[:es]Una pausa para reflexionar.[:]

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Una pausa para reflexionar.

(Abordando eso gris, que parece la teoría).

He estado leyendo el libro de Leonardo Clausen y Cristina Mega, donde relatan cómo se realizó la experiencia en la colonia Martirené para la recuperación de menores infractores y abandonados en el Uruguay.

No puedo entender como en este país, que hoy vive la realidad universal de la crisis del capitalismo con el aumento, entre otras de gran preocupación, de la delincuencia juvenil, no haya recurrido a retomar esa experiencia formidable para dar al menos una respuesta consciente y organizada al problema. Hace pocos días desde Barcelona (España), el Centro de Estudios Bardina, solicitaba autorización para hacer llegar a sus estudiosos una copia digital de este texto. La edición impresa es del 2016, coordinada por Paola Pastore y Diego Silva Balerio, el impresor Carlos Álvarez. Las experiencias son analizadas en el texto «Trazos y legados de una experiencia pedagógica (1969‑1976)».

Todavía es tiempo, aunque como para mí, como para Leonardo y Cristina si bien los años no han pasado en vano, lo cierto es que han pasado, (ellos son ya bisabuelos). Ahora allí está la obra reflejada en un texto y en la vida del Uruguay y de los que vivieron y llevaron a cabo la experiencia.

Días pasado en Facebook, alguien me decía: el ser humano es egoísta por naturaleza, a lo que respondí al interlocutor que lo felicitaba pues tenía algo resuelto que en muchas disciplinas de la ciencia hoy sigue siendo motivo de debate y para mí una incógnita a resolver.

En lo personal –salvo que se me demuestre lo contrario– el desarrollo material completo del modo de producción es lo que determina las características «culturales» del desarrollo humano, incluido el egoísmo (este puede ser precisamente el punto en debate).

En la colonia Martirené, Leonardo y Cristina, –también sus pequeños hijos– empiezan en un trabajo arduo por restablecer el principio de autoridad, para dar base después sobre ese principio a organizar el trabajo y la autogestión, en el libro está explicado maravillosamente. Cada uno de estos pasos son realizados a plena consciencia seguros de una respuesta positiva en la inmensa mayoría de aquellos seres humanos que la sociedad había dejado de lado. Son meticulosos en describir cada una de aquellas ceremonias y protocolos, que luego se traducirán en la eficiencia del trabajo.

Ahora así como un joven en las coordenadas de la vida, necesita determinados principios de autoridad y que cuando no los tiene corre el riesgo de ingresar en zonas propensas al delito, lo mismo sucede con el desarrollo organizado de las sociedades. En Martirené los jóvenes se adhirieron no sin trabajo previo en ese sentido, pero se adhirieron firmemente a un principio de autoridad y disciplina que un vez hecho suyo dio paso naturalmente a la auto gestión, a la cooperación, a la construcción multifacética con beneficio colectivo.

En síntesis una deuda pendiente en la sociedad, con los jóvenes que hoy siguen sin encontrar su destino en la vida de todos los días.

Esta reflexión me trajo a otra:

Para hablar de la proyección del centro actual del capitalismo en el mundo: China y la sucesión de autoridades, en la historia al comando de la economía.

¿Qué exige el modo de producción capitalista desde el momento en que nace y comienza su desarrollo? Exige un mando, una autoridad, un patrón, que le dé forma y comando a la acción de producir, que a su vez participa en la competencia elemento central de su propia condición inicial.

El burgués se inicia desde su taller construyendo su empresa en competencia con sus iguales y con los no tan iguales. La revolución burguesa, que es la acumulación de estas experiencias llega hasta desbordar al modo de producción que lo antecede y para triunfar en su imponente crecimiento necesitó de la mayor realización de libertades que hubo conocido el ser humano hasta ese momento como sin duda lo fue la revolución francesa, uno de sus ejemplos mayores.

El desarrollo moderno de los Estados pareció ser la estación final de ese desarrollo; Inglaterra –no el único– fue su principal centro, desde el cual comenzaba a caminarse el mundo con los signos del capitalismo. Sin embargo el imperio no pudo impedir que desde su interior se diera impulso a un nuevo centro, más libre, más dinámico, ese nuevo centro fue EE.UU., la autoridad central británica del capitalismo era desafiada con éxito por el desarrollo impetuoso de este nuevo Estado. ¿Cómo se construyó, como ha sido la historia de su autoridad interna y luego externa? Valdría dedicarle tiempo y estudio a acontecimientos como por ejemplo el rol de ferrocarril en la unidad productiva de todos los puntos del país. Fue la construcción de una nueva autoridad para el capitalismo en el mundo, con la cual se afrontaron nada menos que dos guerras mundiales y una crisis como la de 1929. También en el abuso de esa autoridad el uso criminal de armas nucleares contra poblaciones civiles.

Con EE.UU. cuando su surgimiento, se produce en los hechos la debacle de la teoría del super imperialismo, pero a partir de la segunda guerra mundial estas teorías vuelven a la carga con el rol del propio EE.UU.

En la actualidad cuando este centro del capitalismo se satura, y la competencia universal lo hace entrar en crisis, sus burgueses más relevantes, muchas veces asociados con los de otros países, comienzan a ubicarse en otras zonas del mundo favorables a lo que les exige la competencia –y esto ni la política nacionalista de Trump, lo para, son las leyes del capitalismo– la búsqueda se orienta hacia ubicaciones en el planeta donde rige una autoridad aunque ella sea una paradoja pues es proporcionada por un Partido Comunista, y porque además estos han entendido –no sin lucha ideológica– como lo defendió Lenin toda su vida, que dependen del desarrollo productivo del mundo y no del aislarse de él. Entonces hacen de su vinculación a lo más avanzado en cada unas de las ramas de la actividad productiva un objetivo de sus mejores cuadros empresariales y también políticos.

El formidable desarrollo chino actual, tampoco es una estación de llegada del modo de producción capitalista, es si la utilización disciplinada ahí de los condiciones que se vienen dando en todo el mundo, que requieren un centro de esta naturaleza, pero a la vez acentuando las condiciones ecuménicas de fractura social, para la cual ya no hay en el planeta nuevos lugares de desarrollo, por el que el capitalismo pueda incursionar con sus objetivos de rentabilidad, los limites están.

China garantiza aún por un plazo histórico que las inversiones capitalistas si se hagan con rentabilidad, la seriedad de su modelo, que también sean eficientes sin cuestionar en ese marco la predominancia del modo de producción que en otras zonas del planeta está recargado de capitales improductivos sin posibilidad de inversión en un desarrollo económico eficiente.

Tal vez lo que el Partido Comunista no prevé es que en un plazo relativamente corto, tendrá que analizar con lo mejor de la cultura, de la intelectualidad mundial, en cómo ayudar a que el modo de producción que predomina en la propia China tenga que permitir la muerte en paz de esa predominancia, para pasar a construir la autoridad que emane de las instituciones de la sociedad en su conjunto. La contribución, por su experiencia social, de los comunistas chinos puede llegar a ser decisiva.

La historia china, tiene en sus antecedentes, –siempre hay que contar con ellos– acontecimientos que hay que tener en cuenta; el Profesor Julio Louis viene realizando en el semanario «Voces», una serie de notas muy ilustrativas particularmente en lo que tiene ver con el análisis que en su momento realizara Marx sobre el modo de producción asiático, y que se conocieran no hace mucho tiempo cuando se publicaran sus escritos conocidos con el nombre de «Grundrisses».

El capitalismo a diferencia de espacio de los modos de producción anteriores, edifica su autoridad para realizar su producción, desde el humilde taller artesanal a todo el planeta aumentando entonces los alcances de su pugna competitiva.

Es razonable entonces que la crisis en su autoridad se exprese en aquellos lugares que no son centrales en el desarrollo que se hace con mayor intensidad, construir una nueva autoridad que comprenda a todos los seres humanos requiere de una transición que hoy apenas se insinúa pero que comienza a ser decisiva para nuestro futuro, con la condición cada vez más excluyente de que debe abarcar todo.

Y construir una nueva autoridad que beneficie a los seres humanos siempre es posible, tal vez la más noble de las tareas del hacer político, como lo entendemos desde nuestro punto de vista en estas reflexiones.

Jorge Aniceto Molinari.
Montevideo, 4 de agosto de 2018.

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[:es]Moneda para ricos, moneda para pobres.[:]

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Moneda para ricos, moneda para pobres.

(Abordando eso gris, que parece la teoría).

Se extraña al crack de las paradojas: el corto Buscaglia, pero las paradojas hoy abundan cada vez más, Trump líder de la economía amurallada, China, gobernada por el Partido Comunista y líder del libre mercado.

«Cosas veredes, amigo Sancho». Ahora tenemos de un lado a Venezuela, y del otro a Argentina, a sus pueblos padeciendo la dictadura de las dobles monedas. No es nuevo, sucedía en los países del «socialismo real», y sucede en cada país de la tierra cuando su moneda deja de ser «fuerte», y ya hoy no hay monedas «fuertes», basta analizar las emisiones prácticamente incontrolables de estas monedas llamadas fuertes y el endeudamiento demencial de los países que las emiten. ¿Entonces qué es lo que hay? Hay valores de referencia a nivel mundial sobre la base del rol que cumplen determinados Estados otrora imperialistas ahora gendarmes del gobierno en crisis y en dura pugna por la tasa de ganancia de los conglomerados empresariales multinacionales, el «capitalismo real» o el «capitalismo salvaje», como si fuera posible dentro de la predominancia capitalista algo diferente.

Nos preguntamos: ¿Cada Estado, cada nacionalidad debería tener su moneda propia? ¿Para qué? No se nos ocurriría tener un metro, un litro, un kilo propios, ¿y entonces por qué una moneda? Porque antes en otra etapa del capitalismo las burguesías nacionales podían o tenían la ilusión de programar una economía nacional. Era razonable y porque además efectivamente existían y se hacían notar duramente los imperialismos con comandos estatales. Podíamos, podemos, debemos hablar de culturas propias, de costumbres, de formas de vida, y del legítimo derecho a defenderlas, pero cuando pasamos a la economía las escalas matan y la atención de cada una de estas características tiene su costo.

Existe además en el campo de la investigación económica textos sobre lo que se denomina en relación con la política monetaria, el señoreaje, e incluso ya en otra escala, la impositiva, lo que pueden ser los impuestos cambiarios en el proceso inflacionario. La realidad hoy ya es diferente, no se trata de que todos los actores en un marco nacional tengan que atenerse a las cotizaciones de su moneda, sino de que el gobierno y su entorno se manejan en la moneda fuerte y el conjunto de la población en una moneda que no tiene en que agarrarse en tanto la propia producción predominante está amarrada en la moneda que utiliza el gobierno para su relación económica con el mundo.

Federico Engels, genial compañero de Carlos Marx, dedicó una parte importante de sus análisis al tema de las cooperativas. Sin duda que una cosa es una cooperativa peleando en el mercado capitalista, y aún en un Estado llamado del socialismo real, que una cooperativa organizada sobre la base de una planificación mundial y del desarrollo humano, en el futuro será así: cooperativo.

Cuando decimos que hoy un sector cuasi fascista de la burguesía «imperialista» de EE.UU. pregona el amurallamiento y embiste contra el libre mercado, y por otro lado China gobernada por el Partido Comunista es hoy la abanderada mundial del libre mercado, comprenderemos que estamos en una nueva realidad de la economía mundial.

