Los hechos en la crisis del 2002.

Los hechos en la crisis del 2002.

La seriedad con la que Bottinelli encara sus notas hace que anotemos que en esta oportunidad su relato no se ajusta a lo que conocemos del tema. Y a la vez desafía a quienes si vivieron directamente los hechos a dar testimonio de los mismos.  Me refiero a cómo ocurrieron los hechos en la crisis del 2002.

La nota en “La Diaria”:

Para Bottinelli, en el Ejecutivo no hay una coalición y Lacalle Pou ejerce un liderazgo absoluto

20 de marzo de 2021 · Escribe Belén Riguetti en Política nacional

El politólogo dijo que el quiebre más fuerte se dio cuando Uruguay votó al candidato de Trump en el BID con la manifiesta oposición de Sanguinetti.

Una coalición es, en esencia, cuando los partidos o facciones cogobiernan y toman las grandes decisiones juntos, explicó a la diaria el politólogo y director de Factum, Óscar Bottinelli. De esa manera funcionó la coalición durante el segundo gobierno de Julio María Sanguinetti (1995-2000), cuando había un diálogo permanente entre Sanguinetti y el presidente del Partido Nacional (PN) Alberto Volonté. “Lo mismo pasó en el gobierno de Jorge Batlle [2000-2005]”. Cuando a mediados de 2002 “el PN consideró que era necesario un cambio en el equipo económico”, en plena crisis económica, Sanguinetti, Batlle y Luis Alberto Lacalle acordaron que asumiera Alejandro Atchugarry.

Hasta aquí la nota periodística, ahora lo que conozco de cómo ocurrieron los hechos:

Cuando el dirigente de AEBU concurrió al domicilio del Presidente de la República Dr. Jorge Batlle, luego de que este recibiera la negativa del Economista Ernesto Talvi a hacerse cargo de la cartera de economía, este ya tenía redactada la renuncia, – había sectores en el Frente que la reclamaban-, pero Juanjo con el respaldo del General Seregni, le propuso afrontar la situación y encarar al FMI obligándolo a una negociación y que para ello contaba con el aval del Dr. Alejandro Atchugarry para afrontar las negociaciones haciéndose cargo del la cartera de Economía. Como vemos muy lejos de la idílica reunión de líderes para afrontar la crisis.

Por eso más allá de los ejemplos con los que avala Bottinelli su tesis, en este caso el ejemplo no es el correcto, y hoy más que nunca se necesita de los testimonios fundamentales, más sabiendo que existen publicaciones que deforma groseramente los hechos.

Jorge Aniceto Molinari.

Montevideo, 23 de marzo de 2021

[:es]EN BRASIL.[:]

[:es]EN BRASIL.

(Abordando eso gris, que parece la teoría).

En Brasil por sus características siempre ha sorprendido, al no analizarse las vicisitudes de su economía, Brizola de derecha termina en la izquierda, Lacerda de izquierda termina en la derecha.

El empresariado de San Pablo que combate a Lula como dirigente sindical luego lo apoya para propagandear la marca Brasil en el mundo, pero luego lo hace caer y ahora no sabe qué hacer.

Hoy Bolsonaro está en medio de una crisis muy profunda, que para un sector de la economía de Brasil ya se vislumbra como la necesidad de incorporarse al libre mercado mundial comandado entre otros por China, y para otros como la mera disputa de cargos en un gobierno que por ahora no tiene rumbo.

Si hacemos una “abstracción” equivocada la disyuntiva es entre democracia y dictadura, cuando lo que está en juego antes es el rumbo económico de Brasil, sin cuya solución la democracia no es posible.

Por ahora la izquierda posterga la discusión programática en aras a que es posible recuperar cargos, y puede llegar a ser trágico, porque no importa –aunque si importa- quien lo haga, porque si Brasil se incorpora a la zona de libre comercio e impone sus condiciones – que la zona de libre comercio está en condiciones de aceptar- arrastra al conjunto del continente y pone ante EE.UU. ante una tremenda disyuntiva, incluso estos adalides de dictadura en América podrían llegar a hablar de democracia si conviniera para sus interese espúreos.

Lamentablemente no tengo noticias de que la izquierda esté analizando esto.

Al Fondo Monetario Internacional, aliado ahora circunstancial de los intereses de EE.UU. le convienen los sueños de Alberto y Cristina de un plan propio de desarrollo que les impide ver lo que pasa en el conjunto de la economía del mundo.

Jorge Aniceto Molinari.

Montevideo, 22 de julio de 2021.

[:]

[:es]EL DESAFÍO ES ENORME.[:]

[:es]

EL DESAFÍO ES ENORME.

(Abordando eso gris, que parece la teoría).

El desafío es enorme, creo que en la izquierda en general no hay consciencia de lo que está pasando y por lo general se pretende abordarlo con los viejos esquemas.

Se ha generado en el mundo la zona de libre comercio más grande en la historia de la humanidad, la encabeza China gobernada por el Partido Comunista.

Para el capitalismo con su nuevo centro en el mundo, es una posibilidad de rentabilidad que cada vez les es más esquiva, pero a la vez supone una política de inversiones y desarrollo que necesita ser controlada por las organizaciones de la sociedad para que ella sea beneficiosa al conjunto. Algo de lo que ha venido pasando en la interna de la economía de China y Vietnam, para tomar los ejemplos más paradigmáticos.

El desarrollo necesita entonces de un debate democrático que aún no se está dando para ensanchar la base social que se debe atender en todas sus necesidades esenciales.

En el mundo y en esta crisis acelerada por la pandemia, también están EE.UU., Europa y el Reino Unido, el dólar, el euro y la libra, que se han puesto de acuerdo para sobre la base de emisiones monetarias incentivar lo que tienen de aparato productivo, cediendo a conquistas de la sociedad pero a la vez volcando los costos sobre el resto del mundo.

Lo he escrito: esto es comparable a lo que pasó antes de la primera guerra mundial cuando la izquierda europea votó los créditos de guerra, nadie dice esta boca es mía.

La situación en este marco inevitablemente va a llegar ser insostenible.

Las burguesías y particularmente a los que desarrollan su producción altamente tecnificada en el sector agropecuario, van a propender a que los países de esta zona se vinculen con la zona de libre comercio que encabeza China, por otro lado las burguesías industriales de estas naciones también van a pujar por salir de una encrucijada para la cual sin esta alternativa no tienen salida.

