En Búsqueda de hoy se analiza en un artículo la resistencia de Bolsonaro a un tratado de libre comercio con China.
(Abordando eso gris, que parece la teoría).
Los hechos económicos porfiados nos vienen dando la razón. Cuando Lacalle hizo el pedido al Presidente Chino, el principal dirigente comunista del mundo de vacunas, y luego anunció la posibilidad de un tratado de libre comercio con ese país, dije que la visita del jefe del comando sur del ejército de EE.UU. y luego de varios jerarcas del gobierno del otrora imperialismo yanqui tenía como objetivo disuadir a Lacalle de tomar ese camino.
EE.UU. ha roto con una tradición histórica que hizo su grandeza: el libre comercio, y hoy se refugia en las emisiones monetarias que comparte con los otroras imperialismos europeos y en relanzar su aparato productivo. Será un periodo relativamente corto, las leyes de la economía son inexorables, la crisis no se superará por este camino.
Pero el problema, el ideológico lo tenemos en la izquierda, que no atina a desarrollar programas que vayan más allá de la órbita del estado nacional.
No se entiende que el libre comercio, que sepultó al feudalismo e hizo la grandeza del aparato productivo del capitalismo, va a ir hasta las últimas consecuencias y eso inexorablemente va a arrastrar tendencias en todos los países del mundo.
Es incomprensible que ya no estemos negociando con los chinos, como hacemos para que un tratado de libre comercio nos posibilite el desarrollo de la economía también en beneficio de nuestra gente.
Se nos insinúa que esto no es posible, sin comprender que lo que sucede en estos países con la moneda y los impuestos puede llegar a ser insostenible para la gente, y que fascismo es querer que la gente pague los desaguisados de la explotación capitalista.
Por otro lado un buen desarrollo ideológico permitiría comprender como se puede desarrollar un inmenso aparato productivo en beneficio de la humanidad que hoy está trancado en esta zona por los intereses sectoriales, y se desarrolla allí donde la capacidad humana hace de la tecnología un bien. El desarrollo tecnológico aplicado a la producción hace milagros, pero también acelera el proceso de selección en que la pequeña producción queda al margen del camino, haciendo que el gobierno estimule a sectores que le son afines ajustando al resto de la población con los ajustes monetarios, eso que a nivel de la estupidez se le llama atraso cambiario.
Necesitamos que la izquierda, analice, estudio, se capacite, necesitamos volver al espíritu del 71, en que ninguna idea era descartada de antemano y el intercambio era permanente.
Jorge Aniceto Molinari.
Montevideo, 20 de enero de 2022.
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