Hoy que cada Estado tenga su moneda propia, favorece a lo peor de la sociedad, lo que no contradice que comprendamos como en momentos de terrible crisis surgen distintas monedas y el trueque, como en la Argentina en el 2002, en que llegaron a coexistir 30 monedas diferentes, el problema es cómo se sale de esto ahora. Acá un paréntesis, no somos fundamentalistas, nos hemos tratado de educar en el trabajo formidable de análisis de los maestros de la materialismo histórico, y por lo tanto si se nos demostrara que estamos equivocados, nada nos impide reconocerlo, porque primero que nada somos militantes revolucionarios, y no hay nada más revolucionario que la verdad y a ella nos sometemos.

EE.UU. es el país del mundo con mayor endeudamiento en dólares y todas sabemos que cualquier número multiplicado por cero resulta cero. Al caer el valor del dólar cae la deuda de EE.UU., con la «paradoja» que China es el país del mundo con mayor reservas en dólares. Por lo tanto todas las teorías que andan circulando sobre las posibles debacles del dólar que no tengan en cuenta esta realidad no dejan de ser meras especulaciones, aún cuando el espacio de las posibilidades está abierto, nada tiene que ver el determinismo con el fatalismo.

Hablar además de soberanía monetaria, deuda soberana, hoy pertenece al mundo de las fantasías.

De lo que se trata es de encontrar caminos para liberar a los pueblos del yugo de la crisis. ¿Le conviene a Macri pasar la Argentina al dólar?, seguramente no a los que hoy se dedican a sacar sus dólares al exterior, por el contrario si hubiera inversores «honestos» dispuestos a invertir en ese país se le mejorarían las leyes de juego que hoy rigen en la economía, es un buen punto para analizar la interna del llamado macrismo, donde aparece hoy la insolencia del propinómetro de Carrió, legisladora con el mayor respaldo de sufragios en la última elección.

¿Le conviene a EE.UU. que haya países que se pasen al dólar? Conviene aclarar –siempre hay desprevenidos– que cuando hablamos del dólar estamos hablando dentro de un marco de referencia, está claro que como camino hacia un valor monetario único y universal, que es por el que se rigen los grandes complejos empresariales multinacionales (el juego de las canastas de monedas) y no el diario vivir de la gente. A Trump y sus socios seguramente no, porque su negocio son las murallas y la guerra que es lo que hoy están practicando. Imaginemos el dólar a ambos lados de la muralla Trump, no hay muralla que aguante.

Venezuela jaqueada de mil maneras por la ofensiva conservadora y por sus propios errores que el gobierno reconoce, desde nuestro punto de vista tiene las enormes posibilidades de poner el tema en el debate universal. Lo que insinuó el ex Presidente Mujica en la ONU en setiembre del 2013 y que luego no sabemos por qué razón no continuó, entraría así en una etapa que la humanidad necesita para imponer la muerte en paz de la predominancia del modo de producción capitalista.

Reiteramos, estamos dispuestos a analizar todas las variantes, y a reconocer si alguien nos puede mostrar honestamente otro camino. La crisis se sigue agravando y necesita respuestas, difícilmente el Uruguay –el Ministro Astori dice lo contrario– y todos los países de América e incluso del mundo, puedan pasar desapercibidos sin recibir consecuencias, ante esta tormenta que se está generando particularmente en algunas economías como la Argentina, lo que no quiere decir que necesariamente el centro sea este, en un mundo donde para centro de crisis ya hay demasiados candidatos. Los desequilibrios están prácticamente en todos los órdenes del día del quehacer económico y político. Hay por lo tanto un pasaje de la ciencia económica a la ciencia de la astrología con el objetivo de predecir un valor del dólar a futuro. Por lo que concluyamos que una industria con un mero anclaje económico nacional es inviable.

Cuando los fondos buitres, Argentina los enfrentó y pareció abrirse en el mundo una respuesta a esa clase de extorsiones tenebrosas en el mundo financiero (todo legal, dirían conocidos estudios jurídicos y contables especializados en el tema), pero el gobierno que practicaba esa política de resistencia no se pudo sostener o no quiso sostenerse por ahora no lo sabemos, y después de las elecciones se decide desandar ese camino, se vuelve al mundo de las deudas con la promesa de las inversiones para una economía que debería ser pujante. Esa perspectiva murió y hoy más que venir dólares se van, esperando seguramente que el último apague la luz (que seguramente no estará paga), o a lo sumo dejará una «propina». Fortunas se hicieron en esta operación y no precisamente producto de propinas.

Pensar entonces en un desarrollo económico propio, con una matriz propia, con una moneda propia, ya pertenecen a otra época, hoy hay que pensar en intervenir en la crisis que vive el mundo planteando salidas en el marco mundial de la economía, necesitamos construir una transición no ya para un país sino para la humanidad que necesita superar esta etapa.

Necesitamos poner en marcha en el desarrollo del aparato productivo, de todos los capitales que la humanidad ha acumulado, hacerlo en forma eficiente, rentable y con el máximo de eficiencia, en beneficio de la gente sabiendo que hoy el capitalismo no lo hace porque ha llegado al punto de que las inversiones hechas en el marco de la predominancia del modo de producción capitalista ya no le son rentables, y por lo tanto traban el desenvolvimiento de esa capacidad en todos los planos del desarrollo humano.

No negamos la importancia que para cada país tiene tener un economía ordenada, solo que advertimos que si no logramos imponer la voluntad política para hacer en el mundo lo que apenas insinuó Mujica en la ONU en setiembre del 2013 y luego no volvió a señalar, muy difícilmente podamos paliar las graves vicisitudes de la crisis.

Jorge Aniceto Molinari.
Montevideo, 12 de julio de 2018.

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[:es]El programa: una necesidad.[:]

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El programa: una necesidad.

(Abordando eso gris, que parece la teoría).

Si acordamos que sin programa revolucionario no hay acción revolucionaria, y que son necesarios cambios para que la sociedad salga de la crisis actual, es indudable que la primera tarea es analizar de la manera más completa posible la realidad y concluir en qué programa necesitamos.

Salvado el torpe dilema de que un programa que se proponga estatizar a la sociedad es revolucionario y por el contrario quién no lo haga es reformista o conformista con el sistema vigente, pasemos a analizar que el hoy para superar una crisis irreversible en la predominancia del capitalismo, sin encarar medidas económicas universales no es posible.

Aún cuando puedan existir circunstancias coyunturales de agudeza en los conflictos en los cuales tampoco están descartadas las estatizaciones o la constitución de cooperativas dentro del ordenamiento capitalista de cada Estado y con un objetivo claro de cara a la gente: mantener el funcionamiento del aparato productivo y no causar aún mayores perjuicios.

Ahora analizar todo el funcionamiento del aparato productivo, nos lleva a comprender la supeditación del mismo a lo que en el capitalismo se llama el mercado mundial. Podemos hablar de la reforma agraria, de la distribución de la tierra, de las distintas matrices productivas posibles, pero la voluntad de establecer parámetros propios en cualquiera de estos términos desvinculados del mundo, es actualmente más que una utopía, supone una quimera irrealizable.

Carlos Marx y Federico Engels, fueron sin duda –y aún hoy no han sido superados– los que siempre culminaban sus análisis sobre el desarrollo del capitalismo con puntos programáticos para que la clase obrera, los trabajadores, hicieran centro con sus objetivos de mejoras en su situación. La historia de la humanidad está llena de hechos en que las conquistas que beneficiaron a millones de trabajadores, (mientras, aunque parezca contradictorio, que no lo es, pues en ello radica el crecimiento natural del sistema) a la vez dieron una mayor base de sustentación al propio capitalismo en el cumplimiento de su ciclo histórico. El voto, las 8 horas, los derechos de la mujer, etc. etc. etc., en suma la conquista de la democracia en cada uno de los Estados.

Lenin, ya en otra etapa del desarrollo capitalista, agregó partiendo de esos análisis nuevos elementos, particularmente en lo que tiene que ver con el pasaje del gobierno del modo de producción, (el llamado mando gerencial de las empresas) de los Estados a los conglomerados empresariales multinacionales, transformación que ha ido sufriendo en su desarrollo ascendente el capitalismo.

Recordemos que el basamento ideológico de este proceso tuvo su culminación a la salida de la segunda guerra mundial en Mont Pelerin (Friedrich Hayek y Milton Friedman, entre otros, como el uruguayo Ramón Díaz), con el nacimiento del neo-liberalismo, dando una vez más razón a los maestros en que los cambios en la economía son los que determinan los cambios ideológicos en la organización social, todo lo que vino después es historia conocida.

Avance planetario que hace al retroceso de las conquistas democráticas a nivel de los Estados y, a la vez, impone la dictadura de las condiciones globales de la economía que en su primera etapa significó un adelanto impresionante en el marco de la tecnología y ahora, en la agudización de la crisis, situaciones trágicas que están superando a las peores vividas en la historia humana.

Recordemos que una de las premisas era y es que ningún modo de producción abandona el escenario de la historia humana sin agotar todas su posibilidades pero a la vez viviendo también una ley que hace que los modos de producción, como los seres humanos nazcan, se desarrollen y mueran, aún cuando su dinámica no es la misma que acompaña a éstos, los seres vivos.

Por lo tanto no puede ser igual el programa «marxista» en tiempos del Manifiesto, en tiempos de Lenin, o en los tiempos actuales, donde el modo de producción predominante ha llegado a los límites del planeta.

Tal vez el problema más grave desde el punto de vista ideológico, es que esto en la generalidad de las inteligencias partidarias no se encara así y por el contrario se entra en la variante ideológica propia al capitalismo de la confrontación de «modelos», algo así como la competencia de ideologías trasladada a la competencia de «modelos». De ello, sectores conservadores deducen la siguiente afirmación: el modelo capitalista: EE.UU., ha sido superior al modelo comunista: Unión Soviética; el capitalismo ha vencido al comunismo. Claro, ahora en tiempos del Estado amurallado de Trump y de China bajo la dirección de su Partido Comunista liderando el capitalismo, los naipes están entreverados.

Álvaro García Linera –Vicepresidente de Bolivia– analiza que vivimos tiempos de gran confusión donde el principal enemigo del libre comercio es el jefe del «Imperialismo» Yanqui, Donald Trump, y que a su vez quién comanda el libre comercio en el mundo es China, gobernada por un poderoso Partido Comunista. Es cierta la inserción en el mundo de países como Bolivia parecería ser a primera vista que son beneficiados por una actitud comercial que hoy proviene de China. Sin embargo, no deja de advertir que estas incertidumbres son graves para el mundo todo.

Es aquí donde surge el principal problema que hoy no se encara política e ideológicamente por los Partidos que quieran establecer lineamientos programáticos, no existe una caracterización de la etapa actual, y sin ello es absolutamente imposible establecer bases programáticas con solidez.

Lo que hacen todos los partidos es establecer, en una perspectiva de tiempo sumamente acotada, aspiraciones programáticas que no van más allá de eso, dejando para los saludos a la bandera todo el bagaje de estatizaciones que adornaron los programa stalinistas y no sólo stalinistas, luego de la derrota de Lenin en 1924. No decimos que no sea importante esto para la democracia, si decimos que es completamente insuficiente.

