IDEOLOGÍA.
(Abordando eso gris, que parece la teoría).
Ocurre, una conversación una cosa lleva a la otra, y uno se pone a pensar que con las ideologías también el modo de producción predominante ha logrado que se les considere una mercancía.
Es como que uno va a un comercio adecuado y en él se le ofrecen distintas ideologías, adquiere una, los precios difieren en función de la ubicación de clase de cada quién, y en función de ella uno se hace “hincha” de un determinado modelo que es el que pasa a defender.
Esto a propósito de que me hicieron llegar lo que en su oportunidad Juceca desarrolló en su particular estilo, sus opiniones sobre la crisis del Partido Comunista de Uruguay de 1992, y que reprodujera Uypress.
Aquí lo de Juceca:
”Estamos dispuestos a ser dos partidos políticos, tres, cuatros partidos, si así lo reclamare la unidad de nuestro Partido”.
La propuesta fue lanzada por Juceca en su ”Informe al 71º Aniversario del PCU” en la fiesta del sábado en el Velódromo.
”Ya lo decía Carlos Marx, el más difundido de los hermanos Marx: de vez en cuando es bueno reflexionar” sostuvo Juceca al disponerse a asumir ”la grata responsabilidad de aclarar algunos puntos que siguen confusos en la cabeza de los compañeros”, lo que consideró una ”tarea sencilla”.
Las carcajadas y los aplausos que a cada paso arrancó pusieron de manifiesto que más allá de los problemas, el PCU es capaz de reírse de sí mismo.
”Hemos dicho que fuimos un solo partido en la cárcel, en el exilio, en la clandestinidad y la playa Ramírez (risas). Hemos dicho y somos un solo partido, pero con el esfuerzo denodado de nuestra militancia y la libre confrontación de las ideas, estamos dispuestos a ser dos partidos, tres, cuatro partidos si así podemos reclamar la unidad de nuestro partido (risas). ”A la pregunta de qué partido queremos, deberíamos agregar la pregunta de cuántos partidos queremos (risas). Pero, por favor, compañeros, seamos realistas: si no sabemos qué hacer con uno, ¿para qué queremos dos?” (risas).
Sostuvo luego que ”queremos un partido sano, habitable saludable, rosado de cara, cálido afable, vistoso, robusto pero delicado, gracioso sin ser guarango(risas) Un partido que nos mime y nos cobije; un partido que nos cobije y nos ame sin que eso signifique confundir el partido con la madre que nos parió (risas).
Queremos un partido de clase. Y si lo queremos de clase. ¿de qué clase lo queremos?” (risas).
Señaló que en el PCU ”está lo más granado de nuestra intelectualidad, a no ser Juan Carlos Onetti, Mario Benedetti, Eduardo Galeano, Idea Vilariño, José Pedro Díaz, Mario Delgado, Enrique Estrázulas, Tomás de Mattos, Amanda Berenguer, Armonía Sommer, Jaime Roos, Daniel Viglietti, Juan Capagorri, y algunos otros artistas que tampoco están (risas).
Es decir, compañeros, que salvo los que no están los demás están absolutamente todos en nuestro partido. Y esto es un triunfo compañeros… Un triunfo de los que no están (risas). Y sumarlos a nuestras filas, es tarea cardinal”.
“Y naturalmente, surge la pregunta de ¿qué socialismo queremos? Es flor de mema. Los países del este de Europa están haciendo una experiencia de la que, como siempre habrán de salir fortalecidos (risas). La Unión Soviética, que se había salteado la etapa capitalista, parece estar dispuesta a cumplir con aquella asignatura pendiente (risas). He ahí un ejemplo de autocrítica llevado a sus últimas consecuencias (risas).
“Y nosotros, si damos por perimido, por fracasado el socialismo real, ¿debemos entonces trabajar por un socialismo ficticio? Es todo un desafío compañeros, y le encontraremos la solución adecuada como le hemos encontrado solución a todos nuestros problemas… es un decir” (risas).
Manifestó luego que “son muchas preguntas que se hace la gente y en especial los jóvenes. Hace unos días -y esta es una jugosa anécdota que he contado otras veces- en las cercanías del Palacio Legislativo se me acercó un joven, modesto en el vestir, algo tímido en los demanes, pero con un brillo en la mirada que reflejaba a las claras que en su mente bullía la necesidad de saber. Se me acercó y me preguntó por donde pasaba el 125” (risas).