En la izquierda por ahora de esto no se habla, y todo lo que se demore en hacerlo luego habrá que recuperarlo, porque el camino es integrarse al debate y a las organizaciones de las asociaciones civiles y de gobierno, para que se incorporen al mismo.

Compañeros han apuntado a como se explota el trabajo en China, pero estamos hablando de una realidad social en pleno desarrollo, China salió de la zona de mayor explotación en el planeta, con hambrunas anuales, y la gente se adhiere al progreso.

Es capitalismo, y como tal tiene límites y eso hay que debatirlo en la izquierda para proponer un programa que le permita a la predominancia del capitalismo morir en la mayor paz posible.

Nos ha tocado vivir una etapa en que inexorablemente la humanidad dará un salto en la construcción social de su economía o entrará en una tragedia irrecuperable. Están todas las condiciones para que se pueda dar ese salto, el problema es que hay una miopía muy extendida producto del daño que causó a las ideas de izquierda la derrota de Lenin en 1924, pero si repasamos los textos de los maestros veremos como ellos ya intuían –no lo podían prever- el camino que la humanidad iba a tomar para dar el salto entre un sistema y otro.

Jorge Aniceto Molinari.

Montevideo, 19 de julio de 2021.

[:]

TENDREMOS QUE VOLVER AL PROGRAMA.

TENDREMOS QUE VOLVER AL PROGRAMA.

(Abordando eso gris, que parece la teoría).

El compañero Jorge Zabalza, me envía este texto que comparto con Uds. y al que me permito hacer un breve comentario:

Tendremos que volver al futuro

Editorial de La Tizza

Jul 15 · 2021

Suenan otra vez las campanas por “el fin” del socialismo en Cuba. Salivaron seguro algunas bocas desde los balcones del imperio — y más allá o acá del mar que separa esta isla del resto del mundo — , y también desde algunas alcantarillas. Los que siguen leyendo a Cuba como si el Caribe fuera el Báltico comparten jubilosos en sus redes imágenes de Berlín o de Praga, en aquellos días de hundimiento. No saben que la Revolución cubana no se puede “desmerengar”, porque nunca ha sido de merengue. No porque no haya sido dulce, sino porque ha tenido también sus tragos amargos, que hasta ahora hemos sabido convertir en fuerza.

Los que salieron a protestar contra el Estado y el socialismo en Cuba eran pueblo. Podemos asegurar incluso que muchos pertenecen a esa parte del pueblo que más ha sufrido los efectos de la crisis que la pandemia, el bloqueo, las nuevas sanciones norteamericanas y la gestión desesperada e insuficiente de lo que podemos conseguir, en medio de tanta escasez y problemas acumulados, han provocado. Son también esa parte del pueblo que ha sido más desfavorecida con el inevitable aumento de la desigualdad social con que el avance de reformas de mercado ha lacerado y segmentado nuestra sociedad. Nos atrevemos a asegurar, incluso, que estas desigualdades múltiples, a veces invisibilizadas, pero siempre sentidas y tan lesivas a la justicia social, han producido una desconexión. Una desconexión entre aquellos que gritaban “Patria y Vida” en las calles, y el proyecto revolucionario. Y esa desconexión, que siempre deja como saldo cierto sentimiento de abandono, de orfandad política y económica, tarde o temprano se ha convertido en rencor y hasta en odio.

Si soslayamos esta complejidad, si pensamos simplemente que son “delincuentes” o “marginales”, si nos resistimos a entender los procesos de marginación y si no reconocemos las deudas con los más humildes hacia lo interno de nuestra sociedad nunca vamos a entender qué ocurrió ese domingo.

Este sector más marginado del pueblo — al menos en La Habana — fue activado por la agenda política de la contrarrevolución. Esta supo catalizar su malestar y proyectar su deseo como deseo capitalista. No es de extrañar que los que protestaban por “hambre” saquearan de las tiendas no solo comida, sino suntuosos artículos electrodomésticos, para satisfacer ansiedades largamente aplazadas de consumo, construir la vida que han aprendido a imaginar y desear sin ningún contrapeso efectivo de una cultura distinta emancipada.

Hubo espontaneidad y hubo efecto cascada y de contagio en los sucesos del 11 de julio, pero pensar que esta apareció “pura” es algo que solo verán aquellos para los que la verdad no importa.

Hubo espontaneidad, pero también hubo una operación política y de inteligencia, ejecutada por actores que sí comprenden perfectamente la agenda en juego.

¿Acaso a alguien le parece casual la repentina preocupación de varios influencers con respecto a Cuba? ¿Y la petición del alcalde de Miami? ¿La articulada campaña en las redes? ¿La simultaneidad de las acciones?

No obstante, hablar de golpe “blando” y guerra no convencional cómo únicas causas de esta revuelta reaccionaria es un error. Una perspectiva que se limite a ello colocaría al bloque de la Revolución en un (in)cómodo fatalismo: convierte estas tragedias en destinos inevitables. Además, puede inducir a creer que solo estamos en presencia de un problema de seguridad del Estado.

Si lo que ha ocurrido fuera solamente un problema de Estado — así con mayúsculas — , tendrían razón los que creen — o quieren hacer que otros crean — que el 11 de julio ocurrió un enfrentamiento entre el pueblo y el Estado.

Nada más falso.

El domingo no ocurrió un enfrentamiento entre el pueblo y el Estado como entelequias — aunque más de algún teórico gaste tinta en pretender demostrarlo — . El domingo ocurrió un enfrentamiento entre dos partes del pueblo, entre dos proyectos: una parte que ha sucumbido, que se ha rendido, a la agenda de los que siempre han pretendido precisamente rendirlos por hambre y necesidad, y que están dispuestos a renunciar a la soberanía y al socialismo porque entienden, o perciben, no solo que ya no tienen nada que perder sino que no les queda nada por ganar, y por otro lado, la parte del pueblo que no está dispuesta a renunciar ni al proyecto revolucionario que ha construido durante generaciones ni a la legalidad de la Constitución socialista por la que votaron democráticamente, ni de la sociedad emancipada que imaginan en su porvenir más allá del actual Estado heredero de la Revolución, y sus falencias. Los que crean que solo los militares, los dirigentes y los poseedores de MLC tienen razones para defender el socialismo, están muy equivocados. Millones de personas en Cuba hoy no están dispuestos a perder una sociedad de paz, un proyecto de justicia social, y una dignidad nacional que solo ha dado a este pueblo, a todos, una Revolución que no se agota en lo conquistado, sino que debe abrir nuevos caminos.

