MONEDAS.

MONEDAS.

(Abordando eso gris, que parece la teoría).

En los “Grundisses” Marx explica detalladamente la función de la moneda. Decimos moneda y no monedas porque el valor que facilitaba el intercambio de mercancías estaba referido a determinados metales preciosos que en su intercambio permitían que se comercializaran las mercancías y a la vez se pagaran los elementos necesarios para dar continuidad a la producción.

El mundo siguió andando, de los talleres en su crecimiento salió la diferenciación entre el trabajador directo en la producción y el administrador o los administradores.

¿Cómo nació desde la humilde plusvalía el gran capital?, ¿pero además como eso se engarzó con el feudalismo, y de las primeras empresas en su desarrollo nacen también los Estados, que con otra característica –las nacionalidades- son empresas también?

Acá en el Uruguay un gran pequeño autor el Ing. Juan Grompone explica todo esto a través de los tomos de “La danza de Shiva”, que humildemente aconsejo leer, lo cual no quiere decir que coincida en su totalidad con su pensamiento. Son aportes muy valiosos.

Hoy se habla de las monedas, las nacionales y las otras. Se las idealiza, y se confunden sus roles.

Un periodista argentino dice: “que horror lo de Milei, si se elimina el peso argentino, perdemos soberanía y el poder de maniobrar con la moneda”.

Nicolás Maduro, Presidente Constitucional de Venezuela, cuando la gente comenzó a adoptar el dólar para imponer el pago de sus trabajos: el chapista, el herrero, el dentista, el oculista, etc. etc. dijo que él no era dogmático y que si la gente hacia respetar su trabajo exigiendo el pago en dólares, no lo iba a criminalizar.

En Argentina pasa lo mismo, con la presión del Fondo Monetario Internacional que siente que si no asiste financieramente al gobierno argentino este va inexorable a la zona de libre comercio más grande de la historia donde están China y Vietnam.

Podemos decir –en política nunca hay certeza total- que Sergio Massa es la última oportunidad del FMI de mantener alguna hegemonía en esta zona, mientras en las tierras de los otrora viejos imperialismos, las emisiones sin respaldo conducen a una nueva crisis financiera mundial.

¿Qué haría si fuera ciudadano argentino y me tocara votar?: no tengo dudas, votaría a Massa, pero sabiendo de que se trata, ante la ausencia en la izquierda de un programa que no sea solo de estatizar –que cumplió en una etapa su función- sino de rever la moneda y los impuestos, mal que le pese al FMI.

¿Y por qué lo haría? Porque pienso que es necesario que desde la izquierda surja un programa para el conjunto de la humanidad. Un programa sencillo con dos herramientas fundamentales: la moneda única y universal y los impuestos aplicados sobre la circulación del dinero, dando muerte a los paraísos fiscales y a los sistemas impositivos basados en el consumo, los salarios y las pensiones.

Escrito esto me recordaron la columna que sobre la posición del senador, compañero Mario Bergara, había escrito en el mes de abril.

BERGARA, EL ATRASO CAMBIARIO.

El compañero frenteamplista Dr. Mario Bergara, ha realizado el siguiente comentario:

El economista Mario Bergara, senador frenteamplista y ex presidente del Banco Central del Uruguay (BCU), Ministro, volvió a cuestionar al equipo económico por el nivel del dólar y su política cambiaria.

El valor del dólar sigue estando por el suelo. No hay reacción de las autoridades. No hay reacción del Ministerio de Economía, no hay reacción del Banco Central, y hoy tenemos el atraso cambiario más grande de todo el siglo XXI”, dijo Bergara durante una rueda de prensa que brindó en Treinta y Tres.

El nivel del tipo de cambio real está en el nivel más bajo de todo el siglo, y eso obviamente tiene un impacto negativo. Seguimos pensando que es inconcebible que no haya una reacción de intervención en el mercado de cambios para sostener, levantar el valor del dólar, por el bien de la producción uruguaya”, agregó el senador, que estuvo presente el lunes en el Festival del Olimar.

¿Y? ¿Cuál es su posición?:¿la del contador Juan Azzini, en el primer gobierno blanco del siglo pasado, que devaluó el peso uruguayo e hizo con eso la pérdida del poder adquisitivo de los trabajadores, pequeñas empresas y comercios, comenzando a construirse los bolsones de pobreza que no se habían producido durante el primer batllismo.

Al inicio de este gobierno de Lacalle Pou hubo una importante devaluación, que para el movimiento obrero organizado sirvió para poner en movimiento los mecanismos de regulación de múltiples luchas sindicales, pero la gente trabajadora que no tiene instrumentos de organización para reivindicar sus derechas la devaluación se sufre, y los mallas oro la aprovechan.

Si, los mallas oro son gregarios del sistema económico mundial, ellos tratan de seguir su desarrollo, por eso por ejemplo, les encanta el comercio con China.

Entonces que tenemos: a nuestros burgueses cada vez más gregarios del sistema económico mundial que en su dinámica se moderniza constantemente y a la vez que puede aumentar su producción por otro lado cada vez está en condiciones de brindar menos puestos de trabajo. Los que brinda son unos pocos muy bien remunerados y una parte restante cada vez peor remunerados.

Adaptarse y admitir como válida esta realidad es profundamente elitista y reaccionario.

¿Y entonces?, nosotros no tenemos instrumentos para liberarnos solos de esta situación, hay que buscar aliados en el mundo, con un objetivo: terminar con la joda del juego de las monedas, unas para ricos y otras para los que pretenden vivir de su trabajo. Por otro lado es urgente dar muerte a un sistema impositivo basado en el consumo, los salarios y las pensiones para pasar a uno basado en la circulación del dinero.

No es que pensemos que el compañero Bergara, Mario como su tío, el escribano, aquel notable entreala de Nacional, Racing y las selecciones uruguayas, que esto se arregla con devaluar el peso uruguayo, pero es hora de que los que saben de esa ciencia que es la economía –Bergara es de los más destacados y capaces en el país-, comiencen a debatir sobre las salidas para una economía nacional y mundial que en tiempos de guerra es cada vez más caótica y explosiva.

Nosotros desde la humildad de nuestros conocimientos nos sentimos representados por el pensamiento expresado en la ONU en setiembre del 2013, por el Presidente Mujica, el problema es que luego no volvió a hablar del tema.

Pero además hay varios ingredientes que le agregan leña al fuego: 1) los tratados de libre comercio con China –que en opinión del Contador Iglesias terminan siendo inexorables- 2) la propuesta de Andrés Manuel López Obrador –Presidente de México- para que el dólar sea la moneda de todo el continente y se planifique el desarrollo económico del mismo y 3) el planteo de Lula de acuerdos para monedas comunes entre determinados países de este continente.

A ello se suma los presupuestos de guerra de los otrora viejos imperialismos, emitiendo sin respaldo y descargando o pretendiendo descargar sus costos sobre el resto del mundo y una industria como la guerra, a la que se reconvierte o ella termina con la humanidad.

Reconvertirla significa pensar en un sistema impositivo basado en la circulación del dinero, dando muerte a los paraísos fiscales y a la financiación de todas las lacras sociales, y ponerla al servicio del desarrollo de la humanidad.

Por eso cuando alguien declara aunque como en este caso sea un apreciado compañero, me queda como una sensación de que algo se está haciendo muy mal.

Jorge Aniceto Molinari.

Montevideo, 6 de setiembre de 2023

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *