[:es]La guerra…[:]

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La guerra

(Abordando eso gris, que parece la teoría).

Ya la realidad actual de la guerra es una tragedia, que amenaza extenderse con consecuencias terribles para la humanidad toda.

Se han quedado cortos los expresivos versos interpretados por León Gieco:

«Sólo le pido a dios
Que la guerra no me sea indiferente,
Es un monstruo grande y pisa fuerte…».

Los expertos en el tema nos explican una multiplicidad de razones para que hoy los enfrentamientos parezcan no tener solución de continuidad.

Nosotros somos tercos y a la vez imbuidos de una filosofía humanista que bajo ninguna circunstancia queremos abandonar. La guerra es la forma más criminal del hacer político. Y el hacer político tiene su razón de ser en la economía.

Hoy los presupuestos de las naciones desarrolladas encuentran un trágico equilibrio circunstancial en la industria de guerra. Ahora ni el más recalcitrante conservador de los economistas del capitalismo piensa que esto se pueda constituir en una salida viable, y a lo sumo esperan un milagro que en economía no existe, ni aún sobre los escombros de la guerra. Además parten de una análisis de la segunda guerra mundial en el que esconden los verdaderos motivos y el verdadero resultado: el pasaje de los gobiernos de Estado, al gobierno en pugna de los conglomerados empresariales multinacionales, que hoy lo ejercen y someten. El pasaje del avance de una costosa construcción democrática, a la dictadura abierta de la burguesía ejercida desde estos instrumentos económicos que hoy gobiernan el mundo, donde dirimen su interés en pugnas alejados del interés general de la gente.

Donde sólo el fascismo está convencido de su utilidad, pero donde la inercia de todos los otros sectores se transforma en una inanición criminal.

Cuando la segunda guerra mundial Stalin temía más una reacción en contra suya de los generales del ejército rojo que a la propia reacción asesina de Hitler. Pero en última instancia no había los instrumentos políticos capaces de cambiar esa realidad, y la esperanza era que los nazis no se animaran a lanzarse contra la Unión Soviética. Seguramente no era lo que pensaba el Mariscal Gueorgui Zhúkov, que reaccionó organizando la heroica respuesta rusa al nazismo, apoyado en la tradición revolucionaria del ejército rojo y de los generales que en un número muy importante pagaban con la cárcel, y condenas de muerte, la persecución enfermiza hacia ellos de Stalin.

Hoy la paz imprescindible para el desarrollo de la humanidad sólo es posible dando muerte a la predominancia del modo de producción capitalista, que supone medidas para que el capital acumulado sin rentabilidad pueda ser utilizado en beneficio de la humanidad toda. Así de sencillo.

¿Ahora cómo explicamos esto?: el capitalismo en esa falta de rentabilidad que lo hace promover las peores lacras de la sociedad va creando una burbuja de capitales ociosos que amenazan con extender aún más la guerra y el uso de armas nucleares, en un combo terrible y sin ninguna solución de progreso posible.

¿Es posible otro camino? Si es posible, si esos capitales fueran dispuestos para realizar las obras que hoy la humanidad necesita pero que al modo de producción capitalista no le resultan rentables.

No estamos hablando de disponer de capitales para el desarrollo burocrático de los Estados a través de un capitalismo de Estados, estamos hablando de establecer en forma universal de un sistema impositivo basado en la circulación del dinero y en la aplicación universal de planes de desarrollo a través de las formas de producción más eficientes sin descartar ninguna, que atiendan, la salud, la educación, la vivienda, sacando de la marginalidad a millones de seres humanos e incorporándoles a un aparato productivo en desarrollo, nadie deberá vivir sin trabajar o a lo sumo dedicando el tiempo en el aprendizaje para ello.

Para esto es que necesitamos una medida única y universal monetaria para la economía, así como existe el metro, el kilo, el litro…

Y por supuesto que en esta tarea hay que incorporar todo el desarrollo intelectual que la humanidad ha acumulado, llevando al plano de la planificación estratégica de todo esto, todos los antecedentes democráticos que se han ido conquistando.

¿Es esto posible, o es solo un sueño irrealizable?, nosotros creemos basados en las mejores tradiciones que sí, que es posible, para lo cual es necesario poner manos a la obra, cuya tarea fundamental es la voluntad política que lo lleve adelante. No puede haber hoy ninguna organización social, política, religiosa que omita expresarse sobre esto, y a partir de allí todo es válido en propuestas que auguren un desarrollo del aparato productivo.

Ya no son más posibles planes nacionales, regionales e incluso continentales solamente, si estos no están supeditados a un interés humano universal. No ignoramos la existencia de políticas económicas nacionales e incluso continentales por parte de intereses particulares de sectores, en proyectos que no tienen posibilidades reales de desarrollo en el espacio en pugna en que actúan los conglomerados empresariales multinacionales que gobiernan realmente el mundo.

En el Uruguay los ejemplos son tremendos, y no sólo producto de una forma de hacer política que al país le viene haciendo daño desde hace mucho tiempo (desde que el batllismo desaparecido su creador perdió su rumbo, como certeramente lo analizaba el Dr. Carlos Quijano desde los editoriales económicos de «Marcha»), y porque además las propias multinacionales las conducen al fracaso. Usan y luego tiran aunque se trate de gobiernos y de realidades sociales que abarcan a millones de seres humanos. Es parte también de lo que analizamos, es la lógica que conduce a extender la guerra.

El espacio para desarrollar en avance la política económica que hoy necesitamos es el planeta todo, y necesariamente se van a solapar dos modos de producción uno ayudado a morir y otro ayudado a nacer.

Esto de ninguna manera significa borrar las nacionalidades –incluso, entre otras, las creencias religiosas–, por el contrario supone poner éstas al servicio del bien común, cambiando radicalmente lo que hoy se hace de ponerlas unos contra otras en beneficio de las políticas de la guerra.

Allá por 1848, Marx y Engels cerraban su magistral Manifiesto del Partido Comunista con la frase: «¡Proletarios de todos los Países, uníos!».

Sería terrible para la especie humana si hoy, 170 años después, no diéramos respuesta a este llamado en el que hoy se parte de la necesidad no ya de programas nacionales sino de un programa universal que ponga en manos de la gente el destino democrático de la humanidad.

Por supuesto, que debo pensar que muchos de mis lectores no aceptan el programa y el camino que propongo para estas ideas, lo mínimo que pido es que se debatan y que si estoy equivocado lo demuestren y propongan para el bien de todos un camino mejor.

Mejorar individualmente al ser humano, siempre es una tarea loable y es en definitiva una finalidad social, insuficiente si de mejorar la sociedad se trata, pues ésta requiere en su crisis de desarrollo, de medidas asumidas universalmente, giro en la gobernanza mundial con dos herramientas centrales: la moneda y los impuestos, lo que llamamos la tarea de ayudar a morir en paz a la predominancia del modo de producción capitalista, conquistar la democracia en las relaciones económicas del mundo.

Si por el contrario pensamos en primero cambiar al ser humano para cambiar luego a la sociedad, podemos llegar a la conclusión de que la guerra es inevitable. Ahora debemos admitir que la tarea insoslayable de construir la voluntad política del cambio ya es un avance en la transformación de cada uno de nosotros. Nuestra tarea es la de mostrar que esos objetivos son alcanzables, es más que es imperioso alcanzarlos.

Cuando se crearon las Naciones Unidas, el mundo pensó sanamente que era un instrumento a desarrollar, y con ese destino se crearon organismos de un enorme valor colectivo, pero pronto se comprobó el divorcio entre construcciones políticas, culturales, sociales… de interés general humanitario y un curso económico divorciado de esas intenciones. Hoy se trata de revertir esa situación, para lo cual es necesario un programa por medio del cual la sociedad pase a tener el control democrático de la economía.

Jorge Aniceto Molinari.
Montevideo, 15 de abril de 2018.

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[:es]Es necesario «filosofar»…[:]

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Es necesario «filosofar»…

(Abordando eso gris, que parece la teoría).

¿Por qué las cosas son como son?, aquí mi verdad, que ni siquiera tiene un valor definitivo en tanto creo tener adquirido el valor de criticar y de autocriticarme poniendo en duda todo lo que dije y escribí antes.

Marx no era marxista, Lenin no era leninista y sus textos originales formidables –muchas veces en formas de apuntes– por el valor y profundidad con el que abordaban los temas cruciales para el desarrollo humano, están plagados de tachaduras, enmiendas, que muestran su convicción de que lo importante era y es aportar, desprovisto de todo afán que no fuera el progreso de las ideas humanas y vaya que aportaron conceptos que denigrados de mil formas –por propios y extraños– en el crisol de la lucha de clases, a poco de encararlos con seriedad y la profundidad que requieren, afloran en todo su valor.

Dicho sea esto como prologo a mi opinión sobre un hecho que ha conmovido a la sociedad: la prisión del líder del PT brasileño el ex Presidente Lula.

Y en primer lugar mi total solidaridad y respaldo, aún en la modestia personal del mismo, con quién ha sido a lo largo de su vida un formidable y reconocido luchador por los derechos de la gente.

Ahora está claro de que todos debemos aprender de esta experiencia, de lo que acontece con Lula y no hacerlo no ayuda a salir con propuestas claras de todo este embrollo.

El hecho en si pone en discusión todo y cada uno de los enfoques es representativo de cómo se ubica cada quién frente a una crisis irreversible de la predominancia del modo de producción y ya con esto hago una primera presentación que seguramente no es compartida por muchos de los que tienen la gentileza de leerme.

Me dice un amigo: «para construir un mundo mejor, hay que partir de una selección de seres humanos mejores que construyan una», toda una definición, muy extendida particularmente entre los intelectuales, que para nada comparto.

De esto se desprende que Lula debió construir un Partido y luego un gobierno que cuestionara todo lo cuestionable de lo existente, así su gobierno hubiera sido impoluto e incuestionable, incluso por aquellos que pretendieron utilizarlo para el desarrollo de sus negocios. Y vaya si Brasil tiene un engranaje político más que bicenteañero en que todas las corruptelas parecen estar presentes. Es más esa grandeza parece haber sido posible solo con ese amparo de corruptela imperial. Sin embargo cuando llegó Lula en medio de una crisis brutal del sistema, la burguesía brasileña comenzó a soñar con tener a través de él una marca presencial de desarrollo de sus productos en el mundo. Ahora convengamos que el gobierno de la economía mundial, viviendo una aguda pugna por la rentabilidad, podía darle a esa perspectiva muy poca vida, como efectivamente ocurrió u ocurre hoy por ejemplo con la perspectiva que le pueda dar a la experiencia «nacionalista» de Trump y un final presumiblemente también trágico en su agotamiento.

La expresión del entonces Presidente Mujica de que debemos viajar en el estribo de Brasil, tenía en cuenta la coyuntura, pero no la perspectiva de la economía mundial, que si efectivamente encaró en su «olvidada» intervención en el seno de la ONU (septiembre 2013), aunque solo le demos a esta el valor de insinuarlo. También Lula al principio de su gobierno insinuó que iba a recorrer ese camino, el nacimiento del Foro Social Mundial debía hacerlo. Su impulso fue decisivo para que se constituyera y luego también en su decaecimiento.

Lula decidió meter las manos en el barro, ¡y en que barro!, para construir un modelo de desarrollo que el capitalismo mundial pudiera admitir. No fue posible, los plazos y los tiempos necesitan otra respuesta que es sobre la que efectivamente hay que debatir. Y cuando hablo de barro es más que una metáfora, es la realidad política en la que hoy se construyen las esperanzas progresistas de los pueblos. ¿Había otro camino? No, pero se insinuó un programa que luego no se desarrolló, y en el pecado está la penitencia.

También admitamos que desde los resabios del stalinismo aún persisten con proyectos varios, la idea de la estatización de la sociedad y para la cual para estas corrientes solo basta con la voluntad y los «hombres nuevos» dispuestos a su construcción. Amén de pensar en una realidad de la economía mundial idealizada, que no le puede brindar posibilidades porque no existen. Si bien en toda una etapa de la historia, –en medio de dos guerras mundiales– economías estatizadas tuvieron distinta suerte, por la propia existencia de la Unión Soviética, que siempre hemos señalado como apoyadas en el triunfo de la revolución rusa, utilizando la vía no marxista, ni leninista, del capitalismo de estado. Conjunción de avance y tragedia, con todo lo que ello significó en la vida de la gente, el asesinato de los revolucionarios y muchísimos seres humanos en un camino abierto al fascismo.