Frente a ello y en polémica, que asumimos, decimos que hoy ningún programa es válido desde el punto de vista de las enseñanzas del marxismo que no contemple una posición con respecto al tema de la moneda y al de los impuestos. Por supuesto, que cada quién puede hacer el programa que le plazca y lucirlo en las ceremonias que correspondan para defender su «pureza».

¿Qué está asumido hoy con el valor de un catecismo en la izquierda?: que la revolución debe expropiar a los expropiadores, y entonces toda base programática en lugar de abordar el desarrollo de la economía aborda los problemas del derecho de propiedad dentro de la legalidad «burguesa».

Lo que no se entiende desde nuestro modesto punto de vista, es que un solo punto de diferencia en la bolsa de valores de los principales centros del capitalismo mundial hace que se modifique la propiedad en un monto mayor al que se produjo con la revolución rusa. O que las emisiones monetarias billonarias, sin ningún respaldo del dólar y el euro, en distintas circunstancias, hacen en definitiva del derecho de propiedad algo que hoy el capitalismo maneja agitadamente en medio de la crisis y de la amenaza constante y trágica de extender la guerra, como único desahogo posible en su manejo de la economía.

Para que este modo de producción que hoy predomina en el planeta pueda morir en paz, la humanidad necesita de la voluntad política que le imponga medidas de transición, que hasta ahora documentadamente nadie nos convence que no sean las que proponemos.

El derecho de propiedad hay que entender que no lo cuestiona una revolución que pretenda sobre la base de la propiedad estatizada competir con el capitalismo, lo cuestiona el desarrollo tecnológico de la humanidad, que hace que si esta dispusiera socialmente de los medios necesarios podría hoy poner en marcha planes para terminar con la violencia, con la guerra, con las cárceles, con la falta de trabajo, organizando con la mayor eficiencia el trabajo, la educación necesaria, y la salud de todos los seres humanos, y que hoy no se hace porque al capitalismo ya no le son rentables.

¿Es esto una utopía? No, utopía es lo otro, cuando se cree que un sistema a imagen y semejanza al que se quiere superar, como lo es el capitalismo de Estado, puede ser la solución.

Ahora, ¿cual es el principal problema?: Que hoy tenemos en las formas, luchas Estado por Estado, y sin abandonar lo conquistado para la gente –que hoy resulta muy difícil mantener, aún con triunfos electorales–, debemos ampliar para defender a la propia gente, el frente de lucha ideológica a la humanidad toda.

Cuando el entonces Presidente Mujica abordó de esta forma su análisis en la ONU (septiembre 2013), creímos ver que se retomaba el camino correcto. Por eso dijimos que era un discurso comunista en la línea de Marx, Engels y Lenin. Sin embargo, luego volvió el silencio, como que lo dicho era sólo para la solemnidad del momento. Además comunistas, con excepciones que me constan, no se sintieron tocados por el discurso, lo que expresa una pérdida notoria de sensibilidad.

De todos modos que quede claro. Es el momento de reivindicar la moneda única y universal, la eliminación en su mayoría de los sistema impositivos actuales, por el impuesto al movimiento del dinero, dando muerte a los paraísos fiscales en tanto para que una transacción sea válida necesita del registro en la forma que la sociedad determine. Establecer el gobierno de esos fondos a través de instrumentos universales, cuyo objetivo sean las necesidades de la gente, en salud, en educación, en trabajo, en vivienda, en su atención social, en el desarrollo cultural de cada una de sus nacionalidades para ampliar el desarrollo cultural de toda la humanidad.

No es el fin del capitalismo que seguramente como modo de producción y como ha ocurrido con los modos de producción anteriores irá dejando culturalmente su influencia al perder su predominancia en el transcurso de los años, tal vez siglos. Si de la gestación de una sociedad superior que podrá abordar sanamente todos los males que hoy el capitalismo muestra en la crisis irreversible de su predominancia. Si de la muerte de los paraísos fiscales y de la acumulación de capitales sin un fin social.

Escritas estas líneas nos llega la noticia del triunfo de Andrés Manuel López Obrador en las elecciones presidenciales de México. Sin duda que es una buena noticia para las causas populares, pero a la vez sentimos como más imperiosa la necesidad del programa que tratamos de identificar en esta nota.

Las causas populares convocan multitudes en todo el mundo, como ahora en las elecciones mejicanas, sus dificultades vienen acompañadas de las oscilaciones de los «capitalistas nacionales» que han sido prácticamente en todos los casos los que han ido inclinando la balanza hacia un lado o hacia el otro. Primero apoyan, como ha sucedido con Chávez, con Lula, con Cristina. Luego golpean y buscan hacer retroceder las conquistas populares, pero si la izquierda no eleva su mira a la concreción de un programa universal, será imposible sacar a la humanidad de la crisis actual, y de estos vaivenes, que también son una expresión de la misma.

Hoy Trump conmueve a los burgueses de todo el mundo, y conmueven todas las murallas ideológicas donde la desorientación se generaliza y donde se pasa de las volcadas como esta de ahora en México a las abstenciones que en el último periodo han venido marcando las elecciones nacionales.

En definitiva, queda la perspectiva de encontrar puntos programáticos de avance o el avance de la tragedia de la guerra, con el aumento de sus terribles consecuencias en la vida de millones y millones de seres humanos.

Jorge Aniceto Molinari.
Montevideo, 2 de julio de 2018.

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[:es]Venezuela, 20 de Mayo de 2018.[:]

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Venezuela, 20 de Mayo de 2018.

(Abordando eso gris, que parece la teoría).

Teniendo en cuenta que la abstención fue organizada y propiciada internacionalmente, siendo importante su registro, también es importante el voto a Maduro, y son registros superiores a los de las «democracias europeas» y particularmente en EE.UU.

En cuanto a las denuncias de fraude, es claro que en todo proceso electoral es posible levantar denuncias, lo que no es posible en el caso de Venezuela es que ellas sean decisivas en los resultados electorales, es más, el mecanismo de votación venezolano debería ser envidia de los que aspiramos a incorporar los adelantos tecnológicos, particularmente en el Uruguay donde tenemos un régimen electoral bueno, pero de un altísimo costo burocrático.

Ahora el problema es de aquí para delante si no logramos parar el hecho de que la industria de guerra sea hoy un respiro para las agobiadas economías del capitalismo real.

Gobiernos como el de Macri que lograron un importante apoyo electoral si hoy tuvieran que refrendarlo apenas si lograrían la mitad de los que fueron sus electores, en un país donde la izquierda organizada no existe, y el peronismo no acierta en puntos programáticos mínimos. Seguramente la abstención sería superior a la de Venezuela.

La gobernanza posible hoy necesita de un programa que va más allá de los límites nacionales de cualquier país en el mundo. Tal es la mejor síntesis que se puede hacer de la crisis irreversible de la predominancia del modo de producción capitalista.

En Venezuela el resultado electoral puede ser una base muy importante si los diferentes actores comprenden lo fundamental de este camino. Cuando la elección de la Asamblea Nacional la abstención dio pie a una derecha golpista para avanzar en el derrocamiento de Maduro: fracasaron, lo que salvó a Venezuela de una masacre como las que se han producido en distintos países de mundo donde se impuso esta forma de accionar propiciada por el ala más fascista del Estado Gendarme EE.UU., sin dejar de reconocer que en el propio EE.UU. la simpatía hacia Maduro es mayor que en muchos países de nuestra América.

Los resultados electorales sirven además para comprender que se debe administrar –gestionar– bien que ello no es de ninguna manera sinónimo de estatización, que es uno de los problemas de comprensión ideológica que tiene un buen sector de la izquierda, aún cuando muchas veces haya que hacerlo con el objetivo de mantener el aparato productivo, pero es ahí donde los apetitos burgueses hacen su incursión en la corrupción administrativa.

No nos cansamos de señalar que el uso de monedas distintas por parte de las administraciones, de los gobiernos, con respeto al común de la gente, hace que esto se estimule.

En todos los países en menor o mayor grado se habla de la necesidad de acuerdos políticos. Nosotros partimos de la base de la necesidad de esos acuerdos pero no para repartirse los cargos del Estado sino para avanzar en un programa que logre la muerte en paz de la predominancia del modo de producción capitalista. Parar la guerra ya, y avanzar en el tema moneda e impuestos.

Tomemos un ejemplo de hoy en el mundo: la realidad palestina. Hay un sector con peso en el gobierno israelí que sueña con el exterminio palestino. Son minoría pero tienen la fuerza. Aprovechan de que salvo la resistencia –muchas veces heroica– no hay contrapartida. ¿Pero cuál debería ser esa contrapartida? La izquierda tradicional nos diría hacer un plan de estatizaciones que permitan equilibrar su economía. En lo personal sin dejar de pensar que en alguna medida ello puede ser necesario, lo fundamental es que la comunidad internacional tenga planes de inversiones que permitan elevar el nivel de salubridad, de educación, de vivienda, de salario de ese pueblo. Hoy el interés propio del capitalismo tal cual actúa hoy es impracticable, para eso es necesario medidas programáticas para que la sociedad pueda hacer ahí y en todas partes del mundo inversiones necesarias socialmente, pero que ya al capitalismo no le son rentables.

Empezamos hablando de Venezuela, donde hoy se ha afirmado un gobierno, y terminamos hablando de una crisis que abarca a todos y necesita que la izquierda asuma su papel en el mundo.

Jorge Aniceto Molinari.
Montevideo, 21 de mayo de 2018.

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[:es]El retorno de cada informe acumula las ruinas: 4.000 millones carecen de protección social. Por Eduardo Camin.[:]

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El retorno de cada informe acumula las ruinas: 4.000 millones carecen de protección social.

Por Eduardo Camin. Martes, 15 de Mayo de 2018.

El retorno de cada informe acumula las ruinas. 4000 millones carecen de protección social. Foto: 1. 284x177px.

Alguna vez leí, que el tiempo es como las lenguas de Esopo, la mejor y la peor de las cosas, el agente de la creación y el de la destrucción. Suscita lo nuevo y acumula las ruinas. Mientras divagaba entre reflexiones sentado en un banco frente a la Universidad de Ginebra. Observaba como un pequeño rayo de sol primaveral se filtraba entre las empinadas calles de la ciudad vieja y su resplandor se apodero de mí al caer la tarde, el Siglo de las Luces de Jean Jacques Rousseau había removido las neuronas agazapadas en ese laberinto de pequeñas y empedradas calles de Ginebra, trescientos años después absorbimos parte de la historia del pensamiento Universal, en ese camino al ayer.

Es cierto escrito en tiempos de desazón y cambio, pero también de hallazgos felices y promesas de mejor convivencia, magníficos espejos de vida. Reflejo de una Europa que comienza a formarse tratando de superar las causas de la división –las guerras entre príncipes y señores en las que mueren los pueblos, las guerras por intereses disfrazadas de guerras de religión– estos tiempos pueden ser motivo de meditación sobre el espacio político y cívico que hoy configuramos.

El retorno de cada informe acumula las ruinas. 4000 millones carecen de protección social. Foto 2. 400x225px.