Algunos ideólogos de la restauración liberal proponen la conformación urgente de mesas de diálogo entre las fuerzas de la contrarrevolución y el bloque revolucionario — al que solo entienden como Estado — .

Quizás piensan esto como una oportunidad de hacerse de una rebanada del pastel en el contexto de una disputa abierta del espacio público. ¡Cómo se nota que sus balcones están muy lejos de las calles! En las calles reales, los manifestantes mostraron su falta total de voluntad de diálogo. Ahí se evidenció que su programa, que es exclusivamente la destrucción del socialismo, es irreconciliable con la profundización de toda la justicia social, y que embriagados por la euforia de disolución y destrucción eran incapaces de ver las sombras de una intervención en ciernes o su miseria probable en una Cuba totalmente devastada por el capitalismo. Esos manifestantes, a fin de cuentas, fueron agentes de un programa que no era suyo.

En los 2000, ante la desconexión y marginación producida por los años más duros de la crisis de los noventa, Fidel emprendió la Batalla de Ideas. En este proceso, luego desdeñado por algunos que no hablan más que de sus fallos y pierden por completo su sentido, miles de jóvenes que vivían en entornos marginados, como los que pueblan con sus rostros las fotos de este día 11, lograron estudiar o reinsertarse laboralmente.

Fue entonces que la universidad llegó a todas partes de veras, y no quedó reservada para el grupo selecto de los que aprueban unos exámenes y reciben un “permiso para estudiar”. Instructores de arte, trabajadores sociales y maestros se lanzaron a recobrar y reconstruir una cultura distinta, general, para todos: tareas con las que Fidel elevó la autoestima de los jóvenes, especialmente de los más desfavorecidos, y logró reconectarlos con el proyecto revolucionario.

Fidel regeneraba entonces parte del tejido social de esta Revolución que ha buscado ser de los humildes, por los humildes y para los humildes. Sin Batalla de Ideas, quizás, lo que vivimos el domingo hubiera ocurrido una década antes. En horas como estas, muchos revolucionarios hemos pensado en Fidel, y no solo por aquel episodio ya antológico de agosto de 1994, aunque también por ese. Hemos pensado en Fidel porque nadie como él sabía convertir los reveses, las múltiples derrotas, en nuevos caminos, en victorias. Si los revolucionarios cubanos, si los comunistas cubanos queremos vencer, no podemos dejar nuestras miradas fijas en lo que ha sido, o recorrer los viejos caminos.

Si queremos vencer tendremos que volver a Fidel; es decir, volver al futuro.

Mi comentario:

Comparto, excelente. Ahora si los comunistas no comprendemos en qué mundo hoy estamos parados, será difícil para con solo la voluntad de atender los problemas de las gentes resolverlo.

Cuando en 1924 Lenin fue derrotado, y durante un importante periodo histórico sus ideas fueron deformadas, la lucha por el socialismo como organización superior al capitalismo e inevitable luego de que este agotara sus posibilidades, se convirtió en la idea de que socialismo era propiedad estatizada.

El Che sabía que esto era así, pero confiaba que las luchas de los pueblos volverían a las ideas de los maestros, era su opción y se la jugó con la vida. Nosotros hoy sabemos que no alcanza es necesario el programa.

El problema es que hasta ahora los partidos comunistas han renunciado a enfrentar al stalinismo que perdura en su seno, y encarar el análisis de un programa para el mundo, como lo fue el Manifiesto Comunista en su momento.

Además el desafío actual nadie se lo hubiera imaginando. El capitalismo para su desarrollo, para poder usufructuar lo que hay de rentabilidad en el mundo actual ha tomado como centro del libre comercio mundial y de su propio desarrollo a China gobernada por el Partido comunista.

Por otro lado los viejos estados otrora imperialistas han asumido sobre la base una emisión monetaria sin ningún respaldo, volcándose hacia dentro tratar de activar su economía que ya a nivel mundial no resiste el libre comercio.

El mundo vive los prolegómenos de una gran crisis, es frente a ella que los comunistas deben reivindicar su programa, programa que tiene como herramientas fundamentales la moneda y los impuestos, ya no la estatización de la economía que en su momento pudo significar alivio a la presión económica sobre los pueblos.

Jorge Aniceto Molinari.

Montevideo, 18 de julio de 2021.

ESTO PASA.

ESTO PASA.

(Abordando eso gris, que parece la teoría).

En política como en cualquier otra ciencia, siempre es necesario ir a desentrañar los hechos reales. Hay dos corrientes necesarias en el pensamiento humano: el idealismo y el materialismo. Las dos se necesitan para poder conocer la realidad de los hechos.

Pero que difícil resulta siempre separar a una de la otra. Tomemos un ejemplo: Cuba, una juventud maravillosa llevó adelante una revolución en un mundo real que les era adverso. Pero todos los que han intentado imitarla han fracasado, ¿Por qué?

Todo avance, sus luchas, también sus fracasos caen sobre ese pueblo. ¿Son distintos o mejores que otros pueblos?, que también han querido avanzar en conquistas sociales.

Asumamos entonces la necesidad de entender la realidad. Todos los Libertadores de este continente miraban hacia el proceso de unificación y liberación que dio nacimiento a EE.UU., con una gran esperanza de hacer lo mismo.

En la lucha entre imperialismos en medio de las cuales se fueron forjando las independencias de estos países, EE.UU. comenzó a desarrollarse como un nuevo centro para el capitalismo mundial, al término de la segunda guerra mundial esto fue claro y determinante.

Y aquello que había sido un ejemplo para los Libertadores, comenzaría a ser una tragedia para estos pueblos. Terminada la segunda guerra mundial su accionar sobre el control de los aparatos diplomáticos, militares, sociales de estos pueblos se hizo más ostensible, todo se hacía con el control yanqui o a pesar de los yanquis, su predica de libre comercio era para beneficio directo de los burgueses de esa potencia.

¿Qué pasó entonces en Cuba? Ellos había promovido a Batista pero no lo querían como gerente de lo que era su centro de diversión (prostíbulo, garito…), y decidieron dejar hacer a una guerrilla heroica, no movieron un dedo para pararla, pero como dicen en el barrio, el diablo metió la cola, creyeron que la podían controlar y se les fue de las manos y esos jóvenes decidieron emprender el camino del socialismo y a lo que en esa época aparecía como tal: la Unión Soviética, aunque ello merece un análisis que de alguna manera hemos venido realizando.

