Nadie puede desconocer.

 

Nadie puede desconocer, que lo que hoy predomina son las desigualdades, en el desarrollo, en la madurez de los distintos procesos. Por eso el programa debe tener la amplitud y la profundidad de contemplar todas las situaciones.  Hasta ahora y a partir de 1924, en la izquierda se privilegió el proyecto de Estados con economía predominantemente estatizada. Lo que no niega el rol que las estatizaciones han jugado en cada etapa para el desarrollo de la gente en salud, en educación, en vivienda, en salario, en seguridad social.

Estamos hablando de los partidos con arraigo stalinista, pero también del proceso que se dio en todas las corrientes, comunistas, socialistas, socialdemócratas, progresistas.  Por eso la importancia del programa que atienda la amplitud y tenga la profundad necesaria para atender las necesidades de la gente, por eso nuestra insistencia machacona de que ese programa tiene dos herramientas fundamentales: la moneda y los impuestos. Si las “burguesías nacionales” tienen la posibilidad de maniobrar con la moneda y con los impuestos, difícil pueda darse un equilibrio social, y no arremetan contra las conquistas de la gente para mantener su “rentabilidad”.

Ahora puede haber un acuerdo universal para ayudar a la predominancia del capitalismo a morir en paz, dando muerte a los paraísos fiscales y haciendo ilegal toda transacción no debidamente registrada donde la sociedad democráticamente lo determine, dando muerte a los sistemas impositivos basados en el consumo, los salarios y las pensiones, si no la hay la crisis va a seguir agravándose, porque no se puede desconocer que el desarrollo actual que tiene a China y su entorno como líderes del libre comercio mundial y del desarrollo económico eso también tiene límite y la necesidad de superar esta etapa. Ello supone concentraciones en las herramientas necesarias para el salto histórico pero a la vez la absoluta libertad de cada quién para labrar la mayor amplitud en las características propias de cada una de las nacionalidades que pueblan el mundo.

Jorge Aniceto Molinari.

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