Mientras tanto continuaba leyendo con atención otro de los Informes de la Organización del Trabajo (OIT) proclamados en esa misma y hermosa ciudad al borde del lago Leman, este ya me situaba en la realidad de la reflexión humana; unas veces sometida y otras sublevadas. Eso si más cerca del mito de Cronos devorando a sus hijos, que del Contrato Social de J. J. Rousseau.

4.000 millones de personas en el mundo carecen de protección social, según los nuevos datos presentados en él, sólo 45 por ciento de la población mundial se beneficia efectivamente de al menos una prestación social, mientras que el otro 55 por ciento –cuatro mil millones de personas– no tiene ninguna protección.

Sólo un 29 por ciento de la población mundial dispone del acceso a una seguridad social integral mientras que el 71 por ciento restante, 5.200 millones de personas, no están protegidas, o lo están sólo parcialmente. El informe recomienda aumentar el gasto público destinado a la protección social a fin de extender la cobertura de la protección social, sobre todo en África, Asia y en los Estados Árabes, para garantizar al menos un piso de protección social básico para todos.

A la vez que, pone de manifiesto que la protección social universal contribuye a erradicar la pobreza, reducir las desigualdades, promover el crecimiento económico y la justicia social, así como a alcanzar los Objetivos de Desarrollo Humano (ODS), comprometido por los gobiernos en el 2015.

El informe destaca la necesidad de extender la protección social a los trabajadores de la economía informal como una manera de formalizar su actividad y mejorar sus condiciones de trabajo. «Sin embargo, los recortes de austeridad a corto plazo van en contra de los esfuerzos de desarrollo a largo plazo. Los ajustes de consolidación fiscal tienen importantes repercusiones sociales negativas y comprometen la realización de los ODS», declaró Isabel Ortiz, directora del Departamento de Protección Social de la OIT.

El informe muestra que sólo 35 por ciento de los niños del mundo se beneficia de un acceso efectivo a la protección social. A nivel mundial, casi dos terceras partes de los niños –1.300 millones de niños– no están cubiertos, la mayoría de ellos viven en África y Asia. En promedio, sólo el 1,1 por ciento del PIB es destinado a las prestaciones familiares y para los niños entre 0 y 14 años, lo cual pone en evidencia que la inversión en los niños es significativamente insuficiente.

Mientras tanto la cobertura de la protección social para las personas en edad de trabajar sigue siendo limitada. Sólo 41,1 por ciento de las madres de recién nacidos perciben una prestación por maternidad, y 83 millones de las nuevas madres no tienen cobertura. Otras conclusiones en este ámbito incluyen el hecho que sólo 21,8 por ciento de los trabajadores desempleados se beneficia de prestaciones de desempleo, mientras que 152 millones de trabajadores desempleados no tienen cobertura.

Los nuevos datos de la OIT muestran también que en el mundo sólo 27,8 por ciento de las personas con discapacidades severas reciben una prestación por discapacidad. La investigación indica que, a nivel mundial, 68 por ciento de las personas que superan la edad que da derecho a la jubilación reciben una pensión de vejez, lo cual está asociado con la expansión de las pensiones contributivas y no contributivas en numerosos países de medios y bajos ingresos.

En promedio y con grandes variaciones regionales, el gasto en pensiones y otras prestaciones para los adultos mayores representa 6,9 por ciento del PIB, el informe pone de manifiesto que el nivel de las prestaciones es con frecuencia demasiado bajo e inadecuado para permitir que los adultos mayores salgan de la pobreza. Esta tendencia suele estar incentivada por las medidas de austeridad.

Algunos Estados están revirtiendo la privatización de las pensiones debido a que esas políticas de privatización no arrojaron los resultados esperados, muchos países están regresando a los sistemas públicos basados en la solidaridad. El informe destaca que el derecho a la salud todavía no es una realidad en muchas regiones del mundo, en especial en las zonas rurales donde 56 por ciento de la población carece de cobertura de salud, frente al 22 por ciento en las zonas urbanas. Se calcula que serán necesarios otros 10 millones de trabajadores de la salud a fin de alcanzar la cobertura universal de la salud y garantizar la seguridad de la población, incluso en las situaciones de emergencia, como durante la crisis causada por el Ébola.

Los cuidados de larga duración –necesarios sobre todo para los adultos mayores– siguen excluyendo a más de 48 por ciento de la población mundial, las mujeres resultan desproporcionadamente afectadas. Sólo 5,6 por ciento de la población mundial vive en países que ofrecen una cobertura de los cuidados de larga duración para toda la población en base a la legislación nacional.

El retorno de cada informe acumula las ruinas. 4000 millones carecen de protección social. Foto 3. 400x226px.

Como consecuencia, se estima que unos 57 millones de trabajadores «voluntarios» no remunerados dispensan la gran parte de los cuidados de larga duración. Principalmente mujeres que llevan la mayor parte del peso del cuidado informal de los familiares. Mayores inversiones en los servicios de cuidado podrían aliviar la pobreza de las personas mayores y hacer frente a la escasez de trabajadores de la salud calificados, que se estima en 13,6 millones a nivel mundial.

No obstante, las soluciones que se proponen, y consecuentemente aplicaran, los gobernantes del planeta prolongan, en cualquier caso, la perennidad de la actual situación, ya que la lógica inmanente de la economía es el del beneficio ampliado como condición de supervivencia estructural; privatización de fondos públicos, prolongación de la jornada laboral, despido libre, disminución del gasto social, desgravación fiscal a los empresarios y los fondos buitres. Es decir, si las cosas no van bien es porque no van peor.

Los problemas económicos y sociales actuales son muchos, difíciles y complejos. A la lectura de estos Informes confirmamos de hecho, que una gran mayoría de la población mundial está excluida de la «democracia», «el mercado» y la «modernización». La dependencia, el subdesarrollo, el desempleo, la marginalidad, el analfabetismo, la violencia y la pobreza no son lacras heredadas del pasado, como algunos dirigentes políticos pretenden soslayar; en realidad la fragilidad de sus economías sometidas a los vaivenes del gran capital, continúan amenazando una gran parte de sus pueblos. Las políticas neoliberales con sus efectos alienantes dominan prácticamente todo el escenario, mundial. El transcurso del tiempo es incesante, pero presenta una regularidad en el retorno periódico de cada Informe, alarmante, que suscita lo nuevo y acumula las ruinas.

Eduardo Camin es Periodista uruguayo, exdirector del semanario «Siete sobre Siete». Miembro de la Asociación de Coresponsales de prensa de la ONU. Redactor Jefe Internacional del Hebdolatino en Ginebra. Asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE).

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[:es]Argentina dividida por la moneda.[:]

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Argentina dividida por la moneda.

(Abordando eso gris, que parece la teoría).

Un sector predominante en la sociedad argentina –no es exclusivo, sucede en el mundo- maneja la llamada «moneda fuerte»; los trabajadores y el muy común de la gente, en este caso, el peso argentino. La oligarquía y los descamisados o más groseramente dicho: en el Uruguay los «auto convocados» y los trabajadores rurales asalariados.

Aunque sería más prolijo en el caso de Uruguay distinguir en el manejo particularmente del dólar a quienes manejan el precio de la tierra y la financiación de la actividad, en su mayor parte, por fuera del control bancario, minoría en medio de emprendimientos grandes, medianos y pequeños, que asumen riesgos empresariales.

Diría don Atahualpa Yupanqui «hay diferentes montones, cuando el pobre va para el montón del rico, tras los equivoco vienen los perjudico».

No compartimos el juicio de don Ata, pues se trata de no legitimar la existencia de esos montones, pero cuanto de verdad de vida encierran.

En el mundo, particularmente después de la dolarización de Ecuador y de la crisis irreversible de la predominancia del capitalismo, que donde se expresa es entre otros centros en la moneda; nadie nos ha podido explicar qué ventaja aparte de la que significa a determinados grupos, tiene para las nacionalidades el manejo de una moneda propia en la economía actual.

Mientras en el gobierno de Macri, como antes en el de Jorge Batlle en el Uruguay los dólares hacen cola en los «aeropuertos» –internet mediante– para colocarse a buen resguardo en el mundo financiero internacional, el Fondo Monetario Internacional discute los ajustes en pesos argentinos que el gobierno deberá hacer para poder cumplir con sus obligaciones en dólares y mantener así su vinculación con el mercado mundial.

Demasiado simple de entender sino fuera parte de la trama canallesca que hoy se hace contra el nivel de vida de los pueblos por la sencilla razón de la existencia en aumento de la baja de la rentabilidad de las colocaciones capitalistas. El agostamiento de la tasa general de ganancia que analizara Carlos Marx.

¿Qué se está negociando entonces? El FMI no puede dejar caer a Argentina, como antes no pudo dejar caer a Grecia, antes tenía a las estructuras militares de su lado, Chávez les arruinó el pastel. Para hablar de un ejemplo puntual dentro de muchos que fueron creando esta realidad.

Sabe que si en el mundo existiera una sola moneda universal como insinuó Mujica en la ONU (setiembre 2013) la joda tendría fin, al menos en el tema moneda, nos quedaría el otro ítem fundamental: los impuestos, que en el caso de Argentina se muestran claramente que el objetivo Macri es aplicárselo a los que no manejan el dólar, dejando libre de impuestos a los que manejan el dólar.

¿Terrible, no? Pero real, sin embargo nosotros no decimos que no haya que negociar con el FMI, por el contrario que pasaría si la propuesta de moneda única universal y sistema impositivo basado en la circulación del dinero, dando muerte a los paraísos fiscales y a los actuales sistema impositivos basados sobre el consumo, los salarios y las pensiones, fuera propuesto con fuerza de masas en su seno, en el Banco Mundial, en la propia ONU, y en cada uno de los organismos que tienen que ver con la vida de la gente.

¿Deberemos pasar por nuevas experiencias traumáticas, mayores aún de las que hoy vivimos en el mundo para que la «izquierda» asuma su responsabilidad de tener un programa para el mundo?

Jorge Aniceto Molinari.
Montevideo, 13 de mayo de 2018.

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[:es]Batalla cultural, por la solidaridad.[:]

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Batalla cultural, por la solidaridad.

Una nota del compañero Dr. Jorge Bruni.

(Abordando eso gris, que parece la teoría).

La nota y luego nuestro comentario:

1. La Seguridad social está en los primeros planos de la agenda pública. La actual crisis, que es mundial además, lo justifica. Argentina, Brasil, Nicaragua y otros países, son clarísimos ejemplos.

Las primeras reacciones gubernamentales son casi siempre las mismas: subir el monto de los aportes de trabajadores y patronales; eliminar y/o restringir derechos, argumentando que, si se sigue otorgándolos, la Seguridad Social se convertirá en un barril sin fondo. No es un lenguaje muy adecuado ¿no? Obsérvese que no se trata de cualquier beneficio sino de Derechos Humanos Fundamentales como el Trabajo y Seguridad Social, ambos profundamente relacionados, reconocidos por nuestra Constitución y La Declaración Universal de Derechos Humanos de las Naciones Unidas de 1948 en su artículo 22. Es lógico entonces que el Estado tenga la obligación de promoverlos y aplicarlos con visión global y elementales coordinaciones interinstitucionales. ¿Por qué? Muy simple: los Derechos Humanos son integrales, esto es, políticos, sociales, económicos y culturales, que son contenidos profundos para la dignidad y el libre desarrollo de las personas. Por eso cuando se restringen o eliminan los derechos, se está perjudicando a seres humanos en su vida personal y colectiva.

