[:es]La carga de la prueba.[:ca]La càrrega de la prova.[:]

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La carga de la prueba.

(Abordando eso gris, que parece la teoría).

Lenin escribiendo, óleo de Brodski.Hay una premisa profundamente errónea, si es que se quiere analizar la realidad con alguna de las enseñanzas más elementales del marxismo: la misma parte del acierto de que todo gobierno de izquierda o progresista tiene como objetivo comenzar a construir una sociedad superior a la capitalista, con lo cual lo que se logra es invertir la carga de la prueba. Lo que haga tiene que ser por definición algo superior a lo que es hoy el capitalismo. Y ello no solo que no es posible, sino que Marx, Engels, Lenin –los más destacados- jamás se lo propusieron.

¿Entonces cual es la tarea y cual es la diferencia entre revolucionarios y reformistas?: los primeros organizan su acción sobre la base de los trabajadores para propiciar que estos avancen en derechos y reinvindicaciones, que en el desarrollo del capitalismo le permitan sortear los avatares de las crisis y de las propias condiciones de explotación en el trabajo. Los reformistas se adecuan al sistema y como en el caso paradigmatico de la Segunda Internacional, llegan a votar los creditos de guerra para que sus gobiernos puedan desarrollarla. Cualquier similitud o parecido con las actitudes actuales frente a la guerra en curso es solo coincidencia.

¿Como surge entonces la confusión?, surge a partir de la derrota de Lenin en 1924, en que sobre la base del triunfo de la revolución rusa se argumenta y se desarrolla la perspectiva de una construcción alternativa al capitalismo, diciendo que se sale de él pero en definitiva construyendo una suerte de capitalismo de Estado al que se le bautiza como «socialismo real», que a la vez significó –la revolución rusa-, como en su momento la revolución francesa un revulsivo enorme en el avance de los derechos de la humanidd, pero a la vez fue parte de la tragedia humana en el desarrollo de la segunda guerra mundial.

Superada la crisis –en el capitalismo- que generó dos guerras mundiales, el uso por primera vez de armas nucleares, y la destrucción inmensa en vidas humanas y riquezas acumuladas por el aparato productivo de la humanidad, ésta retoma su crecimiento con nuevos paradigmas, particularmente en lo que tiene que ver con el saltar las barreras nacionales (el nacimiento en Mont Pellerin del neoliberalismo), para construir ya un desarrollo capitalista basado en complejos empresariales multinacionales muy superiores al poder de los Estados, a los que someten a un constante y en aumento endeudamiento, al envilecimiento de los valores monetarios que hace que la crisis tenga una dimensión superior a la anterior, que aún conservando la forma, de choque entre Estados en la realidad responde a la pugna de esos complejos por el permanente e inexorable agostamiento de la tasa general de ganancia y el lento pero persistente decrecimiento en la propia tasa en que se mide el aumento de la economía mundial. (Lenin, «el imperialismo fase superior del capitalismo», 1916).

A la vez y esto es muy importante tenerlo en cuenta, logra invertir la carga de la prueba, son las conducciones estatales en manos de corrientes de origen en la izquierda, las que deben demostrar que son superiores a las construcciones clásicas, que ha ido desarrollando el capitalismo y que hoy están envueltas en la nueva crisis global, ya irreversible para la predominancia de este modo de producción.

Aquí también en este desarrollo se manifiesta una nueva gran contradicción; se hace suponer que el capitalismo debe caer en la confrontación y ser sustituido integramente por un nuevo modo de producción, hecho que no ocurrió con los modos de producción anteriores y que nada indica que vaya a ocurrir ahora, sí que medidas de transición supongan la pérdida de su predominancia poniendo el aparato productivo al servicio de la sociedad y no de la burocracia estatal como parece ser el objetivo de los «revolucionarios» en esta etapa de la historia. Ahora no confundir esto con estatizaciones que debieron realizarse necesariamente para preservar en defensa de la sociedad el aparato productivo de la misma, o a un nivel menor cuando para defender el trabajo de la gente se ha recurrido a la formación cooperativa.

José Batlle Ordóñez (1858-1929).Viene bien para ilustrar lo que afirmamos, el rol que cumplió en el Uruguay a principios del siglo 20, el gobierno de José Batlle y Ordoñez –profundo conocedor de las ideas de Marx y Engels- que sobre la base del desarrollo de actividades básicas en manos del Estado, promoviendo la inmigración, estimuló la creación de medianas y pequeñas empresas que dieron la base democrática que hoy sustenta el país, pero que hoy vienen retrocediendo en dimensión y en número frente a las características actuales del desarrollo capitalista, en esta llegada traumática a los limites del agostamiento de la tasa general de ganancia. Batlle como Marx, no eran estatistas pero aplicaban en sus programas el rol positivo que cumplía el Estado en una determinada etapa del desarrollo capitalista. Estos aspectos del desarrollo, pueden ser analizados tanto en la NEP de Lenin, como en la propia revolución china y su realidad actual, la revolución cubana afrontando el bloqueo y el desarrollo actual de su economía, así como las contradicciones en la izquierda que se manifestaron traumáticamente –entre estatistas y antiestatistas- en la revolución española, abortándola, más allá del rol criminal del fascismo.

