(Abordando eso gris, que parece la teoría).
80 años de la invasión nazi a la Unión Soviética, en muchos lugares del planeta la burguesía, el imperialismo, lo vio como el paso necesario para terminar con una revolución que había dado al mundo una señal, la señal del fin del capitalismo. El pueblo soviético tendría que luchar contra la invasión nazi y contra el stalinismo que había sido mostrado por la prensa de la burguesía en todo el mundo como que ese era el ejemplo de socialismo, no el de las conquistas para sus trabajadores que había instaurado la revolución como un ejemplo para todo el mundo.
La paradoja es que mientras las tropas hitlerianas invadían la URSS, se cruzaban con el acero que era enviado a Alemania nazi por Stalin.
Stalin debió entonces asumir un papel, para el que no se había preparado, él había firmado un pacto con los nazis, había perseguido y asesinado a lo mejor del ejército rojo construido bajo la conducción de Trotsky desde un tren, a principio de los años 20. Pero ahora, Trotsky ya había sido asesinado, y el legado de Lenin silenciado. Luego de 10 días con destino desconocido, y tomada la defensa por el ejército rojo, liberados los generales, militares y militantes, que estaban condenados a muerte por Stalin, este asumió la defensa.
La humanidad debe en enorme agradecimiento a aquellos hombres y mujeres que tras la bandera roja con la hoz y el martillo supieron mantener las conquistas de octubre, y comenzaron la derrota del nazismo.
Hoy la situación es totalmente distinta, no son los Estados los que programan el quehacer económico del mundo, sino las grandes conformaciones empresariales multinacionales, en una etapa donde el agostamiento de la tasa general de ganancias hace que la crisis de la predominancia del capitalismo sea irreversible.
Pero además el centro del capitalismo y del libre comercio mundial ha tomado como base a China país gobernado por el Partido Comunista.
En 1917, tomar el poder de un Estado que además estaba perdiendo en la guerra, significaba hacer dar a la población un gran salto en defensa de los derechos y conquistas de las masas, -terminar la guerra – conquistas y derechos que ya habían conquistado en naciones avanzadas y que el nazismo ponía en jaque.
Hoy la situación es distinta, no se trata de tomar el gobierno en un Estado, que siempre es importante en la medida que se respeten los derechos y conquistas de la gente, se trata de que hoy ningún Estado del mundo es viable por sí solo, se trata entonces de poner la economía global al servicio de la humanidad, democratizar definitivamente las relaciones económicas.
Y para ello un programa que desarrolle dos herramientas fundamentales: la moneda única y universal, los impuestos basados en la circulación del dinero, dando muerte a los paraísos fiscales y a los sistemas impositivos basados, en el consumo, los salarios y las pensiones. Ninguna transacción debería ser válida sino está debidamente registrada donde la sociedad democráticamente lo determine.
Jorge Aniceto Molinari.
Montevideo, 24 de junio de 2021.
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