Bancarización.
(Abordando eso gris, que parece la teoría).
La crisis irreversible del modo de producción capitalista es reconocida como tal cada vez más; luego del discurso de Mujica en la ONU en setiembre del 2013, pensamos en un primer momento en que se aceleraba una nueva etapa donde el neoliberalismo –hasta ahora última fase del desarrollo de la predominancia del capitalismo– podía ser derrotado en un tiempo relativamente corto.
No nos impacientemos, aún falta, la puja de la humanidad por tener en sus manos conscientemente a la economía requiere más batallas y ganar a los actores políticos y a la gente en la compresión de cómo se dan estos fenómenos, que se diga claramente que se defiende por parte de cada quién, lo que debemos precisar como el objetivo de construir la voluntad política.
Esta nota de Marcelo Marchese, que reproducimos para facilitar el análisis, es una muestra de ello. A ella dirigimos nuestro comentario:
Inclusión financiera versus bancarización forzosa (el problema de las palabras).
Marcelo Marchese.
Rebelión. Jueves, 13 de julio de 2017.
El discurso del oficialismo a favor de la inclusión financiera promociona los eventuales beneficios que esta política brindará a los ciudadanos: más seguridad y mayor acceso a los créditos.
En esto, como en otras cosas, el oficialismo se identifica con quienes impulsan la bancarización a nivel mundial: «Algunas pruebas han demostrado que una mayor inclusión financiera no sólo acelera el crecimiento económico y el empleo, sino que también enmienda la desigualdad de ingresos y contribuye a la reducción de la pobreza1».
La cita anterior está tomada de un documento de la Alliance for Financial Inclusion (AFI), una alianza respaldada por el G20 y el Banco Mundial y financiada por Bill y Melinda Gates. Como se ve, esta cruzada mundial tiene un noble objetivo: «es el primer conjunto de compromisos mundiales y medibles por parte de formuladores de políticas públicas de países en desarrollo y emergentes para liberar el potencial económico y social de los 2,500 millones de personas más pobres del mundo, a través de una mayor inclusión financiera2». Gracias a Dios la AFI y el Banco Mundial y el G20 y Bill y Melinda Gates, desvelados por los miserables, quienes no pisan un banco ni en sueños, han diseñado una política para sacarlos de la pobreza, ello es, obligarlos a entrar en contacto con los bancos, quiéranlo o no.
Según la AFI, el 50 por ciento de la población mundial no está incluida (financieramente hablando) y entre estas gentes, el 86 por ciento se encuentra en los «países en desarrollo y emergentes». De acuerdo a lo dicho hasta ahora, el G20, el Banco Mundial, Bill, Melinda «y los bancos centrales y los formuladores de políticas y entes reguladores en materia financiera»que conforman la AFI, son una suerte de padres buenos en un cuento de hadas donde lejos de abandonar a sus hijos pobres en el bosque, los ayudan, es decir, los incluyen financieramente, pues desean liberar su potencial económico. Nada dice este cuento acerca de los beneficios que la inclusión financiera llevará a los «entes reguladores en materia financiera», sea lo que fuere que sea, y en todo caso nada dice sobre los beneficios que llevará a los bancos, una palabra mucho más entendible.
Ya se sabe que los cuentos de hadas, o los cuentos que fuere, se construyen pura y exclusivamente con palabras y se sabe que en ello es clave la elección y el orden de las palabras. Si el lector es un optimista de esos que piensa que vivimos en el mejor de los mundos posibles, le aconsejaría que abandone ya mismo la lectura y se dedique a una tarea más edificante, pues nosotros elegiremos otras palabras, las cuales serán ordenadas de manera diferente antes de arribar al final donde alguien se comerá las perdices.
Mientras el G20 y compinches utilizan la expresión «inclusión financiera», como si el lenguaje debiera cumplir la función de esconder la realidad en lugar de enunciarla, otros han preferido utilizar las palabras «bancarización forzosa» y casualmente, estos otros no han logrado ver los beneficios que la bancarización traerá a los pobres de los países en desarrollo y emergentes, a los cuales llaman «del tercer mundo», pero sí han visto cómo beneficiará a los bancos, y en menor medida, a los gobiernos.