Para no los que no parecen entender esta realidad, hay un hecho que rompe los ojos, y es el de que el capitalismo embretado en una crisis cada vez más profunda, y necesitado de caminar, aborda hoy su desarrollo universal, apoyado en un país enorme, cuyo principal sostén es el gobierno del Partido Comunista. Como antes lo hizo en otra etapa de la historia en la construcción de EE.UU. como eje mundial del capitalismo.

Que esto no alcanza para darnos la tranquilidad; estamos de acuerdo, pero comprobemos que es un dato muy firme de la realidad y que es sobre él que debemos encarar el futuro. Es más, muchas de las esperanzas «progresistas» están amparadas hoy en esa realidad. Por eso de la vida política china ni la derecha habla, y cuando reciben las declaraciones de Trump, toman distancia. Quién los hubiera visto a fines del siglo 20 a estos mismos actores. El comercio no debe tener banderas nos explican.

Cosas vederes Sancho, diría el Quijote.

Apoyados en este análisis es que decimos que la prisión de Lula, es una prisión política y para resolverse necesita de un programa para el conjunto de la sociedad brasileña y que hoy repercuta en el mundo.

¿Por qué?, porque si no se abre la realidad política que lo condena sobre la base de prácticas que son nocivas para la sociedad, las fuerzas que predominan lo condenan porque ellas se siente ilegítimas sino lo hacen y porque el argumento de que abrió el camino de una vida digna a millones de seres humanos para ellos no es de recibo en tanto la economía tal cual está hoy organizada no lo puede sostener, sienten ahogo fascista y desprecio por todos los otros seres humanos. Hay odio de clase en su proceder.

Y por favor no me vengan con la moralina democratista, de los que en su vida diaria y a través de miles de ejemplo lo están negando; el que esté libre de pecados que arroje la primera piedra. ¿Quién en el Uruguay no evadió impuestos, quién no trabajó o hizo trabajar en negro? ¿Me explico? ¿Es que detrás de la oposición a la bancarización por ejemplo, no están los grandes operadores financieros que aprovechan errores de este proceso para afirmar sus negocios en el micro y gran mercado de los créditos? Negocio brutal de endeudamiento de la gente, y que a estos ni siquiera se atreven a denunciarlos como pasa con el movimiento llamado de los «autoconvocados».

Que debe haber reglas: de acuerdo, pero la punidad en la aplicación de esas reglas tiene el límite de la necesidad social de un programa que permita a la sociedad toda salir de esta etapa de crisis irreversible de la predominancia del modo de producción capitalista.

¿Cuál es el futuro de Lula?: siendo importante debemos saber que ello depende de algo aún más importante y es la capacidad de la izquierda de tener un programa para superar esta etapa de crisis, Lula lo insinuó en el 2001 con el Foro Social Mundial, Chávez lo enriqueció con su aportes, Mujica lo llevó a la ONU en setiembre del 2013, pero luego entramos en un pantano en que si no actuamos el retroceso es evidente. Y en el pantano las conductas antisociales de la corrupción, pesan y lesionan.

Todo esto sin dejar de señalar la existencia de los huevos de la serpiente, y los peligros que ello conlleva en un mundo donde el modo de producción capitalista hace que viva en un estado de guerra permanente. Y si para muestra basta un botón, tomemos las declaraciones militares presionando a los jueces, la conversación de la torre de control con el mando del helicóptero que transportaba a Lula, que son muestras que el fascismo sigue integrando el conglomerado de las conductas humanos posibles.

En este sentido y reconociendo la modestia de nuestros conocimientos, están todas las propuestas que sobre la base de dos herramientas –la moneda y los impuestos– hemos ido desarrollando en todas las columnas anteriores y que pueden consultarse en los archivos de la misma, con un centro: como ayudar entre todos a la muerte en paz de la predominancia del modo de producción que hoy nos está condenando a una vida peor.

Un mundo mejor es posible.

Jorge Aniceto Molinari.
Montevideo, 9 de abril de 2018.

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[:es]Se la llama: crisis catalana.[:ca]Se l’anomena: crisi catalana.[:]

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Se la llama: crisis catalana.

(Abordando eso gris, que parece la teoría).

Por segunda vez en pocos días recurro a la buena tarea de difusión de textos para la reflexión y el debate, que hace Néstor, para aportar mis opiniones.

Viernes, 27 de octubre de 2017.

¿Cuán efímera será la república catalana?

Cataluña. Manifestación.Los medios de comunicación españoles, la mayoría de sus dirigentes políticos, insisten en sostener que la independencia catalana no se sostendrá más que unas pocas horas.

El desprecio a la voluntad de más de 2 millones de personas que el pasado primero de octubre votó por la independencia y la república, es evidente. Los independentistas son acusados de irresponsables como mínimo, y aseguran que la independencia no se concretará de ninguna manera.

Olvidan que en las últimas elecciones legislativas, votaron poco más de 4,3 millones de habilitados para votar, por lo que 2,1 millones que votaron por la república y la independencia el primero de octubre, en una consulta popular sin grandes garantías y con la intervención de la policía nacional que cerró centros de votación. Es una base importante y un reflejo de que no se trata de algunos desquiciados que emprendieron un camino sin perspectivas.

La votación por la independencia en el parlamento catalán fue por 70 votos en 82, después que 53 diputados de la oposición se retiraran de sala.

Los dirigentes del Partido Popular (derecha) acusan a los independentistas de «golpistas», «sediciosos» y que se debe aplicar todas las medidas necesarias para «restituir» la democracia y la legalidad.

Es probable que el aparato del Estado español intervenga en gobierno catalán, destituya al gobierno regional y el parlamento regional, y se produzcan muchas detenciones, sin embargo el entusiasmo popular que ha ido creciendo en las últimas semanas, está sembrando una semilla que no será fácil de evitar que algún día germine.

La única vez que Catalunya se constituyó en república, fue en el 6 de octubre de 1934 cuando toda España era una república. Pero los catalanes resisten a la familia real de los Borbón desde 1714, cuando la ciudad de Barcelona fue sitiada por un año, y tras su caída, cientos de resistentes fueron fusilados, toda la escasa autonomía catalana eliminada, y hasta el idioma prohibido. El rey español que ordenó entonces esas medidas, era Felipe V. El actual rey tomó su nombre al ser ungido, y se denominó Felipe VI.

Dos horas y media después de la declaración de independencia catalana, el consejo de ministros español comenzó a poner en práctica el artículo 155 de su Constitución que permite intervenir los gobiernos autónomos. El artículo nunca fue reglamentado y su aprobación por el Senado es un cheque en blanco para que el gobierno de Mariano Rajoy lo aplique según su criterio.

Por lo pronto ya trascendió que el consejo de ministros aprobó la destitución del presidente del gobierno autónomo catalán, Carles Puigdemont, y todos sus consejeros, y disolver el parlamento catalán. No está en claro de qué manera procederá a esa disolución.

En estos días también se han manifestado contra la independencia algunos importantes dirigentes de izquierda, y varios ex comunistas ortodoxos.

Argumentan que esa ideología propugna un mundo sin fronteras y que constituir nuevos Estados es contraproducente y no fortalece la lucha contra el neoliberalismo.

De hecho, los fundadores del marxismo, si bien anunciaban un mundo sin fronteras, no hablaban de un gobierno mundial único, sino más bien la acción de las comunidades para mantener las relaciones sociales. En un mundo ya gobernado por las potencias económicas con la concepción de que el capitalismo es el fin de la historia, quizás el «paso atrás» de volver a las comunidades, sea una respuesta provisoria para avanzar después a un mundo como soñaba John Lennon en «imagine».

Todavía este viernes en la noche, miles de personas festejan en las calles y los edificios públicos retiran las banderas de España y por ahora la sustituyen con la bandera de la Unión Europea, organismo que ha dicho que el único interlocutor es el gobierno de Madrid.

Ricardo.

Mi respuesta:

Jorge Aniceto Molinari.El centro de mi análisis está en la frase que me he permitido remarcar.

La economía mundial hoy está comandada por los conglomerados empresariales multinacionales con cabezas visibles en los grupos financieros, los estados mayores empresariales. A cargo de los Estados va quedando un cada vez más reducido espacio como resultado del agostamiento cada vez más pronunciado de la tasa general de ganancia y de los cada vez más duros enfrentamientos por su consecución.

Entonces las reivindicaciones de las nacionalidades que tienen una justificación histórica, desde el punto de vista económico pueden significar un cierto respiro, que en la práctica puede incluso resultar contraproducente por el miedo de los empresarios capitalistas en la inestabilidad política como se informa que está ocurriendo hoy en Catalunya.

Pero de ahí a concluir que el destino futuro de la humanidad está en el desarrollo autónomo de las comunidades en la realidad presente del capitalismo ya no es tan sencillo.

Por lo pronto el tema en su momento y teniendo en cuenta otra época fue analizado por Federico Engels, interviniendo directamente en una rica polémica ideológica con las corrientes anarquistas, con un texto: «sobre la autoridad», que tiende a mostrar que este modo de producción que hoy predomina en el mundo, necesita de comandos unificados para realizar la producción y que para superarlos sin producir una catástrofe en el aparato productivo de la humanidad, debe crear un mando superior, al que deben ser impuestas las normas democráticas con las que ha venido costosamente avanzando la humanidad.

Hemos insistido tozudamente en que para imponer esas pautas democráticas es necesario que haya una medida monetaria única y universal, y que se convenga también en forma ecuménica, de que los impuestos deben ser única y exclusivamente dirigidos hacia el movimiento del dinero, que aquello producido debe ser para atender en forma eficiente y rentable (sin costos burocráticos para el común de la gente) la salud, la enseñanza, la vivienda, y el trabajo de toda la gente, sin exclusiones, planificando obras universales que hoy ya resultan imprescindibles pero que a los inversores capitalistas no les resultan rentables, que para la humanidad significarían un salto en calidad de vida.

Tal vez, logrado esto, el conflicto estaría ubicado en cómo se administra, pero es tan grande la posibilidad de liberar recursos, que hoy retiene la crisis capitalista, que la humanidad entraría en una etapa superior, donde seguramente la gestión tomaría formas cooperativas como también lo analizara el propio Federico Engels. Haciendo de esta formas organizativas empresariales un instrumento de organización de políticas globales con un rol superior de la democracia, y no como ocurre actualmente con las cooperativas sometidas a la lucha por la subsistencia empresarial.

Hoy en el planeta podrían proclamarse una infinidad de repúblicas independientes, como tantas son las distintas comunidades, construirse kilómetros y kilómetros de muros estableciendo nuevas fronteras o protegiendo las actuales, pero no podrían superar una crisis ya irreversible de la predominancia del modo de producción capitalista.

La base real del reclamo actual catalán es salir de la asfixia con que el desarrollo actual del capitalismo los acucia, ahora unir este objetivo a la identidad nacional propia, puede ser tremendamente contraproducente, generar un objetivo muy limitado, que pudiendo tener justificaciones históricas múltiples, no resuelve el problema central que hoy las estimula, como ha venido ocurriendo en Europa. La canción sigue siendo sabia: «no hay salvación sino es con todos».

Sabemos que hay quienes en su utopía piensan –están en su derecho– que esta nacionalidad tiene salida si estatiza su economía en una especie de «stalinismo tardío» posiciones que incluso se sostienen para el conjunto de España y aún soñando con manejar esto con una afectación mínima de las estructuras de clase, que la sociedad española mantiene, como si tamaña empresa pudiera hacerse en los marcos nacionales y sin una superación en avance del aparato productivo, que hoy tiene su llave no en los Estados sino en la economía mundial.

Jorge Aniceto Molinari.
Montevideo. Domingo, 29 de octubre de 2017.


Nota:

La administración del sitio web del Centro de Estudios Joan Bardina se limita a reproducir y traducir este artículo, en función al derecho que tiene su autor a la libertad de expresión y a la necesidad de que este artículo desvele el debate sobre las ideas y propuestas que transmite, pero sin que por ello comparta el mismo juicio sobre su contenido.

[:ca]

Se l’anomena: crisi catalana.

(Abordant això gris, que sembla la teoria).

Per segona vegada en pocs dies recorreixo a la bona tasca de difusió de textos per a la reflexió i el debat, que fa Néstor, per aportar les meves opinions.

Divendres, 27 d’octubre de 2017.

