El quid de la cuestión.
(Abordando eso gris, que parece la teoría).
«Endeudarnos pero solo para poder crecer», se titula el editorial de «El Telégrafo» de Paysandú de hoy 2 de Junio y para su argumentación toma entre otros, los análisis del Ec. Ignacio Munyo que entre otras cosas dice: «se necesitan hacer cambios profundos que viabilicen la rentabilidad de la inversión privada».
Dicen los que saben que el camino al infierno está empedrado de buenas intenciones, entonces la pregunta surge sola: ¿es posible?, tratemos de analizarlo.
Cuando llegó al gobierno de Argentina el Ing. Macri, el Ec. Ernesto Talvi, se reiteraba en elogios y en augurar un periodo de gran desarrollo para ese país, lo asociaba con sus elogios hacia el gobierno chileno de Sebastián Piñera, ya antes de la crisis de la pandemia este gobierno se derrumbó y va Chile camino al derrumbe, y de este economista no he leído ni escuchado ninguna explicación sobre el hecho.
Si recuerdo esto es precisamente porque se hacía hincapié en la inversión privada y desde quienes desde el gobierno intentaron liderarla.
Entonces ¿cuáles son los cambios que podrían viabilizar la inversión privada? Porque lo que delinea Munyo es hacer ajuste en los ingresos de los salarios y jubilaciones atendiendo a que un aumento de la actividad industrial o agroindustrial no tendría como objetivo el mercado local sino el internacional. No se preocupa por el nivel de vida interno de la mayoría de nuestra gente sino en que la rentabilidad es su principal objetivo.
Ahora pensemos que sí, que hay inversiones que logran rentabilidad, cosa que no pasó en Argentina macrista, y han creado el caos social en Chile, ¿Cuál serían esas inversiones? Porque lo que el Frente logró y me consta que trabajaron en ese sentido, fue un segunda papelera, que sin duda debe aprovecharse pero que como industria está acotada en el tiempo.
En todo el mundo la inversión privada está acotada precisamente por el necesario criterio de rentabilidad que rige al modo de producción capitalista. Rentabilidad y eficiencia no siempre van de la mano, y a veces reñidas con la moral, como ocurre con las inversiones en el mundo de las drogas, del juego, de la prostitución y demás lacras sociales.
Se nos podría decir es el Estado el que debe propiciar esa rentabilidad, ¿y el Estado con que armas? ¿Cómo empresario o como facilitador de recursos para empresarios que recorrieran la aventura de la inversión en búsqueda de la rentabilidad? Es cierto que en los ciclos iníciales del capitalismo en el mundo, el Estado dio una gran mano, Batlle y Ordóñez lo explicaba con mucha claridad. Pero el Estado necesario como escudo de los débiles y armando la estructura económica de un país con el devenir del tiempo es un mal empresario, y la burocracia lo hace insostenible.
Si a esto le agregamos que los recursos impositivos están basados en los impuestos al consumo, a los salarios y a las pensiones, el combo restrictivo del mercado interno es aún más acuciante. Munyo está planteando un país para pocos sin entender que es un problema ecuménico, que significa el fin de un sistema que ya no puede atender las necesidades de todo.
Mucho se habla esto días de John Maynard Keynes que a la salida de la segunda guerra mundial propuso la unidad de medida monetaria con vigencia universal. La diferencia con esa época es que las guerras habían destruido el aparato productivo de la humanidad y el capitalismo tenía campo para desarrollarse.
Hoy se da la contradicción de que el centro del libre comercio y del propio capitalismo se están desplazando hacia China y su entorno gobernada por el Partido Comunista, mientras el anterior líder, EE.UU. se amuralla. «Cosas veredes, amigo Sancho» diría Cervantes a través del Quijote.
Nosotros confiamos en que economistas jóvenes como lo es Munyo tenga la suficiente apertura intelectual para ver con amplitud un panorama que se presenta complejo, pero que requiere de medidas tan simples como las herramientas de una moneda única y universal y un sistema impositivo basado en la circulación del dinero que de muerte a los paraísos fiscales y a los sistemas impositivos basados en el consumo, los salarios y las pensiones.
Jorge Aniceto Molinari.
Montevideo, 2 de Junio de 2020.