La capacidad de los trabajadores para manejar una cooperativa o un Estado, siempre va a estar condicionada a las condiciones generales del desarrollo del capitalismo. El confundir esto y poner la construcción estatal o cooperativa como un fin en sí mismo, conduce inexorablemente por las propias condicionantes de la crisis a errores u horrores que en la vida social se pagan con crímenes o tragedias. Ahora no abordar el desafío cuando toca, pasando por las estatizaciones o las cooperativas si es necesario, también es un crimen. Esto explica claramente el carácter de las llamadas tesis de abril de Lenin y la necesidad de acción de su partido previo a lo que luego fue la revolución de octubre. De esto hace 100 años.

¿Entonces como se resuelve esto?: como se resolvió en 1917, a través del programa, que hoy parece más complicado porque la izquierda ha abandonado el estudio y el método de sus maestros. La vida muestra a poco que los estudiemos que no han sido superados.

Veámos un ejemplo: el expresidente Mujica habló en la ONU en setiembre del 2013, e hizo un discurso comunista, al que luego nadie ha vuelto, ni el propio autor. Mujica ahí no expuso lo que estaba haciendo su gobierno, no habló de que estaba aplicando un sistema tributario «justo» como si lo decía el Ministro Astori, sin aclarar que eso era lo que se podía hacer dentro del sistema para tratar de mantener el nivel ocupacional del país dentro de las coordenadas del capitalismo cada vez más complicadas, habló si insinuando que medidas debían tomarse a nivel universal para salir de la grave crisis actual. No dijo nosotros estamos blindados y a salvo de la crisis como lo hacen prácticamente la totalidad de los dirigentes del Frente Amplio en Uruguay, cayendo en ingenuidad y donde se combinan acciones positivas para el desarrollo social con errores u horrores graves en la gestión administrativa, incluido el propio disertante en la ONU. Que si insinuó en esa oportunidad que el camino era la moneda unica y universal y un sistema impositivo basado en la circulación del dinero.

Ahora de eso no se habla porque la carga de la prueba pesa tanto que por ahora es una losa dificil de levantar.

A veces la justicia tarda pero…

Jorge Aniceto Molinari.
Montevideo, 28 de abril de 2017.

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La càrrega de la prova.

(Abordant això gris, que sembla la teoria).

Lenin escrivint, oli de Brodski.Hi ha una premissa profundament errònia, si és que es vol analitzar la realitat amb algun dels ensenyaments més elementals del marxisme: la mateixa part de l’encert que tot govern d’esquerra o progressista té com a objectiu començar a construir una societat superior a la capitalista, amb la qual cosa el que s’aconsegueix és invertir la càrrega de la prova. El que faci ha de ser per definició una mica superior al que és avui el capitalisme. I això no només que no és possible, sinó que Marx, Engels, Lenin -els més destacats- mai ho van proposar.

Llavors ¿quina és la tasca i com és la diferència entre revolucionaris i reformistes?: els primers organitzen la seva acció sobre la base dels treballadors per propiciar que aquests avancin en drets i reivindicacions, que en el desenvolupament del capitalisme li permetin sortejar els avatars de les crisis i de les pròpies condicions d’explotació en el treball. Els reformistes s’adeqüen al sistema i com en el cas paradigmàtic de la Segona Internacional, arriben a votar els crèdits de guerra perquè els seus governs puguin desenvolupar-la. Qualsevol similitud o semblança amb les actituds actuals enfront de la guerra en curs és només coincidència.

¿Com sorgeix llavors la confusió?, sorgeix a partir de la derrota de Lenin el 1924, en què sobre la base del triomf de la revolució russa s’argumenta i es desenvolupa la perspectiva d’una construcció alternativa al capitalisme, dient que se surt d’ell però en definitiva construint una mena de capitalisme d’Estat al que se li bateja com «socialisme real», que alhora va significar -la revolució russa-, com en el seu moment la revolució francesa un revulsiu enorme en l’avanç dels drets de la humanitat, però alhora va ser part de la tragèdia humana en el desenvolupament de la segona guerra mundial.

Superada la crisi -en el capitalisme- que va generar dues guerres mundials, l’ús per primer cop d’armes nuclears, i la destrucció immensa en vides humanes i riqueses acumulades per l’aparell productiu de la humanitat, aquest reprèn el seu creixement amb nous paradigmes, particularment en el que té a veure amb el saltar les barreres nacionals (el naixement a Mont Pellerin del neoliberalisme), per construir un desenvolupament capitalista basat en complexos empresarials multinacionals molt superiors al poder dels Estats, als quals sotmeten a un constant i en augment endeutament, a l’enviliment dels valors monetaris que fa que la crisi tingui una dimensió superior a l’anterior, que encara conservant la forma, de xoc entre estats en la realitat respon a la pugna d’aquests complexos pel permanent i inexorable agostejament de la taxa general de guany i el lent però persistent decreixement en la pròpia taxa en què es mesura l’augment de l’economia mundial. (Lenin, «L’imperialisme fase superior del capitalisme», 1916).