Com d’efímera serà la república catalana?

Catalunya. Manifestació.Els mitjans de comunicació espanyols, la majoria dels seus dirigents polítics, insisteixen en sostenir que la independència catalana no se sostindrà més que unes poques hores.

El menyspreu a la voluntat de més de 2 milions de persones que el passat primer d’octubre va votar per la independència i la república, és evident. Els independentistes són acusats d’irresponsables com a mínim, i asseguren que la independència no es concretarà de cap manera.

Obliden que en les últimes eleccions legislatives, van votar poc més de 4,3 milions d’habilitats per votar, de manera que 2,1 milions que van votar per la república i la independència el primer d’octubre, en una consulta popular sense grans garanties i amb la intervenció de la policia nacional que va tancar centres de votació. És una base important i un reflex que no es tracta d’alguns trasbalsats que van emprendre un camí sense perspectives.

La votació per la independència al parlament català va ser per 70 vots de 82, després que 53 diputats de l’oposició es retiressin de sala.

Els dirigents del Partit Popular (dreta) acusen els independentistes de «colpistes», «sediciosos» i que s’ha d’aplicar totes les mesures necessàries per «restituir» la democràcia i la legalitat.

És probable que l’aparell de l’Estat espanyol intervingui en el govern català, destitueixi el govern regional i el Parlament regional, i es produeixin moltes detencions, però l’entusiasme popular que ha anat creixent en les últimes setmanes, està sembrant una llavor que no serà fàcil d’evitar que algun dia germini.

L’únic cop que Catalunya es va constituir en república, va ser en el 6 d’octubre de 1934 quan va tot Espanya era una república. Però els catalans resisteixen a la família reial dels Borbó des de 1714, quan la ciutat de Barcelona va ser assetjada durant un any, i després de la seva caiguda, centenars de resistents van ser afusellats, tota l’escassa autonomia catalana eliminada, i fins l’idioma prohibit. El rei espanyol que va ordenar llavors aquestes mesures, era Felip V. L’actual rei va prendre el seu nom en ser ungit, i es va denominar Felip VI.

Dues hores i mitja després de la declaració d’independència catalana, el consell de ministres espanyol va començar a posar en pràctica l’article 155 de la seva Constitució que permet intervenir els governs autònoms. L’article mai va ser reglamentat i la seva aprovació pel Senat és un xec en blanc perquè el govern de Mariano Rajoy l’apliqui segons el seu criteri.

D’antuvi ja va transcendir que el consell de ministres va aprovar la destitució del president del govern autònom català, Carles Puigdemont, i tots els seus consellers, i dissoldre el parlament català. No està en clar de quina manera ha de procedir a aquesta dissolució.

En aquests dies també s’han manifestat contra la independència alguns importants dirigents d’esquerra, i diversos ex comunistes ortodoxos.

Argumenten que aquesta ideologia propugna un món sense fronteres i de constituir nous estats és contraproduent i no enforteix la lluita contra el neoliberalisme.

De fet, els fundadors del marxisme, tot i que anunciaven un món sense fronteres, no parlaven d’un govern mundial únic, sinó més aviat l’acció de les comunitats per mantenir les relacions socials. En un món ja governat per les potències econòmiques amb la concepció que el capitalisme és la fi de la història, potser el «pas enrere» de tornar a les comunitats, sigui una resposta provisoria per avançar després a un món com somiava John Lennon a «imagine».

Encara aquest divendres a la nit, milers de persones festegen als carrers i els edificis públics retiren les banderes d’Espanya i per ara la substitueixen amb la bandera de la Unió Europea, organisme que ha dit que l’únic interlocutor és el govern de Madrid.

Ricardo.

La meva resposta:

Jorge Aniceto Molinari.El centre de la meva anàlisi està en la frase que m’he permès remarcar.

L’economia mundial avui està comandada pels conglomerats empresarials multinacionals amb caps visibles en els grups financers, els estats majors empresarials. A càrrec dels Estats va quedant un cada cop més reduït espai com a resultat de l’esgotament cada cop més pronunciat de la taxa general de guany i dels cada cop més durs enfrontaments per la seva consecució.

Llavors les reivindicacions de les nacionalitats que tenen una justificació històrica, des del punt de vista econòmic poden significar un cert respir, que a la pràctica pot fins i tot resultar contraproduent per la por dels empresaris capitalistes en la inestabilitat política com s’informa que està passant avui a Catalunya.

Però d’aquí a concloure que el destí futur de la humanitat està en el desenvolupament autònom de les comunitats en la realitat present del capitalisme ja no és tan senzill.

D’antuvi el tema en el seu moment i tenint en compte una altra època va ser analitzat per Frederic Engels, intervenint directament en una rica polèmica ideològica amb els corrents anarquistes, amb un text: «sobre l’autoritat», que tendeix a mostrar que aquesta forma de producció que avui predomina al món, necessita d’ordres unificats per realitzar la producció i que per superar-les sense produir una catàstrofe en l’aparell productiu de la humanitat, ha de crear un comandament superior, al qual han de ser imposades les normes democràtiques amb què ha vingut costosament avançant la humanitat.

Hem insistit tossudament que per imposar aquestes pautes democràtiques cal que hi hagi una mesura monetària única i universal, i que es convingui també en forma ecumènica, que els impostos han de ser únicament i exclusivament dirigits cap al moviment dels diners, que allò produït ha de ser per a atendre en forma eficient i rendible (sense costos burocràtics per al comú de la gent) la salut, l’ensenyament, l’habitatge, i el treball de tota la gent, sense exclusions, planificant obres universals que avui ja són imprescindibles però que a els inversors capitalistes no els resulten rendibles, que per a la humanitat significarien un salt en qualitat de vida.

Potser, aconseguit això, el conflicte estaria ubicat en com s’administra, però és tan gran la possibilitat d’alliberar recursos, que avui reté la crisi capitalista, que la humanitat entraria en una etapa superior, on segurament la gestió prendria formes cooperatives com també l’analitza el propi Frederic Engels. Fent d’aquesta formes organitzatives empresarials un instrument d’organització de polítiques globals amb un paper superior de la democràcia, i no com passa actualment amb les cooperatives sotmeses a la lluita per la subsistència empresarial.

Avui al planeta podrien proclamar-se infinitat de repúbliques independents, com tantes són les diferents comunitats, construir quilòmetres i quilòmetres de murs establint noves fronteres o protegint les actuals, però no podrien superar una crisi ja irreversible de la predominança de la manera de producció capitalista.

La base real del reclam actual català és sortir de l’asfíxia amb què el desenvolupament actual del capitalisme els acuita, ara unir aquest objectiu a la identitat nacional pròpia, pot ser tremendament contraproduent, generar un objectiu molt limitat, que poden tenir justificacions històriques múltiples, no resol el problema central que avui les estimula, com ha passat a Europa. La cançó segueix sent sàvia: «no hi ha salvació sinó és amb tots».

Sabem que hi ha qui en el seu utopia pensen –estan en el seu dret– que aquesta nacionalitat té sortida si estatitza la seva economia en una mena de «stalinisme tardà» posicions que fins i tot es sostenen per al conjunt d’Espanya i encara somiant amb manejar això amb una afectació mínima de les estructures de classe, que la societat espanyola manté, com si tan gran empresa pogués fer-se en els marcs nacionals i sense una superació en avanç de l’aparell productiu, que avui té la seva clau no als Estats sinó en l’economia mundial.

Jorge Aniceto Molinari.
Montevideo. Diumenge, 29 d’octubre de 2017.


Nota:

L’administració del lloc web del Centre d’Estudis Joan Bardina es limita a reproduir i a traduir aquest article, en funció al dret que té el seu autor a la llibertat d’expressió i a la necessitat que aquest article desvetlli el debat sobre les idees i propostes que transmet, però sense que per això comparteixi el mateix parer sobre el seu contingut.

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[:es]Los 100 años de la revolución rusa.[:ca]Els 100 anys de la revolució russa.[:]

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Los 100 años de la revolución rusa.

(Abordando eso gris, que parece la teoría).

Lenin y Trotsky en un míting.Podríamos aseverar que la historia del capitalismo es también la historia de sus crisis, así como la historia de los pueblos es la historia de sus revoluciones.

Así como el nacer, el crecer y el perecer, no es solo un atributo de nosotros los seres vivos, sino también de los modos de producción que se han ido sucediendo y solapando en el crecimiento de la organización social.

Como la lucha de clases como característica de las sociedades humanas, también dilatada en los tiempos, tiene esa misma dinámica, con la predominancia sucesiva de distintos modos de producción, no teniendo ninguno en particular pasaporte a la eternidad, –como han pretendido afirmarlo para el capitalismo algunos politólogos o sociólogos o economistas trasnochados –y las crisis cada vez más profundas y en el caso actual ya irreversible para la permanencia de la actual predominancia del modo de producción.

De todos modos el nacimiento de la lucha de clases, que una corriente de pensamiento adjudica a la condición humana, para nosotros es un hecho no demostrado y que seguramente cuando la humanidad comience a construir el socialismo tendrá otros elementos que le permitirán profundizar en ese conocimiento. Hasta ahora en los análisis que distintas corrientes de pensamiento han realizado, la más precisa que me sigue convenciendo, es la que Marx y Engels realizaron en su momento, de que el trabajo y su forma de incorporarse a la sociedad a través de un modo de producción en concreto determinan las formas sociales en que la sociedad se realiza1, que junto con la afirmación de que ningún modo de producción abandona su predominancia sin agotar todas sus posibilidades, parecen ser conceptos no asimilados por los autoproclamados «marxistas» y que en sus análisis se pasan al voluntarismo que ignora las condicionantes sociales reales, con afirmaciones que niegan el marxismo como la de que socialismo es propiedad estatizada.

La revolución rusa precisamente no fue una expresión voluntarista del pueblo ruso, fue si la respuesta a una terrible crisis social que se aceleró y desencadenó con el estallido de la primera guerra mundial. Para esa crisis la respuesta más profunda en el desarrollo de un programa para poder superarla estuvo en manos de un partido organizado bajo la conducción de Lenin, y que además supo conjuntar el esfuerzo de algunos líderes que ni siquiera habían integrado sus filas en los años previos a la revolución; tal vez el caso más notorio y paradigmático, por su participación formidable en el proceso, fue el de León Trotsky, porque además desde los comienzos del siglo 20 nunca estuvo ajeno al debate ideológico formidable y profundo en el que Lenin conduzco la formación de su partido y marcó su influencia indiscutible en la sociedad rusa y en la izquierda universal de esos años. Qué diferencia con la realidad actual, en la que prácticamente el debate ideológico está paralizado.

De aquí surge un juicio de Lenin, que nuestras izquierdas actuales han venido desconociendo, –así les está yendo–, de que no hay acción revolucionaria sin teoría revolucionaria.

El Partido que llevó al triunfo a la revolución rusa tenía internalizado el pensamiento de Marx y de Engels, como bagaje fundamental en su construcción ideológica, al que Lenin en particular y sin duda con el mayor destaque fue incorporando conceptos y desarrollos que hoy son claramente los que necesitamos utilizar, así como elaborar en el mismo sentido, para superar esta etapa de la historia. Salvo que alguien pueda demostrar lo contrario, y bienvenido sea al mundo de la ciencia y de la comunicación que hoy florece de mil maneras, pero limitada notoriamente en el plano ideológico.

Lenin en 1916 (un año antes de la revolución) escribe «El imperialismo etapa superior del capitalismo» en que ya señalaba el pasaje del gobierno económico de la humanidad de los Estados a los conglomerados empresariales multinacionales, que es lo que hoy vemos claramente y que fue lo que se estimuló con el nacimiento del neoliberalismo en Mont Pellerin al finalizar la segunda guerra mundial.

Mucho tiene que ver este texto con lo que fue luego el desarrollo de la NEP (Nueva Economía Política), con la que Lenin armaba la compresión ideológica del periodo que estaban atravesando. Vale la pena remitirse a una enorme cantidad de textos sobre estos temas, que fueron salvaguardados y atravesaron indemnes, –gracias a los intelectuales rusos–, el periodo del stalinismo.

