Crisis, coronavirus.
Compañeros honestamente están dando una visión fatalista de la crisis. El tema es que con distinto grado de consecuencias la crisis abarca a todos. Los modos de producción como los seres humanos, nacen, se desarrollan y decrecen, con la diferencia que estos primero pierden su predominancia y luego en el curso de decenas de años, desaparecen como ocurre con la revolución burguesa y el feudalismo. No sé y no creo que lo sepamos cómo es que se desarrolló esta cepa de un virus, que existe antes que el ser humano sobre la tierra, si sabemos que hoy la propagación es mayor porque las comunicaciones son infinitamente mayores.
La humanidad ya está en condiciones de que cada ser humano con un control social y democrático, tenga una ficha médica digital y a la vez el acceso a un examen que de manera no invasiva pueda darle la historia de lo que ha sido sus enfermedades padecidas y de las que pueda padecer en el futuro. Y si esto no se hace es por los intereses de las grandes corporaciones médicas y farmacéuticas. Instrumentado esto el brote de una epidemia como esta hubiera podido ser rápidamente detectada y aislada. Hoy más allá de las medidas adoptadas se necesita de una vacuna.
La crisis de la predominancia del modo de producción capitalista es además irreversible, el capitalismo no restablece su desarrollo en aquellos países en que ese desarrollo se ha agotado. Su base, la del capitalismo, es el libre comercio, y hoy el centro del libre comercio en el mundo está en China y su entorno, gobernada por el partido Comunista. Y aún que muera media humanidad esto no tiene vuelta, es lo que están hoy aprendiendo los pueblos del mundo. Si es cierto el fascismo siempre en última instancia busca exterminar como lo hizo en Alemania pero van a terminar como terminaron en la segunda guerra mundial o en el mundo actual donde China está dando una prueba de la corrección del desarrollo de las ideas liberadoras de la sociedad, aún con la falta de una proyección universal.
Lo que necesitamos es unirnos en un programa que permita que esta predominancia muera en paz y se puedan dar los pasos para el nacimiento de una etapa superior y eso requiere que la moneda sea única y universal y que los impuestos sean sobre la circulación del dinero, dando muerte a los paraísos fiscales y a los sistemas impositivos basados en el consumo, los salarios y las pensiones.
El grave problema es que la izquierda hoy está en otra cosa soñando con gobernar su Estado y que la economía sea estatizada, o que le permita ocupar los cargos administrativos a su gente.
El Uruguay por ejemplo ya no va a poder, en estas condiciones, recuperar su equilibrio y aunque hubiera gobernado la izquierda, que en su momento pudo aprovechar bien la coyuntura, y no llegó a un programa para su continuidad en el gobierno, pero eso ya fue.
Jorge Aniceto Molinari.
Montevideo, 26 de Mayo de 2020.