la millor situació de la seva història i, en canvi, la majoria creu que el món empitjora. Els polítics populistes estan aprofitant aquesta percepció ignorant que estem millorant en tots els paràmetres. El 81% dels votants de Donald Trump creuen que, fa 50 anys, es vivia millor, que el món era un lloc millor. Una opinió que podria definir-se com reaccionària: creu que els canvis estan empitjorant les coses.

Aquesta visió està lluny de limitar-se als votants de Trump. La percepció que el món retrocedeix, que ens dirigim cap a una mena de caos, és àmplia. Segons un estudi de l’Institut Motivaction, el 87% de la població mundial creu que, en els últims 20 anys, la pobresa global ha estat igual o ha empitjorat.

La paradoxa és que les dades deixen clar que aquesta és una idea falsa. El món no empitjora, millora.

No vol dir això –vagi per davant– que el món sigui un lloc perfecte. Ni tan sols un bon lloc. Patim injustícies, guerres, fam i violència. Una minoria de la població posseeix la major part de la riquesa, mentre 760 milions –els 11% més pobres– sobreviuen amb menys de 2 dòlars al dia. La pobresa és quotidiana. Però de tots els escenaris globals que hem conegut (no imaginat o desitjat, sinó conegut) aquest és el millor.

El científic cognitiu i professor de Harvard Steven Pinker és un dels autors que han aportat més dades en defensa d’aquesta tesi. El seu llibre Los ángeles que llevamos dentro (Els àngels que portem a dins) tracta de demostrar que vivim en l’època més pacífica i pròspera de la història. «La gent al llarg i ample del món és més rica, gaudeix de més salut, és més lliure, té major educació, és més pacífica i gaudeix de major igualtat que mai abans», assenyala Pinker a El País. «Totes les estadístiques assenyalen que millorem. En general, la humanitat es troba millor que mai».

L’escriptor i historiador suec Johan Norberg és una altra de les veus destacades d’aquest corrent de pensament. Defensa en el seu llibre Progress: Ten Reasons to Look Forward to the Future (Progrés: deu motius per mirar cap endavant) que el capitalisme és el sistema que més ha fet progressar l’ésser humà i que vivim en el millor moment de nostra història. «El món està millorant ràpidament. De fet, mai abans el món va millorar així de ràpid. Per cada minut d’aquesta conversa, cent persones surten de la pobresa», explica.

Les dades donen suport aquestes afirmacions.

Ens mostren, per exemple, que els adults gaudeixen de vides més llargues i que la mortalitat infantil s’ha dividit entre quatre. El 1960, segons dades de l’OMS i el Banc Mundial, de cada cinc nens un es moria abans de complir cinc anys; ara sobreviuen 19 de cada 20.

La riquesa també s’ha multiplicat. Des de 1980 el percentatge de persones que viuen en la pobresa extrema s’ha reduït a una quarta part. Al sud d’Àsia la patien el 50% i ara al 15%. A l’est d’Àsia i el Pacífic, la pobresa extrema va passar d’afectar al 80% (quatre de cada cinc persones) a tot just el 3,5%.

L’alfabetització va camí de ser universal: el 1980 encara el 44% de les persones sobre el planeta no sabien llegir i escriure; ara són només el 15%, segons dades de l’OCDE i la UNESCO. A més s’està tancant l’escletxa entre l’educació que reben els homes i les dones de tot el món. A Espanya va cicatritzar el 2005. Moltes d’aquestes dades provenen del web Our World in Data, un projecte que recopila indicadors per mostrar com estan canviant les condicions de vida de les persones a tot el món.

Des dels anys vuitanta s’han reduït les guerres. La violència retrocedeix: a les societats agrícoles causava al voltant del 15% de totes les morts, segons el pensador israelià Yuval Harari, autor de Sapiens. D’animals a déus. Durant el segle XX va provocar el 5% i avui només és responsable de l’1% de la mortalitat global.

Per què no veiem aquest progrés.