Sin embargo en determinado momento las corrientes estatistas fueron en la burocracia del nuevo Estado más potentes que las ideas de Lenin y éstas fueron derrotadas, para su aplicación en concreto. Lenin fue derrotado en 1924, no en 1992 cuando se desintegró la Unión Soviética. Hasta el propio Nicolás Bujarin que dio sustento a la teoría del socialismo en un solo país, y a nuestro criterio el verdadero autor de «Cuestiones del leninismo» que firmó Stalin, también fue asesinado. Bujarin aún en el error, sus ideas combatidas, fueron respetadas por Lenin, así como las del comunismo de guerra en su momento impulsadas por Trotsky, que merecieron de parte de Lenin un prolijo y minucioso análisis para refutarlas; todos estos escritos tienen hoy un inmenso valor ideológico en la medida que la izquierda no ha superado su concepción estatista; forman parte de los 55 tomos en castellano de las obras completas.

El Partido de Lenin aplicaba el centralismo democrático en su organización administrativa, pero no en el debate ideológico, las ideas no tenían un orden para ser debatidas, ni resoluciones que encorsetaran su desarrollo. Lenin no sometía ni se sometía a una forma de jerarquía administrativa en la organización del debate ideológico. Era absurdo esperar a que una idea fuera «autorizada» para ser difundida, era libre, como nunca lo había sido en ningún Partido de la historia. Su jerarquía devenía de instancias en las que la elaboración de las mismas estaba en la masa, por eso no tenían nada que ocultar a no ser el aspecto organizativo concreto, que daba coherencia a la organización para actuar en el seno de la sociedad, lo que se trasuntaba claramente en los Congresos, en los activos, en todas las acciones que involucraban el hacer de los revolucionarios. No se actuaba por disciplina, se actuaba por convicción ideológica.

Así como Cristo, y el cristianismo en sus orígenes, derrotado legó a la humanidad conceptos que ésta incorporó; a pesar de las múltiples iglesias que hoy se proclaman cristianas, es un formidable ejemplo, para analizar cómo nacen ideas contra la explotación humana, son derrotadas y a la vez asimiladas por el conjunto de la sociedad; no es el único ejemplo pero si el que nos llega con más fuerza por los orígenes de nuestra cultura.

Hoy está pendiente, y la crisis lo hace aún más perentorio, el pensamiento de los maestros mostrando el origen y el curso del modo de producción predominante así como de ideas para poder entrar en una etapa de transición que lo supere.

Esto hace que no se conmemoren aquellos acontecimientos con el destaque que merecen y que la humanidad, superada esta crisis, seguramente va a reconocer.

La revolución rusa, como la Comuna de París, la revolución francesa, entre otras, hicieron un enorme aporte a la historia humana, pero su reconocimiento pleno vendrá cuando la humanidad supere la prueba actual en la que no compiten modelos de Estados como reivindican los stalinistas y neostalinistas, sino la necesidad de la muerte en paz de la predominancia del modo de producción capitalista, para iniciar una transición que permita a la humanidad hacerse dueña de su economía, manejar ella con los instrumentos de la democracia su aparato productivo en su beneficio.

Han transcurrido ya prácticamente 100 años, el capitalismo ha recorrido el camino de expansión en todo el planeta que Marx, Engels y Lenin previeron, las tareas de transición que de alguna manera marcó este proceso de revoluciones debe ser retomado, por un programa que es la continuidad de aquellos que abrieron una esperanza de progreso para el conjunto de la humanidad. En lo personal desde la modestia de nuestros conocimientos, y fieles a un estilo de militancia, tenemos propuestas para hacer que hoy tienen que ver primero con la paz y luego con el manejo social de dos herramientas fundamentales: la moneda y los impuestos. Podría decir: «dame un punto de apoyo y moveré el mundo».

Los problemas al ser abarcativos de todo el planeta, aparecen como más graves, la destrucción que puede originar el uso de armas nucleares puede ser terrible, pero aún así la forma que ha tomado la explotación capitalista origina tragedias como las que provoca el calentamiento global, o la tendencia de cada uno de arreglarse por su lado como parece ser el mensaje del referéndum catalán, negando lo que nos decía una bella canción española de que no hay salvación sino es con todos2.

Como comunistas, que hemos tratado de hacer nuestras las ideas de los maestros, estos 100 años de la revolución de octubre (de acuerdo al calendario ruso vigente en 1917), seguramente no tendrán el reconocimiento que de parte de la humanidad merecen, pero es nuestra tarea reivindicar ese pensamiento en la medida que incorporado al conocimiento humano no ha sido superado y por lo tanto sigue siendo una guía insustituible para dar la batalla por el triunfo de la construcción de la humanidad socialista.

Jorge Aniceto Molinari.
Montevideo, 26 de setiembre de 2017.


Notas:

1«El papel del trabajo en la transformación…» de Federico Engels.

2La administración del sitio web del Centro de Estudios Joan Bardina se limita a reproducir y traducir este artículo, en función al derecho que tiene su autor a la libertad de expresión y a la necesidad de que este artículo desvele el debate sobre las ideas y propuestas que transmite, pero sin que por ello comparta el mismo juicio sobre su contenido.

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Els 100 anys de la revolució russa.

(Abordant això gris, que sembla la teoria).

Lenin i Trotsky en un míting.Podríem asseverar que la història del capitalisme és també la història de les seves crisis, així com la història dels pobles és la història dels seus revolucions.

Així com el néixer, el créixer i el morir, no és només un atribut de nosaltres els éssers vius, sinó també de les maneres de producció que s’han anat succeint i solapant en el creixement de l’organització social.

Com la lluita de classes com a característica de les societats humanes, també dilatada en els temps, té aquesta mateixa dinàmica, amb la predominança successiva de diferents modes de producció, no tenint cap en particular passaport a l’eternitat, –com han pretès afirmar per al capitalisme alguns politòlegs o sociòlegs o economistes passats de moda– i les crisis cada cop més profundes i en el cas actual ja irreversible per a la permanència de l’actual predominança de la manera de producció.

De totes maneres el naixement de la lluita de classes, que un corrent de pensament adjudica a la condició humana, per a nosaltres és un fet no demostrat i que segurament quan la humanitat comenci a construir el socialisme hi haurà altres elements que li permetran aprofundir en aquest coneixement. Fins ara en les anàlisis que diferents corrents de pensament han realitzat, la més precisa que em segueix convencent, és la que Marx i Engels van realitzar en el seu moment, que el treball i la seva forma de incorporar-se a la societat mitjançant una manera de producció en concret determinen les formes socials en què la societat es realitza1, que juntament amb l’afirmació que cap mode de producció abandona la seva predominança sense esgotar totes les seves possibilitats, sembla que són conceptes no assimilats pels autoproclamats «marxistes» i que en les seves anàlisis es passen al voluntarisme que ignora les condicionants socials reals, amb afirmacions que neguen el marxisme com la que socialisme és propietat estatitzada.

La revolució russa precisament no va ser una expressió voluntarista del poble rus, va ser si la resposta a una terrible crisi social que es va accelerar i va desencadenar amb l’esclat de la primera guerra mundial. Per aquesta crisi la resposta més profunda en el desenvolupament d’un programa per poder superar-la va estar en mans d’un partit organitzat sota la conducció de Lenin, i que a més va saber conjuntar l’esforç d’alguns líders que ni tan sols havien integrat les seves files en els anys previs a la revolució; potser el cas més notori i paradigmàtic, per la seva participació formidable en el procés, va ser el de Lleó Trotsky, perquè a més des dels començaments del segle 20 mai va estar aliè al debat ideològic formidable i profund en el qual Lenin va conduir la formació del seu partit i va marcar la seva influència indiscutible en la societat russa i en l’esquerra universal d’aquests anys. Quina diferència amb la realitat actual, en què pràcticament el debat ideològic està paralitzat.

D’aquí sorgeix un judici de Lenin, que les nostres esquerres actuals han vingut desconeixent, –així els hi està anant–, que no hi ha acció revolucionària sense teoria revolucionària.

El Partit que va portar al triomf a la revolució russa tenia internalitzat el pensament de Marx i d’Engels, com a bagatge fonamental en la seva construcció ideològica, al qual Lenin en particular i sens dubte amb el major insistència va anar incorporant conceptes i desenvolupaments que avui són clarament els que necessitem utilitzar, així com elaborar en el mateix sentit, per superar aquesta etapa de la història. Llevat que algú pugui demostrar el contrari, i benvingut sigui al món de la ciència i de la comunicació que avui floreix de mil maneres, però limitada notòriament en el pla ideològic.

Lenin en 1916 (un any abans de la revolució) escriu «L’imperialisme etapa superior del capitalisme» en què ja assenyalava el passi del govern econòmic de la humanitat dels estats als conglomerats empresarials multinacionals, que és el que avui veiem clarament i que va ser allò que es va estimular amb el naixement del neoliberalisme a Mont Pellerin al finalitzar la segona guerra mundial.

Molt té a veure aquest text amb el que va ser després el desenvolupament de la NEP (Nova Economia Política), amb la qual Lenin s’armava la compressió ideològica del període que estaven travessant. Val la pena remetre a una enorme quantitat de textos sobre aquests temes, que van ser salvaguardats i van travessar indemnes, –gràcies als intel·lectuals russos–, el període del stalinisme.

No obstant això en determinat moment els corrents estatistes van ser en la burocràcia del nou Estat més potents que les idees de Lenin i aquestes van ser derrotades, per a la seva aplicació en concret. Lenin va ser derrotat el 1924, no el 1992 quan es va desintegrar la Unió Soviètica. Fins al mateix Nicolau Bukharin que va donar suport a la teoria del socialisme en un sol país, i al nostre criteri el veritable autor de «Qüestions del leninisme» que va signar Stalin, també va ser assassinat. Bukharin encara en l’error, les seves idees combatudes, van ser respectades per Lenin, així com les del comunisme de guerra en el seu moment impulsades per Trotski, que van merèixer de part de Lenin una prolix i minuciosa anàlisi per refutar; tots aquests escrits tenen avui un immens valor ideològic en la mesura que l’esquerra no ha superat la seva concepció estatista; formen part dels 55 volums en castellà de les obres completes.

El Partit de Lenin aplicava el centralisme democràtic en la seva organització administrativa, però no en el debat ideològic, les idees no tenien un ordre per ser debatudes, ni resolucions que cotillessin seu desenvolupament. Lenin no sotmetia ni se sotmetia a una forma de jerarquia administrativa en l’organització del debat ideològic. Era absurd esperar que una idea fos «autoritzada» per a ser difosa, era lliure, com mai ho havia estat en cap Partit de la història. La seva jerarquia s’esdevenia d’instàncies en les que l’elaboració de les mateixes estava a la massa, per això no tenien res a amagar si no és l’aspecte organitzatiu concret, que donava coherència a l’organització per actuar en el si de la societat, el que es tractava clarament en els Congressos, en els actius, en totes les accions que involucraven el fer dels revolucionaris. No actuava per disciplina, s’actuava per convicció ideològica.

Així com Crist, i el cristianisme en els seus orígens, derrotat va llegar a la humanitat conceptes que aquesta va incorporar; tot i les múltiples esglésies que avui es proclamen cristianes, és un formidable exemple, per analitzar com neixen idees contra l’explotació humana, són derrotades i alhora assimilades pel conjunt de la societat; no és l’únic exemple però si el que ens arriba amb més força pels orígens de la nostra cultura.

Avui està pendent, i la crisi ho fa encara més peremptori, el pensament dels mestres mostrant l’origen i el curs de la manera de producció predominant així com d’idees per poder entrar en una etapa de transició que el superi.

Això fa que no es commemorin aquells esdeveniments amb el recalcament que mereixen i que la humanitat, superada aquesta crisi, segurament anirà a reconèixer.

La revolució russa, com la Comuna de París, la revolució francesa, entre d’altres, van fer un enorme aportació a la història humana, però el seu reconeixement ple vindrà quan la humanitat superi la prova actual en què no competeixen models d’estats com reivindiquen els stalinistes i neostalinistes, sinó la necessitat de la mort en pau de la predominança de la manera de producció capitalista, per iniciar una transició que permeti a la humanitat fer-se propietària de la seva economia, utilitzar ella amb els instruments de la democràcia el seu aparell productiu en benefici seu.

Han transcorregut ja pràcticament 100 anys, el capitalisme ha recorregut el camí d’expansió arreu del planeta que Marx, Engels i Lenin van preveure, les tasques de transició que d’alguna manera va marcar aquest procés de revolucions ha de ser reprès, per un programa que és la continuïtat d’aquells que van obrir una esperança de progrés per al conjunt de la humanitat. En el personal des de la modèstia dels nostres coneixements, i fidels a un estil de militància, tenim propostes per fer que avui tenen a veure primer amb la pau i després amb el maneig social de dues eines fonamentals: la moneda i els impostos. Podria dir: «dóna’m un punt de recolzament i mouré el món».

