[:es]Mi desafío.[:]

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Mi desafío.

(Abordando eso gris, que parece la teoría).

Corría diciembre de 1958, mi primer año de universitario –Facultad de Ciencias Económicas– lo había dedicado en gran parte a la militancia en la Federación de Estudiantes del Interior (FEI), recorriendo el interior del país en la defensa del proyecto de lo que luego sería la ley orgánica de la Universidad.

Hace muy poco tiempo atrás recuperamos el audio del acto que se realizó en Paysandú luego de levantada la ocupación del Liceo Departamental, hoy Nº 1, en que hablamos obreros, estudiantes, profesores y padres de alumnos el 9 de octubre de 1958.

No es excusa pero mi año universitario no había sido bueno y opté por dar aquellas materias que me parecían más accesibles aún en la insuficiencia de la preparación y en uno de los casos en concreto, ante la exigencia de un catedrático, el profesor Israel Wonsever, apegado a los textos.

La suerte estuvo de mi lado y el 13 de Diciembre (puede ser que la fecha no sea del todo exacta) me presenté ante la mesa examinadora integrada por el catedrático, acompañado por los profesores contadores Enrique Iglesias y Luis Faropa.

En el momento de ser convocado es llamado el Contador Faropa que debe retirarse, como era costumbre la mesa igual funcionaba comenzando a interrogarme el Contador Iglesias.

Por supuesto que no recuerdo los temas, si que ante una pregunta del profesor, contesté diciendo cual era mi opinión, lo que entusiasmó al Contador Iglesias que empezó a pasearme con preguntas sobre el conjunto del programa del año y yo respondiendo con opiniones, era algo insólito, creo sin exagerar que el diálogo debe haber durado casi 45 minutos. Cuando pasé al Contador Wonsever este se limitaba no a mis opiniones sino a que decían los autores analizados, en el año, en sus textos. No le conteste ni una pregunta, y en menos de 5 minutos terminó el examen.

El debate sobre mi examen me resultó interminable pues no entendía que se prolongara siendo mi desempeño con el profesor de la cátedra paupérrimo.

Al final se paró el Contador Enrique Iglesias y carnet en mano me dice: «Molinari el examen conmigo fue brillante, Ud. conoce la materia pero no le contestó ni una al catedrático por lo que el proponía una tercera pregunta pero como no estaba el Profesor Faropa no nos poníamos de acuerdo sobre quien hacía esa tercera pregunta, al final accedió a aprobarlo sin nota. Ahora por favor la próxima vez además estúdiele algo al Catedrático».

¿Por qué esta introducción?: para explicar que cuando llegué Marx no fue por razones universitarias sino por un deseo de entender que mierda estaba pasando en la realidad.

No fue fácil porque luego de tener una formación familiar en mi infancia valorando la obra de don José Batlle y Ordoñez, pasando por el anarquismo fui llegando a las ideas de Trotsky y particularmente a su programa de «transición» (1938) y particularmente a las ideas de Posadas que me ayudaron a comprender muchas cosas y a la vez a estar en una gran confusión con su afirmación de que «la guerra era inevitable». Era la concepción largamente refutada por Lenin en los trabajos de Trotsky y de Bujarin. Lo de Stalin («Cuestiones del leninismo») fue el uso de los trabajos de Bujarin, y no un desarrollo propio, para luego asesinarlo.

Durante todos esos años valorábamos a Lenin, pero decíamos que estaba equivocado con la NEP (Nueva economía política) y que el camino era construir economías estatizadas.

Finalizadas las elecciones de 1971, decidí tomarme un tiempo de reflexión, había trabajado intensamente desde el POR (trotkista) en la formación del Frente Amplio como antes lo había hecho desde AEBU (sindicato bancario) en pro de la conformación de una central única de trabajadores, con que se llegó a la conformación de la CNT, pero necesitaba entender que era lo que pasaba en el mundo y como parte de él en el Uruguay.

Lenin era para mí una gran incógnita y para nada aceptaba que lo de Stalin fuera su continuidad, sino más bien una traición y si se le reivindicaba como a Cristo, era para hacer lo contrario de lo que era su prédica.

Tenía además los trabajos del Doctor Carlos Quijano, que orientaba sobre la formidable lucha de Lenin por incorporar a la Unión Soviética al marco universal del desarrollo de la economía. Era además notable su comprensión del fenómeno de la revolución cubana teniendo que estatizar empujada por la acción canalla del entonces imperialismo norteamericano –hoy gendarme de las multinacionales sin perspectiva propia y con la tragedia de sus intervenciones–.

Fue un tiempo de encuentro con Lenin, y a través de él a la médula de las enseñanzas de Marx y de Engels, y a replantearme todo el contenido humano y social de sus trabajos.

Me encontré además con el trabajo de Rodney Arismendi, del profesor Julio Rodríguez, los más destacados, para valorar lo que significa ese pensamiento hoy.

No me costó trabajo entender que el concepto de los maestros sobre Dictadura del Proletariado, nada tenía que ver con defender la burocracia estatal del partido sino como los trabajadores defendían sus derechos frente al derecho burgués que amparaba la dictadura en declinación de la clase dominante. En el Uruguay un ejemplo brillante, reciente, fue la acción de los trabajadores de la construcción (SUNCA), imponiendo una ley de responsabilidad empresarial ante los accidentes que sufren los trabajadores. Sin su acción la ley jamás se hubiera aprobado, como tantas conquistas en la historia del movimiento obrero y de los derechos humanos, entre ellos en especial los de las mujeres.

Y también comprender que en 1924, Lenin había sido derrotado en su concepción de dirigir el Estado Soviético aún cuando las conquistas de este persistieron tal como lo analizara Batlle y Ordóñez a la muerte del líder de la revolución, Lenin.

¿Cómo se dividen hoy las aguas y cómo encarar lo que tenemos por delante y cuanto me costó entender esto?:

«(…) en la producción social de su vida los hombres establecen determinadas relaciones necesarias e independientes de su voluntad, relaciones de producción que corresponden a una fase determinada de desarrollo de sus fuerzas productivas materiales. El conjunto de estas relaciones de producción forma la estructura económica de la sociedad, la base real sobre la que se levanta la superestructura jurídica y política y a la que corresponden determinadas formas de conciencia social. El modo de producción de la vida material condiciona el proceso de la vida social política y espiritual en general. No es la conciencia del hombre la que determina su ser sino, por el contrario, el ser social es lo que determina su conciencia».

Karl Marx, Prólogo a la Contribución a la crítica de la economía política (1859).

¿Y entonces como nos plantamos hoy con estas enseñanzas y con la crisis del capitalismo tal como está planteada?

Lo primero: el objetivo no es construir un Estado alternativo, que compita con el Estado de los capitalistas. Es necesario comprender lo que ya Lenin decía en 1916 «El Imperialismo fase superior del capitalismo» en que preveía que la humanidad dentro del capitalismo se encaminaba a ser gobernada por los complejos empresariales multinacionales, que es lo que hoy pasa.