Si les dades mostren millora, per què hi ha la percepció que empitjorem? Hi ha moltes respostes. Totes correctes i cap completa. La primera és que som més crítics, molt menys tolerants davant els errors i injustícies del sistema. Mai abans la humanitat havia estat tan exigent amb ella mateixa. Coses que avui ens semblen intolerables eren la norma: el 1980, el 54% dels espanyols pensava que ser homosexual era injustificable (aquesta xifra ha baixat fins al 8%). Aquesta exigència ens fa sentir que no millorem (o que, almenys, no millorem prou).

Johan Norberg afegeix una altra resposta: «Tenim millor accés a les notícies i a la comunicació que mai. I en els mitjans, les males notícies són les que venen. Ens assabentem d’alguna mala notícia o algun nou incident cada minut. Els desastres i les tragèdies no són una cosa nova, però els mòbils i les càmeres sí ho són. I això fa que ens doni la impressió que aquests horrors són més freqüents del que eren».

Steven Pinker coincideix: «Mentre el nombre d’incidents o desastres no baixi fins a zero, sempre hi haurà algun per a publicar. Cada cosa que passa és tremendament visible avui dia». Així, les crisis econòmiques i de migrants, els horrors de l’ISIS o el gihadisme (París, Brussel·les, Istanbul…) han entrat gairebé diàriament a les nostres llars a través de molts i molt diversos canals. Avui dia seguim al minut un cop d’estat a Turquia mentre acabem el sopar. La percepció, el pòsit final que queda per culpa d’aquestes tragèdies, és que hem arribat a cotes d’horror inèdites. Les dades –que diuen el contrari– queden sepultats sota l’onada de males notícies.

A tot això cal sumar un altre factor: la nostàlgia. «Quan la gent pensa en «els bons temps», es retrotrau a l’època en què van créixer, una època en què no havien de pagar factures, no tenien fills ni responsabilitats», explica Norberg. Potser el que enyorem no és el món de la nostra joventut sinó la nostra joventut mateixa.

Hi ha una última teoria plantejada per alguns científics i que, a grans trets, defensa que no estem fets per ser feliços. L’evolució ens va dotar d’una biologia que ens impedeix estar absolutament satisfets, perquè així ens manté actius, curiosos, desperts i ambiciosos.

Arma per als polítics.

El debat entre percepció i dades no passaria d’això, d’un debat, si no fos perquè la creença que el món empitjora s’usa amb fins polítics. Si el món empitjora, millorar-lo exigeix canviar el sistema (encara que el sistema, o parts del mateix, sempre segons les dades, ens fan anar a millor). Qui s’oposi a canviar-ho tot serà algú que s’oposa a frenar l’empitjorament del món. És a dir, un egoista, un immoral, o un irresponsable. O tot alhora. «Els polítics populistes ens volen espantats i difonen mites sobre amenaces immediates per a la nostra supervivència i manera de vida. Perquè saben que la gent espantada vol construir murs i votar a homes forts que prometen mantenir-nos fora de perill», reflexiona Norberg.

¿Què passa amb la crisi? Molts polítics esgrimeixen la crisi com a evidència que anem a pitjor. I, en certa manera, tenen raó. A Espanya sembla aventurat dir que vivim millor que l’any 2005. Aquest país travessa la crisi més greu en dècades i ha retrocedit en els últims anys a causa del mal moment econòmic. Però això no implica que, en termes generals i a llarg termini, estem empitjorant. El PIB per habitant està al nivell de 2004. Pocs indicadors ens han tornat més enllà de 2000 i molts no han deixat de millorar. Es tracta d’alteracions puntuals –que provoquen sofriment a milers d’individus, és clar–, però que formen part d’un procés que abasta segles.

Ho explica Pinker: «Hi ha períodes de pujades i baixades, que, en general, no arriben a alterar una progressió sostinguda. Per exemple, la taxa de crim als Estats Units va créixer una mica l’any passat respecte a l’anterior, però en general la tendència en global és de descens. Un altre exemple: la xifra de morts per guerres va augmentar després de 2011, a causa de la guerra de Síria, però va seguir sent molt més baixa que en els 50, els 60, els 70, els 80 i els 90».