Els problemes en ésser d’àmbit de tot el planeta, apareixen com a més greus, la destrucció que pot originar l’ús d’armes nuclears pot ser terrible, però tot i així la forma que ha pres l’explotació capitalista origina tragèdies com les que provoca l’escalfament global, o la tendència de cadascú d’arreglar pel seu costat com sembla ser el missatge del referèndum català, negant el que ens deia una bella cançó espanyola que no hi ha salvació sinó és amb tots2.

Com comunistes, que hem tractat de fer nostres les idees dels mestres, aquests 100 anys de la revolució d’octubre (d’acord al calendari rus vigent el 1917), segurament no tindran el reconeixement que de part de la humanitat mereixen, però és la nostra tasca reivindicar aquest pensament en la mesura que incorporat al coneixement humà no ha estat superat i per tant segueix sent una guia insubstituïble per donar la batalla pel triomf de la construcció de la humanitat socialista.

Jorge Aniceto Molinari.
Montevideo, 26 de setembre del 2017.


Notes:

1«El paper del treball en la transformació…» de Frederic Engels.

2L’administració del lloc web del Centre d’Estudis Joan Bardina es limita a reproduir i a traduir aquest article, en funció al dret que té el seu autor a la llibertat d’expressió i a la necessitat que aquest article desvetlli el debat sobre les idees i propostes que transmet, però sense que per això comparteixi el mateix parer sobre el seu contingut.

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Lula.

[:es]

Lula.

(Abordando eso gris, que parece la teoría).

Lula.Lula o el papel del individuo en la historia. Podría ser este el título de esta breve nota en la que nos proponemos resumir lo que consideramos el momento político de Brasil y por su peso el momento político de nuestra América. Es una muestra importante además, para analizar lo que hoy pasa en el mundo.

¿Por qué triunfa Lula, en su momento, en las elecciones a la Presidencia de Brasil?, ¿es diferente a por qué triunfa Chávez en Venezuela, o antes Allende en Chile?

El entonces Presidente Mujica, en su momento dio una clave a modo de indicio de lo que estaba sucediendo, de lo que a él le estaba sucediendo: «debemos viajar en el estribo de la economía de Brasil» (se refería a la economía de Uruguay).

Es que en su momento los empresarios nacionales, especie poderosa en su tiempo y en Brasil muchísimo más, pero en por ahora lento proceso de extinción –se viene acelerando–, sintieron antes que nadie, que un proceso de achicamiento en los derechos de la sociedad era también un proceso de acotamiento de sus perspectivas de desarrollo, y apostaron en una coyuntura muy particular del mundo a un desafío que ellos mismo luego calificaron de «populista». También coexisten con estos, los burgueses (y porque no, hasta pequeños burgueses –los medios digitales se los permiten–) que claramente ya han optado por ser parte del capital multinacional y los que tienen huevos en los dos canastos.

En su momento primaron los que querían acomodar los gobiernos nacionales para en una coyuntura económica favorable (los precios de los comodities) vincularse con los mercados del mundo.

Ahora cuando los pueblos comenzaron a sentir el gustito de que algo estaba avanzando, la derecha –sin horizontes– sintió miedo (el llamado miedo de clase) y empezó a activar la posibilidad de los ajustes, aduciendo particularmente la corrupción, corrupción de la que ella había usufructuado en todos los gobiernos anteriores, y que tienen que ver fundamentalmente con la circulación de dinero en sus distintas formas, en el Uruguay las llamadas Safis, pero en el conjunto, los Panamá Papers, o las distintas formas de realizar sobornos al que han sido proclive las empresas particularmente encargadas de los grandes emprendimientos en las obras públicas.

Es cierto. Nuestra izquierda ha sido débil frente a estos fenómenos. Es más, en ella hay sectores que son cómplices directos de lo que han sido una forma de explotación de la economía en una práctica extensiva favoreciéndose de la falta de controles.

¿Pudo llegar al gobierno Chávez en Venezuela sin el apoyo de Cisneros?, ¿pudo Fidel Castro derrotar a Batista sin el dejar hacer del sistema político de EE.UU. y en particular sus «servicios»?, ¿pudo triunfar Lula, sin el apoyo de los sectores políticos que luego se le dieron vuelta?

Pudo el Frente Amplio en el Uruguay llegar al gobierno, sin la mirada esperanzada de amplios sectores medios de la sociedad que aún sin entender añoran al viejo batllismo.

Sin duda que en todos los casos hay una derecha intransigente, antibatllista en el Uruguay, pero por encima de todo anticomunista, que fue franquista primero y luego fascista, pero reducida a sus funciones regresivas, en el terrorismo de Estado, en la dictadura, haciendo daño a la convivencia humana y apostando siempre a la confrontación como modo de justificar su propia vida.

¿Y en la izquierda? No otra cosa ha sido el stalinismo, para justificar la necesidad de un modelo que confronte con el capitalismo, o en un sentido opuesto, el sentimiento libertario expresado en la guerrilla, utilizada preferencialmente por la derecha para desarticular los movimientos sociales. Sentimiento libertario, que siempre anidó en el corazón de la humanidad, y que florece en circunstancias muy especiales como fue el hecho, por ejemplo, de la revolución cubana, que primero estimularon y luego no pudieron encorsetar.

¿Entonces qué salida tenemos?: la programática. El procurar responder a la crisis con un programa que permita poner el aparato productivo al servicio de la gente, que impida las destrucción de lo que la humanidad ha logrado.

En la historia humana, el voto, el voto secreto, la ley de 8 horas, las licencias de distinta índole, los derechos de la mujer, etc., etc. han ido haciendo una base social de reivindicaciones que le han dado al capitalismo también la posibilidad de desarrollarse.

El capitalismo como modo de producción predominante tenía todo el planeta para desarrollarse, y así lo entendieron luego de la segunda guerra mundial los que en Mont Pellerin establecieron toda una estrategia para que las trabas burocráticas estatales no fueran obstáculos al desarrollo. Sabiendo además que la izquierda que había logrado predominar, ya no era leninista sino estatista, y eso favorecía sus planes.

Pero ya no estamos en 1945, y los límites para la expansión capitalista ya son totalmente visibles y se reflejan directamente en la tasa general de ganancias, en el aumento de los paraísos fiscales, en el endeudamiento, en el aumento demencial de la emisión monetaria, en el invento de mil formas de organizar al capital desde el capital financiero para mantener parte de la tasa de ganancia para determinados sectores que actúan como lumpen.

Por eso la especulación que hoy hay en los sectores que gobiernan realmente la sociedad brasileña, es entre la posibilidad de que Lula vuelva a la Presidencia, y la de impedirlo.

El problema es que si Lula y su organización no encaran una ofensiva en materia programática, la crisis tarde o temprano terminará opacando sus posibilidades aún cuando en la sociedad predomine la idea de su retorno a la Presidencia.

En la primera Presidencia, el ordenar la economía ya suponía un avance, pero los compromisos con los distintos sectores que en política expresan la economía capitalista, tal cual hoy predomina en el mundo, era entrar en un rompecabezas que a la larga termina imposibilitando gobernar.

Ahora el programa necesario hoy, tiene que ver con el desarrollo de la economía mundial, no es el programa que permita el desahogo económico de un país, porque si antes estatizando se resolvían problemas coyunturales, hoy ya no queda prácticamente espacio para poder hacerlo, lo que no quiere decir que no se siga haciendo, o levantando muros para beneficios puntuales y acotados en el tiempo.

Hasta ahora toda perspectiva de futuro estaba inexorablemente vinculada a las inversiones, éstas a su vez cada vez eran menos nacionales y más internacionales, por la sencilla razón de que al complicarse las relaciones económicas quienes se manejan en el mundo tienen un espacio del que ninguna economía nacional dispone. Pero también estos espacios están acotados, particularmente por un convidado que no encaja para la salida que la humanidad necesita: la industria de la guerra, acompañada por otras industrias que operan como colaterales como la del medicamento, por mencionar a una de las importantes y dentro de marco de las admitidas legalmente, pero sin desconocer su vinculación con el mundo de la droga, del lavado de dinero, del juego, del tráfico de seres humanos.

El primer punto entonces del programa, hoy más necesario que nunca, es la paz; necesitamos ayudar a la muerte en paz de la predominancia del modo de producción capitalista. Y para ello dos herramientas: la moneda y los impuestos, que los organismos ecuménicos tengan los recursos necesarios para inyectar a la economía de un dinamismo que la falta de rentabilidad capitalista hoy impide. Organizar por medio de la educación, y la salud, la participación de todos en un trabajo organizado con un fin social, y sin la carga burocrática de los Estados, distribuir las responsabilidades con un criterio de rendimiento y eficiencia, con un gran desarrollo del control social.

¿Podrá ser éste el programa de Lula?

A su influjo y el de su Partido nació en el 2001 el Foro Social Mundial, una expresión social formidable que esperanzó en una renovación de la izquierda en el mundo.

En nuestra modesta opinión el evento que viene repitiéndose, no pudo superar la crisis de la izquierda, que se expresó por ejemplo en una de sus mayores demostraciones –en su momento– en la dirección de la revolución española.

El Foro Social Mundial, más allá de declaraciones muy importantes, no se pudo poner de acuerdo en un programa a impulsar. Una vez más por un lado los estatistas y sus modelos confrontativos, o la necesidad de medidas de transición para ayudar a morir en paz a la predominancia del modo de producción capitalista. Lula, aunque no se lo reconoce, vivió esta disyuntiva en el propio gobierno. Porque la corrupción viene incorporada al propio modo de producción predominante, y el convivir con ella supone alguna manera de complicidad, sino se da en el plano programático la perspectiva necesaria del cambio y el combate a esas formas de hacer política.

En el 2001, se organizó una esperanza de izquierda para el mundo desde el Brasil del PT, con Lula a la cabeza, no cristalizó en un programa. ¿Podrán ahora, en un nuevo empuje, nacer las propuestas de transición que ya no deberán estar referidas, no solo en Brasil sino en el mundo que las necesita? Mujica las insinuó en la ONU en setiembre del 2013, y luego el silencio.

El topo de la historia del que hablaban Marx y Engels sigue su tarea, llamando a actores a escena, para un rol protagónico que nos corresponde a todos, aún con un pequeño grano de arena.

Jorge Aniceto Molinari.
Montevideo, 16 de setiembre de 2017.

[:ca]

Lula.

(Abordant això gris, que sembla la teoria).

Lula.Lula o el paper de l’individu en la història. Podria ser aquest el títol d’aquesta breu nota en què ens proposem resumir allò que considerem el moment polític del Brasil i pel seu pes el moment polític de la nostra Amèrica. És una mostra important a més, per analitzar el que avui passa al món.

Per què triomfa Lula, en el seu moment, a les eleccions a la Presidència del Brasil?, és diferent a per què triomfa Chávez a Veneçuela, o abans Allende a Xile?

El llavors president Mujica, en el seu moment va donar una clau a manera d’indici del que estava succeint, del que a ell li estava succeint: «hem de viatjar a l’estrep de l’economia del Brasil» (es referia a l’economia d’Uruguai).

És que en el seu moment els empresaris nacionals, espècie poderosa en el seu temps i al Brasil moltíssim més, però en per ara lent procés d’extinció –es va accelerant–, van sentir abans que ningú, que un procés d’empetitiment en els drets de la societat era també un procés d’acotament de les seves perspectives de desenvolupament, i van apostar en una conjuntura molt particular del món a un desafiament que ells mateix després van qualificar de «populista». També coexisteixen amb aquests, els burgesos (i perquè no, fins a petits burgesos –els mitjans digitals se’ls permeten–) que clarament ja han optat per ser part del capital multinacional i els que tenen ous en els dos cistells.

En el seu moment van primar els que volien acomodar els governs nacionals per a una conjuntura econòmica favorable (els preus dels comodities) vincular-se amb els mercats del món.

Ara quan els pobles van començar a sentir el gustet que alguna cosa estava avançant, la dreta –sense horitzons– va sentir por (l’anomenat por de classe) i va començar a activar la possibilitat dels ajustos, adduint particularment la corrupció, corrupció de la qual ella havia usufructuat en tots els governs anteriors, i que tenen a veure fonamentalment amb la circulació de diners en les seves diferents formes, en l’Uruguai les anomenades Safis, però en el conjunt, els Panamà Papers, o les diferents formes de fer suborns a què han estat procliu les empreses particularment encarregades dels grans iniciatives en les obres públiques.