Entonces cambió su estrategia, a Cuba hacerle la guerra, bloquearla, y en el resto de América practicar ahora si la táctica del aborto controlada, promover bajo cuerda las guerrillas, para dividir a los pueblos y a la vez tratar de enterrar los movimientos en la sociedad de larga tradición como el artiguismo y el batllismo en el Uruguay, el peronismo, el bolivarismo,………en los otros pueblos, ricos en esas tradiciones en defensa de los derechos de los pueblos.

Su injerencia ha sido y es demencial. En el Uruguay jamás hubiera sido posible un golpe de Estado cívico-militar sin su intervención, se produjeron en América miles de desapariciones, ellos tienen todos los archivos jamás han colaborado con nadie para dar los datos que guardan cuidadosamente como su trofeo de guerra.

A los gobiernos, partidos, movimientos que se le han opuesto han intentado de mil formas despedazarlos.

Es claro que en Cuba, como en todos los pueblos existe malestar, el capitalismo en esta parte del mundo hace la vida difícil, muchos son los ejemplos, pero ellos acentúan su presión sobre aquellos que sienten son insignia para un cambio en todo el continente.

He escuchado las declaraciones más estúpidas sobre lo que hoy por ejemplo pasa en Cuba, que el bloqueo no incide, que la intervención yanqui tampoco. Nadie puede negar la disconformidad pero tampoco nadie puede negar que una cosa es la gente y otra muy distinta los objetivos de un poder –otrora imperialista como EE.UU.-que día a día pierde su influencia en el mundo y se siente con una sensación constante de frustración, ahora tratan con una emisión siniestra de moneda y a la vez tratando de que su pueblo se sienta con sus necesidades resueltas de arremeter contra el resto de los pueblos del mundo. Pretendiendo además que esta realidad no se sepa, ganando espacio frente a la parálisis de la izquierda de inspiración marxista prácticamente en todo el mundo.

En la izquierda pesa como una lápida la derrota de Lenin, a pesar de que ahora China refresca todos los conocimientos y estando al frente de la zona de libre comercio más grande de la historia y corriéndose el propio centro del capitalismo hacia allí, todo está en debate, como por ejemplo que el único programa posible para la revolución socialista sea el de estatizar la economía y no un programa que ponga en manos de los pueblos y sus organizaciones el control democrático de la economía como sería hacerlo sobre la moneda y los impuestos.

También impidiendo que se expanda una sana influencia sobre el propio pueblo de EE.UU. de tradición libertaria. Y donde la derecha no se ha andado con chiquitas como han sido los asesinatos de los Kennedy una vez que estos amenazaron su poder hegemónico, que de todas maneras ya están perdiendo en la medida de cómo diría Marx: el topo de la historia no se detiene.

Jorge Aniceto Molinari.

Montevideo, 14 de julio de 2021.

Está bueno el debate: Chile, Mercosur, firmas.

Está bueno el debate: Chile, Mercosur, firmas.

(Abordando eso gris, que parece la teoría)

Jorge Aniceto Molinari

12.07.2021

Un compañero escribe en facebook: HAZAÑAS CÍVICAS Y BLINDAJES El blindaje mediático no está bueno.

El Uruguay, no importa el acuerdo o desacuerdo, realizó una HAZAÑA DE PATRIOTISMO CÍVICO en una pandemia del MIEDO reuniendo, era necesario alcanzar un 25% de firmas, ya son un 28,5% de firmas – con huellas digitales y documentación precisa – de todo un padrón no depurado de ciudadanía habilitada para votar con la finalidad de convocar un plebiscito para debatir una MEGALEY que incluye de todo como en botica. Ni el semanario Búsqueda, ni los diarios El País, El Observador, La República (ahora oficialista), ni el semanario Voces titularon con el HECHO. No fueron criterios periodísticos.

Y falta cultura democrática en las elites que sobra en abajos sociales. El Uruguay es comunidad pluralista cívica o no es.

Analizo:

Me lo comentó un vecino al saberse que las firmas para ir a un referéndum contra 135 artículos de la LUC, estaban y superaban con creces el número necesario.

Me dice: como queres que la gente no firme contra la LUC, si hay más de medio país vacunado con la vacuna china proporcionada por el Presidente comunista de ese país. Y aunque aquí los comunistas no hablan de China, el país entero está pendiente de lo que pasa por ejemplo con las exportaciones. EE.UU. por el contrario no genera ninguna expectativa, no mueve la aguja como dicen ahora los muchachos.

Los anticomunistas te dicen: andá a vivir a Cuba, a Venezuela, a Nicaragua, pero a ninguno se le ocurre decir andá a vivir a China, su propaganda por más encuestas que se hagan a favor del gobierno ya no entran frente a esta realidad.

Sin duda que juntar las firmas fue una hazaña, pero ahora habrá que transitar otra hazaña: la de pensar un país y un mundo de aquí para adelante.

Su respuesta:

Jorge Aniceto Molinari la crítica a esos regímenes en la derecha no está para nada inspirada en derechos humanos ni pluralismo en un continente cuyas naciones poseen legitimidad contractual, cívica y pluralista ANTAGÓNICA con el mundo real de desigualdades MUY profundas y atraso burgués. Por eso hay genuflexión con China que ha producido su propio tipo de capitalismo y molestia con los chiquitos como Cuba o Venezuela. Ortega – Murillo están en la galaxia de Somoza. Pero también hay una crisis de identidad comunista. ¿Que significa hoy ser comunista? Porque de la China de Mao salieron las reformas de Deng y de las reformas de Deng con privatizaciones de varios millones de empresas se construyó un andamiaje nuevo pero NO pluralista. En CHILE está naciendo un comunismo nuevo.

Mi nuevo comentario:

Apreciado compañero, volvamos a los maestros, y terminemos con las historias de los “comunismos y socialismos” nacionales. El desarrollo del capitalismo en el mundo, modo de producción predominante que condiciona todas las relaciones sociales, ha entrado en una crisis precisamente de esa predominancia. Ello determina que en la búsqueda de mantener su rentabilidad y el centro del libre comercio mundial tome como centro a China y a todo su entorno.