Piense el lector en el beneficio que obtienen los bancos de sus clientes, la mitad de la población mundial, y piense que a partir de una serie de medidas en pocos años duplicarán su clientela, aunque sea con los más pobres, y piense que además multiplicarán quien sabe por cuánto su volumen de negocios, ya que casi todas las operaciones, sea la venta de una casa o el pago de un sueldo o tributo, se harán vía bancaria. Así que la banca verá que casi toda la población mundial realizará casi todas las operaciones comerciales por su intermedio, lo cual le acarreará inauditas ganancias y algo más: conocimiento y control, que redundarán, obviamente, en inauditas ganancias. Con estas medidas les brindaremos a los grandes banqueros más dinero, más conocimiento y más control sobre nuestras economías. Esto es lo más parecido al sueño de un banquero: saber el exacto beneficio que obtiene tal o cual rubro, tal o cual inversión, y esta información y este control no es que lo reciban gratuitamente, sino que pagaremos por darlos.
Digan lo que digan los autores de cuentos de hadas políticos, existe una ley ineluctable del capital: tiende a concentrarse. Con la bancarización forzosa esta concentración de riquezas, conocimiento y poder alcanzará niveles maravillosos y llegaremos un día al colmo de que el dinero será unos simples números, sin soporte físico, esto es, con mayor posibilidad de ser alterado o inventado, como si estuviéramos a las puertas de la era de la preeminencia de lo virtual y adulterable sobre lo real, el dinero electrónico sobre el dinero, el libro digital sobre el libro de papel, el contacto vía facebook sobre encontrase cara a cara, las palabras «inclusión financiera» sobre las palabras «bancarización forzosa».
Decíamos que amén del gran capital, los gobiernos se beneficiarán de la bancarización forzosa, lo cual es evidente desde que se hará casi imposible evadir los impuestos y los impuestos, se sabe, tienen dos características principales: 1. aumentan y aumentan y 2. interesan notablemente a los gobiernos. Así que el lector mal pensado, quien ni por un instante sospecha que vivimos en el mejor de los mundos posibles, puede creer una de dos cosas o las dos a la vez: 1. el gobierno que se autodefine de izquierda, aquel mismo que pretendía nacionalizar la banca y ahora, como dice el amigo Hoenir3, ha decidido bancarizar la nación, tomó este dudoso camino pues no es otra cosa, como todo gobierno, que un sirviente del gran capital, o, 2. lo ha tomado pues puede ejercer mayor control sobre el cobro de impuestos (mi opinión es que fue por las dos cosas, en una razón de un 90 por ciento la primera y un 10 por ciento la segunda).
Ahora bien, amigo lector, sólo me resta decir que nos dicen que vivimos bajo un régimen liberal, lo cual en cierto sentido es verdad y en otro es una abierta mentira y ahí volvemos al problema de las palabras vinculadas con la apariencia o la realidad. A la hora de dejar que las pasteras arrojen toneladas de basura a nuestros ríos, o de permitir que los pesqueros chinos vengan a arrasar nuestra fauna marina, el liberalismo campea por sus fueros, sin embargo, a la hora de permitir que alguien tenga derecho a fumar a doscientos metros de una escuela, o de que, al menos, paguemos nuestros impuestos como queramos (en este mejor de los mundos posibles hemos llegado al extremo de clamar por la mejor manera de pagar impuestos) o que compremos una casa o lo que sea sin pasar el dinero por el banco, el liberalismo se evapora como una gota en una plancha al rojo. El gobierno olímpicamente olvida nuestro derecho y libertad y paternalmente nos incluye financieramente, aunque uno no quiera ser incluido, aunque uno clame por no ser incluido pues sospecha que el cuento de hadas no es otra cosa que un cuento de hadas que el gobierno cuenta como si fuera elaborado por él mismo, cuando bien sabemos que es un cuento de hadas elaborado en un lugar muy muy lejano, donde no tiene cabida ningún gobierno ni sirviente.