En pensar en la crisi, a més, solem oblidar que el món no és només Occident. Mentre Europa i els Estats Units patien la recessió, en altres parts el progrés no només no es va aturar sinó que es va accelerar. Entre 2005 i 2013, en el conjunt del planeta, la pobresa extrema es va reduir a la meitat. L’esperança de vida va augmentar en 3 anys i es va reduir la mortalitat infantil en tots els continents.

La paradoxa de la desigualtat.

Per descomptat hi ha peròs, asteriscs que posar al progrés sostingut de la humanitat. Un és la desigualtat. Les diferències han augmentat en molts països rics, com els Estats Units, Alemanya o Suècia. En el cas d’Espanya, aquest augment ha fet que sigui un dels països amb rendes més desiguals de la UE.

Però de nou sembla necessari mirar fora de les nostres fronteres. Si ho fem veurem que la desigualtat global no creix, sinó que es redueix. El motiu és que milions de persones a la Xina, Índia i altres països han escapat de la pobresa. «Els pobres s’estan enriquint més ràpid que els rics», explica Pinker. Segons càlculs de Tomas Hellebrandt i Paolo Mauro, en un treball per al Peterson Institute for International Economics, la desigualtat de renda s’ha reduït de 69 a 65 punts entre 2003 i 2013. Les diferències entre rics i pobres globals són molt grans, però s’estan estrenyent.

A més la relació entre desigualtat i pobresa ha canviat. «La desigualtat augmenta perquè els rics tenen més sense que això –i per primera vegada en la història de la humanitat– suposi que els pobres tinguin menys», explica l’economista Branko Milanovic, autor de Los que tienen y los que no tienen (Els que tenen i els que no tenen, Alianza editorial) i Global inequality: A new approach for the age of globalization. «La riquesa pot créixer sense que afecti la subsistència de gran part de la població». Durant segles no hi va haver creixement i, per tant, la riquesa d’uns era la pobresa d’altres. Això ja no és així.

«Hi ha un altre punt», afegeix Johan Norberg. «La desigualtat se sol mesurar només en diners, però hi ha més angles. Bill Gates és deu milions de vegades més ric que tu, però ¿la seva vida és deu milions de vegades millor que la teva? No ho crec. Sí, té un avió privat, però probablement faci servir el mateix mòbil que tu i el mateix ordinador que tu. I segurament no viurà 30 anys més que tu i no té un 99% menys de probabilitats que tu que els seus fills morin abans dels 5 anys. En coses no econòmiques és possible que hi hagi més igualtat. Per exemple en educació o accés sanitari».

Pinker encara va més lluny: «La desigualtat econòmica no és un un problema fonamental; la pobresa ho és. Si les persones estan més sanes, ben alimentades, i gaudeixen les seves vides, no importa com de gran sigui la casa de JK Rowling. I les taxes de pobresa global estan caient».

¿Però què és millorar?

Posem l’exemple d’una tribu de l’Amazones que fa 100 anys vivia enmig de la jungla sense que ningú ni res pertorbés la seva existència. L’any passat una empresa fustera va acabar amb el seu hàbitat. El món, tal com el coneixien, ha acabat de forma traumàtica per a ells. ¿Com asseverar que per aquesta tribu el món ha progressat? No hi ha una concepció irrefutable sobre el que es considera progressar. És indubtable que vivim més, hi ha menys pobresa, més confort i menys violència. ¿Però som més feliços?

Alguns pensadors com Yuval Harari plantegen aquest debat. ¿És més feliç avui un miner de Sibèria que un caçador-recol·lector de fa vint mil anys? Resulta impossible saber-ho. Un acord per a mesurar si la humanitat ha progressat és saber si hem millorat en els paràmetres que exigim per ser feliços. És a dir, si els nostres governs ens van concedint el que els portem segles demanant: bona salut, educació, confort, temps d’oci, llibertat. Successius estudis han observat que, en general, els països on tenen aquestes coses les persones es diuen més feliços, consideren que han progressat.