És cert. La nostra esquerra ha estat feble davant d’aquests fenòmens. És més, en ella hi ha sectors que són còmplices directes del que han estat una forma d’explotació de l’economia en una pràctica extensiva afavorint-se de la manca de controls.

Va poder arribar al govern Chávez a Veneçuela sense el suport de Cisneros?, va poder Fidel Castro derrotar a Batista sense el deixar fer del sistema polític dels EUA i en particular els seus «serveis»?, va poder triomfar Lula, sense el suport dels sectors polítics que després se li van donar volta?

Va poder el Front Ampli en l’Uruguai arribar al govern, sense la mirada esperançada d’amplis sectors mitjans de la societat que encara sense entendre enyoren al vell batllisme.

Sens dubte que en tots els casos hi ha una dreta intransigent, antibatllista a l’Uruguai, però per sobre de tot anticomunista, que va ser franquista primer i després feixista, però reduïda a les seves funcions regressives, al terrorisme d’Estat, en la dictadura, fent mal a la convivència humana i apostant sempre per la confrontació com a manera de justificar la seva pròpia vida.

I a l’esquerra? No altra cosa ha estat l’estalinisme, per justificar la necessitat d’un model que confronti amb el capitalisme, o en un sentit oposat, el sentiment llibertari expressat en la guerrilla, utilitzada preferencialment per la dreta per desarticular els moviments socials. Sentiment llibertari, que sempre va niar en el cor de la humanitat, i que floreix en circumstàncies molt especials com va ser el fet, per exemple, de la revolució cubana, que primer van estimular i després no van poder encotillar.

Llavors quina sortida tenim?: la programàtica. El procurar respondre a la crisi amb un programa que permeti posar l’aparell productiu al servei de la gent, que impedeixi les destrucció d’allò que la humanitat ha aconseguit.

En la història humana, el vot, el vot secret, la llei de 8 hores, les llicències de diferent índole, els drets de la dona, etc., etc. han anat fent una base social de reivindicacions que li han donat al capitalisme també la possibilitat de desenvolupar-se.

El capitalisme com a mode de producció predominant tenia tot el planeta per desenvolupar-se, i així ho van entendre després de la segona guerra mundial els qui a Mont Pellerin van establir tota una estratègia perquè les traves burocràtiques estatals no fossin obstacles al desenvolupament. Sabent a més que l’esquerra que havia aconseguit predominar, ja no era leninista sinó estatista, i això afavoria els seus plans.

Però ja no estem al 1945, i els límits per a l’expansió capitalista ja són totalment visibles i es reflecteixen directament en la taxa general de guanys, en l’augment dels paradisos fiscals, en l’endeutament, en l’augment demencial de l’emissió monetària, en l’invent de mil maneres d’organitzar al capital des del capital financer per mantenir part de la taxa de guany per a determinats sectors que actuen com lumpen.

Per això l’especulació que avui hi ha als sectors que governen realment la societat brasilera, és entre la possibilitat que Lula torni a la Presidència, i la d’impedir-ho.

El problema és que si Lula i la seva organització no encaren una ofensiva en matèria programàtica, la crisi tard o d’hora acabarà enfosquint les seves possibilitats tot i que a la societat predomini la idea de la seva tornada a la Presidència.

A la primera Presidència, l’ordenació de l’economia ja suposava un avanç, però els compromisos amb els diferents sectors que en política expressen l’economia capitalista, tal qual avui predomina al món, era entrar en un trencaclosques que a la llarga acaba impossibilitant governar.

Ara el programa necessari avui, té a veure amb el desenvolupament de l’economia mundial, no és el programa que permeta l’alleujament econòmic d’un país, perquè si abans estatitzant es resolien problemes conjunturals, avui ja no queda pràcticament espai per a poder fer-ho, la qual cosa no vol dir que no se segueixi fent, o aixecant murs per beneficis puntuals i acotats en el temps.

Fins ara tota perspectiva de futur estava inexorablement vinculada a les inversions, aquestes al seu torn cada cop eren menys nacionals i més internacionals, per la senzilla raó que en complicar les relacions econòmiques que es manegen en el món tenen un espai del que cap economia nacional disposa. Però també aquests espais estan delimitats, particularment per un convidat que no encaixa per a la sortida que la humanitat necessita: la indústria de la guerra, acompanyada per altres indústries que operen com a col·laterals com la del medicament, per esmentar a una de les importants i dins de marc de les admeses legalment, però sense desconèixer la seva vinculació amb el món de la droga, del rentat de diners, del joc, del tràfic d’éssers humans.

El primer punt llavors del programa, avui més necessari que mai, és la pau; necessitem ajudar a la mort en pau de la predominança de la manera de producció capitalista. I per això dues eines: la moneda i els impostos, que els organismes ecumènics tinguin els recursos necessaris per injectar a l’economia d’un dinamisme que la manca de rendibilitat capitalista avui impedeix. Organitzar per mitjà de l’educació, i la salut, la participació de tots en un treball organitzat amb una finalitat social, i sense la càrrega burocràtica dels Estats, distribuir les responsabilitats amb un criteri de rendiment i eficiència, amb un gran desenvolupament del control social.

Podrà ser aquest el programa de Lula?

Al seu influx i el del seu Partit va néixer el 2001 el Fòrum Social Mundial, una expressió social formidable que esperançar en una renovació de l’esquerra en el món.

En la nostra modesta opinió l’esdeveniment que ve repetint-se, no va poder superar la crisi de l’esquerra, que es va expressar per exemple en una de les seves demostracions –en el seu moment– en la direcció de la revolució espanyola.

El Fòrum Social Mundial, més enllà de declaracions molt importants, no es va poder posar d’acord en un programa a impulsar. Un cop més d’una banda els estatistes i els seus models confrontatius, o la necessitat de mesures de transició per ajudar a morir en pau a la predominança de la manera de producció capitalista. Lula, encara que no ho reconeix, va viure aquesta disjuntiva en el propi govern. Perquè la corrupció ve incorporada a la pròpia manera de producció predominant, i el conviure amb ella suposa alguna forma de complicitat, sinó es dóna en el pla programàtic la perspectiva necessària del canvi i el combat a aquestes formes de fer política.

El 2001, es va organitzar una esperança d’esquerra per al món des del Brasil del PT, amb Lula al capdavant, no va cristal·litzar en un programa. ¿Podran ara, en una nova empenta, néixer les propostes de transició que ja no hauran d’estar referides, no només al Brasil sinó en el món que les necessita? Mujica les va insinuar a l’ONU al setembre del 2013, i després el silenci.

El talp de la història de què parlaven Marx i Engels segueix la seva tasca, cridant a actors a escena, per a un paper protagonista que ens correspon a tots, encara amb un petit gra de sorra.

Jorge Aniceto Molinari.
Montevideo, 16 de setembre de 2017.

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[:es]La dictadura del proletariado.[:ca]La dictadura del proletariat.[:]

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La dictadura del proletariado.

(Abordando eso gris, que parece la teoría).

Conrado Hughes.En el programa «Todas las voces» de Montecarlo Canal 4 de Montevideo, el mismo que trajo a un diputado de la oposición venezolana que admitió que no habían obtenido las firmas para el referéndum revocatorio, el inefable Cdor. Conrado Hughes (recordemos que Coni era uno de los buenos habitué al Instituto 1815 que patrocinaba el inolvidable General Líber Seregni), hace por la negativa la mejor explicación de algo que para la izquierda es tan difícil de entender como es el concepto de Dictadura del proletariado.

Hughes explica que los sindicatos y las centrales sindicales no deberían existir y que por lo tanto cada trabajador debería negociar directamente su contrato de trabajo, y los conflictos dirimirse ante las instituciones jurisdiccionales del Estado sin necesidad de estos intermediarios, dejando así la más plena libertad al mercado. Lo que Marx y Engels definen como la Dictadura de la burguesía.

Otto Von Bismarck (1815-1898).Hemos mostrado en otras notas como el desarrollo del capitalismo en general ha sido favorecido por las revoluciones que han ampliado el marco de los derechos de los trabajadores, –entre otros un mayor nivel de consumo–, haciendo que el sacrosanto mercado fuera más amplio y la posibilidad rentable de la inversión capitalista mayor. Proceso que tiene límites y que ya comienzan a visualizarse claramente. Algo de esto es lo que razonó Bismarck para dar impulso a la creación de un sistema de seguridad y prevención social, a fines del siglo XIX y en pleno auge del desarrollo capitalista.

La avidez capitalista nunca se ha podido autogobernar y contradictoriamente ha necesitado de la organización de los trabajadores para que pusieran límites a sus apetencias y permitir la amplitud de un mercado ampliado por las reivindicaciones de los trabajadores y la generación de derechos sociales.

Hasta aquí todo bien, ahora a las ideas –como las del Cdor. Hughes– del desarrollo del capitalismo, respondieron las ideas para defender a los núcleos organizados de trabajadores, que claramente tomaron dos rumbos iniciales diferentes, los que se adaptaron a las necesidades del desarrollo capitalista e incluso votando los créditos de guerras, para las aventuras bélicas de estos sectores cuando ahogados recurrían a ese camino para el desahogo económico. La otra corriente trató de programar la resistencia a la tragedia de la guerra con iniciativas que permitieran superar el trance y mantener la actividad, en beneficio de la gente, del aparato productivo y del entramado social.

Es lo que en una dimensión menor ocurre cuando una empresa entra en crisis, y sus trabajadores arman una cooperativa para mantener su actividad productiva y procurar así mantener su sustento.

La revolución rusa liderada por los bolcheviques, tenía una dirección que declaraba y actuaba de acuerdo a las enseñanzas de Marx y de Engels, y toda la tarea ideológica que Lenin elaboraba en el mismo sentido, era una dirección que reivindicaba la Dictadura del proletariado a la vez que señalaba, que siendo esto necesario para defender el derecho de los trabajadores como lo es hoy un sindicato o una central sindical, su objetivo no era el de construir un modelo de sociedad alternativa al capitalismo, sino el de acompañar su desarrollo hasta el agotamiento de sus formas, construyendo una transición que permitiera a la predominancia del capitalismo morir en paz. De Marx aprendimos que ningún modo de producción abandona su predominancia en la escena de la economía mundial hasta agotar todas sus posibilidades, comprendiendo además que ese momento en la historia llega. El endeudamiento en permanente crecimiento de los Estados, las emisiones demenciales de moneda ya sin ningún respaldo en la producción, el aumento de los paraísos fiscales, el aumento del trabajo en negro ahora particularmente en los países desarrollados, son los síntomas febriles de ello.

Es más, Lenin en 1916 previó que el curso del desarrollo del capitalismo llevaba a que éste iba a ser gobernado desde los complejos empresariales multinacionales en desmedro directo de las estructuras burocráticas estatales, hecho que en la vida se acompasó con la elaboración de una política acorde, con el nacimiento del neoliberalismo luego de las segunda guerra mundial, con las directivas elaboradas desde Mont Pellerin.

Por lo tanto ni Marx, ni Engels, ni Lenin pensaron en la Dictadura del Proletariado como la dictadura ejercida desde el gobierno de un Estado con su actividad económica totalmente estatizada, por la sencilla razón de que no eran estatistas. Como tampoco lo era Batlle y Ordoñez en el Uruguay.

La deformación que intencionadamente introdujo el stalinismo, con la colaboración de la «inteligencia» burguesa, hace que hoy por ejemplo, cuando un trabajador ejerce la huelga no piense que eso es precisamente lo que nace de su derecho a ejercer la Dictadura del proletariado frente a la Dictadura de la burguesía, y si piense en derechos que se han incorporado por la lucha de los trabajadores a las Cartas Magnas de los distintos países; el Cdor. Hughes esto lo tiene claro y por lo tanto no admite ese derecho, pero además invocando algo que no existe y es de que esa situación es la que no permite desarrollar la economía precisamente en momentos en que el capitalismo está llegando a sus límites de rentabilidad medidos en la tasa general de ganancia que hace que todas las economías estaduales han entrado en crisis y que la defensa del trabajo de nuestros trabajadores nacionales parecería imposible defender sin competir con otros trabajadores en el mundo, algo de esto sostiene Trump con su política de muros.