Si todo les sale como lo tienen planeado (y muy probablemente todo les saldrá como lo tienen planeado, habida cuenta que nos tragamos cuentos muy dudosos) a estos señores del lugar muy muy lejano sólo les restará comer perdices y ser felices para siempre, a no ser que queramos escribir nuestro propio cuento y así forzar un plebiscito donde decidiremos si a estas fauces sin fondo les entregaremos lo que nos queda para enriquecerlos todavía más, o si decidiremos mantener un mínimo de prudencia, libertad y privacidad. Habrá que frotar la lámpara ¿Quién sabe si adentro no se encuentra escondido el genio?
Enlace del artículo original en castellano:
https://www.rebelion.org/noticia.php?id=229088
1Ubicando la inclusión financiera en el mapa mundial:
https://www.microfinancegateway.org/sites/default/files/mfg-es-documento-ubicando-la-inclusion-financiera-en-el-mapa-mundial-11-2013.pdf
2Ibíd.
3Mujica y la bancarización. Por Hoenir Sarthou:
http://www.voces.com.uy/articulos-1/mujicaylabancarizacionporhoenirsarthou
Nuestro comentario:
Dicen que un niño visitando el zoológico al ver la jirafa exclamó: ¡ese animal no existe!
Acá es al revés. En un mundo donde crecen los paraísos fiscales, el lavado de dinero, y donde la mayor parte de una gigantesca actividad financiera no pasa por los bancos –aunque los bancos privados la monitorean, aunque no la registren a los efectos del control de los estados–, Sarthou y Marchese en lugar de doblar la apuesta y pedir que nada sea legal si no está debidamente registrado y no como ahora que los documentos particulares sin pagar ni siquiera un peso de impuesto utilizan la justicia contra sus deudores, arremeten contra la bancarización que si efectivamente entorpece la acción de las administradoras de crédito y de la evasión de los comercios pequeños, éstos que se debaten entre sus acotadas ganancias, el pago de los impuestos y un mundo donde los espacios económicos son obligatoriamente mayores haciéndolos en el tiempo inviables.
La no bancarización permitió por ejemplo la acción del cambio Nelson y del diputado del Partido Nacional de cuyo nombre no me acuerdo, por señalar lo más reciente, que es de alguna manera la punta de un iceberg.
Las administradoras de crédito son además un cáncer que actúa sobre los sectores más desprotegidos de la sociedad que necesitan de él, y sobre la cual hay seudoizquierdistas que piensan con su bolsillo que hacen una acción social. Es una materia pendiente sobre la cual hay que legislar e instaurar instrumentos como los que instauró Batlle y Ordóñez a principios del siglo 20 cuando el empresariado del país era esquilmado por los banqueros y ese fue el objetivo de las creación de los bancos del estado y no el de monopolizar la actividad bancaria.
Que es un problema resuelto a medias por el gobierno no cabe duda, pero también es cierto que es una necesidad que tarde o temprano será necesario abordar, pues la política neoliberal de no controlar nada, tarde o temprano conduce del mundo al no-mundo.
Ahora porque digo que es un problema no resuelto o resuelto a medias, porque los sistemas impositivos que se imponen y con los cuales se financian las actividades estatales provienen fundamentalmente de los impuestos al consumo, al trabajo, y a las pensiones, que pagan en su mayor proporción los sectores populares, que precisamente no pueden escapar de la bancarización efectiva, como escapan los que trafican en la especulación, la evasión impositiva y el lavado del dinero, y cuyo no control se justificaba con el objetivo de no espantar las inversiones.
A mí me duele que AEBU no tenga una política más proactiva sobre el tema y que además no sea eso lo que debata con la dirección del BROU y la dirección económica del país.
Las necesidades fundamentales y básicas de todas las sociedades en la tierra deben ser solventadas con un sistema impositivo dirigido directamente sobre la circulación del dinero y a eso debe estar dirigida la bancarización en la organización de la sociedad, eliminando todo otro tipo de impuesto.
Cosas veredes Sancho: los estatistas más furibundos se transforman en los neoliberales a ultranza al enfrentar la bancarización.
Jorge Aniceto Molinari.