China escenario de una formidable revolución hoy adquiere un protagonismo, que necesitará en un corto plazo de un programa que superará sus límites nacionales. Hemos señalado que las dos herramientas fundamentales para ello son la moneda y los impuestos.

Entonces mostremos a los partidos comunistas “nacionales” y a los distintos “progresismos” cuál es el camino para una etapa que hay que encarar con pleno optimismo revolucionario, y no encerrado en los dramas nacionales de las estructuras burocráticas.

Las firmas en Uruguay como la constituyente en Chile son por ejemplo escenarios donde necesariamente habrá que dar una perspectiva programática que nos estamos debiendo.

Su nueva respuesta:

 Entiendo Aniceto. La diferencia se puede resumir en cuatro palabras: Democracias, Pluralismos, Libertades, Derechos Humanos. Luego, China ES capitalista en el sentido de propiedad de los medios de producción además de economía de mercado coordinada y no liberal, por cierto. Y además extractiva de materias primas en todas partes. África puede mostrar efectos interesantes de eso. China abre una esperanza porque propone un capitalismo diferente por Estado fuerte – aunque impuestos corporativos mucho más bajos que Estados Unidos. Pero no porque proponga emancipación social, por cierto. Y no hablo del viejo trabajo manual de la clase obrera fordista sino de las condiciones laborales para fabricar iPhone capitalistas chinos. https://nuso.org/…/asi-explota-los-trabajadores-el…/

Analizo II:

En un determinado momento un compañero me escribió: “con China los comunistas tenemos ahora un modelo para mostrar al mundo”, a lo que le respondí: China no solo que no es un modelo sino que en definitiva su aprovechamiento correcto del desarrollo capitalista que hoy hace que sea el centro del libre mercado y tienda a ser el centro del capitalismo mundial acerca inexorablemente la necesidad de un programa de los comunistas para el mundo. Programa que también en sus aspectos de desarrollo tendrá que tener pautas para el medio ambiente y utilización de los bienes naturales de que dispone la humanidad.

Pero no entender la importancia que hoy tiene el desarrollo de una economía en crecimiento y satisfaciendo las necesidades de su gente, como si hubiera otro camino posible, en la medida que el sistema predominante recién está en la etapa de agotamiento de sus posibilidades, sería un grave error.

¿Cuál será el futuro, alguno de nosotros ni siquiera tal vez lo veremos?, pero no hay duda que se debe apoyar este desarrollo y proponer un programa que inexorablemente pasa por el control social y democrático de la economía.

CHILE: SU CONSTITUYENTE.

En el Uruguay, los mayores avances sociales se realizaron a principios del siglo 20, con una constitución de 1830, y el hecho de que en ella no estuvieran los principales derechos conquistados por las masas, particularmente por la onda expansiva que provocó luego en el mundo la revolución rusa de 1917 y antes la revolución francesa y la propia constitución de EE.UU, luego de una dura guerra civil, no fue óbice para que el gobierno de José Batlle y Ordoñez, incorporara avances sociales que aún hacen del Uruguay uno de los países con mejor estructura social de esta parte del mundo.

En Chile el capitalismo se desarrolló, sin una base social estructurada, y con una población originaria, que defendía de mil maneras sus formas culturales de aparato productivo.

El gobierno de Salvador Allende, buscó salvar esta situación – su discurso ante la ONU, reclamando para su país la propiedad de los grandes bienes de producción que estaban en manos de multinacionales como el cobre, le costó ser el centro de la intervención del imperialismo yanqui a través de las fuerzas armadas de ese país que con una profunda y salvaje represión asesinando a prestigiosos jerarcas de estas fuerzas, a su propio pueblo, y al Presidente Salvador Allende, logró imponer un golpe de Estado, que fue a su manera insignia para el plan Cóndor pergeñado por EE.UU. para parar la radicalización social del continente.

Dejaron algunas prendas por el camino, el cobre pasó a ser la fuente de recursos para mantener a las propias fuerzas armadas que habían actuado contra su pueblo.

Si bien la represión fue canallesca y el objetivo era incluso constitucionalmente dejar sentada la regresión, a la larga la sociedad fue dando pasos para revertir la situación porque en definitiva el capitalismo sobre esa base de división social, reprimida y acallada la protesta, no hay ningún lugar en el mundo donde hayan podido constituir una especie de poder definitivo.

Se agrega ahora en Chile, a la tradicional organización de las poblaciones originarias, la necesidad de la izquierda tradicional en sus diversas expresiones de abarcarla. La lucha social, con el agregado de la pandemia, terminan por jaquear al gobierno de la oligarquía encabezado por Piñera, aun cuando este llegó al gobierno con la legitimidad que le daba la constitución vigente de origen pinochetista.-

La posición de los mapuches por ejemplo, está muy claro que su lucha es por incorporar a la constitución y al derecho nacional todos los derechos de sus tradiciones milenarias. Está naciendo entonces también en Chile, como antes en Bolivia, un nuevo Estado plurinacional.

Pero el objetivo no podría ser incorporar a toda la población a un funcionamiento económico similar al que realizan estos sectores, y ahí comienzan los problemas, porque el desarrollo capitalista de Chile no se puede pensar desvinculado del mercado mundial.

Precisamente es en ese terreno donde la derecha oligárquica pretende mantener sus privilegios sabiendo que la izquierda no tiene un programa para el manejo de la actividad productiva del país y que las medidas tradicionales manejadas en la izquierda de nacionalizaciones, ponen en jaque la necesidad de Chile de vincularse con el mercado mundial.

En próximos apuntes seguiremos avanzando, sabiendo que en Chile pueden definirse muchas cosas, entre otras una reorientación de la izquierda en el mundo, que hoy tiene la experiencia de lo que está ocurriendo con China, Vietnam, y Cuba como los ejemplos más candentes, y el encierro en el que van cayendo otras importantes economías. China encabeza hoy la zona de libre comercio más grande conocida en la historia, mientras EE.UU. la comunidad europea, y el Reino Unido a través de una emisión monetaria sin ningún respaldo en la producción pretenden descargar sus costos presupuestales sobre el resto del mundo.

Los problemas que esta situación genera ¿podrían tener atención constitucional, a través de la moneda y de los impuestos?, que son los instrumentos que ha tenido la oligarquía para someter al pueblo a sus intereses.

MERCOSUR Y DESPUÉS.

Las ondas en la economía mundial se dan más rápidas que en la política. Además los adelantos tecnológicos como muy bien los analiza el Ing. Juan Grompone se incorporan a la economía cada vez con mayor rapidez.

