ESO ES BUENO: NO SE QUEDA QUIETO.

ESO ES BUENO: NO SE QUEDA QUIETO.

(Abordando eso gris, que parece la teoría).

No lo voté, y como acostumbro a opinar de acuerdo a mi leal saber y entender, no me duelen prendas. La vida es mucho, pero mucho más rica que las casillas que podamos hacer de antemano.

Lacalle es un ser humano conservador, y su programa de gobierno lo refleja claramente, ahora también es verdad que nunca se ha cerrado al dialogo, y estas no son épocas para conservadores.

Cuando llegó al gobierno sus medidas reflejaron directamente el programa a través de una ley de urgente consideración que derogaba avances logrados en anteriores administraciones, y de una administración presupuestal restrictiva. Es cierto también que el Frente no venía administrando bien y no sé si hubiera podido aguantar la presión de la crisis. Pero eso forma parte del terreno de las conjeturas.

Llegó la pandemia, y su respuesta inicial fue inteligente, convocó a los que saben, pero trató por todos los medios aplicar medidas que permitieran al aparato productivo agropecuario mantener su conexión con el exterior. Una primera devaluación que el Frente le dejó en bandeja, prácticamente solo tuvo efecto donde él quería que los tuviera: en las exportaciones.

La pandemia no dio tregua, y el gobierno comenzó a flaquear entre el aparato productivo y la suerte de la gente y la crisis sanitaria comenzó a hacer estragos.

Es ahí donde el Presidente Lacalle toma una medida, que la izquierda aún no se ha animado a aprobar y que fue observada con enorme preocupación por el Comando Sur del Ejercito de EE.UU. –el mismo que lleva adelante los bloqueos a Cuba y Venezuela- llama directamente al Presidente de China, el principal dirigente comunista del mundos, le pide vacunas para nuestro pueblo, y las obtiene.

Ahí comienza otra historia, la pandemia en el país tiende a aflojar, ahora el Presidente siente la enorme debilidad del marco política en que se mueve, que la izquierda esa misma que no se ubica frente a lo que pasa en el mundo, que tiene un enorme caudal popular, aun cuando es ostensible su falta de orientación política e ideológica, está a punto de quebrar al gobierno con un referéndum que reivindica todo lo obtenido en los gobiernos del Frente Amplio, pero con un inconveniente: no tener aún el programa necesario y la proyección política de futuro,- Cualquiera podría verse agobiado por la situación, el Presidente Lacalle no. Entonces aparece en escena a través de una convocatoria a todos, un nuevo episodio, un tratado de libre comercio con China.

Lo veníamos anunciando en nuestras notas, el mundo ha conocido un cambio sustancial, el centro del capitalismo y del libre comercio –que siempre desde su nacimiento, ha sido su motor- tienden a desplazarse a China y su entorno. Mientras que EE.UU. el Reino Unido y la comunidad europea en su conjunto, se refugian en una salvaje emisión monetaria sin respaldo que descargan sobre el resto de los pueblos del mundo, buscando reactivar su aparato productivo, jaqueado ahora por lo que fue su caballito de batalla: el libre mercado mundial.

No es que lo firme Uruguay pueda cambiar la situación, sino que es lo que ello significa en el debate de toda esta zona de la humanidad.

Estamos ante una realidad mundial irreversible, como es irreversible la necesidad de la muerte de la predominancia del modo de producción capitalista.

Por ahora salvo por parte de un sector del gobierno, las reacciones han sido conservadoras. El propio Mujica reacciona más como bolichero – sin dejar de reconocer la importancia en la historia de los bolicheros- que como dirigente político.

Es el momento por ejemplo para que la Central de Trabajadores, el PIT-CNT, convoque a todas las centrales del Mercosur a discutir el tema a hacer propuestas que en este marco –insistimos irreversible en el mundo- permitan desarrollar proyectos de inversiones y de trabajo que contemplen las necesidades humanas de estos pueblos.

Lo mismo nuestro Frente Amplio con sus pares políticos de la zona.

Antes un tratado de libre comercio suponía para los países de menor desarrollo la pérdida de puestos de trabajo, y de ingreso en los trabajadores. Esto no tiene porque ser así ahora, el Partido Comunista de China es en el mundo uno de los partidos que ha logrado superar la pobreza de millones de trabajadores de su país.

Digamos entonces que debemos encarar tareas políticas fundamentales para el porvenir de nuestros pueblos.

Jorge Aniceto Molinari

Montevideo, 9 de setiembre de 2021.

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