No es el objetivo de esta nota, y ya lo hemos hecho anteriormente, no estamos en presencia del fin del trabajo, sí estamos en presencia de una crisis de rentabilidad de las inversiones y por lo tanto del trabajo organizado por el modo de producción capitalista, ejerciendo a través de las monedas, los impuestos, y los endeudamientos: la Dictadura de burguesía.

Venezuela es uno de los ejemplos más paradigmáticos de esta situación, al no tener posibilidad de gobernar su moneda propia, y depender así de las maniobras de los que la manejan, –y que en muchos de los casos ni siquiera tienen partido, como ocurre en la Argentina– y que a la vez estimulan toda la propaganda adversa de que el sistema se encamina a una estatización total para impedir este tipo de maniobras, lo que justificaría, en su tesis, el derrocamiento de un gobierno «comunista» que asumió a través del voto popular, y que a diferencia de otra época en nuestra América cuenta con el respaldo de un ejército con formación nacionalista.

Se confunde además con el ejemplo de Cuba que pudo contar para su desarrollo con la Unión Soviética ya en tiempos del post stalinismo, que hoy trata ordenadamente de vincularse al mercado mundial, sobre la base de fortalezas sociales construidas por la revolución en temas que se destacan como la salud y la enseñanza.

100 años de la revolución de octubre parecería un buen motivo, para estudiar, analizar y debatir sobre cosas tan importantes que hacen al porvenir todo de la humanidad, que inexorablemente se acerca a un punto crucial de definiciones. La predominancia del modo de producción capitalista llega a su fin y necesita de una transición que le permita morir en paz. La muerte también de un periodo histórico donde la dirección (la dictadura) de la sociedad siempre estuvo en manos de la élite de una clase.

Jorge Aniceto Molinari.
Montevideo, 30 de agosto de 2017.

[:ca]

La dictadura del proletariat.

(Abordant això gris, que sembla la teoria).

Conrado Hughes.Al programa «Todas las voces» («Totes les veus») de Montecarlo Canal 4 de Montevideo, el mateix que va portar a un diputat de l’oposició veneçolana que va admetre que no havien obtingut les signatures per al referèndum revocatori, l’inefable Cdor. Conrado Hughes (recordem que Coni era un dels bons habituals dins l’Institut 1815 que patrocinava l’inoblidable General Líber Seregni), fa per la negativa la millor explicació d’alguna cosa que per a l’esquerra és tan difícil d’entendre com és el concepte de Dictadura del proletariat.

Hughes explica que els sindicats i les centrals sindicals no haurien d’existir i que per tant cada treballador hauria de negociar directament el seu contracte de treball, i els conflictes es dirimissin davant les institucions jurisdiccionals de l’Estat sense necessitat d’aquests intermediaris, deixant així la més plena llibertat al mercat. El que Marx i Engels defineixen com la Dictadura de la burgesia.

Otto Von Bismarck (1815-1898).Hem mostrat en altres notes com el desenvolupament del capitalisme en general ha estat afavorit per les revolucions que han ampliat el marc dels drets dels treballadors, –entre d’altres un major nivell de consum–, fent que el sacrosant mercat fos més ampli i la possibilitat rendible de la inversió capitalista més gran. Procés que té límits i que ja comencen a visualitzar-se clarament. Una mica d’això és el que va raonar Bismarck per donar impuls a la creació d’un sistema de seguretat i prevenció social, a finals del segle XIX i en plena expansió del desenvolupament capitalista.

L’avidesa capitalista mai s’ha pogut autogovernar i contradictòriament ha necessitat de l’organització dels treballadors perquè posessin límits a les seves apetències i permetre l’amplitud d’un mercat ampliat per les reivindicacions dels treballadors i la generació de drets socials.

Fins aquí tot bé, ara a les idees –com les del Cdor. Hughes– del desenvolupament del capitalisme, van respondre a les idees per defensar els nuclis organitzats de treballadors, que clarament van prendre dos rumbs inicials diferents, els que es van adaptar a les necessitats del desenvolupament capitalista i fins i tot votant els crèdits de les guerres, per a les aventures bèl·liques de aquests sectors quan ofegats recorrien a aquest camí per l’alleujament econòmic. L’altre corrent va tractar de programar la resistència a la tragèdia de la guerra amb iniciatives que permetessin superar el tràngol i mantenir l’activitat, en benefici de la gent, de l’aparell productiu i de l’entramat social.

És el que en una dimensió menor passa quan una empresa entra en crisi, i els seus treballadors armen una cooperativa per mantenir la seva activitat productiva i procurar així continuar el seu manteniment.

La revolució russa liderada pels bolxevics, tenia una direcció que declarava i actuava d’acord als ensenyaments de Marx i d’Engels, i tota la tasca ideològica que Lenin elaborava en el mateix sentit, era una direcció que reivindicava la Dictadura del proletariat alhora que assenyalava, que sent això necessari per defensar el dret dels treballadors com ho és avui un sindicat o una central sindical, el seu objectiu no era el de construir un model de societat alternatiu al capitalisme, sinó el d’acompanyar el seu desenvolupament fins a l’esgotament de les seves formes, construint una transició que permetés a la predominança del capitalisme morir en pau. De Marx vam aprendre que cap mode de producció abandona el seu predominança en l’escena de l’economia mundial fins a esgotar totes les seves possibilitats, comprenent a més que aquest moment en la història arriba. L’endeutament en permanent creixement dels Estats, les emissions demencials de moneda ja sense cap suport a la producció, l’augment dels paradisos fiscals, l’augment del treball en negre ara particularment en els països desenvolupats, són els símptomes febrils d’això.

És més, Lenin en 1916 va preveure que el curs del desenvolupament del capitalisme portava al fet que aquest anava a ser governat des dels complexos empresarials multinacionals en detriment directe de les estructures burocràtiques estatals, fet que a la vida es va compassar amb l’elaboració d’una política d’acord, amb el naixement del neoliberalisme després de les segona guerra mundial, amb les directives elaborades des de Mont Pellerin.

Per tant ni Marx, ni Engels, ni Lenin van pensar en la Dictadura del Proletariat com la dictadura exercida des del govern d’un Estat amb la seva activitat econòmica totalment estatitzada, per la senzilla raó que no eren estatistes. Com tampoc ho era Batlle y Ordóñez a l’Uruguai.

La deformació que intencionadament va introduir l’estalinisme, amb la col·laboració de la «intel·ligència» burgesa, fa que avui per exemple, quan un treballador exerceix la vaga no pensi que això és precisament el que neix del seu dret a exercir la Dictadura del proletariat davant la Dictadura de la burgesia, i sí pensi en drets que s’han incorporat per la lluita dels treballadors a les Cartes magnes dels diferents països; el Cdor. Hughes això ho té clar i per tant no admet aquest dret, però a més invocant alguna cosa que no existeix i és que aquesta situació és la que no permet desenvolupar l’economia precisament en moments en què el capitalisme està arribant als seus límits de rendibilitat mesurats en la taxa general de guany que fa que totes les economies estatals han entrat en crisi i que la defensa del treball dels nostres treballadors nacionals semblaria impossible defensar sense competir amb altres treballadors en el món, una mica d’això sosté Trump amb la seva política de murs.

No és l’objectiu d’aquesta nota, i ja ho hem fet anteriorment, no estem en presència de la fi del treball, sí estem en presència d’una crisi de rendibilitat de les inversions i per tant del treball organitzat per la manera de producció capitalista, exercida mitjançant les monedes, els impostos, i els endeutaments: la Dictadura de burgesia.

Veneçuela és un dels exemples més paradigmàtics d’aquesta situació, en no tenir possibilitat de governar la seva moneda pròpia, i dependre així de les maniobres dels que la fan servir, –i que en molts dels casos ni tan sols tenen partit, com passa a l’Argentina– i que alhora estimulen tota la propaganda adversa que el sistema s’encamina a una estatització total per impedir aquest tipus de maniobres, el que justificaria, en la seva tesi, l’enderrocament d’un govern «comunista» que va assumir mitjançant el vot popular, i que a diferència d’una altra època en la nostra Amèrica compta amb el suport d’un exèrcit amb formació nacionalista.

Es confon més amb l’exemple de Cuba que va poder comptar per al seu desenvolupament amb la Unió Soviètica ja en temps del post stalinisme, que avui tracta ordenadament de vincular-se al mercat mundial, sobre la base de fortaleses socials construïdes per la revolució en temes que es destaquen com la salut i l’ensenyament.

100 anys de la revolució d’octubre semblaria un bon motiu, per estudiar, analitzar i debatre sobre coses tan importants que fan al futur tot de la humanitat, que inexorablement s’acosta a un punt crucial de definicions. La predominança de la manera de producció capitalista arriba a la seva fi i necessita d’una transició que li permeti morir en pau. La mort també d’un període històric on la direcció (la dictadura) de la societat sempre va estar en mans de l’elit d’una classe.

Jorge Aniceto Molinari.
Montevideo, 30 d’agost de 2017.

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[:es]Las posibilidades actuales de un stalinismo.[:ca]Les possibilitats actuals d’un estalinisme.[:]

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Las posibilidades actuales de un stalinismo.

(Abordando eso gris, que parece la teoría).

Pozo de petróleo en Venezuela.Conocemos muchos intercambios sobre la situación de Venezuela, en la que hay un sector de intelectuales que expresan de que se está instaurando una especie de neo-stalinismo.

Conocemos que a nivel de la izquierda es un tema no saldado, o tal vez mal saldado.

Derrotada la dirección leninista de la revolución rusa, que declaraba expresamente que su objetivo no podía ser la implantación del socialismo, surge sobre la base de la burocracia estatal la teoría del socialismo en un solo país.

No han sido pocos los compañeros que pensaron honestamente que lo que se hizo era inevitable, que era necesario, imprescindible estatizar la economía para imponer un modelo que ofreciera una alternativa al desarrollo del capitalismo y como contrapartida señalan que aspiran a hacer lo mismo sin los métodos criminales del stalinismo. Sintetizan en que socialismo es igual a propiedad estatizada.

Nadie puede negar el derecho a pensar de esa manera, lo que no es admisible es identificar eso con el pensamiento de Marx, Engels, Lenin, o en el caso del Uruguay con el de José Batlle y Ordóñez.

La historia ha mostrado más allá de tragedias como las de la revolución española, que ese tipo de construcción ha tenido cabida en todo un periodo histórico, en los que se han desarrollado entre otras la revolución china y la cubana.

La revolución rusa –de la que conmemoramos 100 años– fue la respuesta organizada sobre la base de una respuesta ideológica tan completa como no ha conocido una superior la humanidad.

Siendo derrotada dejó un bagaje de avance social y de conocimientos que la humanidad ha venido aprovechando aún sin llegar a la profundidad de análisis de esa etapa, nuestra aspiración es retomar ese nivel de conocimientos.

Cuesta entender en la dinámica de la economía, como las revoluciones y los avances sociales, que se pretenden cuestionan al capitalismo, en el periodo de avance de la predominancia de este modo de producción cada uno de estos hechos significa una ampliación de su base. Un ejemplo de ello y en la propia administración de un Estado capitalista son los conceptos de Bismarck para desarrollar la seguridad social.

Ahora cuesta entender que un modo de producción nace, se desarrolla y empieza a preparar su muerte, empezando por la muerte de su predominancia y el inicio de un periodo de transición como el que hoy necesitamos empezar a vivir.

El capitalismo necesita consumidores, esos consumidores en un muy amplio periodo histórico fueron volcados por los avances de las revoluciones en los derechos de los trabajadores del mundo.

Sin embargo hoy estamos en los límites de la rentabilidad capitalista, en su capacidad de desarrollar de acuerdo a su mentalidad proyectos en beneficio de la gente. Y las revoluciones condicionadas a los límites nacionales rápidamente tienden a frustrarse.

Lula da Silva.La burguesía paulista (Brasil), con toda su rémora de organizaciones políticas creyó ver en el proyecto de Lula, la posibilidad de desahogarse económicamente; Lula les ofrecía lo que la derecha era incapaz, sin embargo el proyecto de defensa de lo nacional por sobre lo internacional rápidamente (estamos hablando de 10 años) entró en crisis. Y otra vez el planteo: «Lula se quedó a medio camino debió haber estatizado todo lo posible para que la economía funcionara y la política le fuera acorde».