Lo que se trata es de luchando por imponer la paz, obligar a la «predominancia del capitalismo» a cerrar su etapa histórica que surge como una necesidad de toda la sociedad y de las propias relaciones de producción en su estado actual.

El aparato productivo y la técnica de su manejo es cada vez más universal, ningún país, ni aún China son dueños de su producción, hoy por encima de los «propietarios» hay una élite de técnicos, asesores de toda clase que son los que le dan a esa producción continuidad y desarrollo. Hoy esa elite no tiene expresión propia y llama poderosamente la atención que ante la crisis destacadas personalidades del pensamiento humano solo atinan a una tibia crítica sin ir a la médula del problema.

El corset es el concepto de rentabilidad, que ya no tiene que ver con el concepto de eficiencia. Keynes hablaba al final de la segunda guerra mundial de la «eutanasia del rentista».

El problema es que para liberarse de ese corset la humanidad necesita de una revolución que tome al Banco Mundial y al Fondo Monetario Internacional obligando a cambios fundamentales: como la moneda única universal y un sistema impositivo basado en la circulación del dinero, que dé muerte a los paraísos fiscales y haga que ninguna transacción sea válida si no está debidamente registrada donde la sociedad democráticamente lo determine.

Hoy llegamos a enormes contradicciones, por ejemplo acá en el Uruguay el Frente Amplio y la Central de trabajadores se organizan para resistir las medidas de un gobierno de estructura conservadora que intenta organizar la actividad económica fuera de las necesidades de la gente. Pero no dicen una sola palabra sobre el manejo monetario, los negocios se hacen en dólares y la gente cobra en pesos y tampoco se habla del sistema impositivo; el Contador Astori nos anunció el proyecto de un impuesto a las grandes fortunas, pero hasta ahora no sabemos en qué consiste, si que en su gobierno bajaron los aportes patronales de la seguridad social y se logró una muy débil rebaja del IVA, en tanto los impuestos al consumo (60% del presupuesto) a los sueldos y las jubilaciones siguieron siendo los principales. Y todos sabemos que este gobierno actual inexorablemente por distintas vías va a recurrir no solo al endeudamiento si a acentuar los impuestos actuales.

Ningún país puede por sí y ante si cambiar su matriz económica. Antes pensábamos que las revoluciones estatizando la economía si lo podían hacer. China, Vietnam, Cuba… nos muestran hoy que se apoyaron en las estatizaciones pero hoy conquistan el mundo con su actividad económica y el libre comercio que han pasado a encabezar.

No sé si hay conciencia de ello pero están aplicando las ideas de Lenin desarrolladas en cada uno de sus trabajos.

La dificultad consiste hoy en la falta de consciencia del hecho en sí, que está exigiendo un programa universal, no de estatizaciones sino dirigido a la moneda y los impuestos que ayude a la predominancia del capitalismo y su hija: la rentabilidad, a morir en paz.

Y a proyectar con esa inmensa masa de riqueza el desarrollo de la economía universal, elevando la educación, la salud, el trabajo, la vida de todos los seres humanos. Con eficiencia dando sepultura al burocratismo y a todas las lacras sociales. Pasar de la prehistoria a la verdadera historia de la humanidad, con seres humanos que tendrán todo para desarrollarse y convertir la tierra en un verdadero paraíso del pan y de las rosas.

Cuando recuerdo aquel examen de 1958, sigo pensando en las respuestas a los desafíos que la economía nos hace todos los días y que no tienen respuesta organizada, que no consiste en saber que dice cada autor sino en plantearse realmente los problemas.

Albert Einstein afirmaba que el destino de la humanidad era el socialismo, y que el ser humano incapaz de fabricar una manzana era, si, capaz de destruir lo construido con la energía nuclear.

Jorge Aniceto Molinari.
Montevideo, 16 de Septiembre de 2020.

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[:es]Pepito.[:]

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Pepito.

Tengamos presente el llanto de Manini en el velorio del Ñato.

Tengamos presente las afirmaciones de Lucía de que con Manini se podían llegar a acuerdos.

Hace poco cuando se habló del desafuero a Manini el Pepe dijo que no lo votaría porque si le quitaban los fueros «se iba a hacer la víctima».

Ahora en la semana previa dice la enorme falsedad como que si lo desafueran el FA no le votará el reintegro si la Justicia no encuentra motivos para enjuiciarlo.

Esto es terrible por donde se lo mire.

  1. Se mete a adelantar una acción del FA sin haber consultado a nadie.

  2. Le adjudica al FA una acción totalmente antidemocrática como la de no devolver los fueros si no hay lugar a nada.

  3. Eso va contra todas la historia parlamentaria del FA y de los demás partidos. Eso jamás ocurrió.

  4. La única intención es entreverar bien la madeja para que el desafuero no prospere. Ahora le está dando a unos cuantos el enfermizo argumento de que: «Ah! Si no le devuelven los fueros cuando acabe la acción de la Justicia, entonces no lo desaforamos nada».

Me pregunto ¿hasta cuándo esta persona nos va a seguir entregando a todos los uruguayos atados de pies y manos a Cabildo Abierto o sea al núcleo duro de la más sangrienta dictadura que tuvo nuestro país?

Mi reflexión:

El camino al infierno está empedrado de buenas intenciones. En este caso es al revés. Comparto tu análisis salvo como lo culminas. El único antídoto contra las debilidades humanas es el programa y la lucha por él, así el ser humano se dignifica. Artigas un genial conductor en sus tiempos, hizo de los corsarios –sus calañas no las desconocía–, seres humanos capaces de colaborar en los mares del mundo con la lucha del protector de los pueblos libres. Mujica ha hecho de su vida un compendio de todo tipo de intenciones, pero lo más grave es como llega a defender un programa y luego con la misma facilidad, lo abandona.

Hoy en la izquierda esto no se entiende, y solo se atina a reivindicar cargos, así nos va. Hagamos el esfuerzo por volver al método de los maestros.

Jorge Aniceto Molinari.
Montevideo, 8 de Septiembre de 2020.

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[:es]Energúmenos.[:]

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Energúmenos.

Jorge Zabalza.Al declarar ante sus cómplices, Gilberto Vázquez aprovechó la oportunidad y les recordó que estaba encarcelado por crímenes cometidos por todos. Mientras los generales disfrutaban su buen pasar, el asesino la pasaba mal en Domingo Arena: «deben protegerme o los mando en cana». Quisieron que se callara la boca, pero el muy energúmeno continuó con la lista de las aberraciones, recordándoles a los del tribunal de honor que la política de exterminio y el plan cóndor no eran inspiración de unos pocos. «Todos somos asesinos», parecía sentenciar, parafraseando el título de la inolvidable película de André Cayatte.

No le busquen más vueltas, a Gilberto no le interesaba que se supiera la Verdad, lanzaba sus dardos contra los mandos porque los quería chantajear. Alguna tajada habrá sacado, pero, para saber su monto, habrá que esperar que se descubran nuevas verdades ocultas. Parece mentira, pero la Verdad quedó comprobada gracias a una vulgar rencilla carcelaria entre delincuentes.