Montevideo, 14 de julio de 2017.
Bancarització.
(Abordant això gris, que sembla la teoria).
La crisi irreversible del mode de producció capitalista és reconeguda com a tal cada cop més; després del discurs de Mujica a l’ONU el setembre del 2013, vam pensar en un primer moment en que s’accelerava una nova etapa on el neoliberalisme –fins ara darrera fase del desenvolupament de la predominança del capitalisme– podia ser derrotat en un temps relativament curt.
No ens impacientem, encara manca, la licitació de la humanitat per tenir a les mans conscientment a l’economia requereix de més batalles i guanyar als actors polítics i a la gent en la compressió de com es donen aquests fenòmens, que es digui clarament que es defensa per part de cada qui, el que hem de precisar com l’objectiu de construir la voluntat política.
Aquesta nota de Marcelo Marchese, que reproduïm per facilitar l’anàlisi, és una mostra d’això. A ella adrecem el nostre comentari:
Inclusió financera versus bancarització forçosa (el problema de les paraules).
Marcelo Marchese.
Rebelión. Dijous, 13 de juliol del 2017.
El discurs de l’oficialisme a favor de la inclusió financera promociona els eventuals beneficis que aquesta política brindarà als ciutadans: més seguretat i major accés als crèdits.
En això, com en altres coses, l’oficialisme s’identifica amb els que impulsen la bancarització a nivell mundial: «Algunes proves han demostrat que una major inclusió financera no només accelera el creixement econòmic i l’ocupació, sinó que també esmena la desigualtat d’ingressos i contribueix a la reducció de la pobresa1».
L’esment anterior està pres d’un document de l’Alliance for Financial Inclusion (AFI), una aliança recolzada pel G-20 i el Banc Mundial i finançada per Bill i Melinda Gates. Com es veu, aquesta croada mundial té un noble objectiu: «És el primer conjunt de compromisos mundials i mesurables per part de formuladors de polítiques públiques de països en desenvolupament i emergents per alliberar el potencial econòmic i social dels 2.500 milions de persones més pobres del món, mitjançant d’una major inclusió financera2». Gràcies a Déu l’AFI i el Banc Mundial i el G-20 i Bill i Melinda Gates, desvetllats pels miserables, els qui no trepitgen un banc ni en somnis, han dissenyat una política per treure’ls de la pobresa, això és, obligar-los a entrar en contacte amb els bancs, ho vulguin o no.
Segons l’AFI, el 50 per cent de la població mundial no està inclosa (financerament parlant) i entre aquesta gent, el 86 per cent es troba en els «països en desenvolupament i emergents». D’acord al que s’ha dit fins ara, el G-20, el Banc Mundial, Bill, Melinda «i els bancs centrals i els formuladors de polítiques i ens reguladors en matèria financera» que conformen l’AFI, són una mena de pares bons en un conte de fades on lluny d’abandonar als seus fills pobres al bosc, els ajuden, és a dir, els inclouen financerament, doncs volen alliberar el seu potencial econòmic. Res diu aquest conte sobre els beneficis que la inclusió financera portarà a les «entitats reguladores en matèria financera», sigui el que sigui qui sigui, i en tot cas no diu res sobre els beneficis que portarà als bancs, una paraula molt més comprensible.
Ja se sap que els contes de fades, o els contes que sigui, es construeixen pura i exclusivament amb paraules i se sap que en això és clau l’elecció i l’ordre de les paraules. Si el lector és un optimista d’aquests que pensa que vivim en el millor dels mons possibles, li aconsellaria que abandoni ja mateix la lectura i es dediqui a una tasca més edificant, ja que nosaltres triarem altres paraules, les quals seran ordenades de manera diferent abans d’arribar al final on algú es menjarà les perdius.
Mentre el G-20 i companys utilitzen l’expressió «inclusió financera», com si el llenguatge hauria d’acomplir la funció d’amagar la realitat en lloc d’enunciar-la, altres han preferit utilitzar les paraules «bancarització forçosa» i casualment, aquests altres no han aconseguit veure els beneficis que la bancarització portarà als pobres dels països en desenvolupament i emergents, als quals anomenen «del tercer món», però sí que han vist com beneficiarà els bancs, i en menor mesura, als governs.