Alhora, i això és molt important tenir-ho en compte, aconsegueix invertir la càrrega de la prova, són les conduccions estatals en mans de corrents d’origen en l’esquerra, les que han de demostrar que són superiors a les construccions clàssiques, que ha anat desenvolupant el capitalisme i que avui estan embolicades en la nova crisi global, ja irreversible per la predominança d’aquesta manera de producció.

Aquí també en aquest desenvolupament es manifesta una nova gran contradicció; es fa suposar que el capitalisme ha de caure en la confrontació i ser substituït íntegrament per un nou mode de producció, fet que no va ocórrer amb les maneres de producció anteriors i que res no assenyala que hagi de passar ara, sí que mesures de transició suposin la pèrdua de la seva predominança posant l’aparell productiu al servei de la societat i no de la burocràcia estatal com sembla ser l’objectiu dels «revolucionaris» en aquesta etapa de la història. Ara no confondre això amb estatitzacions que van haver de realitzar necessàriament per preservar en defensa de la societat l’aparell productiu de la mateixa, o a un nivell menor quan per defensar el treball de la gent s’ha recorregut a la formació cooperativa.

José Batlle Ordóñez (1858-1929).Ve bé per il·lustrar el que afirmem, el paper que va complir en l’Uruguai a principis del segle 20, el govern de José Batlle i Ordoñez -profund coneixedor de les idees de Marx i Engels-, que sobre la base del desenvolupament d’activitats bàsiques en mans de l’Estat, promovent la immigració, va estimular la creació de mitjanes i petites empreses que van donar la base democràtica que avui sustenta el país, però que avui vénen retrocedint en dimensió i en nombre enfront de les característiques actuals del desenvolupament capitalista, en aquesta arribada traumàtica als límits de l’esgotament de la taxa general de guany. Batlle com Marx, no eren estatistes però aplicaven en els seus programes el paper positiu que complia l’Estat en una determinada etapa del desenvolupament capitalista. Aquests aspectes del desenvolupament, poden ser analitzats tant en la NEP de Lenin, com en la pròpia revolució xinesa i la seva realitat actual, la revolució cubana afrontant el bloqueig i el desenvolupament actual de la seva economia, així com les contradiccions en l’esquerra que es van manifestar traumaticament -entre estatistes i antiestatistes- en la revolució espanyola, avortant-la, més enllà del paper criminal del feixisme.

La capacitat dels treballadors per gestionar una cooperativa o un Estat, sempre estarà condicionada a les condicions generals del desenvolupament del capitalisme. El confondre això i posar la construcció estatal o cooperativa com un fi en sí mateix, condueix inexorablement per les pròpies condicionants de la crisi a errades o horrors que a la vida social es paguen amb crims o tragèdies. Ara no abordar el desafiament quan toca, passant per les estatitzacions o les cooperatives si cal, també és un crim. Això explica clarament el caràcter de les trucades tesis d’abril de Lenin i la necessitat d’acció del seu partit previ al que després va ser la revolució d’octubre. D’això fa 100 anys.

Llavors ¿com es resol això?: com es va resoldre en 1917, mitjançant el programa, que avui sembla més complicat perquè l’esquerra ha abandonat l’estudi i el mètode dels seus mestres. La vida mostra a poc que els estudiem que no han estat superats.

Vegem un exemple: l’expresident Mujica va parlar a l’ONU al setembre del 2013, i va fer un discurs comunista, al que després ningú ha tornat, ni el mateix autor. Mujica aquí no va exposar el que estava fent el seu govern, no va parlar que estava aplicant un sistema tributari «just» com sí ho deia el ministre Astori, sense esclarir que això era el que es podia fer dins el sistema per intentar mantenir el nivell ocupacional del país dins de les coordenades del capitalisme cada cop més complicats, va parlar com insinuant quines mesures havien de prendre a nivell universal per sortir de la greu crisi actual. No va dir nosaltres estem blindats i fora de perill de la crisi com ho fan pràcticament la totalitat dels dirigents del Front Ampli a Uruguai, caient en ingenuïtat i on es combinen accions positives per al desenvolupament social amb errades o horrors greus en la gestió administrativa, inclòs el propi dissertant a l’ONU. Que sí va insinuar en aquesta oportunitat que el camí era la moneda única i universal i un sistema impositiu basat en la circulació dels diners.

Ara d’això no es parla perquè la càrrega de la prova pesa tant que per ara és una llosa difícil d’aixecar.

A vegades la justícia triga però…

Jorge Aniceto Molinari.
Montevideo, 28 abril de 2017.

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