La crisis tal cual es.
En Venezuela, pero como en la mayoría de los países de este continente, la salida ya no es posible en lo que antes llamábamos una solución nacional soberana, la crisis de la predominancia del modo de producción capitalista es tan profunda que requiere un acuerdo programático que va más allá de las fronteras nacionales o regionales. Por supuesto que los gobiernos nacionales tienen responsabilidades en lo bueno y lo malo que pasa que cada país, pero lo que ya no pueden hacer es cambiar el curso de los acontecimientos teniendo en cuanta solo sus marcos nacionales.
Pasa acá en Uruguay, donde el Frente le dice al gobierno que no tema endeudarse, frente a necesidades ineludibles de la sociedad, pero no hay una sola idea de cómo abordar el endeudamiento. EE.UU. y Europa lo hacen emitiendo con el aval del Fondo y vuelcan sus costos a la sociedad global. Pero esa sociedad global tiene hoy un nuevo y decisivo ingrediente que es nada más y nada menos que el mayor mercado libre de la historia con China liderándolo.
Insisto hoy en un planteo revolucionario que es ir a la moneda única universal, y un sistema impositivo basado en la circulación del dinero que de muerte a los paraísos fiscales. Ninguna transacción es válida si no está registrada donde la sociedad democráticamente lo determine, dando muerte a los sistemas impositivos basados en el consumo, los salarios y las pensiones.
Sobre esa base reactivar todo el aparato productivo, hoy agobiado por el agostamiento de la tasa de ganancia que hace que la rentabilidad solo se genere en el nuevo centro del capitalismo y del mercado libre mundial que comanda China y su entorno. Hay que tomar el FMI y el Banco Mundial para esta tarea, imponiendo la conquista de la democracia en la economía mundial.
La idea de que socialismo es propiedad estatizada que aún predomina en la izquierda, no solo que es falsa, sino que hoy impide pensar con la amplitud necesaria en cómo mover todo el aparato productivo de la humanidad, cosa que es totalmente posible, como posible es el socialismo en la medida en que no lo pensemos en los límites de un Estado, y con esto no anulo las estatizaciones que en un determinado grado de desarrollo de la economía capitalista se hicieron en beneficio de la gente. Los maestros nunca pensaron en la convivencia de dos “modelos”, sino en la superación de uno sobre los límites del otro como ocurrió antes con capitalismo y feudalismo.
Jorge Aniceto Molinari.
Montevideo, 18 de enero de 2021.