Penseu el lector en el benefici que obtenen els bancs dels seus clients, la meitat de la població mundial, i pensi que mitjançant d’una sèrie de mesures en pocs anys duplicaran la seva clientela, encara que sigui amb els més pobres, i pensi que a més multiplicaran qui sap per quant el seu volum de negocis, doncs gairebé totes les operacions, sigui la venda d’una casa o el pagament d’un sou o tribut, es faran via bancària. Així que la banca veurà que gairebé tota la població mundial realitzarà gairebé totes les operacions comercials per la seva intermediació, la qual cosa li implicarà inaudits guanys i una mica més: coneixement i control, que redundaran, òbviament, en inaudits guanys. Amb aquestes mesures els oferirem als grans banquers més diners, més coneixement i més control sobre les nostres economies. Això és el més semblant al somni d’un banquer: saber l’exacte benefici que obté un o altre diner, tal o qual inversió, i aquesta informació i aquest control no és que el rebin gratuïtament, sinó que pagarem per donar-los-hi.
Diguin el que diguin els autors de contes de fades polítics, hi ha una llei ineluctable del capital: tendeix a concentrar-se. Amb la bancarització forçosa aquesta concentració de riqueses, coneixement i poder arribarà a nivells meravellosos i arribarem un dia al súmmum que els diners serà uns simples números, sense suport físic, és a dir, amb major possibilitat de ser alterat o inventat, com si estiguéssim a les portes de l’era de la preeminència d’allò virtual i adulterable sobre la realitat, els diners electrònic sobre els diners, el llibre digital sobre el llibre de paper, el contacte via facebook sobre trobar-se cara a cara, les paraules «inclusió financera» sobre les paraules «bancarització forçosa».
Dèiem que a més del gran capital, els governs es beneficiaran de la bancarització forçosa, la qual cosa és evident des que es farà gairebé impossible evadir els impostos i els impostos, ja se sap, tenen dues característiques principals: 1. augmenten i augmenten i 2. interessen notablement als governs. Així que el lector mal pensat, qui ni per un instant sospita que vivim en el millor dels mons possibles, pot creure una de dues coses o les dues alhora: 1. el govern que s’autodefineix d’esquerra, aquell mateix que pretenia nacionalitzar la banca i ara, com diu l’amic Hoenir3, ha decidit bancaritzar la nació, va prendre aquest dubtós camí doncs no és una altra cosa, com tot govern, que un servent del gran capital, o, 2. l’hi ha pres doncs pot exercir més control sobre el cobrament d’impostos (la meva opinió és que va ser per les dues coses, en una raó d’un 90 per cent la primera i un 10 per cent la segona).
Ara bé, amic lector, només em resta dir que ens diuen que vivim sota un règim liberal, la qual cosa en cert sentit és veritat i en un altre és una oberta mentida i aquí tornem al problema de les paraules vinculades amb l’aparença o la realitat. A l’hora de deixar que les pasteres llancin tones d’escombraries als nostres rius, o de permetre que els pesquers xinesos vinguin a arrasar la nostra fauna marina, el liberalisme campeja pels seus furs, però, a l’hora de permetre que algú tingui dret a fumar a dos-cents metres d’una escola, o que, almenys, paguem els nostres impostos com vulguem (en aquest millor dels mons possibles hem arribat a l’extrem de clamar per la millor manera de pagar impostos) o que comprem una casa o el que sigui sense passar els diners pel banc, el liberalisme s’evapora com una gota en una planxa roent. El govern olímpicament oblida el nostre dret i llibertat i paternalment ens inclou financerament, encara que hom no vulgui ser inclòs, encara que hom clami per no ser inclòs doncs sospita que el conte de fades no és altra cosa que un conte de fades que el govern conta com si fora elaborat per ell mateix, quan bé sabem que és un conte de fades elaborat en un lloc molt molt llunyà, on no té cabuda cap govern ni servent.