El Mercosur está pagando tributo a esta realidad. En un pasado los tratados de libre comercio hacían que el sector privilegiado de la economía -tremendamente reducido – con esos tratados gozara de una posición que solo podía ser respaldada por los servicios del en ese entonces imperialismo yanqui, como ante los habían sido del imperialismo inglés y sus competidores en Europa.

El Mercosur se crea para que las burguesías nacionales amparadas en él puedan delinear su política de desarrollo interno, con un objetivo industrializador. Al él se le fueron sumando por la acción parlamentaria todas las conquistas sociales comunes, si bien las asimetrías son notorias y los atrasos se marcan claramente en la salud, la educación, la vivienda, el trabajo.

Pero los tiempos están registrando un notable cambio. El centro del libre comercio mundial, motor del capitalismo, ya no es EE.UU., y la exigencia de someterse a las reglas de la potencia central tienden a caducar. Esto que parece tan sencillo de explicar, desacomoda a todos, y más particularmente a los encargados de ejecutar la política.

En mi caso, que no soy ciudadano argentino, si me hubiera tocado votar no hubiera tenido dudas en hacerlo por Alberto y Cristina, y porque además la otra opción era desde todo punto de vista insostenible para un futuro posible del hermano país.

Sin embargo creo que la posición de cerrarse al mundo y pretender recrear una realidad industrial nacional o mercosuriana, no solo que es equivocada sino que no permite encarar el mundo hoy de acuerdo a la realidad actual.

Si, antes había que defender a brazo partido la posibilidad de un desarrollo nacional o regional al servicio de que la economía también lo hiciera.

La creación de la zona de libre comercio de mayor espacio en la historia de la humanidad, encabezada por China representa un desafío que el abanico político de estos países aún no ha entendido. Porque se sigue razonando como se razonaba antes cuando existía el imperialismo norteamericano.

Todo indica que el capitalismo centralizado con hegemonía mundial en China tiene como destino convertir al mundo todo como zona de libre comercio, la oposición de EE.UU., la Comunidad europea (euro) y el Reino Unido, con sus capitalismo en enclave nacional que ahora han recurrido a una emisión escandalosa de monedas creemos que están condenados al fracaso, y no porque unos se impongan a los otros, sino porque el mundo necesitará encarar una salida, en la que deberá abordar dos instrumentos -hoy descontrolados- la moneda y los impuestos.

Entonces el Presidente de Uruguay Lacalle Pou tiene razón, aunque no creo que haya consciencia de la trascendencia que le estoy dando. Nada impide que estos gobiernos juntos negocien con esa zona de comercio recientemente creada su lugar en el mundo. Y no para satisfacción puro y exclusivamente de minorías privilegiadas sino del conjunto de la población de estos países.

Lacalle Pou sabe que quien está sacando al Uruguay de la grave crisis de la pandemia en la que se había metido ha sido la ayuda del Presidente comunista de China. Pero sabe también que es ese país el principal destino exportador de una actividad que no ha conocido mermas y a la cual se le permitió desafiar la pandemia.

Entonces porque no agarrar el toro por las guampas y debatir el tema. Como lo proponía el senador Manini Ríos – el mismo que mantiene cuentas con la justicia por el tema de los derechos humanos- llamando a todos los científicos en economía del país para debatir el tema y asesorar a la política que se debe aplicar en esta realidad compleja.

Jorge Aniceto Molinari

Enlace del artículo original en castellano:

https://www.uypress.net/Columnas/Jorge-Aniceto-Molinari-uc113914

MERCOSUR Y DESPUÉS.

(Abordando eso gris, que parece la teoría).

Las ondas en la economía mundial se dan más rápidas que en la política. Además los adelantos tecnológicos como muy bien los analiza el Ing. Juan Grompone se incorporan a la economía cada vez con mayor rapidez.

El Mercosur está pagando tributo a esta realidad. En un pasado los tratados de libre comercio hacían que el sector privilegiado de la economía –tremendamente reducido – con esos tratados gozara de una posición que solo podía ser respaldada por los servicios del en ese entonces imperialismo yanqui, como ante los habían sido del imperialismo inglés y sus competidores en Europa.

El Mercosur se crea para que las burguesías nacionales amparadas en él puedan delinear su política de desarrollo interno, con un objetivo industrializador. Al él se le fueron sumando por la acción parlamentaria todas las conquistas sociales comunes, si bien las asimetrías son notorias y los atrasos se marcan claramente en la salud, la educación, la vivienda, el trabajo.

Pero los tiempos están registrando un notable cambio. El centro del libre comercio mundial, motor del capitalismo, ya no es EE.UU., y la exigencia de someterse a las reglas de la potencia central tienden a caducar. Esto que parece tan sencillo de explicar, desacomoda a todos, y más particularmente a los encargados de ejecutar la política.

En mi caso, que no soy ciudadano argentino, si me hubiera tocado votar no hubiera tenido dudas en hacerlo por Alberto y Cristina, y porque además la otra opción era desde todo punto de vista insostenible para un futuro posible del hermano país.

Sin embargo creo que la posición de cerrarse al mundo y pretender recrear una realidad industrial nacional o mercosuriana, no solo que es equivocada sino que no permite encarar el mundo hoy de acuerdo a la realidad actual.

Si, antes había que defender a brazo partido la posibilidad de un desarrollo nacional o regional al servicio de que la economía también lo hiciera.

La creación de la zona de libre comercio de mayor espacio en la historia de la humanidad, encabezada por China representa un desafío que el abanico político de estos países aún no ha entendido. Porque se sigue razonando como se razonaba antes cuando existía el imperialismo norteamericano.

Todo indica que el capitalismo centralizado con hegemonía mundial en China tiene como destino convertir al mundo todo como zona de libre comercio, la oposición de EE.UU., la Comunidad europea (euro) y el Reino Unido, con sus capitalismo en enclave nacional que ahora han recurrido a una emisión escandalosa de monedas creemos que están condenados al fracaso, y no porque unos se impongan a los otros, sino porque el mundo necesitará encarar una salida, en la que deberá abordar dos instrumentos –hoy descontrolados- la moneda y los impuestos.