Escribir sobre este escándalo no es nada fácil. Revuelve las entrañas, pero, no de horror, sino de bronca e impotencia. El acta con las declaraciones del energúmeno reconfirma que los crímenes aberrantes obedecieron a una política sistemática de las fuerzas armadas, cuyos mandos ocultaron y ocultan toda la información al respecto. ¿Cómo hacer para que revelen la Verdad y se haga Justicia?

Nadie ignora la responsabilidad de la institución armada, pero, hay genios de las maniobras «políticamente correctas» que apostaron a que el pasaje del tiempo trajera el olvido de unos y el perdón de los otros. Querían convencer a sus fieles de que la cuestión se resolvería por sí sola al morir los verdugos y las víctimas. Sin embargo, aunque de coronel para arriba ya murieron casi todos los culpables, estas actas confirman que la paz solamente llegará cuando se sepa toda la Verdad. El asunto no se resuelve sólo entre verdugos y verdugueados, porque la barbarie intentó esclavizar el pueblo entero. Los efectos del terrorismo no están sólo en los costurones que uno lleva en la piel y en el corazón.

Asumir el ministerio de defensa el 1° de marzo de 2005 no era sencillo, más aun, siendo civiles, frenteamplistas y comprometidos con la Verdad y la Justicia. Cayeron, como peludo de regalo, a una institución en manos del terrorismo de Estado, donde predominaba su modo de interpretar la realidad y la historia reciente. El universo dividido en amigos y enemigos, los militares eran más leales a la doctrina de seguridad nacional que a las autoridades civiles. Fue el legado que dejó el general Medina, desacatos y amenazas al por mayor.

Un imperativo ético obligaba a los intrusos civiles, debían horadar muralla de impunidad que protegía a los criminales. Afectase a quien afectare. Provocase la reacción que fuera. Con ese impulso moral, la compañera Azucena logró descubrir, en el año 2007 los más de 14.000 documentos del titulado «archivo Berruti», que estaban escondidos en el ex CGIOR, ex Escuela de Inteligencia del Ejército. Abrirlos al conocimiento público era el modo más directo de quebrar la cultura de la impunidad dentro y fuera del ministerio, de demostrar que la Verdad no era un mito sino realidad oculta. Sin embargo, después que Azucena renunció al ministerio debieron pasar más de 10 años para que el contenido de los archivos quedara librado al conocimiento del público. ¿Fue una especie de frenazo, un anticipo de la voltereta que dio Fernández Huidobro como ministro? Es inexplicable que un gobierno progresista haya mantenido en carácter de reservados documentos tan esclarecedores de la Verdad. Los periodistas debieron reemplazar a los gobernantes omisos en el deber de informar a la población.

Tampoco convencen esas explicaciones de «no tengo conocimiento, porque los militares debían informarme y no lo hicieron». Denota mucha pasividad. El hecho evidente es que los militares, hipotéticamente subordinados del poder civil, les pasaron por el moño las actas con las confesiones de Gilberto. ¿Dónde está la responsabilidad individual del militante? ¿no se debería haber estado mucho más alerta cuando se trataba de tamaño energúmeno? ¿no debían haber leído y releído hasta descifrar el significado de cada punto y coma? ¿o, simplemente, se conformaron con homologar los expedientes que los coroneles pusieron para la firma?

En el segundo gobierno del Frente, Luis Rosadilla y Eleuterio Fernández rindieron sin condiciones el imperativo ético. Culminación bizarra de la derrota de la Verdad, se convirtieron en un engranaje más de la maquinaria burocrática de impunidad, abogados honorarios y voceros de los criminales con los que bebían whisky. Se pasaron los principios por allá abajo. Para que esta historia Nunca Más se repita debe ser la madre de todas autocríticas: ¿qué apoyos fueron necesarios para defraudar la confianza de los que marchan cada 20 de Mayo?

Por cierto, si se elude la reflexión sobre las condiciones en que la impunidad se va imponiendo, se seguirán alimentando aves de rapiña y, el día menos pensado, los cuervos nos comerán los ojos. Las cosas deben quedar en blanco y negro, como la tropilla de la muerte.

Jorge Zabalza.
Jueves, 3 de Septiembre de 2020.

Enlace del artículo original en castellano:

https://elmuertoquehabla.blogspot.com/2020/09/energumenos.html

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[:es]Faltan informes (actas) fundamentales.[:]

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Faltan informes (actas) fundamentales.

(Abordando eso gris, que parece la teoría).

Mientras el debate político en nuestro país –Uruguay– gira en torno a las actas de los tribunales militares y los procedimientos seguidos con ellas, permítasenos recordar que el actor fundamental en todo el proceso militar vivido en el país pero también en toda América y que han tenido durante años el rol protagónico, son los servicios del otrora imperialismo yanqui.

Y decimos otrora imperialismo yanqui, porque EE.UU. ha ido perdiendo su rol como centro del libre comercio y del capitalismo mundial sin perder el rol de gendarme, ahora al servicio de los complejos empresariales militares multinacionales, lo cual no significa que haya disminuido su rol trágico sobre los pueblos.

Sin duda que cada quién haya tenido responsabilidad en esta tramitación de las actas debe dejar claro cuál ha sido su actuación. También señalar que no hemos perdido nuestra confianza en la ejemplar conducta de la compañera Doctora Azucena Berrutti y en su desempeño en el Ministerio de Defensa Nacional, como en su permanente militancia socialista al servicio de la sociedad.

Siendo importantes cada uno de estos hechos, lo primero es lo primero, y sin el rol de los «servicios» preparando, interviniendo directamente, induciendo las conductas delictivas, hubiera sido imposible un golpe de Estado en el Uruguay en 1973, como hoy incluso sucede con la plena posibilidad de realizar elecciones democráticas en la mayoría de los países de nuestra América.

Pero además porque en el seno de las fuerzas armadas para que ello pudiera producirse existió la persecución –por parte de los «servicios»– a los militares apegados a la constitución y con una sólida formación en los principios del artiguismo.

No estamos hablando de un proceso rectilíneo como tampoco lo es cada uno de los procesos sociales. Para que ello pudiera existir los servicios cumplieron en cada uno de los países y en escuelas de formación militar a nivel general con acciones destinadas ya desde los años posteriores a la finalización de la Segunda Guerra Mundial en 1945.

A ello contribuyó la política errónea de los partidos de la izquierda y particularmente de los Partidos Comunistas en duro procesos internos de copamiento por parte de las concepciones stalinistas que indujeron a error en la comprensión de los movimientos sociales, particularmente a las expresiones en todos los sectores, de movimientos que desembocaron en guerrillas al no tener instrumentos organizativos de masas en el seno de la sociedad que permitiera desarrollo de masas políticos y/o sindicales.