“Es evidente que los jóvenes quieren saber cada día más (risas). Yo, que no estoy dispuesto a descubrir mis dudas así como así, le respondí de inmediato que el 125 pasaba por Garibaldi (risas). Y allá salió aquel joven, confiado, a paso firme, con la frente alta, marchando por Hocquart rumbo a Garibaldi. Pero ¿pasa realmente por Garibaldi el 125? ¿O por la rambla, o por Agraciada? Tenemos que dar respuestas claras y precisas para la juventud si queremos que lleguen a alguna parte. Y yo creo que esperando el 125 en Garibaldi no van a llegar a ninguna parte. A los jóvenes tenemos que hablarles con claridad, para que comprendan de una buena vez y no sigan fastidiando con preguntas” (risas).
“En ese plano estamos avanzando y saldremos fortalecidos” (risas). ”Y desterramos los últimos vestigios del autoritarismo. ¡Y a los que se resistan, les haremos comprender de una buena vez en qué consiste el pluralismo democrático” (risas y aplausos).
Juceca, hablando del tema de la mujer afirmó que ”no habrá partido habitable, ni casa ni piezucha habitable, sin la presencia soberana de la mujer habitable” (risas). Nuestras abnegadas compañeras y nuestras silenciosas amantes están en el centro mismo de nuestra problemática partidaria. Les daremos el lugar que les corresponde, cosa que luego nos tendrán que agradecer y seguirán encadenadas cebando mate” (risas).
”Debemos agudizar nuestro ingenio para hacer finanzas”, expresó en otro tramo del informe.
”Ahora que las sesiones del Parlamento suelen transmitirse por televisión, sería interesante vender nuestras propias intervenciones. Por ejemplo, el diputado León Lev puede decir: ‘Pido la palabra, señor presidente , en una presentación exclusiva de Grandes Tiendas Montevideo'” (risas). O, en el Senado, Leopoldo Bruera puede pedir la palabra de la siguiente manera: ‘Pido la palabra, señor presidente, para solicitar un cuarto intermedio que nos permita comer una hamburguesa Mac Donald’s” (risas).
Finalizando su informe del 71° Aniversario del PCU, Juceca expresó: ”Compañeros, Marx había dicho que los filósofos habían explicado el mundo y que había llegado la hora de cambiarlo. Los marxistas lo cambiaron, y ha llegado la hora de explicarlo de nuevo” (risas).
“Nosotros trataremos de explicarlo y nosotros volveremos a cambiarlo. Que Dios y Marx nos ayuden. Amén”.
Esto que me acercó un compañero mereció un primer comentario:
Excelente Juceca. Una forma particular de encarar un problema político, que aún no tiene solución. Y no la tiene en particular en los Partidos Comunistas que es donde esta crisis se da con más fuerza.
Un partido político necesita tomar decisiones administrativas, aplicables con disciplina partidaria y en ese terreno está plenamente justificado que así sea, lo que de ninguna manera es posible es que haya un solo pensamiento ideológico, si existiera, solo indicaría la muerte de ese partido en su proyección política.
Cuántas veces hemos oído que dirigentes dicen que no debaten públicamente problemas ideológicos, políticos; esto es la muerte del partido como partido, porque la vida es más rica que cualquier formación organizativa por más sólida que ella sea.
El dirigente siempre tiene que responder, el militante con responsabilidades también y atenerse al debate interno y externos que sus juicios generan, esa fue siempre la conducta de los maestros.
La crisis del 92 en el Partido Comunista, reflejó la incapacidad del Partido para lograr enriquecer el debate interno de la ideología, de la política y entonces todas las deformaciones del stalinismo se vieron reflejadas en la incapacidad para afrontar los desafíos de la vida misma.
Ahora si no se discute en un Partido Comunista, entonces la sociedad tendrá que inventarse los medios para que ello suceda. En el Uruguay se inventó el Frente Amplio – un frente político sin exclusiones, para pararlo la derecha recurrió a los “servicios”, para generar un golpe cívico militar, que además coincidía con el plan Cóndor de alcance continental, en plena ejecución.
Hoy en otra etapa no hemos podido recomponer la necesidad del debate franco, honesto, amplio dado además también en forma orgánica. Si, florecen opiniones por todos lados, pero con eso solo no alcanza.
Donde discutamos todo, con la necesaria organicidad, desde la situación del capitalismo hoy en el mundo, a cómo organizar la defensa de los derechos de la gente, a cómo financiar la seguridad social por ejemplo.
La crítica de Juceca, valida, traída a nuestros días, desnuda la necesidad de una tarea que es impostergable. Lo que no se hizo en 1992 hay que hacerlo ahora.
Jorge Aniceto Molinari.
Montevideo, 12 de mayo de 2021.