2. En este entorno es lógico que surjan polémicas sobre posibles reformas a la Seguridad Social. ¿Es necesaria o no? Sin duda que resulta imprescindible. Existen grandes desafíos generales mundiales, que ya hemos mencionado en notas anteriores. Nos limitaremos a nombrar sólo dos. En primer lugar al envejecimiento demográfico, recordando que junto con Cuba somos los dos países de la región con mayor envejecimiento. En segundo término, Uruguay no está al margen del proceso de cambios tecnológicos que están ocurriendo. Por supuesto deberá seguir desarrollándose, aplicando nuevos conocimientos y técnicas innovadoras.

3. La reforma del sistema debe ser general. No debería consistir sólo en modificar aspectos parciales, cambios paramétricos, edad de retiro, trabajo a tiempo parcial y aprovechamiento de experiencias laborales, etc., necesarios sin duda pero coordinando con reformas de fondo ineludibles.

Veamos nuestro sistema. Consta de dos pilares. El primero es el SOLIDARIO a cargo del BPS, que responde al objetivo de la redistribución de riqueza con justicia social. El segundo es el INDIVIDUAL a cargo de las sociedades anónimas AFAP, que en sus dos décadas de vigencia han demostrado sus enormes carencias, ayudando a la profundización del individualismo, la desigualdad y la insolidaridad, acorde con la filosofía a la que responde: la del capitalismo financiero, donde la ganancia y el lucro mandan. En las AFAP fundamentalmente, los principios de la S. Social están seria y profundamente afectados. Cabe la pregunta ¿por qué existieron autorizaciones para flexibilizar durante 2007-2008 la dureza de la ley 16713? Y actualmente el tema de los cincuentones ¿qué mensaje nos está dando? ¿Por qué perciben una pasividad menor los afilados a las sociedades anónimas AFAP que los que sólo están registrados en el B.P.S. en el sistema solidario? Es coherente con el sistema. Al Fondo de Ahorro Previsional – F.A.P. que es propiedad de los trabajadores en el sistema individual, y que es de donde sale el dinero para pagar las pasividades, se le realizan deducciones varias: pago de comisiones en general y la de custodia del mantenimiento de fondos en una institución financiera, etc. Además existen varias exoneraciones: las comisiones lo están del IVA, las Sociedades Anónimas AFAP del tributo a su constitución y a los aumentos de capitales; las aseguradoras no pagan el impuesto a los ingresos y por el cobro de primas de seguro de invalidez y fallecimiento, y por supuesto tampoco el IVA. No negamos que puedan ser necesarios dichas herramientas. Pero deducciones del FAP que afectan el monto de la pasividad por una parte, y múltiples exoneraciones que promueven el negocio financiero, el lucro en definitiva de estas sociedades anónimas por otra, nos lleva a la interrogante ¿quién asume los riesgos entonces? Habría mucho más. Por ejemplo no profundizamos en los arts. 8 y 28 de ley 16713, que incentivaron la afiliación a las AFAP a quienes no tenían obligación de hacerlo, etc.

4. ¿Y el futuro? Ya hemos mencionado en notas anteriores y en parte en líneas precedentes de esta nota. La importancia de la Seguridad Social en la sociedad es innegable influyendo profundamente en la vida de sus integrantes. Por supuesto, deberá seguir desarrollándose en todos los aspectos.

Con este panorama ¿por qué cuando se habla de reformas generales necesarias por supuesto, poco se menciona a las AFAP?

En cuanto a la reforma al sistema general y no sólo a aspectos parciales, que por supuesto son necesarios, hay varios conceptos a expresar.

El enfoque no deberá ser sólo económico, reconociendo su importancia obviamente, sino con visión estratégica global, considerando que estamos ante un Derecho Humano fundamental que requiere mirada global y pluralidad institucional. Se trata de un proceso, con sus avances, retrocesos, dificultades, etc. Agreguemos coordinaciones entre objetivos, herramientas y evaluaciones. Y por supuesto algo sustancial: la participación y diálogo con la sociedad, aplicando el rico patrimonio que tenemos en este aspecto, que nos da un amplio prestigio y nos coloca en los primeros planos a nivel regional y mundial.

5. Se trata de una verdadera batalla cultural. Detrás de cada solución que se adopte existen ideologías y políticas que la respaldan, que pueden facilitar o retardar soluciones. Debe transmitirse la solidaridad, contraria a la individualidad que es enormemente negativa, con objetivos financieros, lucrativos perjudiciales para la sociedad y el monto de las pasividades. La Cultura solidaria es un objetivo sustancial para el futuro del país fomentando un desarrollo inclusivo socialmente, porque sólo el crecimiento económico no asegura de por sí la justicia social. Lo contrario nos llevaría a terminar dominados por la insolidaridad, muy bien representada años atrás por la foto de un ex jerarca del BPS metiéndose la mano en el bolsillo mientras decía ¡Hacé la tuya!

Dr. Jorge R. Bruni.

Nuestro comentario:

Compartible y recomendable de acuerdo a nuestra opinión en su totalidad. La nota no lo dice pero nos queda la sensación de insuficiencia, porque lo que está en crisis no es un sistema que demostró en los países en que se aplicó plenamente que operó como un agente de bienestar social, sino la base económica que lo sustentaba.

Existe una acumulación monstruosa de capitales en un mundo gobernado en pugna por los conglomerados empresariales multinacionales, que tienen totalmente acotada su posibilidad de realizar inversiones con rentabilidad, lo que lleva a que se estimule la industria de guerra y las peores lacras en el seno de la sociedad.

Los aportes a la seguridad social, en un sistema basado en un sistema impositivo sobre la base de los impuestos al consumo, al trabajo y a las pensiones, es insostenible. Y esta realidad no vuelve atrás.

No hay forma directa, o por lo menos yo no la tengo de corroborar que los depósitos en el exterior de ciudadanos uruguayos superan los 6.000 millones de dólares que integran de alguna manera y trasladan su intranquilidad millonaria en las desventuras de esa acumulación monstruosa de capitales.

Mujica en la ONU en 2013 insinuó que era necesario el impuesto a las transacciones financieras, pero luego nadie habló del tema. Ahora hablar hoy de aumentar los aportes tradicionales parecería totalmente inviable, pero si no se hace, el sistema en los países que existe –y que son explicación de mejor nivel social– se desfinancia rápidamente.

Ahora no sólo es necesario para el rubro de la seguridad y previsión social (también integrada por el sistema de cuidados) que se establezca una suerte universal de este impuesto, sino que la propia actividad de los organismos sociales para darle actividad a la acumulación de capitales con un fin social necesita que se activen obras que hoy al sistema no le son rentables pero que la humanidad necesita si o si.

No es el fin del trabajo, es el fin de la rentabilidad capitalista en el uso del trabajo humano.

Necesitamos la muerte en paz de este sistema que ha venido predominando, en el transcurrir de sus límites naturales.

Jorge Aniceto Molinari.
Montevideo, 27 de abril de 2018.

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[:es]A 50 años del mayo francés.[:]

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A 50 años del mayo francés.

(Abordando eso gris, que parece la teoría).

Hace 10 años la Dirección Departamental de Cultura de la Intendencia Municipal de Paysandú, a cargo de la profesora Nelly de Agostini, propició un intercambio sobre el llamado Mayo francés, que en ese entonces cumplía 40 años.

En esa oportunidad fui invitado a exponer sobre el mismo, adjunto lo que dije, que hoy podría ajustar pero no me parece necesario y si vale lo allí dicho, más allá de detalles perfectibles.

Ahora a 200 años del nacimiento de Carlos Marx.

16 de mayo de 2008. Análisis del mayo francés en 1968.

El evento fue organizado por la Dirección de Cultura de la Intendencia Municipal de Paysandú, en la sede que esa Dirección posee denominada «Espíritu de Paysandú».

El evento fue grabado por panelistas participantes, con algunas dificultades que esperamos puedan superarse para tener la versión total. En este caso las desgrabaciones corresponden a las intervenciones de Jorge Aniceto Molinari, actual delegado de los jubilados bancarios en la Caja Bancaria, y en su época dirigente estudiantil de CUDES (Centro único de estudiantes sanduceros) y de FEI (Federación de estudiantes del Interior).

Primera intervención.

Muy buenas noches para todos, creo que es muy buena cosa lo que se está haciendo; agradezco la invitación felicito por la idea y veremos si en lo personal podemos aportar algo a este esfuerzo de contribuir a comprender en que época estamos… que acontecimientos suceden y que fue en última instancia el Mayo francés.

Este año, 2008, se conmemoran cien años de la publicación de un texto formidable –que aconsejo a todos leer– que se llama «Materialismo y empiriocriticismo» de Lenin, que es un libro que trata de despejar todo lo que sea idealismo en la comprensión de los fenómenos económicos sociales y políticos, para entrar en la base material del conocimiento. Es un libro realmente formidable y que nos ayuda, en cuanto a su método, a entender algunas cosas que pasan en el mundo, y a entender el porqué de algunas cosas.

¿Qué fue el Mayo francés y a que época histórica correspondía? Y no es poca pregunta en este momento… porque… yo tengo la absoluta convicción de que la humanidad se encamina a una de sus peores crisis, no se si la última del capitalismo, pero tal vez a la peor crisis de la historia. Superior a la del año ’29 en que hubo hambrunas, en que mi padre me contaba, por ejemplo, de que en la Barraca Americana (aquí en Paysandú) habían colas de cuadra y media pidiendo trabajo.

Nos aproximamos, inexorablemente, a una de las crisis más graves… ¿Qué nos da el Mayo francés para entender este proceso…? Las tres fuentes del pensamiento de Carlos Marx, fueron la filosofía alemana, el socialismo francés, las bases económicas inglesas. Pero el socialismo francés significaba un peso muy grande… porque antes existió la Comuna de Paris en 1871, que cuestionó todo el sistema y que no se pudo aguantar. Pero cuestinó todo el sistema.

Tanto es así que en el ’68 Charles de Gaulle arengaba a los blindados franceses en Alemania, para rodear Paris en el caso de que no bajaran los decibeles o el voltaje del Mayo francés. Pero antes del Mayo francés y después de la Comuna de Paris existió la Revolución de Octubre. Y la Revolución de Octubre cuestionó todo el sistema. Lenin llegó al programa de la Revolución de Octubre en abril de 1917 y lo aplicó, frente a la inexorable contradicción que planteaba la guerra, al hambre, a la crisis brutal, a la movilización general de la sociedad producto de esa terrible guerra.

Y, producto de esa terrible guerra, en la respuesta fue… la economía tiene que estar en manos del Estado, tiene que ser estatizada. Triunfa la revolución y Lenin inmediatamente trata de reorganizar la economía. Y ya no en la base estatal, exclusivamente, sino trata de darle otra base. Pero en ese momento en el mundo, a raíz del proceso de guerra empiezan a generarse desarrollos estatales violentos, decisivos, es decir los estados tenían el mando empresarial y se desarrollaban brutalmente para favorecerse como Estados. Eso fue utilizado por todos los sectores burocráticos de la sociedad rusa, de la vieja sociedad rusa que, en mixtura con sectores revolucionarios lograron, en última instancia frenar la revolución y someterla a su encasillamiento estatal.