Com a espècie, com a civilització, com a món, hem avançat cap el que considerem progrés, cap al que hem perseguit i entenem com un món millor. Seguim lluny d’un món perfecte o ideal, si és que existeix. Però les dades ens diuen que, tot i percepcions –interessades o no–, avancem pel bon camí. Encara que costi de creure, encara que falti molt per fer.

Publicat per Other News.

El nostre comentari:

Jorge Aniceto Molinari.No vaig a l’examen rigorós de les dades (poden analitzar diferències i potser alguna sigui important) sinó als conceptes que són en aquest cas els que si m’interessen.

Hi ha una percepció generalitzada que el món va malament, i que per tant una de les conclusions lògiques és que el capitalisme ha de caure, i per a això es valora erròniament el que hem analitzat en els estudis de Marx, Engels, Lenin…

Tots els mode de producció han fet la seva aportació al progrés humà, i el seu cicle és de naixement, desenvolupament i mort, ¿Quina és l’etapa actual de la manera de producció capitalista?: no tinc dues respostes vàlides, tinc una sola: estem a la etapa en què la predominança de la manera de producció ha de morir i donar passes transitòries cap a un nou mode de producció i la nota no té elements per contradir aquesta afirmació.

¿Això és producte què els números del món van malament?: No, els que sí que comencen tot són els números del capitalisme que sí van malament. Segurament l’autor de la nota no ha de formar part de cap dels enormes grups humans que avui pateixen les conseqüències de la situació actual, i per als quals no cal un judici asèptic amb respecte a la realitat.

Esclarim que el capitalisme és un sistema competitiu en què l’estat simultani i combinat d’ascensos i fallides de diferents organitzacions empresarials està en la seva naturalesa (en el seu ADN com es diu ara). Sempre hi ha alguna crisi, tret que ara la crisi general (que sempre s’ha correspost a grans cicles històrics) té un contingut i una característica ja irreversible, abasta a tota la societat i està per assimilar el que el capitalisme ha generat i estalviar tragèdies humanes, necessita superar-lo. Esclarim un cop més: això no suposa la fi del capitalisme, sí de la seva predominança, el capitalisme com a mode de producció en la seva declinació sobreviurà anys, com ha passat amb les formes de producció anteriors. L’extensió i intensificació de la guerra –com anunci sempre de fets transcendentals– ho corrobora. (Aquesta dada està absent en la nota que comentem).

No són motiu d’aquest comentari nostre quines són en el nostre concepte les mesures de transició necessàries per posar fi a la predominança capitalista, segurament ja tindrem oportunitat de tornar un cop més sobre el tema.

Això podríem completar-lo amb la dada de l’augment de l’endeutament general en permanent creixement dels Estats i també de les persones i l’augment exponencial dels anomenats paradisos fiscals.

Per si fos poca la confirmació a allò que estudiat i escrit per Marx, diguem que no es tracta de crear un «model» alternatiu que «competeixi» amb el capitalisme sinó el de desenvolupar imposant la PAU, les mesures de transició necessàries per a la mort de seva predominança. Són aquestes precisament, «les mesures de transició», les que a l’esquerra li estan impedint per ara un acostament al pensament de Marx, d’Engels, de Lenin, per citar si dubteu als més destacats, en no poder definir-les i perdre en consideracions reformistes, estatistes i inda mais. L’arbre no els està permetent veure el bosc. O dit d’una altra forma, pel fals dilema de reforma o revolució, amb el qual es va etiquetar la crisi de la socialdemocràcia europea, previ a les guerres mundials en què es van diferenciar els que votaven els crèdits de guerra per als seus governs, dels que intervenien per denunciar el caràcter de la guerra i generar accions com la revolució russa per imposar la pau.

Un comentari més, dit si es vol amb ironia: aquest tipus d’anàlisi que estem comentant és molt comú en l’esquerra actual quan s’accedeix a posicions de govern.

Jorge Aniceto Molinari.
Montevideo, 6 de febrer del 2017.

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