NOS PONEMOS AL DÍA EN EL DEBATE.
(Abordando eso gris, que parece la teoría).
Hay trabajos de investigación y desarrollo de ideas que son excepcionales, en ese terreno valoro los trabajos de Carlos Marx, Federico Engels, y Wladimir Lenin, entre los más destacados. Son textos de estudio, de análisis, de confrontación de ideas que seguramente con el correr de los siglos y cuando el modo de producción capitalista sea historia van a ser superados.
Hoy es lo que tenemos y a ellos debemos referirnos para negarlos, negarnos, reafirmarlos, reafirmarnos como decía sabiamente el Dr. Carlos Quijano, figura clave para la conformación del Frente Amplio en Uruguay.
En estos días fruto del intercambio, en una de las redes sociales ha surgido la pregunta: ¿el trabajo bancario, debe considerarse que genera plusvalía? Podría tener varias respuestas, pero sabemos que la pregunta tiene origen en un concepto angular del planteo de Marx, y ello va directamente a lo que se analiza como origen del capital.
La propiedad, y su origen feudal es muy anterior, pero aún en el 2021, si vamos a analizar el origen de muchas fortunas seguramente nos tendremos que remontar a esa época.
Pero la moderna propiedad burguesa nace en aquellos talleres donde se producen las primeras mercancías para el intercambio comercial. La diferenciación de funciones, hace que quién atesora el dinero para reinvertirlo y expandir la actividad, podría ser el inicio de nuestra actual burguesía, ahora extendida con su modo de producción a todo el planeta.
En sus inicios la libertad era libertad de comerciar. La burguesía conoce así no sin pasar duras crisis la realidad actual en que sus acciones cubren todo el planeta, y se prepara por ahora inconscientemente para que su predominancia como modo de producción llegue a su fin.
En estos intercambios donde hay compañeros que lo niegan, les hemos pedido que si ese no es el origen del capital, ¿Cuál es?
Por otro lado a quienes se preguntan si el trabajo bancario genera plusvalía, la respuesta es sencilla, su actividad se realiza sobre plusvalía ya generada, circunstancias que Marx también estudia.
Otra cosa es comprender que en el mundo de las reivindicaciones la alianza de todos los trabajos, de quienes los practican, es esencial para avanzar de conjunto en la sociedad en reivindicaciones que correspondan a todos.
El problema está planteado en el terreno del programa. Contrariamente al pensamiento de los maestros, y sin ningún fundamento ideológico serio, durante años, la estatización de la economía era el programa “comunista”, cuando lo que estos generaban eran capitalismo de Estado, que tal como Lenin lo señala, fueron necesarios en determinada etapa para que los trabajadores apuntalaran sus reivindicaciones centradas, en educación, salud, vivienda, trabajo. Claro está que las nacionalidades que tienen derecho a reivindicar costumbres y tradiciones propias, convertidas en nacionalismos son hoy una traba que se expresa en las monedas y en los sistemas impositivos.
El libre comercio, que en su momento fue el eje que permitió que el modo de producción capitalista primara sobre el feudal, luego en la historia se convirtió en una herramienta de los imperialismos para oprimir a los pueblos más débiles. Muchos enfrentamientos nacionales tuvieron su origen en sectores que se aliaban al opresor y a su frente sectores nacionales que pretendían estimular una economía propia en beneficio del desarrollo de su gente.
Pero ahora la vida nos ofrece un cambio gigantesco, el centro del capitalismo saturado en sus sedes principales se desplaza hacia China y su entorno, con el propósito de mantener tasas de rentabilidad y a la vez relanzar el libre comercio en el mundo.
EE.UU., Europa, se abroquelan, sobre la base de lo que fue su predominio, y atendiendo las necesidades más urgentes de sus pueblos, emiten sus monedas sin ningún respaldo tratando de volcar el costo de su accionar sobre el resto de la humanidad.
La situación puede llegar a ser demencial, si se persigue en una lógica de enfrentamientos. El aceleramiento de la crisis por la circunstancia de la pandemia, también nos brinda una oportunidad de salida de progreso al conjunto de la humanidad.
El aparato productivo está intacto, pero con graves parálisis, que la salida con reactivación económica frente a la pandemia apenas se disimulan.
El mundo necesita superar esta etapa, y hay dos herramientas centrales para ello: la moneda y los impuestos, sobre ello hemos abundado en numerosas notas anteriores.
Jorge Aniceto Molinari.
Montevideo, 6 de octubre de 2021.