Un instrumentos que resultó eficaz a la política de los servicios fue el estimulo a la acción guerrillera sabiendo que era un medio de captar las fuerzas sociales que la juventud no lograba encauzar políticamente en un instrumento que las representara en la estructura democrática de las instituciones políticas y sindicales de la sociedad; ya comenzaba a expresarse también de esta manera la falta de un programa.

Los partidos políticos que habían conducido a las masas populares se fueron vaciando de contenido y agotando sus programas. Lo que surgía trataba de ser algo nuevo sin poder comprender la importancia de los movimientos emancipatorios en la historia de la humanidad.

La diferencia con una organización sindical y/o política está dada porque en estas siempre es necesario dar una explicación que a su vez el mayor o menor desarrollo democrático de la misma permite calibrar y hacer nulo todo intento de infiltración en ellas aunque es notorio que los servicios lo intentaron y lo siguen intentando. Por eso, aunque pueda parecer contradictorio, una organización socialista que mejor defina su programa y sus fines hace de su democracia interna un escudo contra todo intento de desviación de sus fines.

Hay dos ejemplos paradigmáticos: la guerrilla cubana y la guerrilla colombiana. En Colombia cuidando la integridad del ejército a pesar de su descomposición interna, lograron polarizar duramente a la sociedad colombiana logrando hasta ahora sus objetivos, a pesar de los enormes esfuerzos que se han realizado por parte de las fuerzas democráticas en Colombia y fuera de ella.

En Cuba la realidad fue distinta. La guerrilla pretendió ser usada en lo que los yanquis querían, que era deshacerse de Baptista y sus secuaces y luego un mero cambio de gobernantes. El tiro les salió como se dice popularmente por la culata. Y a su vez la dirección de la revolución cubana con una disciplina revolucionaria no exenta de errores, llegó a estar a los niveles de la revolución china y posteriormente la vietnamita.

Pero de su derrota ante la dirección de la revolución cubana, los yanquis aprehendieron e imprimieron a su accionar una agudeza que ha llegado a acciones de persecución política directa contra los cuadros que el desarrollo social iba formando en cada uno de los países particularmente en Chile, Venezuela, pero cada uno con sus peculiaridades diferentes en toda América.

Hoy la peligrosidad del accionar de estos servicios sin disminuir su intensidad se muestra cuestionada por una realidad interna en EE.UU. como la pérdida del comando del libre comercio mundial y del propio centro del capitalismo, y si para contradicción no fuera bastante, el centro del libre comercio y del propio capitalismo están pasando a ser comandados por China y su entorno gobernada por el Partido Comunista.

En el Uruguay pretender demarcar los campos previamente, catalogando a unos de demócratas y otros de fascistas, nos puede llevar a consideraciones profundamente equivocadas.

Creo que con el gobierno del Frente Amplio y el apoyo de la central sindical a su gobierno, el país avanzó en todo sentido pero eso no quita la responsabilidad de la claridad del papel de cada uno en el proceso. Creo que el papel de Seregni, Arismendi, D’Elía –tal vez los más destacados–, fue fundamental, pero la realidad sigue su camino y hoy hay una profunda desorientación ideológica porque además los fenómenos que presenta la crisis irreversible de la predominancia del modo de producción capitalistas nunca han sido abordados, salvo insinuaciones como las de Mujica en la ONU que luego nadie, ni el mismo Mujica lo han reivindicado.

Cuando los comunicados 4 y 7 de las fuerzas armadas nuestra desorientación fue enorme, pero no todos se desorientaron. El Doctor Carlos Quijano por ejemplo, sin desconocer las distintas corrientes en las fuerzas armadas, siempre previno sobre el hecho de que en ese juego se le hacía el campo orégano a los sectores, con logística superior directamente vinculados con los servicios de EE.UU. La propia redacción de los comunicados 4 y 7 conoció un proceso sinuoso donde la participación de agentes de los servicios incidieron en modificaciones que cambiaron el sentido inicial de los mismos si bien ello no modificaba el juicio que el Doctor Quijano hacía del movimiento de las fuerzas en su seno.

Tampoco los generales Seregni, Licandro, Baliñas, entre los más destacados sembraron ninguna expectativa sobre los mismos. Si eran elementos políticos, sobre los cuales se debía intervenir, y el error grave que se cometió en el movimiento popular fue el de que no identificamos, para resaltarlos, los valores democráticos institucionales aún después de las graves irregularidades del proceso electoral de 1971. Si lo había hecho Ernesto «Che» Guevara en el Paraninfo de la Universidad.

La salida institucional a la dictadura si bien es cierto fue fundamental la lucha de las organizaciones y el movimiento social, también es cierto que también fue fundamental el cambio de posición del gobierno de EE.UU. y su experiencia de derrotas en América.

Lo cual tampoco es un proceso rectilíneo, recordemos el asesinato de Kennedy como directa consecuencia de su negativa a invadir Cuba a manos de los sectores fascista del Estado norteamericano.

Esto que hoy sucede en el Uruguay no es ajeno a todo eso. Pretender meter en una misma bolsa al General Manini y a los militares terroristas de Estado, si bien el tampoco hace nada por diferenciarse y si el cumplimiento de su palabra empeñada que está por encima de una lealtad institucional que debería ser privilegiada, es a nuestro humilde saber y entender un grave error.

Recordemos el asesinato del Doctor Roslik con el objetivo interno al ejército de dejar mal parados a los militares que habían comprometido una salida institucional e intentar reinstaurar el terrorismo de Estado. Muy similar a los objetivos de Gavazzo y Vázquez contra el conjunto de los mandos militares, ya sin perspectiva alguna haciendo el mal por el mal mismo. Como venganza personal frente a su propia institución1.

Sin embargo, nuevamente aprendiendo la lección de Quijano, si el conjunto de la sociedad no se encamina con un programa de salida a la grave crisis actual, estamos nuevamente en la disyuntiva de que primen las debilidades y apetitos personales por encima de las necesidades políticas y sociales del conjunto de la población.

En este momento no hay un programa de salida a la crisis –más aún agravada por la pandemia– y si el Frente Amplio estuviera en el gobierno se daría una situación bastante similar. Si bien no podría tener como objetivo hacer Caja en el Estado ahorrando en sueldos y retribuciones a los trabajadores, que ese parece ser el objetivo Arbeleche.

Pero el objetivo de saber de dónde recaudar, la sociedad no se lo ha propuesto y cuando nosotros hablamos de los impuestos basados sobre la circulación del dinero nos miran como marcianos, aunque no va a pasar mucho tiempo en que podamos decir como Galileo Galilei «e pour se mouve».

El conjunto de la izquierda se encamina a un programa de resistencia social sin comprender la importancia de organizar un movimiento internacional que reivindique el desarrollo de la economía –hoy en retroceso por la pandemia en la mayor parte del mundo– que determine un funcionamiento del aparato global, en beneficio de la gente, sobre la base de instrumentos institucionales globales como la moneda única universal y un sistema impositivo basado en la circulación del dinero –eliminando los sistemas fiscales basados en el consumo, los salarios y las pensiones– dando muerte a los paraísos fiscales, haciendo ilegal toda transacción que no esté debidamente registrada donde la sociedad democráticamente lo determine. El desarrollo de la eficiencia en la actividad económica eliminando el burocratismo, el estatismo en lo que no sea indispensable para garantizar el desarrollo social de las masas.