Entonces el Presidente de Uruguay Lacalle Pou tiene razón, aunque no creo que haya consciencia de la trascendencia que le estoy dando. Nada impide que estos gobiernos juntos negocien con esa zona de comercio recientemente creada su lugar en el mundo. Y no para satisfacción puro y exclusivamente de minorías privilegiadas sino del conjunto de la población de estos países.

Lacalle Pou sabe que quien está sacando al Uruguay de la grave crisis de la pandemia en la que se había metido ha sido la ayuda del Presidente comunista de China. Pero sabe también que es ese país el principal destino exportador de una actividad que no ha conocido mermas y a la cual se le permitió desafiar la pandemia.

Entonces porque no agarrar el toro por las guampas y debatir el tema. Como lo proponía el senador Manini Ríos – el mismo que mantiene cuentas con la justicia por el tema de los derechos humanos- llamando a todos los científicos en economía del país para debatir el tema y asesorar a la política que se debe aplicar en esta realidad compleja.

Jorge Aniceto Molinari.

ESTÁ BUENO EL DEBATE.

ESTÁ BUENO EL DEBATE.

(Abordando eso gris, que parece la teoría).

Un compañero escribe en facebook:

HAZAÑAS CÍVICAS Y BLINDAJES El blindaje mediático no está bueno. El Uruguay, no importa el acuerdo o desacuerdo, realizó una HAZAÑA DE PATRIOTISMO CÍVICO en una pandemia del MIEDO reuniendo, era necesario alcanzar un 25% de firmas, ya son un 28,5% de firmas – con huellas digitales y documentación precisa – de todo un padrón no depurado de ciudadanía habilitada para votar con la finalidad de convocar un plebiscito para debatir una MEGALEY que incluye de todo como en botica. Ni el semanario Búsqueda, ni los diarios El País, El Observador, La República (ahora oficialista), ni el semanario Voces titularon con el HECHO. No fueron criterios periodísticos.

Y falta cultura democrática en las elites que sobra en abajos sociales. El Uruguay es comunidad pluralista cívica o no es.

Analizo:

Me lo comentó un vecino al saberse que las firmas para ir a un referéndum contra 135 artículos de la LUC, estaban y superaban con creces el número necesario.

Me dice: como queres que la gente no firme contra la LUC, si hay más de medio país vacunado con la vacuna china proporcionada por el Presidente comunista de ese país. Y aunque aquí los comunistas no hablan de China, el país entero está pendiente de lo que pasa por ejemplo con las exportaciones. EE.UU. por el contrario no genera ninguna expectativa, no mueve la aguja como dicen ahora los muchachos.

Los anticomunistas te dicen: andá a vivir a Cuba, a Venezuela, a Nicaragua, pero a ninguno se le ocurre decir andá a vivir a China, su propaganda por más encuestas que se hagan a favor del gobierno ya no entran frente a esta realidad.

Sin duda que juntar las firmas fue una hazaña, pero ahora habrá que transitar otra hazaña: la de pensar un país y un mundo de aquí para adelante.

Su respuesta:

Jorge Aniceto Molinari la crítica a esos regímenes en la derecha no está para nada inspirada en derechos humanos ni pluralismo en un continente cuyas naciones poseen legitimidad contractual, cívica y pluralista ANTAGÓNICA con el mundo real de desigualdades MUY profundas y atraso burgués. Por eso hay genuflexión con China que ha producido su propio tipo de capitalismo y molestia con los chiquitos como Cuba o Venezuela. Ortega – Murillo están en la galaxia de Somoza. Pero tb hay una crisis de identidad comunista. ¿Que significa hoy ser comunista? Porque de la China de Mao salieron las reformas de Deng y de las reformas de Deng con privatizaciones de varios millones de empresas se construyó un andamiaje nuevo pero NO pluralista. En CHILE está naciendo un comunismo nuevo.

Mi nuevo comentario:

Apreciado compañero, volvamos a los maestros, y terminemos con las historias de los “comunismos y socialismos” nacionales. El desarrollo del capitalismo en el mundo, modo de producción predominante que condiciona todas las relaciones sociales, ha entrado en una crisis precisamente de esa predominancia. Ello determina que en la búsqueda de mantener su rentabilidad y el centro del libre comercio mundial tome como centro a China y a todo su entorno.

China escenario de una formidable revolución hoy adquiere un protagonismo, que necesitará en un corto plazo de un programa que superará sus límites nacionales. Hemos señalado que las dos herramientas fundamentales para ello son la moneda y los impuestos.

Entonces mostremos a los partidos comunistas “nacionales” y a los distintos “progresismos” cuál es el camino para una etapa que hay que encarar con pleno optimismo revolucionario, y no encerrado en los dramas nacionales de las estructuras burocráticas.

Las firmas en Uruguay como la constituyente en Chile son por ejemplo escenarios donde necesariamente habrá que dar una perspectiva programática que nos estamos debiendo.

Su nueva respuesta:

Entiendo Aniceto. La diferencia se puede resumir en cuatro palabras: Democracias, Pluralismos, Libertades, Derechos Humanos. Luego, China ES capitalista en el sentido de propiedad de los medios de producción además de economía de mercado coordinada y no liberal, por cierto. Y además extractiva de materias primas en todas partes. África puede mostrar efectos interesantes de eso. China abre una esperanza porque propone un capitalismo diferente por Estado fuerte – aunque impuestos corporativos mucho más bajos que Estados Unidos. Pero no porque proponga emancipación social, por cierto. Y no hablo del viejo trabajo manual de la clase obrera fordista sino de las condiciones laborales para fabricar iPhone capitalistas chinos. https://nuso.org/…/asi-explota-los-trabajadores-el…/

Analizo II:

En un determinado momento un compañero me escribió: “con China los comunistas tenemos ahora un modelo para mostrar al mundo”, a lo que le respondí: China no solo que no es un modelo sino que en definitiva su aprovechamiento correcto del desarrollo capitalista que hoy hace que sea el centro del libre mercado y tienda a ser el centro del capitalismo mundial acerca inexorablemente la necesidad de un programa de los comunistas para el mundo. Programa que también en sus aspectos de desarrollo tendrá que tener pautas para el medio ambiente y utilización de los bienes naturales de que dispone la humanidad. Pero no entender la importancia que hoy tiene el desarrollo de una economía en crecimiento y satisfaciendo las necesidades de su gente, como si hubiera otro camino posible, en la medida que el sistema predominante recién está en la etapa de agotamiento de sus posibilidades, sería un grave error.

