NUESTRO PARTIDO COMUNISTA.

NUESTRO PARTIDO COMUNISTA.

(Abordando eso gris, que parece la teoría).

En este bendito país: Uruguay; existió un Partido Comunista, respetado, analista, desarrollador de lo que pensaba, con un líder: Rodney Arismendi, con innumerables desarrollos ideológicos que dieron base a la unidad política y sindical en el país.

La continuidad de su política luego de su muerte en 1989 en plena crisis de los partidos comunistas en el mundo, acá no fue bien resuelta.

Entre otras cosas porque lo que él había liderado tanto en el plano político como en el sindical, de intercambio permanente de opiniones, en la interna de su Partido no se pudo construir. Su Partido no podía tolerar que hubiera corrientes de opinión diferentes. Su Partido no había podido comprender la derrota de Lenin en 1924 –como si la había comprendido José Batlle y Ordoñez-, y lo que eso significaba frente a los grandes desafíos que la humanidad aún no ha resuelto como el de la guerra.

Jaime Pérez un excepcional ser humano, se vio desarmado ideológicamente teniendo que conducir un Partido no habituado a convivir con lucha de tendencias, pero si habituado a hacerlo en el plano sindical como en el plano político en el Frente Amplio. Eso la sociedad en la que vivimos lo atesora como un bien innegociable.

Entonces se votó, una mayoría quedó con el Partido y una minoría comenzó a deambular por distintos sectores sin continuar la profundización ideológica que la lucha política exige no solo en el país sino también en el mundo.

El problema es que la política que condujo a la formación de la CNT y del Frente Amplio es hoy más necesaria que nunca, para analizar entre otras cosas, que está pasando con la seguridad y previsión social y que no se puede resolver a los ponchazos o creyendo que basta con asaltar el Palacio de Inverno, es necesario una política que entre otras cosas preserve el funcionamiento del aparato productivo que era lo que desvelaba a Lenin en el proceso revolucionario.

La izquierda no debate, argumento contra argumento, en 1971 lo que en ese entonces nos decíamos trotskistas, participábamos a pleno en la interna. Ahora eso se soslaya con resoluciones tomadas a un nivel distinto al que preocupa a la gente.

No es lo mismo estar permanentemente analizando que repercusiones puede tener una decisión en los cargos en un próximo gobierno, que romperse la cabeza para ver como solucionamos la creciente miseria en la que vive la mayoría de nuestra gente.

Que análisis podríamos hacer si ya hoy estamos decretando que en una Constitución figuren temas de la seguridad social relacionados con una sociedad que no es la nuestra y que no tiene recursos para solventar ni siquiera lo que hoy existe.

Hay compañeros que en esta situación se encandilan por el monto de los recursos que mes a mes produce el aporte obrero y el aporte patronal, pero no miden del otro lado la inmensa cantidad de plata que salen de los organismos de seguridad social para atender jubilaciones que en su inmensa mayoría no alcanzan un mínimo deseable para vivir decentemente.

Y cambiar esto que nos urge no se puede hacer ni por un decreto ni poniéndolo en el texto constitucional, porque entre otras cosas tampoco lo propuso Lenin en 1917 cuando todo el poder pertenecía a los soviets de obreros, campesinos y soldados.

Ahora el programa para hacerlo existe no es aplicable a un país sino se impone en todo el mundo y tiene dos herramientas fundamentales: la moneda y los impuestos.

AFAPS(*)

De la dictadura de las AFAPS a la dictadura de las no AFAPS.

En 1996 el Estado uruguayo estableció por ley el ahorro obligatorio y además cobrando una comisión –que ahora el Dr. Saldain reconoce excesiva- a partir de determinado montos, en administradoras privadas.

Se accedía así a lineamientos de los organismos financieros internacionales alarmados por el déficit de la seguridad social en nuestro país.

Sin embargo la tradición en organismos del Estado que existe en este país a partir de las presidencias de José Batlle y Ordoñez, a principios del siglo 20, hizo que se inventara una AFAP del Estado que además por esa misma tradición abarcó la mayor parte de los ahorros.

Esto sumado a el ingreso, podría decirse que en masa hacia el Banco de Previsión Social de sectores tradicionalmente informales, dato de la realidad positiva del Uruguay con gobiernos del Frente Amplio, pero aumentando en definitiva el déficit de ese Banco base de la estructura previsional del país.

El gobierno Lacalle- Saldain en esta materia vueltos al gobierno, también reeditaron el proceso del 1996, con recortes de prestaciones.

El Frente Amplio con su tesis de que esto debe ser debatido en un marco amplio de la sociedad ha rehuido llegar a una propuesta concreta.

Esto sin duda ha estimulado las posiciones estatistas de un sector de la izquierda, en particular partidos Comunista y Socialista.

El proyecto de reforma constitucional que tiene el aval de la Central de Trabajadores, va de lleno a la derogación de las Afaps prohibiendo los ahorros privados en materia previsional.

Lo de las Afaps fue un atropello, esto no deja de serlo, pues hay un amplio espectro de la sociedad que se mueve con acuerdos que van más allá de lo que puede contemplar el Estado.

La vieja forma inicial de los sistemas de seguridad social que contemplaba un aporte se decía igualitario del empresario y del trabajador, apreciación parcial pues la realidad era que tanto un aporte como el otro se cargaban al costo empresarial y en definitiva a los productos del mismo, está llegando a su fin en todo el mundo, entre otras cosas por la mayor edad de vida y el avance tecnológico que está eliminando constantemente puestos de trabajos en el modo de producción vigente.

Lo que no hizo la llamada comisión de expertos y tampoco el Frente Amplio, entre otras cosas porque el problema está sin resolver en el mundo, es explorar otras formas de financiación de la seguridad social.

Lo hemos planteado en diversas oportunidades, se debe ir para los recursos que la sociedad necesita entre ellos los de la seguridad y previsión social, a gravar sobre la base del movimiento del dinero.

Hay relacionado con esto otro tema que debería desvelar a la sociedad en su conjunto y es por la marcha sin retroceso del desarrollo de la industria de la guerra, industria que o se reconvierte o termina con la humanidad.

¿Por qué una cosa está vinculada a la otra?, porque esta es la única forma de terminar con los paraísos fiscales y la financiación que a través de ellos se hace de todas las lacras de la sociedad, dando un giro democrático a las necesidades en aumento de la población del planeta.

(*)Administradoras de Ahorro Previsional

Jorge Aniceto Molinari.

Montevideo 1° de octubre de 2023, aniversario de la revolución china.

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