Debemos hacer realidad el sueño de Keynes de que la eutanasia del rentista ha llegado, y que los pueblos están en condiciones de tomar en sus manos democráticamente la economía cambiando radicalmente la orientación del FMI y del Banco Mundial.

Hay que romper el dique que hoy contiene la capacidad creadora de millones de seres humanos, orientados a obtener su satisfacción individual, en una sociedad que necesita instrumentos para sacar del atraso y la pobreza a millones y volcarlos a construir una nueva humanidad. Imponiendo la salud, la enseñanza, el alimento hacia todos.

Nosotros asumimos nuestra propia responsabilidad y no estamos dispuestos a exonerar a nadie de la suya, pero es absolutamente necesario concentrarse en el objetivo de un programa como el que puntuamos, capaz de sacar a la humanidad de esta crisis.

Eso nos pareció que insinuaba Mujica en la ONU en 2013 –tal vez le tengamos que dar la razón al Tambero Zabalza- de que nos engañó y sólo era vestirse de gala para un día de fiesta. Nuestra esperanza no se centra en individuos sino en las ideas capaces de hacer carne en las masas y permitirnos construir la sociedad del pan y de las rosas.

Cuando decimos que estos informes que faltan deben ser exigidos al gobierno de EE.UU., al Estado, sabemos que estamos generando un hecho político nuevo, del que nosotros no conocemos precedentes, pero también era nuevo el plan Cóndor y las responsabilidades frente al mismo no han sido respondidas.

Por lo que sabemos los gobiernos del Frente Amplio en esto fueron omisos, pero la realidad como esta de los tribunales militares en el Uruguay, exigen una respuesta política y si no se hizo antes no quiere decir que invalide que se reclame se haga ya.

Jorge Aniceto Molinari.
Montevideo, 2 de Septiembre de 2020.


Nota:

1 El tema lo aborda con claridad Jorge Zabalza en un artículo titulado «Energúmenos», publicado en «Voces».

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[:es]Rentabilidad o muerte.[:]

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Rentabilidad o muerte.

(Abordando eso gris, que parece la teoría).

Razones de salud me han mantenido alejado de la «pluma» por tres semanas, espero recuperarme totalmente y seguir esto que en mis años 80,1 me apasiona. Temas no faltan, al contrario se agolpan en turno «caótico».

John Maynard Keynes, esbozó en su desarrollo teórico la necesidad de la «eutanasia del rentista». Sin embargo hoy a varias decenas de años de su fallecimiento, la sociedad «toda» está dentro de la disyuntiva en que el sector agropecuario de productores pequeños y medios en el Uruguay, pero con similitudes en distintos tipos de actividades, además extendido el mismo problema a todo el mundo, definió como rentabilidad o muerte.

Lo cual no quiere decir que cuando la sociedad, en revolución, organizase su aparato productivo en torno a conceptos de eficiencia y necesidad social, no vaya recurrir a la pequeña y mediana producción y particularmente a las formas cooperativas. Sobre esto debemos destacar los trabajos de Federico Engels y el propio Lenin en el curso de la revolución rusa.

Todos los días del año en este modo de producción predominante, ahora con mayor velocidad por la pandemia del corona virus se produce el cierre de las pequeñas y medias empresas que contradictoriamente han sido de un enorme peso social en el desarrollo del capitalismo. Aún cuando el desarrollo del capitalismo siempre estuvo en manos de empresas, primero nacionales, luego multinacionales, también estatales pero cada vez de mayor dimensión, lo que se llama el espacio económico, supeditando el crecimiento, el avance a ello.

En el ínterin habría que incluir los intentos de mega estados y las razones de su fracaso.

Lo que hace que el concepto rentabilidad está reñido con el de democracia, que si exige esta desarrollar la eficiencia eliminando el burocratismo y la corrupción, cada vez más campantes en esta época final de la predominancia del modo de producción capitalista.

Sin embargo es un concepto muy difícil de entender tanto en la izquierda como en la derecha. El problema es que ya no hay más tiempo, la predominancia del modo de producción capitalista –con su concepto de rentabilidad– necesita morir ya, o la tragedia que estamos viviendo irá en aumento y será cada vez más incalculable en sus consecuencias.

Hace ya algunos años en la revista de los jubilados de AEBU (gremio bancario uruguayo) 15 de Mayo de 2004, decíamos:

¿Qué mierda es un inversor?1.

«Bueno, no se asusten por el título, pero el debate político me obliga a seguir sus reglas y hoy se habla así. Lamentablemente o no, pero se habla así; viste.

Por lo tanto develemos el misterio sobre que es un inversor.

Unos dicen que es un ser malvado que viene a llevarse las ganancias, otros que es el que nos va a salvar dándonos empleo, dándonos trabajo, haciendo ingresar al país todo, el bienestar que se nos está yendo y con él, nuestros hijos, nuestros hermanos , nuestros amigos, etc. etc.

Ya de por si, la palabra inversor es un producto de esta época, en otras se hablaría de empresario. Y acordemos que no es lo mismo inversor que empresario. Empresario está referido directamente a una actividad específica. Inversor es un término más poderoso porque se refiere a aquel que tiene una actividad donde su accionar se vuelca a aquello que es redituable, y además tiene los medios para saberlo y hacerlo, y puede accionar los contactos para que lo sea. Es más, son estos contactos (estudios jurídicos, estudios contables, asesores de distinta laya, vendedores de influencia) los que por lo general salen a prevenir sobre que tal o cual política ahuyenta a los inversores. La contracara es la de aquellos que nos previenen que luego del pasaje de estos señores no queda nada, ni empleo, ni naturaleza, sólo campo pelado.

El tema es que el mundo sigue su marcha, y que la actividad económica quiéranoslo o no, tiene forma empresarial, empresarial privada, multinacional o empresarial estatal. Pero tiene forma empresarial. Y es un tema al que hay que meterle el bisturí a fondo.

Pero además es un fenómeno que sigue su desarrollo, y hoy no podemos hablar de un mundo empresarial sin analizar su concentración económica a través de la actividad de un sistema financiero multinacional como jamás se ha conocido antes. Es decir hoy la iniciativa de la inversión en el mundo está en manos de los grandes centros financieros internacionales que superan con creces las dimensiones de los estados nacionales más desarrollados, a los cuales a su vez ponen al servicio de sus resoluciones.

Por eso hablar del inversor o hablar de las inversiones como un fenómeno puro aislado del mundo en que vivimos es una reverenda idiotez, o una canallada para servir intereses propios, a costa del interés colectivo.

Ahora bien esto en lo macro, pero en la micro cada uno de nosotros es un inversor, que decide en cada momento que hacer con sus ingresos, (recordar el tema de los ahorristas estafados). El problema es que el pragmatismo del sistema dominante lleva el razonamiento a ver el pequeño problema, importante en lo individual, sin ver la globalidad de la tendencia, que es la que en definitiva se impone.