Lenin fue derrotado, la NEP fue derrotada, y hoy la izquierda no la reivindica a la NEP. No la entiende. No ha habido discusión sobre la NEP. Ahora… ¿Que tiene que ver el Mayo francés con todo esto…? Porque después de la Revolución de Octubre se produjo la Revolución de España. Y la izquierda nunca discutió a fondo la Revolución española… pero… ¿Qué es lo que hay que discutir de la Revolución española? Si el Estado podía tener todo en sus manos… o la otra idea de los anarquistas de que la sociedad se gobernara por sí sola. La Revolución española fue terrible desde el punto de vista de la crisis ideológica producida en el seno de la sociedad.

Pero después de la Revolución española se produce la segunda guerra mundial. Y se produce otra revolución, pero una revolución de derecha, pero revolución al fin. Que todavía no ha sido analizada profundamente. Y es el nacimiento de las corrientes neoliberales con Hayek –Ramón Díaz en Uruguay– de Mont Pellerain. Que establecían que el desarrollo empresarial no podía tener metas nacionales… tenía que tener metas internacionales… y que las empresas no podían ser sometidas a los marcos nacionales.

Y surgen planteos como el de Lord Keynes que dice… «este es el momento de implantar la moneda única universal…». No puede ser que haya varias monedas, tiene que haber una moneda sola que permita regular el sistema general. Estados Unidos se opone tenazmente a eso y mantiene su desarrollo estatal. Luego viene el Plan Marshall sobre la base de mantener el centro de su actividad en manos del dólar.

Pero el mundo seguía avanzando. El capitalismo seguía generando monopolios y deterioros brutales en el seno de la sociedad dividida en clases. ¿Como se respondió a eso? La Revolución cubana fue una respuesta al viejo estilo. Pero respuesta al fin y necesidad al fin. La Revolución cubana estatizó todo porque no tuvo más remedio que estatizar todo. Hasta los puestos de diarios fueron estatizados. Hoy Fidel Castro dice… «Lo que nosotros hicimos ya hoy no se puede hacer». Y en el ínterin, antes de la Revolución Cubana, la Revolución China y todos los procesos que se dieron.

El Mayo francés… ¿Qué podía significar entonces? Sobre esto que esta planteado hoy, ustedes lo ven acá en el Uruguay, la discusión política, todavía soterrada que no sale a luz, de los sectores que dicen… «El Frente Amplio frente a la fractura social debería estatizar todo…». O tener una economía estatizada, una ingerencia más de la sociedad… o los sectores que dicen… «Eso no es posible en la sociedad de hoy». Estamos todos integrados en el mundo… y entonces… ¿Cual es el programa para que el mundo no acogote a la sociedad y la haga brutalmente fracturada como al día de hoy? Los franceses largaron una serie de consignas en el ’68. Valiosas, pero además por una razón de edad, por una razón humana, los revolucionarios del ’68 habían sufrido las guerras mundiales en la carne de sus padres. La mayoría, cuando terminó la guerra recién estaban naciendo.

Ellos no se podían sujetar a una sociedad que había demostrado que no podía resolver los problemas humanos. Y ellos no se podían someter a eso. Y entonces claro «Prohibir lo prohibido…» o «Eliminar lo prohibido». Y todas las consignas en relación con eso. Y el mayo francés atemorizó a la burguesía, atemorizó al imperialismo, atemorizó al mundo empresarial. Pero el mundo empresarial reaccionó de la manera que tenia que reaccionar. Cuando la clase obrera salio a respaldar la movilización… y bueno cuanto reclaman ustedes… ¿Tanto? Bueno ahí lo tienen…

Pero ojo, esto no es la primera vez que pasa en la historia. Cuando la revolución rusa, los patrones desarrollaron un sistema de seguridad social que todavía rige hoy en el Uruguay y en el mundo. El capitalismo aflojó de su acumulación para que la sociedad pudiera asimilar ese aflojamiento y desarrollarse de otra manera. La seguridad social fue, centralmente, un proceso encabezado por Bismarck en Alemania. Acá en el Uruguay, los abanderados fueron Batlle, Carnelli, Frugoni, que trajeron leyes, organizaron un capitalismo nacional, con bases estructuradas sólidas, que hoy son las que todavía nos rigen y permiten que el Uruguay sea como es a pesar que el deterioro cada vez es mayor.

Independientemente del gobierno que esté, el capitalismo se viene deteriorando como sistema. Esa es una de las enseñanzas del Mayo francés. Pero nosotros aun todavía no comprendemos montones de cosas de este proceso. Compañeros, yo a fines del ’50 discutía con Raúl Sendic el tema de la lucha armada. Fui uno de los primeros que hablé con Raúl del tema de la lucha armada. A mi no me pudo convencer, porque estaba absolutamente convencido que el camino era ese, que había señalado la Revolución Rusa.

Yo ya estaba enamorado de la Revolución Rusa. Y no de la Revolución Rusa de los mausoleos, que nada tiene que ver con Lenin. Estaba enamorado de la Revolución Rusa, en el hecho político de transformar a la sociedad y en dar un programa para el conjunto de la sociedad. Y bueno, se vivió la experiencia de los Tupamaros. No la hemos discutido a fondo todavía. Algún día tendremos que discutirla a fondo. Y saber realmente que significó. Y su profundidad. No estoy desmereciendo ni el coraje, ni la valentía ni la abnegación de los compañeros que estuvieron en ese proceso, bajo ningún concepto.

Pero vamos a estudiarlo desde el punto de vista filosófico, histórico y saber como se dio todo eso. Incluso lo de la Teología de la Liberación que lo traía muy bien el compañero Luís, que son todos hechos a analizar. ¿Cuál es la importancia de todo esto? La importancia de todo esto es ver que armas tenemos de aquí para adelante. Y las armas que tenemos de aquí para adelante y yo termino para no abusar del tiempo, son las ideas políticas capaces de unir a la Humanidad. Y las ideas políticas, capaces de unir a la Humanidad son reformas. No es la revolución al estilo clásico, tomando el Poder en algún Estado, que eso el Capitalismo lo estimula, como lo está estimulando en Colombia en estos momentos. Estimula la lucha guerrillera y estimula división de la sociedad, a los efectos de que la sociedad se mantenga fracturada. Como lo hace en Bolivia, o como lo hace en la agresión permanente a Cuba.

Tratar de mantener la fractura de la sociedad. Y las ideas esas, las reformas que hoy necesitamos… ¿Cuáles son? Necesitamos la moneda única universal, con el dólar, vamos a empapelare los baños, para que la gente sea desagraviada del dolor que le significó a la Humanidad el dólar. Pero además algunas medidas que son fundamentales. Y que hay que discutir acá. Por ejemplo, no se puede grabar el trabajo ni el consumo. Hay que gravar el giro del capital. Y eso hay que discutirlo, no acá en la interna nuestra. Hay que discutirlo universalmente, hay que discutirlo en los foros latinoamericanos. Hay que discutirlo en el mundo. Porque hoy el mundo está sufriendo esa fractura y hoy en los centros mundiales se esta discutiendo eso. Ese es el mensaje del Mayo francés en cuanto a este progreso. A mover todo. A mover las estructuras. A enseñarnos a pensar.

Y a no pensar en forma idealista, sino en utilizar el materialismo dialéctico. Utilizar las armas que nos dieron, particularmente Marx y Lenin, entre otros…

Un primer comentario.

Me gustaría hacer un pequeño comentario, a algo que se ha dicho acá, comparando el ’83 con el ’68, que en el 83 fuimos autodidactas… y yo pregunto lo siguiente… ¿Quién le enseñó a Fidel Castro… quién le enseñó a Evo Morales… quién le enseñó a Hugo Chávez… quien le enseñó a Rafael Correa…? Son todos autodidactas… pero a la vez todos guiados por pensamientos por aportes ideológicos que se fueron dando a traves de los años… nadie como Fidel Castro vivió la guerra de España porque la familia de él es de origen gallego. La vivió con amargura. Y actuó en función de esa situación. Ahora analicemos los otros casos. Veamos el caso de Hugo Chávez, esto que es un fenómeno del punto de vista político. Hijo de maestros rurales, que en el año ’73 estaba en la frontera entre Venezuela y Colombia en su tarea de soldado, cuando fue derrocado Salvador Allende. Escuchaban Radio Habana, para saber que pasaba con Salvador Allende. Y que con el compañero con el que estaba en ese momento, tenían entre sí una consigna. Que cada vez que se encontraban repetían el discurso de Fidel Castro, cuando dijo que… «Si cada soldado tuviera una metralleta en Chile, si cada estudiante tuviera una metralleta, si cada obrero tuviera una metralleta Allende no hubiera sido derrocado».

Entonces cada vez que se encontraban uno le decía al otro… si cada obrero… y el otro contestaba… tuviera una metralleta… Se forjaron en los hechos políticos. Ahora el gran problema que tenemos nosotros… y en eso discrepo con lo que acá se ha dicho, no es valorar tesis filosóficas, es analizar la realidad del mundo como se desarrolla. Cuales son las consecuencias. Porque estamos enfrentados hoy no solamente al problema de la contaminación ambiental… estamos enfrentados a una de las crisis más grandes de la Historia.

Yo no se si será el final del capitalismo, pero es el capitalismo el que ha regido, no es el socialismo el que ha regido el mundo… es el capitalismo y como tal se llega a determinada situación. Por eso lo que yo digo es que todos de alguna manera nos hemos formado. A veces desconocemos las fuentes de formación, pero todos nos hemos ido formando con esos acontecimientos…

Intervención final.

Hay algunos hechos que siempre hay que tener en cuenta. Uno de los primeros traductores de los textos de Carlos Marx al castellano, fue José Pedro Varela. José Batlle y Ordóñez dedicó varios editoriales del diario «El Día» a la muerte de Lenin diciendo… «De pié, Lenin ha muerto… Este hombre que ha tratado de llevar la educación y desarrollar un país tremendamente atrasado, a los niveles más adelantados ha muerto sin lograr lo que soñó, pero haciendo una obra maravillosa. Sin embargo se salteó etapas –decía Batlle– y ha ido demasiado apresurado y el capitalismo va a durar, porque tiene etapas de desarrollo. Lo decía Batlle y Ordoñez.

Que conocía de marxismo más que muchos de nosotros. Y son hechos que están mostrando, en definitiva, que la verdad era ésa. Lo que pasa es que él no sabía que Lenin había planteado una estrategia para enfrentar la segunda guerra mundial, que él la veía a fines de la década del 20. Y que evidentemente necesitaba preparar una estrategia.

Ahora ¿Cuál es el problema que tenemos hoy? Hay acumulación… sin ninguna duda hay acumulación… Ahora, esa acumulación… ¿Para que nos tiene que servir? Nos tiene que servir para afrontar los acontecimientos que se vienen, que se vienen inexorablemente y tenemos que prepararnos… y coincido con los compañeros, pero por ejemplo Luís decía que el mundo es unipolar… y no… Ese es el sueño del capitalismo pero no lo va a lograr… el mundo no es unipolar… porque hoy el mundo es multipolar y está enfrentado en mil formas y un ejemplo es la crisis… Cuando el capitalismo sea unipolar deja de existir, no tiene mas razón de ser… ahora… ¿Qué pasa? Es que nosotros nos apresuramos. Y es lógico, queramos saltear etapas… pero las etapas no se pueden saltear.

