Un apreciado compañero me hace un reproche que valoro y analizo:
(Abordando eso gris, que parece la teoría).
Aniceto, una sola precisión se piense lo que se piense de un TLC con China dada tu insistencia en Lacalle como creador de algo similar a la pólvora lo que no supone desconocer continuidades: ….. “Estos pasos son de suma relevancia. La política de inserción internacional, por lo que implica y por los tiempos que demanda entre que se diseña, negocia, implementa y obtiene resultados, debe ser concebida como política de Estado, de largo aliento, trasciende cualquier gobierno. En particular, la intención de un acuerdo con China es parte de una política de continuidad, de la visita oficial que hiciera el entonces presidente Tabaré Vazquez en octubre de 2016.”
Mi respuesta:
Trato de manejarme con objetividad, todo lo que ello sea posible, sabiendo que son solo aproximaciones. Ahora es siempre más fácil ver la paja en el ojo ajeno que la viga en el propio.
Tu análisis sigue partiendo del Estado como realidad condicionante de la economía, y eso y hasta nuevo aviso Lenin comenzó a enterrarlo en 1916, “El Imperialismo fase superior del capitalismo”, el gobierno del mundo en esta etapa que me he atrevido a llamar, la del fin de la predominancia del modo de producción capitalista, está en manos de los complejos empresariales multinacionales, con la particularidad de que sus centros, el del libre mercado y el propio del capitalismo hoy se desplazan hacia China y su enorme entorno.
El Presidente Lacalle no es que lo coloque en un pedestal, está jugando un rol nada fácil, no es solo el estudio de un posible tratado de libre comercio con China, es el 5G, son las vacunas y son las presiones de sectores burgueses en todo el Mercosur, acorralados por una crisis que condiciona directamente todo desarrollo industrial separado de lo que es el producto directo de la tierra. Además ahora viaja a México y EE.UU.
Si el sueño del Presidente Fernández no fuera un desarrollo industrial propio para Argentina, si el sueño de Lula no fuera volver a comandar a la burguesía paulista en su comercio con el mundo, estarían ya conversando con el Partido Comunista Chino en cómo proyectar el desarrollo de la economía en esta rica –desde el punto de vista de sus recursos- parte del mundo.
Sí, todo de alguna manera se ha conversado en la izquierda, pero dar pasos en este sentido parecería una hazaña que nuestros dirigentes hoy no se sienten animados a dar. Y en eso con las armas del funcionamiento burgués –que no hay que menospreciar, un ejemplo son los medios de publicidad- gana Lacalle.
Jorge Aniceto Molinari.
Paysandú 15 de setiembre de 2021.