Por eso hay ciudadanos que con muy buenas intenciones hablan del desenganche del país, (nuestro Uruguay, otros países pueden tener más margen), de la vuelta a una política de nacionalizaciones o estatizaciones, que no tiene margen para operar, y que a lo sumo puede defender lo ya adquirido con grandes dificultades en el terreno empresarial; pero con muchos adeptos en el plano ideológico reminiscencia de lo que fue el mal llamado campo socialista.

En este esquema están encerrados los llamados gobiernos y partidos progresistas, los llamados despectivamente por el ilustre Dr. Julio María Sanguinetti, los «populistas», como si el querer comer todos los días, tener derecho a la salud, a la vivienda, a la enseñanza fuera «populismo».

Pero el esquema se rompe. Luego se recompone, y más tarde vuelve a romperse y en una dimensión mayor. El tema es si nos da la vida para ver cuando se sustituya. Pero además que hacemos para que se sustituya por uno superior o por un no-esquema.

Y en la de todos los días nos hablan de dejar entrar al inversor, de no espantarlo con impuestos, o en el otro bando del impuesto a la renta, de la no venta de la tierra a sociedades anónimas, etc., etc., etc.

No está en discusión que desde el gobierno mucho se puede hacer en beneficio de la gente. Y ojo, digo de la gente en general; porque también se puede hacer mucho por los amigos, y esto por lo general en detrimento del beneficio de la gente. Pero tampoco está en discusión que los limites son cada vez más agobiantes, porque las condiciones que se exigen por la inversión son cada vez más indignas, y más aún cuando se compite con zonas del planeta donde nunca existió la seguridad social.

¿Qué corre a nuestro favor?, el avance tecnológico, las comunicaciones, las opiniones que cruzan todo el planeta, en síntesis: la democracia; pero la crisis es de una enorme profundidad.

¿Se acuerdan Uds. de los ilustres compatriotas que defendían la invasión a Irak, y hablaban de una micro cirugía? Cuando vemos estas fotos sobre la tortura, cuántos de nosotros hemos recordado la tarea en el Uruguay de Dan Mitrione ¿fue en democracia? Y ya estaban preparando la dictadura cívico-militar, y promovían el enfrentamiento guerrillero como vía para desarticular el movimiento popular y justificar el avasallamiento de las instituciones. ¡ Cuantas enseñanzas!

Hoy en el mundo predominan los inversores de la guerra, los que generaron el 11 de setiembre (en Chile y en Nueva York), el 11 de marzo en Madrid, y la masacre de Irak y de Medio Oriente.

Para que predominen los otros inversores los de la paz, es necesario reglas democráticas, algunas sencillas de tomar pero que aparecen muy lejanas aún.

  1. Tenemos que ir a la moneda única universal; así como existe el metro, el kilo, el litro, tiene que existir una medida única de moneda, y para ello hay que ir a un nuevo acuerdo de Bretton Woods.

  2. Radical transformación de los regímenes impositivos, sobre la base del impuesto a las transacciones financieras. Para ello debemos ir a acuerdos banco centralistas.

  3. Certeza jurídica a través de la bancarización.

  4. Creación de un fondo universal de desarrollo, para la asistencia inmediata de los sectores más empobrecidos, atendiendo la salud, la enseñanza, la vivienda, promoviendo el trabajo, la investigación científica.

  5. Reexamen de la deuda: externa e interna. Desarrollo de instrumentos de arbitraje.

  6. Despenalización de las drogas y del aborto, como instrumento de combate al negocio de la droga y del aborto y a su vez promover la vida.

  7. Defensa de la identidad cultural de los pueblos, de las regiones de las nacionalidades, de sus costumbres.

Y sin duda que quedan muchos puntos programáticos más, basta recordar lo que han sido los Foros Sociales Mundiales para tener una idea de la riqueza de las propuestas que circulan en el mundo, si he puesto estas a consideración es porque desde mi modesto punto de vista, estas son las que están en el centro de la decisión política.

Y por último una nuestra: Funsa. Es un triunfo, como pudo ser y no fue lo de Cristalería. Tal vez si aquello hubiera sido en tiempos preelectorales hubiera cristalizado. Una razón más para entender el tema de los inversores».

Jorge Aniceto Molinari.
Montevideo, 28 de Agosto de 2020.

Nota:

1 Aclaremos para la nota en que está incorporado este recuerdo, de nuestras luchas en el gremio bancario por su Caja de Jubilaciones y Pensiones, que inversor no es lo mismo que rentista, aún cuando la tendencia hace que este supedite al otro si es que no coinciden en una misma identidad.

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[:es]La hegemonía del pensamiento en el manejo de la opinión pública.[:]

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La hegemonía del pensamiento en el manejo de la opinión pública. Algo de lo que hemos leído del notable comunista italiano Antonio Gramsci.

En estos días ha aparecido la encendida defensa del senador Guido Manini Ríos de quienes pudieron haber sido sus compañeros de armas si la edad le hubiera permitido ingresar antes en el tiempo al Instituto armado.

No me interesa en esta nota entrar en los aspectos que ya son enormemente trillados en la opinión pública, sobre los hechos materia de juzgamiento, sino en un argumento que desarrolla el General Manini, que por su falacia no deja de estar incorporado al pensamiento que hegemónicamente sostiene la mayoría de la sociedad.

Dice el senador que el accionar de la justicia nacional está interferido por organismos manejados por potencias internacionales.

El planteo oculta una verdad, que nuestro Frente Amplio en estos tiempos, el General Licandro lo planteó siempre, ha estado omiso en buscar. Y es que el golpe de Estado en el Uruguay fue planificado antes de la existencia de la propia guerrilla, –somos de los que pensamos que a esta se le estimuló para buscar ese desenlace preocupados por el desarrollo de ideas de reivindicación social– y que el mismo –el golpe de Estado y el terrorismo de Estado– no se hubieran podido dar sin la intervención de los servicios y agentes de EE.UU., a los cuales jamás se le ha pedido cuentas o que aporten a través de sus archivos –muchos de ellos oficiales- lo que ha sido su accionar en contra de nuestro pueblo.

La propia existencia de organismos internacionales de derechos humanos expresa de algún la consciencia en países como EE.UU. del rol infame que esta potencia otrora imperialista ha cumplido y cumple en las represiones populares.

Y las cosas se dan vuelta de tal manera que ahora prensenciamos como un senador de derecha denuncia la injerencia del «imperialismo» en la justicia uruguaya. «Cosas veredes».

Jorge Aniceto Molinari.

Miércoles, 5 de Agosto de 2020.

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[:es]La hegemonía del pensamiento en el manejo de la opinión pública. Algo de lo que hemos leído del notable comunista italiano Antonio Gramsci.[:]

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La hegemonía del pensamiento en el manejo de la opinión pública. Algo de lo que hemos leído del notable comunista italiano Antonio Gramsci.