El asalto al poder no es producto de la voluntad… es producto de que la Humanidad llega a determinado nivel de maduración, como lo dice Marx en la «Crítica a la Economía Política». Ahora esa maduración política, el programa de eso es lo que hoy está faltando. Porque uno rasca en la izquierda, rasca hoy… y ¿Cuál es el programa de la izquierda? Y sigue siendo la estatización de la economía… uno los rasca un poquito a los revolucionarios y… «hay que estatizar todo… si me dejan estatizar todo, estatizo todo…». Y no camina eso. Y no lo digo yo, lo dice Fidel Castro que algo más sabe de estos fenómenos de las revoluciones.

Y además, porque los hechos del mundo están interconectados. Nosotros fuimos condiscípulo, compartimos los años liceales con los hermanos Engler. A Henry Engler le decíamos «el nazi» de sobrenombre. Yo tuve un intercambio de correo con Henry Engler al que nunca más lo he visto. Era sobre la ida o no a Estados Unidos. Los científicos norteamericanos invitaron a Henry Engler a ir a Estados Unidos y el hizo una carta diciendo que… «yo a Estados Unidos no voy». Y yo le mandé un correo diciéndole «Estás equivocado». La revolución no se para en la frontera de Estados Unidos, vos tenías que haber ido porque en Estados Unidos hay gente que va a apoyar el desarrollo humano. No va a apoyar la guerra y la fractura en la sociedad humana, va a apoyar el progreso humano. Hay gente que lo esta haciendo y lo está peleando.

Yo invito a los compañeros a leer libros como los de Rifkin –«El fin del trabajo» «La era del hidrógeno»– pero además como se viene desarrollando la discusión y como… en el ’68 no existía el Mouse… no existía el ratón… y hoy la comunicación es permanente en el mundo. Por eso el optimismo nuestro en el futuro y probablemente nosotros no lo veamos. No veamos que este sistema va a ser transformado en otro. Ahora ¿Qué pasa? Que el falso dilema de revolución o reforma no existe. No hay tal dilema. No se puede revolucionar este sistema a partir de esto de tomar el poder en un determinado Estado pero el sistema se puede reformar ¿Cómo…? Uniendo a lo mejor que la Humanidad tiene… ¿Con respecto a qué? Con respecto a los sectores guerreristas, que estimulan la guerra en todo el mundo. Y eso hay que hacerlo todos los días. Esa es una exigencia del Gobierno uruguayo de hoy. El gobierno uruguayo no puede estar al margen de las grandes discusiones internacionales que hoy están planteadas.

Lamentablemente, en todo este periodo el Gobierno ha estado al margen. Eso no significa que no haya participado muy activamente, como en la Conferencia de Mar del Plata, pero necesitamos más… que se interconecte más con el mundo. Que sea incluso más artiguista. Porque Artigas era un hombre que estaba interconectado con el mundo. Y cuando le clausuraron las Aduanas y lo querían ahogar, sobre la base de que no podía recaudar impuestos, inventó con los piratas, inventó los corsarios y salió por el mundo. Y tuvo el apoyo de Bolívar y de los revolucionarios norteamericanos. Y se abrió al mundo.

Pero en Artigas penetraban las ideas mas avanzadas de la Humanidad. Y hoy también en nosotros tienen que penetrar las ideas más avanzadas. Porque hay instrumentos para hacerlo. Y no hay ninguna generación que haya fracasado como generación si deja ideas para el futuro. Todas han ido dejando ideas para el futuro.

Ahora, el Apocalipsis está en la Biblia. Pero no esperemos un Apocalipsis. Esperemos transformaciones. Ahora tampoco esto es un invento mío compañeros, Si ustedes leen atentamente «El imperialismo fase superior del capitalismo» de Lenin, Lenin dice… «el capitalismo está generando a través de los monopolios empresariales internacionales los mecanismos para un cambio… pacífico incluso ¿y cómo?… ¿este icono de la revolución plantea la transformación pacífica? A muchos se les debe haber caídos las medias. Esperaban oir… «El imperialismo y vamos arriba y vamos a pegarle y vamos a hacer la huelga…». Ah, pará un momento… no es voluntarismo… es pegar en los centros ideológicos.

Hoy hay determinados puntos programáticos que tienen que ser levantados internacionalmente. Yo insisto en dos, siempre. La moneda única universal y el Impuesto a las Transacciones Financieras. Ahora… ¿Es una utopía? ¿Es una reforma que no se va a llevar a cabo? Esperemos. Pero incidamos sobre las crisis actuales y como ellas se desarrollan. Creo que ese es el tema que está planteado. Pero es un inicio de discusión. Confieso que hay mucha cosa para hablar. Mucha cosa para hablar… y me alegro profundamente… vamos a mirar donde estamos parados… Estamos en la Intendencia Municipal de Paysandú de un gobierno progresista, discutiendo temas que debieron discutirse toda la vida pero que empiezan a discutirse en profundidad ahora. Y soy agradecido porque esto significa entre otras cosas avances impresionantes. Y lo que pasa y a nivel universitario también se están haciendo cosas… se están impulsando, se están empujando… La Internet es un arma imponente… y bueno avancemos, discutamos, y no tengamos miedo e impulsemos lo que los revolucionarios del ’68 impulsaban… acá no vale prohibir, acá hay que profundizar la discusión. Y el análisis teórico. Y sobre todo leer. Estudiar. Yo les decía a los compañeros míos del gremio bancario… el día que dejemos de estudiar perdemos la juventud… No hay que dejar de estudiar nunca… Hay que estudiar los fenómenos sociales, comprenderlos, intercambiar, corregirse. A mi un día me dijeron que lo de Lenin era una cosa maravillosa y un día me mostraron un manuscrito de Lenin… todo tachado… Ah, entonces se equivocaba, corregía. Un día me mostraron un manuscrito de Marx, está todo tachado, va para adelante, va para atrás… ah… entonces era como nosotros. Y claro que era como nosotros. El que tenga temor a equivocarse que no se meta en esto…

Jorge Aniceto Molinari.
Montevideo, 19 de abril de 2018.

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[:es]La guerra…[:]

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La guerra

(Abordando eso gris, que parece la teoría).

Ya la realidad actual de la guerra es una tragedia, que amenaza extenderse con consecuencias terribles para la humanidad toda.

Se han quedado cortos los expresivos versos interpretados por León Gieco:

«Sólo le pido a dios
Que la guerra no me sea indiferente,
Es un monstruo grande y pisa fuerte…».

Los expertos en el tema nos explican una multiplicidad de razones para que hoy los enfrentamientos parezcan no tener solución de continuidad.

Nosotros somos tercos y a la vez imbuidos de una filosofía humanista que bajo ninguna circunstancia queremos abandonar. La guerra es la forma más criminal del hacer político. Y el hacer político tiene su razón de ser en la economía.

Hoy los presupuestos de las naciones desarrolladas encuentran un trágico equilibrio circunstancial en la industria de guerra. Ahora ni el más recalcitrante conservador de los economistas del capitalismo piensa que esto se pueda constituir en una salida viable, y a lo sumo esperan un milagro que en economía no existe, ni aún sobre los escombros de la guerra. Además parten de una análisis de la segunda guerra mundial en el que esconden los verdaderos motivos y el verdadero resultado: el pasaje de los gobiernos de Estado, al gobierno en pugna de los conglomerados empresariales multinacionales, que hoy lo ejercen y someten. El pasaje del avance de una costosa construcción democrática, a la dictadura abierta de la burguesía ejercida desde estos instrumentos económicos que hoy gobiernan el mundo, donde dirimen su interés en pugnas alejados del interés general de la gente.

Donde sólo el fascismo está convencido de su utilidad, pero donde la inercia de todos los otros sectores se transforma en una inanición criminal.

Cuando la segunda guerra mundial Stalin temía más una reacción en contra suya de los generales del ejército rojo que a la propia reacción asesina de Hitler. Pero en última instancia no había los instrumentos políticos capaces de cambiar esa realidad, y la esperanza era que los nazis no se animaran a lanzarse contra la Unión Soviética. Seguramente no era lo que pensaba el Mariscal Gueorgui Zhúkov, que reaccionó organizando la heroica respuesta rusa al nazismo, apoyado en la tradición revolucionaria del ejército rojo y de los generales que en un número muy importante pagaban con la cárcel, y condenas de muerte, la persecución enfermiza hacia ellos de Stalin.

Hoy la paz imprescindible para el desarrollo de la humanidad sólo es posible dando muerte a la predominancia del modo de producción capitalista, que supone medidas para que el capital acumulado sin rentabilidad pueda ser utilizado en beneficio de la humanidad toda. Así de sencillo.

¿Ahora cómo explicamos esto?: el capitalismo en esa falta de rentabilidad que lo hace promover las peores lacras de la sociedad va creando una burbuja de capitales ociosos que amenazan con extender aún más la guerra y el uso de armas nucleares, en un combo terrible y sin ninguna solución de progreso posible.

¿Es posible otro camino? Si es posible, si esos capitales fueran dispuestos para realizar las obras que hoy la humanidad necesita pero que al modo de producción capitalista no le resultan rentables.

No estamos hablando de disponer de capitales para el desarrollo burocrático de los Estados a través de un capitalismo de Estados, estamos hablando de establecer en forma universal de un sistema impositivo basado en la circulación del dinero y en la aplicación universal de planes de desarrollo a través de las formas de producción más eficientes sin descartar ninguna, que atiendan, la salud, la educación, la vivienda, sacando de la marginalidad a millones de seres humanos e incorporándoles a un aparato productivo en desarrollo, nadie deberá vivir sin trabajar o a lo sumo dedicando el tiempo en el aprendizaje para ello.

Para esto es que necesitamos una medida única y universal monetaria para la economía, así como existe el metro, el kilo, el litro…

Y por supuesto que en esta tarea hay que incorporar todo el desarrollo intelectual que la humanidad ha acumulado, llevando al plano de la planificación estratégica de todo esto, todos los antecedentes democráticos que se han ido conquistando.

¿Es esto posible, o es solo un sueño irrealizable?, nosotros creemos basados en las mejores tradiciones que sí, que es posible, para lo cual es necesario poner manos a la obra, cuya tarea fundamental es la voluntad política que lo lleve adelante. No puede haber hoy ninguna organización social, política, religiosa que omita expresarse sobre esto, y a partir de allí todo es válido en propuestas que auguren un desarrollo del aparato productivo.

Ya no son más posibles planes nacionales, regionales e incluso continentales solamente, si estos no están supeditados a un interés humano universal. No ignoramos la existencia de políticas económicas nacionales e incluso continentales por parte de intereses particulares de sectores, en proyectos que no tienen posibilidades reales de desarrollo en el espacio en pugna en que actúan los conglomerados empresariales multinacionales que gobiernan realmente el mundo.

En el Uruguay los ejemplos son tremendos, y no sólo producto de una forma de hacer política que al país le viene haciendo daño desde hace mucho tiempo (desde que el batllismo desaparecido su creador perdió su rumbo, como certeramente lo analizaba el Dr. Carlos Quijano desde los editoriales económicos de «Marcha»), y porque además las propias multinacionales las conducen al fracaso. Usan y luego tiran aunque se trate de gobiernos y de realidades sociales que abarcan a millones de seres humanos. Es parte también de lo que analizamos, es la lógica que conduce a extender la guerra.

