Me siento identificado con los trabajadores, pero el defender las conquistas sociales, no me exime de comprender que en la actual etapa del desarrollo capitalista hay gente que se enriquece, y a la vez hay gente, cada vez más, que se empobrece trabajando. Este es el origen de movimientos como un solo Uruguay.
También es cierto que los que se enriquecen, siempre muy emparentados con los prestamistas, con el capital financiero, políticamente dan manija para que estos sectores arremetan cuestionando las reivindicaciones populares, y exigiendo del gobierno que apreté con la moneda y con los impuestos a los sectores populares.
No es un fenómeno nacional, ocurre de una u otra manera en todo el mundo y tiene que ver con el sistema de producción capitalista.
Y en tanto el problema lo genera el sistema, encarar su solución va más allá de las fronteras nacionales, tiene que ver con la moneda –con la cual la burguesía hace los ajustes a salarios y pensiones,- y con los impuestos que necesitamos se apliquen sobre la circulación del dinero y no sobre el consumo, los salarios y las pensiones, dando muerte al cáncer que para la economía del mundo significan los paraísos fiscales, origen de cuanta la lacra se financia en el mundo.
Pero para que movimientos como un solo Uruguay no terminen reclamando contra el resto de los trabajadores del país es necesario que estos se expresen en el programa.