En estos días ha aparecido la encendida defensa del senador Guido Manini Ríos de quienes pudieron haber sido sus compañeros de armas si la edad le hubiera permitido ingresar antes en el tiempo al Instituto armado.

No me interesa en esta nota entrar en los aspectos que ya son enormemente trillados en la opinión pública, sobre los hechos materia de juzgamiento, sino en un argumento que desarrolla el General Manini, que por su falacia no deja de estar incorporado al pensamiento que hegemónicamente sostiene la mayoría de la sociedad.

Dice el senador que el accionar de la justicia nacional está interferido por organismos manejados por potencias internacionales.

El planteo oculta una verdad, que nuestro Frente Amplio en estos tiempos, el General Licandro lo planteó siempre, ha estado omiso en buscar. Y es que el golpe de Estado en el Uruguay fue planificado antes de la existencia de la propia guerrilla, –somos de los que pensamos que a esta se le estimuló para buscar ese desenlace preocupados por el desarrollo de ideas de reivindicación social– y que el mismo –el golpe de Estado y el terrorismo de Estado– no se hubieran podido dar sin la intervención de los servicios y agentes de EE.UU., a los cuales jamás se le ha pedido cuentas o que aporten a través de sus archivos –muchos de ellos oficiales- lo que ha sido su accionar en contra de nuestro pueblo.

La propia existencia de organismos internacionales de derechos humanos expresa de algún la consciencia en países como EE.UU. del rol infame que esta potencia otrora imperialista ha cumplido y cumple en las represiones populares.

Y las cosas se dan vuelta de tal manera que ahora prensenciamos como un senador de derecha denuncia la injerencia del «imperialismo» en la justicia uruguaya. «Cosas veredes».

Jorge Aniceto Molinari.
Miércoles, 5 de Agosto de 2020.

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[:es]Argentina ha firmado un acuerdo con sus acreedores.[:]

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Argentina ha firmado un acuerdo con sus acreedores.

Es una buena noticia. Argentina ha firmado un acuerdo con sus acreedores que la pone fuera de una situación de default (cesación de pagos) en que la había puesto el monstruoso endeudamiento que contrajo el gobierno anterior sin ningún beneficio para el pueblo argentino.

De todos modos siendo una buena noticia para los argentinos y los pueblos hermanos, es insuficiente y se inscribe dentro de una política de resistencia que los sectores que defienden los intereses de la gente han inscripto su accionar político en estos últimos tiempos.

En el caso de Argentina además se ha dicho que esto es necesario para una reactivación económica volcada hacia su propio desarrollo interno, lo cual podría haber sido razonable en otro contexto de la realidad económica del mundo, donde los aparatos productivos no tenían una interdependencia que los hace supeditados a lo que ocurre en el mundo con los mercados y los precios de las distintas mercancías y los estados de elaboración sobre ellas. Situación a la que tampoco es ajena Europa y EE.UU. si bien tienen un manejo monetario a costa del resto del mundo que les da un pequeño respiro.

El pueblo argentino además como sufre como el resto de los países del continente de los ajustes a su nivel de vida realizados a través del manejo monetario y de un sistema impositivo basado en el consumo, el salario y las pensiones, mientras las transacciones con capitales gozan de una casi total impunidad.

Hemos bregado desde estos humildes escritos para que Argentina y los gobiernos progresistas abandonen una política pura de resistencia (es la que se ha comenzado a aplicar en Uruguay) por una ofensiva organizada hacia los organismos financieros internacionales que tenga como objetivo una medida monetaria única y universal y sistema impositivos que vayan sobre la circulación del dinero haciendo no válida toda transacción que no tenga el registro correspondiente donde la sociedad democráticamente lo determine, dando muerte a los paraísos fiscales.

Jorge Aniceto Molinari.
Miércoles, 5 de Agosto de 2020.

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[:es]Nada que perder, un mundo a ganar.[:]

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Nada que perder, un mundo a ganar.

(Abordando eso gris, que parece la teoría).

Comprendo que hay una gran mayoría de seres humanos en los cuales los enfrentamientos sociales han influido en su forma de pensar confrontativa, su lógica es que para que haya ganadores debe necesariamente haber perdedores.

No faltaran los que me señalen que he abandonado las enseñanzas de los maestros, por ejemplo sobre la lucha de clases, con lo cual confirmarán mi tesis de que no han entendido nada –disculpen la soberbia–.

La lucha de clases como la ley de gravedad se desprenden, esta del análisis del desarrollo social y la otra de la física, pero negarlas hace que el enfoque científico quede de lado.

Conocemos gran parte de nuestra historia contemporánea, la economía movida en su esencia por la necesidad de rentabilidad en las inversiones. De aquella humilde primera plusvalía manejada por alguien que suponemos jefe de taller organizando con ella la expansión de su actividad económica, hasta esto de hoy en que a través de la organización financiera se invierte no solo en lo necesario sino en rubros que estimulan todas las lacras sociales, buscando esa rentabilidad cada vez más esquiva, lo que Marx analizaba como el permanente agostamiento de la tasa general de ganancias.

Las metas en la economía logrados por la inversión capitalista han sido imponentes, como han sido imponentes también las lesiones en una enorme cantidad de seres humanos que han ido quedando fuera del sistema. La acumulación primitiva que ya la humanidad ha venido cerrando ha sido también sobre la base de tragedias, de sangre, sudor y lágrimas. No excluyo de esto al capitalismo de Estado aún con el rótulo de «socialismo real», si bien las revoluciones que les precedieron abrieron el mundo a inmensas mayorías excluidas, como lo reafirmaba José Batlle y Ordóñez a la muerte de Lenin y un ejemplo imponente actual es China, haciendo punta en el libre comercio y el desarrollo capitalista gobernada por el Partido Comunista.

Reconozco la existencia de una mayoría en la sociedad que sigue viendo la salida por el lado de la confrontación que llaman de clase. Tampoco ignoro que existen al frente de algunos Estados, intereses de la industria de la guerra que ven a través de ella el desahogo de sus vicisitudes económicas coyunturales, sistémicas, las estimulan y las provocan, a través de agentes y agencias muy bien pagas.

Es esa tendencia la que la sociedad organizada en partidos, en sindicatos, en religiones, en organizaciones sociales debe superar, derrotar para abrir a la humanidad una nueva era de progreso en que la necesidad de rentabilidad deje paso a la necesidad del accionar eficiente de la economía en beneficio de todos.

En algún momento abordaremos: «La observación de Keynes de que la eutanasia del rentista “no necesitará revolución alguna” es a la vez un reconocimiento y un desafío al marxismo. Si el capitalismo en cualquier caso está condenado por su propio éxito, la revolución es innecesaria, escribía. Y si es que sólo se puede llamar revolución el hecho de un enfrentamiento de facciones, cosa que no compartimos y argumentamos en esta nota».

John Maynard Keynes (5 de junio de 1883 – 21 de abril de 1946).