El espacio para desarrollar en avance la política económica que hoy necesitamos es el planeta todo, y necesariamente se van a solapar dos modos de producción uno ayudado a morir y otro ayudado a nacer.

Esto de ninguna manera significa borrar las nacionalidades –incluso, entre otras, las creencias religiosas–, por el contrario supone poner éstas al servicio del bien común, cambiando radicalmente lo que hoy se hace de ponerlas unos contra otras en beneficio de las políticas de la guerra.

Allá por 1848, Marx y Engels cerraban su magistral Manifiesto del Partido Comunista con la frase: «¡Proletarios de todos los Países, uníos!».

Sería terrible para la especie humana si hoy, 170 años después, no diéramos respuesta a este llamado en el que hoy se parte de la necesidad no ya de programas nacionales sino de un programa universal que ponga en manos de la gente el destino democrático de la humanidad.

Por supuesto, que debo pensar que muchos de mis lectores no aceptan el programa y el camino que propongo para estas ideas, lo mínimo que pido es que se debatan y que si estoy equivocado lo demuestren y propongan para el bien de todos un camino mejor.

Mejorar individualmente al ser humano, siempre es una tarea loable y es en definitiva una finalidad social, insuficiente si de mejorar la sociedad se trata, pues ésta requiere en su crisis de desarrollo, de medidas asumidas universalmente, giro en la gobernanza mundial con dos herramientas centrales: la moneda y los impuestos, lo que llamamos la tarea de ayudar a morir en paz a la predominancia del modo de producción capitalista, conquistar la democracia en las relaciones económicas del mundo.

Si por el contrario pensamos en primero cambiar al ser humano para cambiar luego a la sociedad, podemos llegar a la conclusión de que la guerra es inevitable. Ahora debemos admitir que la tarea insoslayable de construir la voluntad política del cambio ya es un avance en la transformación de cada uno de nosotros. Nuestra tarea es la de mostrar que esos objetivos son alcanzables, es más que es imperioso alcanzarlos.

Cuando se crearon las Naciones Unidas, el mundo pensó sanamente que era un instrumento a desarrollar, y con ese destino se crearon organismos de un enorme valor colectivo, pero pronto se comprobó el divorcio entre construcciones políticas, culturales, sociales… de interés general humanitario y un curso económico divorciado de esas intenciones. Hoy se trata de revertir esa situación, para lo cual es necesario un programa por medio del cual la sociedad pase a tener el control democrático de la economía.

Jorge Aniceto Molinari.
Montevideo, 15 de abril de 2018.

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[:es]Es necesario «filosofar»…[:]

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Es necesario «filosofar»…

(Abordando eso gris, que parece la teoría).

¿Por qué las cosas son como son?, aquí mi verdad, que ni siquiera tiene un valor definitivo en tanto creo tener adquirido el valor de criticar y de autocriticarme poniendo en duda todo lo que dije y escribí antes.

Marx no era marxista, Lenin no era leninista y sus textos originales formidables –muchas veces en formas de apuntes– por el valor y profundidad con el que abordaban los temas cruciales para el desarrollo humano, están plagados de tachaduras, enmiendas, que muestran su convicción de que lo importante era y es aportar, desprovisto de todo afán que no fuera el progreso de las ideas humanas y vaya que aportaron conceptos que denigrados de mil formas –por propios y extraños– en el crisol de la lucha de clases, a poco de encararlos con seriedad y la profundidad que requieren, afloran en todo su valor.

Dicho sea esto como prologo a mi opinión sobre un hecho que ha conmovido a la sociedad: la prisión del líder del PT brasileño el ex Presidente Lula.

Y en primer lugar mi total solidaridad y respaldo, aún en la modestia personal del mismo, con quién ha sido a lo largo de su vida un formidable y reconocido luchador por los derechos de la gente.

Ahora está claro de que todos debemos aprender de esta experiencia, de lo que acontece con Lula y no hacerlo no ayuda a salir con propuestas claras de todo este embrollo.

El hecho en si pone en discusión todo y cada uno de los enfoques es representativo de cómo se ubica cada quién frente a una crisis irreversible de la predominancia del modo de producción y ya con esto hago una primera presentación que seguramente no es compartida por muchos de los que tienen la gentileza de leerme.

Me dice un amigo: «para construir un mundo mejor, hay que partir de una selección de seres humanos mejores que construyan una», toda una definición, muy extendida particularmente entre los intelectuales, que para nada comparto.

De esto se desprende que Lula debió construir un Partido y luego un gobierno que cuestionara todo lo cuestionable de lo existente, así su gobierno hubiera sido impoluto e incuestionable, incluso por aquellos que pretendieron utilizarlo para el desarrollo de sus negocios. Y vaya si Brasil tiene un engranaje político más que bicenteañero en que todas las corruptelas parecen estar presentes. Es más esa grandeza parece haber sido posible solo con ese amparo de corruptela imperial. Sin embargo cuando llegó Lula en medio de una crisis brutal del sistema, la burguesía brasileña comenzó a soñar con tener a través de él una marca presencial de desarrollo de sus productos en el mundo. Ahora convengamos que el gobierno de la economía mundial, viviendo una aguda pugna por la rentabilidad, podía darle a esa perspectiva muy poca vida, como efectivamente ocurrió u ocurre hoy por ejemplo con la perspectiva que le pueda dar a la experiencia «nacionalista» de Trump y un final presumiblemente también trágico en su agotamiento.

La expresión del entonces Presidente Mujica de que debemos viajar en el estribo de Brasil, tenía en cuenta la coyuntura, pero no la perspectiva de la economía mundial, que si efectivamente encaró en su «olvidada» intervención en el seno de la ONU (septiembre 2013), aunque solo le demos a esta el valor de insinuarlo. También Lula al principio de su gobierno insinuó que iba a recorrer ese camino, el nacimiento del Foro Social Mundial debía hacerlo. Su impulso fue decisivo para que se constituyera y luego también en su decaecimiento.

Lula decidió meter las manos en el barro, ¡y en que barro!, para construir un modelo de desarrollo que el capitalismo mundial pudiera admitir. No fue posible, los plazos y los tiempos necesitan otra respuesta que es sobre la que efectivamente hay que debatir. Y cuando hablo de barro es más que una metáfora, es la realidad política en la que hoy se construyen las esperanzas progresistas de los pueblos. ¿Había otro camino? No, pero se insinuó un programa que luego no se desarrolló, y en el pecado está la penitencia.

También admitamos que desde los resabios del stalinismo aún persisten con proyectos varios, la idea de la estatización de la sociedad y para la cual para estas corrientes solo basta con la voluntad y los «hombres nuevos» dispuestos a su construcción. Amén de pensar en una realidad de la economía mundial idealizada, que no le puede brindar posibilidades porque no existen. Si bien en toda una etapa de la historia, –en medio de dos guerras mundiales– economías estatizadas tuvieron distinta suerte, por la propia existencia de la Unión Soviética, que siempre hemos señalado como apoyadas en el triunfo de la revolución rusa, utilizando la vía no marxista, ni leninista, del capitalismo de estado. Conjunción de avance y tragedia, con todo lo que ello significó en la vida de la gente, el asesinato de los revolucionarios y muchísimos seres humanos en un camino abierto al fascismo.

Para no los que no parecen entender esta realidad, hay un hecho que rompe los ojos, y es el de que el capitalismo embretado en una crisis cada vez más profunda, y necesitado de caminar, aborda hoy su desarrollo universal, apoyado en un país enorme, cuyo principal sostén es el gobierno del Partido Comunista. Como antes lo hizo en otra etapa de la historia en la construcción de EE.UU. como eje mundial del capitalismo.

Que esto no alcanza para darnos la tranquilidad; estamos de acuerdo, pero comprobemos que es un dato muy firme de la realidad y que es sobre él que debemos encarar el futuro. Es más, muchas de las esperanzas «progresistas» están amparadas hoy en esa realidad. Por eso de la vida política china ni la derecha habla, y cuando reciben las declaraciones de Trump, toman distancia. Quién los hubiera visto a fines del siglo 20 a estos mismos actores. El comercio no debe tener banderas nos explican.

Cosas vederes Sancho, diría el Quijote.

Apoyados en este análisis es que decimos que la prisión de Lula, es una prisión política y para resolverse necesita de un programa para el conjunto de la sociedad brasileña y que hoy repercuta en el mundo.

¿Por qué?, porque si no se abre la realidad política que lo condena sobre la base de prácticas que son nocivas para la sociedad, las fuerzas que predominan lo condenan porque ellas se siente ilegítimas sino lo hacen y porque el argumento de que abrió el camino de una vida digna a millones de seres humanos para ellos no es de recibo en tanto la economía tal cual está hoy organizada no lo puede sostener, sienten ahogo fascista y desprecio por todos los otros seres humanos. Hay odio de clase en su proceder.

Y por favor no me vengan con la moralina democratista, de los que en su vida diaria y a través de miles de ejemplo lo están negando; el que esté libre de pecados que arroje la primera piedra. ¿Quién en el Uruguay no evadió impuestos, quién no trabajó o hizo trabajar en negro? ¿Me explico? ¿Es que detrás de la oposición a la bancarización por ejemplo, no están los grandes operadores financieros que aprovechan errores de este proceso para afirmar sus negocios en el micro y gran mercado de los créditos? Negocio brutal de endeudamiento de la gente, y que a estos ni siquiera se atreven a denunciarlos como pasa con el movimiento llamado de los «autoconvocados».

Que debe haber reglas: de acuerdo, pero la punidad en la aplicación de esas reglas tiene el límite de la necesidad social de un programa que permita a la sociedad toda salir de esta etapa de crisis irreversible de la predominancia del modo de producción capitalista.

¿Cuál es el futuro de Lula?: siendo importante debemos saber que ello depende de algo aún más importante y es la capacidad de la izquierda de tener un programa para superar esta etapa de crisis, Lula lo insinuó en el 2001 con el Foro Social Mundial, Chávez lo enriqueció con su aportes, Mujica lo llevó a la ONU en setiembre del 2013, pero luego entramos en un pantano en que si no actuamos el retroceso es evidente. Y en el pantano las conductas antisociales de la corrupción, pesan y lesionan.

Todo esto sin dejar de señalar la existencia de los huevos de la serpiente, y los peligros que ello conlleva en un mundo donde el modo de producción capitalista hace que viva en un estado de guerra permanente. Y si para muestra basta un botón, tomemos las declaraciones militares presionando a los jueces, la conversación de la torre de control con el mando del helicóptero que transportaba a Lula, que son muestras que el fascismo sigue integrando el conglomerado de las conductas humanos posibles.

En este sentido y reconociendo la modestia de nuestros conocimientos, están todas las propuestas que sobre la base de dos herramientas –la moneda y los impuestos– hemos ido desarrollando en todas las columnas anteriores y que pueden consultarse en los archivos de la misma, con un centro: como ayudar entre todos a la muerte en paz de la predominancia del modo de producción que hoy nos está condenando a una vida peor.

Un mundo mejor es posible.

Jorge Aniceto Molinari.
Montevideo, 9 de abril de 2018.

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