¿Cuál será el futuro, alguno de nosotros ni siquiera tal vez lo veremos?, pero no hay duda que se debe apoyar este desarrollo y proponer un programa que inexorablemente pasa por el control social y democrático de la economía.

Jorge Aniceto Molinari.

Montevideo, 8 de julio de 2021.

 

Un ingrediente más

Un ingrediente más, desde mi modesto punto de vista el más importante. En 1916, un año antes del triunfo de la revolución rusa, Lenin escribe “El imperialismo fase superior del capitalismo”, en el que analiza que el gobierno de la economía del mundo se iba a desplazar hacia los conglomerados empresariales multinacionales, pasando la economía de los Estados a un segundo plano, incluidos los imperialistas.

No es que China comunista haya encontrado la llave de un crecimiento que es difícil de ser imitado. Sino que el capitalismo desplazó su centro del Reino Unido al final de la segunda guerra hacia EE.UU. y ahora lo está haciendo hacia China y su entorno, desplazando además por la propia crisis de EE.UU., el centro del libre comercio mundial. China está formando parte de la zona de libre comercio más grande de la historia de la humanidad, mientras EE.UU., el Reino Unido y la Comunidad Europea se repliegan con emisiones de monedas sin respaldo que cargan sobre el resto del mundo.

Esto significa para la humanidad la posibilidad real de convertir al mundo todo, libre de fronteras arancelarias, y a la vez determinar por ejemplo, herramientas programáticas que permitan un desarrollo en beneficio de los pueblos como lo son la moneda única universal y que los impuestos se apliquen sobre el giro del dinero, dando muerte a los paraísos fiscales, y a los sistemas impositivos clasistas basados en el consumo, los salarios y las pensiones, abocando el sistema productivo en beneficio de la humanidad.

Ahora hablar de desarrollos de Estados sin tener en cuenta esta realidad y las tareas programáticas que nos plantea, es desde mi punto de vista equivocado.

Muchas veces se invocan las nacionalidades, como pretexto para falsos e inconducentes nacionalismo, no es lo mismo nacionalidad que nacionalismo. Las nacionalidades deben respetarse los nacionalismo que pudieron ser progresivos en toda una etapa de la historia hoy comienzan a ser una rémora, en tanto el capitalismo ha alcanzado su desarrollo en todo el planeta y entra en la etapa en que es necesario a través del programa planificar la muerte de su “predominancia” en paz.

[:es]CHILE: SU CONSTITUYENTE.[:]

[:es]

CHILE: SU CONSTITUYENTE.

(Abordando eso gris, que parece la teoría).

En el Uruguay, los mayores avances sociales se realizaron a principios del siglo 20, con una constitución de 1830, y el hecho de que en ella no estuvieran los principales derechos conquistados por las masas, particularmente por la onda expansiva que provocó luego en el mundo la revolución rusa de 1917 y antes la revolución francesa y la propia constitución de EE.UU, luego de una dura guerra civil, no fue óbice para que el gobierno de José Batlle y Ordoñez, incorporara avances sociales que aún hacen del Uruguay uno de los países con mejor estructura social de esta parte del mundo.

En Chile el capitalismo se desarrolló, sin una base social estructurada, y con una población originaria, que defendía de mil maneras sus formas culturales de aparato productivo.

El gobierno de Salvador Allende, buscó salvar esta situación – su discurso ante la ONU, reclamando para su país la propiedad de los grandes bienes de producción que estaban en manos de multinacionales como el cobre, le costó ser el centro de la intervención del imperialismo yanqui a través de las fuerzas armadas de ese país que con una profunda y salvaje represión asesinando a prestigiosos jerarcas de estas fuerzas, a su propio pueblo, y al Presidente Salvador Allende, logró imponer un golpe de Estado, que fue a su manera insignia para el plan Cóndor pergeñado por EE.UU. para parar la radicalización social del continente.

Dejaron algunas prendas por el camino, el cobre pasó a ser la fuente de recursos para mantener a las propias fuerzas armadas que habían actuado contra su pueblo.

Si bien la represión fue canallesca y el objetivo era incluso constitucionalmente dejar sentada la regresión, a la larga la sociedad fue dando pasos para revertir la situación porque en definitiva el capitalismo sobre esa base de división social, reprimida y acallada la protesta, no hay ningún lugar en el mundo donde hayan podido constituir una especie de poder definitivo.

Se agrega ahora en Chile, a la tradicional organización de las poblaciones originarias, la necesidad de la izquierda tradicional en sus diversas expresiones de abarcarla. La lucha social, con el agregado de la pandemia, terminan por jaquear al gobierno de la oligarquía encabezado por Piñera, aun cuando este llegó al gobierno con la legitimidad que le daba la constitución vigente de origen pinochetista.-

La posición de los mapuches por ejemplo, está muy claro que su lucha es por incorporar a la constitución y al derecho nacional todos los derechos de sus tradiciones milenarias. Está naciendo entonces también en Chile, como antes en Bolivia, un nuevo Estado plurinacional.

Pero el objetivo no podría ser incorporar a toda la población a un funcionamiento económico similar al que realizan estos sectores, y ahí comienzan los problemas, porque el desarrollo capitalista de Chile no se puede pensar desvinculado del mercado mundial.

Precisamente es en ese terreno donde la derecha oligárquica pretende mantener sus privilegios sabiendo que la izquierda no tiene un programa para el manejo de la actividad productiva del país y que las medidas tradicionales manejadas en la izquierda de nacionalizaciones, ponen en jaque la necesidad de Chile de vincularse con el mercado mundial.

En próximos apuntes seguiremos avanzando, sabiendo que en Chile pueden definirse muchas cosas, entre otras una reorientación de la izquierda en el mundo, que hoy tiene la experiencia de lo que está ocurriendo con China, Vietnam, y Cuba como los ejemplos más candentes, y el encierro en el que van cayendo otras importantes economías. China encabeza hoy la zona de libre comercio más grande conocida en la historia, mientras EE.UU. la comunidad europea, y el Reino Unido a través de una emisión monetaria sin ningún respaldo en la producción pretenden descargar sus costos presupuestales sobre el resto del mundo.

Los problemas que esta situación genera ¿podrían tener atención constitucional, a través de la moneda y de los impuestos?, que son los instrumentos que ha tenido la oligarquía para someter al pueblo a sus intereses.

Jorge Aniceto Molinari.

Montevideo, 5 de julio de 2021.

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