En Diciembre del 2008 envié a través de la Dirección del Instituto Uruguay-EE.UU una carta al Presidente Electo Barack Obama, de la que nunca recibí respuesta. Posteriormente y para mi sorpresa, el Presidente de mi país, Uruguay, José Mujica, hizo una exposición en la ONU en el mismo sentido, si bien posteriormente no ha vuelto a hablar del tema.

Insisto y ese es mi convencimiento en que este es el camino que la humanidad debe tomar, más aún cuando el corona virus ha puesto al rojo vivo la intensidad de la crisis ya existente.

Para ello es necesario el pronunciamiento de todos, y para mí el convencimiento de la vuelta a la enseñanza de los maestros, que la derrota de Lenin en 1924 hizo que atravesáramos una profunda noche ideológica de la que necesitamos imperiosamente salir.

El texto de la intervención del Presidente Mujica está en Internet, y la carta a Obama es lo que sigue:

Montevideo, 11 de diciembre de 2008.

Señor Presidente Electo de los Estados Unidos de Norte América.

Don Barack Obama.

Presente.

Con mi mayor estima:

En mi condición de ciudadano de Uruguay, nacido en Paysandú hace 69 años, con 38 años de trabajo bancario ahora jubilado, y desempeñándome actualmente como Consejero Secretario Adjunto del Consejo Honorario de la Caja de Jubilaciones y Pensiones Bancarias, con una extensa actividad militante, política y sindical en el ámbito de mi país, hijo mayor de un humilde carpintero, me tomo el atrevimiento que espero sepa disculpar, de dirigirme a Ud.

En primer lugar para desearle el mejor gobierno posible, por su pueblo y por todos los pueblos del mundo.

No es mi deseo reclamar ni reivindicar nada. Todo lo que ha vivido la humanidad es importante; seguramente estudiosos de todas las ramas del saber científico encontrarán en ellas material para ayudarnos a transitar el futuro y harán justicia con cada uno de los hechos ocurridos y transcurridos.

Pero mi intención es llegar a Ud. para señalarle algunos aspectos que considero fundamentales para que la humanidad supere esta crisis que sin duda es la mayor de la historia.

Hay gentes que lo tienen todo claro; de un lado están los buenos y del otro los malos. No es mi caso. Pero sí creo que las circunstancias nos ponen a cada uno en situaciones de decidir, como en su caso, la suerte de millones de seres humanos.

Así como un médico debe decidir la suerte de su paciente, el Presidente de los EE.UU., decide con sus acciones la suerte de millones de seres humanos en el planeta.

Mi preocupación es qué debe y qué puede hacer Ud. para cambiar en beneficio de la gente una situación tremendamente crítica de un avance prodigioso en materia científica en medio de la mayor crisis de la historia.

Permítame pues en medio de la incredulidad de la inmensa mayoría de la inteligencia moderna, proponerle dos medidas que para mí son sustanciales para un giro en la historia humana.

Una, la necesidad de un signo monetario único universal, aspiración de Lord Keynes a la salida de la segunda guerra mundial. Así como existe universalmente el metro, el kilo, el litro, debe existir una unidad monetaria única.

Sé que lograr esto es una dura batalla, pero vale la pena encararla, sobre todo para los pobres del mundo, que son en última instancia los que no tienen medios para defenderse de su manejo y resultan ser las víctimas de sus ajustes.

La segunda, directamente vinculada con la primera, es la necesidad de cambiar radicalmente los sistemas impositivos del mundo. La revolución técnico-científica permite hoy registrar totalmente los movimientos de dinero, y es sobre ellos que hay que aplicar la carga tributaria y eliminar los impuestos al consumo y al trabajo.

Los inmensos recursos genuinos que este cambio impositivo genere podrán ser utilizados en beneficio de la humanidad y con la intervención democrática de la sociedad. Se estará entonces en condiciones de transformar en jardines, lo que hoy son las residencias donde padecen la mayor parte de nuestros hermanos. Se estará en condiciones de transformar la vida humana.

Claro está que para la aplicación de estas medidas necesitamos más que nunca afirmar una política plena de paz y democracia, de desarrollo de todas las instituciones que la sociedad se ha ido dando a través de su avance.

Estas medidas son las centrales, todo lo demás gira en torno a ellas; los paraísos fiscales, el lavado de dinero, la droga, la corrupción, la guerra, todas las formas de esclavitud, podrán ser controladas y superadas si el pueblo tiene estos instrumentos fundamentales para avanzar.

La tremenda amenaza que para el mundo significa la actual crisis económica, con la fractura social más grande de la historia, que impide el acceso de gran parte de la humanidad a los formidables avances que se han dado en todos los campos del conocimiento, sólo puede revertirse volviendo a la economía real.

El ejercicio pleno de la libertad humana parte del equilibrio y la justicia del sistema económico, hoy como nunca antes en la historia humana un Presidente de EE.UU., está en condiciones de dar pasos para un giro gigantesco en la historia de la humanidad.

He escuchado y leído sus discursos, creo en su palabra, y sobretodo en la emoción de su pueblo que también es el mío en tanto ciudadanos del mundo.

Lo mejor está por venir.

Con todos mis respetos:

Jorge Aniceto Molinari.

El gobierno de Lacalle en el Uruguay ha recurrido con gran acierto al respaldo de científicos para afirmar todos sus pasos frente al Covid 19.

Porque no hacerlo entonces buscando incluso un respaldo científico en el mundo, en el terreno de la economía, donde los padecimientos de la sociedad amenazan ser de enorme gravedad.

Esto que esbozamos es un camino, del que estamos convencidos es el único posible en beneficio de la gente, y para nada nos parece correcta una táctica de la oposición que se limite a la resistencia y a esperar una nueva oportunidad electoral. La vida de la gente es ahora.

Jorge Aniceto Molinari.
Montevideo, 2 de Agosto de 2020.

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[:es]Otra vez el economista Talvi.[:]

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Otra vez el economista Talvi.

Talvi instrumentó por encargo del Doctor Ramón Díaz desde el Banco Central, Uruguay Plaza Financiera, ya AEBU en 1999, en un documento «El sistema financiero asunto de Estado» denunció la situación, lo que motivó que el Contador Enrique invitara a una delegación del gremio a que fuera a Washington a dialogar con el BID y el Banco Mundial.

Pero Uruguay siguió con esa política suicida y en el 2002 se produjo la debacle. El Presidente Batlle, que había heredado esa situación, recurrió entonces a Talvi para que hiciera frente a los consecuencias de la política que había instrumentado y los resultados ya lo conocemos todos: Talvi puso pie en polvorosa y Juan José Ramos asumió como líder gremial, con sus compañeros de dirección de AEBU, la responsabilidad de una salida y para ello logró el apoyo del Dr. Alejandro Atchugarry y un grupo de destacados técnicos. El Doctor Batlle entre su renuncia y asumir la responsabilidad de nombrar ministro a Atchugarry con el apoyo directo de AEBU, asumió su responsabilidad y el país negoció con el FMI y encontró una salida.

Jorge Aniceto Molinari.
Martes, 28 de Julio del 2020.

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