Sobre la respuesta en oposición de Sanguinetti al planteo del senador Manini, de un GACH para economía.
Tanto la política como la economía deben considerarse ciencias, por lo tanto se puede convocar a distintas disciplinas a analizarlas y participar. Lo que no quiere Sanguinetti, es una apertura del intercambio sobre las mismas que ponga condicionamiento a su accionar partidario que tiene un claro sentido de clase. Ahora porque que no se hizo en los gobiernos del Frente Amplio, por la misma razón por la cual Sanguinetti las considera un coto reservado a cúpulas de dirección; en el Frente es un grave error, en Sanguinetti una necesidad de su estructura partidaria.
El problema es que el mundo necesita que el debate se abra porque están ocurriendo cosas muy graves que se suman a la crisis en la rentabilidad –el agostamiento de la tasa general de ganancias- como por ejemplo la emisión sin ningún tipo de respaldo de dólares, euros y libras como respuesta a la necesidad de reactivación de ese mismo aparato en las economías de esos países emisores de esas monedas en detrimento del resto del mercado mundial, al que se responde desde el sector de la humanidad actualmente de mayor desarrollo, con un nuevo centro para el capitalismo y construyendo la zona de libre comercio más grande de la historia, teniendo como centro a China gobernada por el Partido Comunista.
El Fondo Monetario Internacional, le dice a la parte del mundo que no está comprendido dentro de estas dos grandes respuesta a la crisis –Uruguay y toda Latinoamérica entre ellos-, que tienen el visto bueno para poder endeudarse. Lo cual es tratar de posponer la crisis actual, sobre lo que nos tememos ya es tarde.
Es sobre esto que se debe dar paso a la opinión de las distintas disciplinas de la ciencia, en el país y en el mundo.
Estamos ante una situación única en que se puede poner un inmenso aparato productivo – el de toda la humanidad- en plena crisis de la predominancia del modo de producción capitalista, al servicio de superar esa crisis, en beneficio de todos y en detrimento de los inmensos privilegios que concentra un grupo muy pequeño de billonarios. De no hacerlo el hambre y la miseria llegará aún más a millones de seres humanos, y las enfermedades pueden volverse incontrolable, en un mundo que perfectamente las puede controlar y desarrollar el bienestar de todos.
Jorge Aniceto Molinari.
Montevideo, 20 de abril de 2021.