Si tot els surt com el tenen planejat (i molt probablement tot els sortirà com ho tenen planejat, tenint en compte que ens empassem contes molt dubtosos) a aquests senyors del lloc molt molt llunyà només els restarà menjar perdius i ser feliços per sempre, a no ser que vulguem escriure el nostre propi conte i així forçar un plebiscit on decidirem si a aquestes goles sense fons els lliurarem el que ens queda per enriquir-los encara més, o si decidirem mantenir un mínim de prudència, llibertat i privacitat. Caldrà fregar la llàntia Qui sap si a dins no es troba amagat el geni?
Enllaç de l’article original en castellà:
https://www.rebelion.org/noticia.php?id=229088
Nota:
1Situant la inclusió financera al mapa mundial:
https://www.microfinancegateway.org/sites/default/files/mfg-es-documento-ubicando-la-inclusion-financiera-en-el-mapa-mundial-11-2013.pdf
2Ibid.
3Mujica i la bancarització. Per Hoenir Sarthou:
http://www.voces.com.uy/articulos-1/mujicaylabancarizacionporhoenirsarthou
El nostre comentari:
Diuen que un nen visitant el zoològic en veure la girafa va exclamar: aquest animal no existeix!
Aquí és a l’inrevés. En un món on creixen els paradisos fiscals, el rentat de diners, i on la major part d’una gegantina activitat financera no passa pels bancs –encara que els bancs privats la monitoritzen, encara que no la registrin a l’efecte del control dels estats–, Sarthou i Marchese en lloc de doblar l’aposta i demanar que res no sigui legal si no està degudament registrat i no com ara que els documents particulars sense pagar ni tan sols un pes d’impost utilitzen la justícia contra els seus deutors, carreguen contra la bancarització que si efectivament entorpeix l’acció de les administradores de crèdit i de l’evasió dels comerços petits, aquests que es debaten entre els seus acotats guanys, el pagament dels impostos i un món on els espais econòmics són obligatòriament majors fent-los amb el temps inviables.
La no bancarització va permetre per exemple l’acció del canvi Nelson i del diputat del Partit Nacional del nom del qual no recordo, per assenyalar allò més recent, que és d’alguna manera la punta d’un iceberg.
Les administradores de crèdit són més un càncer que actua sobre els sectors més desprotegits de la societat que necessiten d’aquell, i sobre la qual hi ha pseudoesquerranosos que pensen amb la butxaca quan fan una acció social. És una matèria pendent sobre la qual cal legislar i instaurar instruments com els que va instaurar Batlle y Ordóñez a principis del segle 20 quan l’empresariat del país era deplomat pels banquers i aquest va ser l’objectiu de la creació dels bancs de l’estat i no el de monopolitzar l’activitat bancària.
Que és un problema resolt a mitges pel govern no hi ha dubte, però també és cert que és una necessitat que tard o d’hora caldrà abordar, doncs la política neoliberal de no controlar res, tard o d’hora condueix del món al no-món.
Ara perquè dic que és un problema no resolt o resolt a mitges, perquè els sistemes impositius que s’imposen i amb els quals es financen les activitats estatals provenen fonamentalment dels impostos al consum, a la feina, i a les pensions, que paguen en la seva major proporció els sectors populars, que precisament no poden escapar de la bancarització efectiva, com escapen els qui trafiquen en l’especulació, l’evasió impositiva i el rentat dels diners, i el no control es justificava amb l’objectiu de no espantar les inversions.
A mi em sap greu que AEBU no tingui una política més proactiva sobre el tema i que a més no sigui això el que es debateixi amb la direcció del BROU i la direcció econòmica del país.
Les necessitats fonamentals i bàsiques de totes les societats a la Terra han de ser solucionades amb un sistema impositiu dirigit directament sobre la circulació dels diners i a això ha d’estar dirigida la bancarització en l’organització de la societat, eliminant tot altre tipus d’impost.
Cosas veredes Sancho: els estatistes més furibunds es transformen en els neoliberals a ultrança a l’enfrontar-se a la bancarització.
Jorge Aniceto Molinari.
Montevideo, 14 de juliol de 2017.