En Venezuela el problema era y es más complicado. La economía petrolera, y sus sectores de influencia alcanzaba un informalismo de más del 80%, cambiar esa realidad es una obra de titanes. Chávez la emprendió con una audacia política formidable, pero con desafíos que hace que el proyecto en lugar de cerrarse en sí mismo necesita abrirse al mundo, lo cual no es fácil ni sencillo, cuando en uno de los propios centros del capitalismo mundial, Donald Trump aboga engañosamente por un desarrollo de su industria nacional y las izquierdas europeas –luego de apoyar y propiciar la llamada primavera árabe– abogan por la salida del Euro y el desarrollo independiente de las economías nacionales. Es una mezcla explosiva de chovinismos.

Que haya quien lo piense, no hay duda, pero pensar para Venezuela en la posibilidad de un neo-stalinismo no solo que es absurdo sino sin posibilidad ninguna de éxito.

El formidable apoyo a la Constituyente, que superó las expectativas del propio gobierno, debe servir para un proyecto que entre otras cosas elimine las diferencias cambiarias y proponga al mundo un nuevo sistema impositivo que sustituya al corrupto propiciado por el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, basado en los impuestos al consumo, al salario y a las pensiones, por uno nuevo basado en la circulación del dinero, dando muerte a los paraísos fiscales y propiciando proyectos beneficiosos para la sociedad, que preparen y den trabajo a todos los seres humanos y que hoy no se realizan porque su necesidad se mide por la rentabilidad capitalista.

Jorge Aniceto Molinari.
Montevideo, 12 de agosto de 2017.

[:ca]

Les possibilitats actuals d’un estalinisme.

(Abordant això gris, que sembla la teoria).

Pou de petroli a Veneçuela.Coneixem molts intercanvis sobre la situació de Veneçuela, en la qual hi ha un sector d’intel·lectuals que expressen que s’està instaurant una mena de neo-estalinisme.

Coneixem que a nivell de l’esquerra és un tema no saldat, o potser mal saldat.

Derrotada la direcció leninista de la revolució russa, que declarava expressament que el seu objectiu no podia ser la implantació del socialisme, sorgeix sobre la base de la burocràcia estatal la teoria del socialisme en un sol país.

No han estat pocs els companys que van pensar honestament que el que es va fer era inevitable, que era necessari, imprescindible estatalitzar l’economia per imposar un model que oferís una alternativa al desenvolupament del capitalisme i com a contrapartida assenyalen que aspiren a fer el mateix sense els mètodes criminals de l’estalinisme. Sintetitzen en què socialisme és igual a propietat estatitzada.

Ningú pot negar el dret a pensar d’aquesta manera, el que no és admissible és identificar això amb el pensament de Marx, Engels, Lenin, o en el cas de l’Uruguai amb el de José Batlle y Ordóñez.

La història ha mostrat més enllà de tragèdies com les de la revolució espanyola, que aquest tipus de construcció ha tingut cabuda en tot un període històric, en els quals s’han desenvolupat entre altres la revolució xinesa i la cubana.

La revolució russa –de la qual commemorem 100 anys– va ser la resposta organitzada sobre la base d’una resposta ideològica tan completa com no ha conegut una superior la humanitat.

Sent derrotada va deixar un bagatge d’avenç social i de coneixements que la humanitat ha vingut aprofitant encara sense arribar a la profunditat d’anàlisi d’aquesta etapa, la nostra aspiració és reprendre aquest nivell de coneixements.

Costa d’entendre en la dinàmica de l’economia, com les revolucions i els avenços socials, que es pretenen qüestionen al capitalisme, en el període d’avenç de la predominança d’aquesta manera de producció cada un d’aquests fets significa una ampliació de la seva base. Un exemple d’això i en la pròpia administració d’un Estat capitalista són els conceptes de Bismarck per desenvolupar la seguretat social.

Ara costa entendre que una manera de producció neix, es desenvolupa i comença a preparar la seva mort, començant per la mort de la seva predominança i l’inici d’un període de transició com el que avui necessitem començar a viure.

El capitalisme necessita consumidors, aquests consumidors en un molt ampli període històric van ser bolcats pels avenços de les revolucions en els drets dels treballadors del món.

No obstant això avui estem en els límits de la rendibilitat capitalista, en la seva capacitat de desenvolupar d’acord a la seva mentalitat projectes en benefici de la gent. I les revolucions condicionades als límits nacionals ràpidament tendeixen a frustrar-se.

Lula da Silva.La burgesia paulista (Brasil), amb tota la seva rèmora d’organitzacions polítiques va creure veure en el projecte de Lula, la possibilitat de desfogar-se econòmicament; Lula els oferia el que la dreta era incapaç, però el projecte de defensa d’allò nacional per sobre d’allò internacional ràpidament (estem parlant de 10 anys) va entrar en crisi. I una altre cop el plantejament: «Lula es va quedar a mig camí tenia que haver d’haver estatalitzat tot el possible perquè l’economia funcionés i la política li fos d’acord».

A Veneçuela el problema era i és més complicat. L’economia petroliera, i els seus sectors d’influència arribava a un informalisme de més del 80%, canviar aquesta realitat és una obra de titans. Chávez la va emprendre amb una audàcia política formidable, però amb desafiaments que fa que el projecte en lloc de tancar-se en si mateix necessita obrir-se al món, cosa que no és fàcil ni senzill, quan en un dels propis centres del capitalisme mundial, Donald Trump advoca enganyosament per un desenvolupament de la seva indústria nacional i les esquerres europees –després de donar suport i propiciar l’anomenada primavera àrab– advoquen per la sortida de l’euro i el desenvolupament independent de les economies nacionals. És una barreja explosiva de xovinismes.

Que hi hagi qui ho pensi, no hi ha dubte, però pensar per a Veneçuela en la possibilitat d’un neo-estalinisme no només que és absurd sinó sense possibilitat cap d’èxit.

El formidable suport a la Constituent, que va superar les expectatives del propi govern, ha de servir per a un projecte que entre altres coses elimini les diferències canviàries i proposi al món un nou sistema impositiu que substitueixi el corrupte propiciat pel Fons Monetari Internacional i el Banc Mundial, basat en els impostos al consum, al salari i a les pensions, per un de nou basat en la circulació dels diners, donant mort als paradisos fiscals i propiciant projectes beneficiosos per a la societat, que preparen i donen feina a tots els éssers humans i que avui no es realitzen perquè la seva necessitat es mesura per la rendibilitat capitalista.

Jorge Aniceto Molinari.
Montevideo, 12 d’agost de 2017.

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[:es]Tan cerca del socialismo como de la barbarie.[:ca]Tan a prop del socialisme com de la barbàrie.[:]

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Tan cerca del socialismo como de la barbarie.

(Abordando eso gris, que parece la teoría).

Jorge Aniceto Molinari.Explicar una ley de la física o de la química, parecería infinitamente más fácil que explicar una ley aplicada al desarrollo social, tal vez porque en esta debemos contar con nuestra propia implicancia y con un mundo más directo de desarrollos de la imaginación.

Que un objeto cae producto de la ley de gravedad, es tan simple que comparado con el que tener explicar de que ningún modo de producción en la historia abandona su predominancia hasta agotar sus posibilidades, no podría haber comparación posible.

Ésa es precisamente nuestra quimera, tratar de hacer simple la comprensión de fenómenos que aparecen terriblemente intrincados.

Marx, Engels y Lenin. Retratos.¿Qué tenemos a nuestro favor?: un enorme bagaje en textos, escritos particularmente por Marx, Engels y Lenin –los más destacados– que analizaron magistralmente el desarrollo del capitalismo y pudieron dar un visión muy completa de su curso, en ascenso, cuando les tocó vivir a los primeros, en una de sus más grandes crisis, en vida de Lenin, y ya hoy en que vemos que la crisis de predominancia para el capitalismo ha entrado en una fase crítica irreversible. Son escritos de trabajo, de análisis, de estudio, cuya validez se asienta en el conocimiento humano adquirido a través de los siglos y que seguramente serán superados en el futuro con el desarrollo de nuevos conocimientos. Al día de hoy esos trabajos no han sido superados, si deformados por interpretaciones que se han pretendido acomodar al gusto y paladar de los grupos que han ejercido los poderes económicos y los estaduales de turno.

¿Por lo tanto qué tenemos en nuestra contra?: la terrible fragmentación y deformación que de sus trabajos se ha venido haciendo, transformándolos en irreconocibles a la hora de comprender los acontecimientos actuales.

Hoy reconocer la crisis y catalogarla, parece obra de titanes. Preguntas simples y sencillas como la de responder sobre las posibilidades actuales del desarrollo capitalista parecen estar vedadas a los economistas de nuestra época. Y sin embargo nunca antes la disposición de los datos está al alcance de todos y particularmente de los que quieran investigar sobre el tema.

Si, es cierto, precisar la tasa general de ganancia no es sencillo, pues en el marco de las emisiones monetarias demenciales –que hace que ningún valor monetario actual tenga una base real–, el crecimiento incesante de la deuda de los Estados, el crecimiento exponencial de los paraísos fiscales, hace que la fijación de una tasa de ganancia real tenga más que ver con el lavado de dinero, con el mercado negro, con el trafico –por ejemplo de jugadores de futbol– de los más diversos. Pero en lo que resumíamos en los indicadores anteriores hay una expresión inexorable del carácter de la crisis.

Y una contradicción más: el incremento de la industria de guerra. Tenemos armas a nivel universal para destruir varios planetas Tierra: de terror. Así marcha la «reactivación económica» en alguna de las otroras potencias del mundo.

Planeta Tierra, mostrando América del Sur.Deberíamos reunir un Congreso, una Conferencia, o como se le quiera llamar, de todas las personas –autoridades– del mundo que tengan hoy alguna responsabilidad en la gobernanza del planeta Tierra, y alguien debería decir: «muchachos, muchachas (es la forma de hablar, que se estila ahora) así no podemos seguir, estamos viviendo el crecimiento de una tragedia que nos puede ser incontrolable».

Hay quienes dicen que por la «condición humana», intentar modificar esto, es imposible; nosotros pensamos diferente, es el modo de producción predominante el que ha instalado la competencia en un marco de lucha de clases que inexorablemente tiene que llegar a su fin.

Los límites para llegar a la barbarie son cada vez más finos, ahora increíblemente en esta realidad las posibilidades para dar un impulso a una sociedad superior también lo son.

En diciembre del 2008 envié una carta al entonces Presidente electo de EE.UU. Barack Obama de la que nunca tuve respuesta. ¿Cuál era el objetivo de la misiva?: que el presidente de EE.UU. utilizara su poder en el mundo para poner en debate iniciativas que pudieran cambiar esta realidad que en ese entonces ya se tornaba dramática.

Obama además se constituía en un símbolo de la necesidad de cambio de una sociedad que acumula tensiones que son universales y que la hacen responsable de lo que ocurre en el mundo. Que haya podido o no responder a esa necesidad ya es otra historia, hoy al frente del gobierno está Donald Trump.

Partíamos de que para sincerar la economía lo primero era definir un valor monetario, único y universal. Luego introducir un sistema impositivo también único y universal basado en la circulación del dinero, eliminando los paraísos fiscales, los impuestos al consumo, a los salarios y a las pensiones, haciendo que ninguna transacción tuviera valor legal si no estaba debidamente registrada en los organismos que la sociedad determinara.

En este marco lo recaudado no sería para engordar las burocracias de los Estados o Instituciones similares, sino para planificar obras a nivel universal, que hoy el capitalismo no encara porque no les son rentables en temas como los de la salud, la enseñanza, la vivienda, la alimentación, etc. etc. Abordar el pago de los presupuestos en un marco de racionalidad, de rentabilidad y rendimiento incorporando todos los adelantos técnicos disponibles para el conjunto de la humanidad. Los instrumentos de la democracia –conquista imprescindible de la humanidad para la convivencia humana– hoy son tremendamente caros y burocráticos y la sociedad los siente como un peso y no como un beneficio.

Los avances en todos los terrenos son en esencia el impulso al desarrollo de una nueva predominancia para construir un sistema social que por sus características no es otra cosa que el socialismo. Claro hasta ahora ha predominado el preconcepto de que socialismo es propiedad estatizada. Propiedad estatizada además que nunca pudo superar los límites del capitalismo de Estado, del cual tampoco renegamos toda vez que significó derechos y reivindicaciones para los trabajadores, pero que como solución no podía ir más allá de la coyuntura socio-política que lo originaba.

Hoy el mundo debe entrar en un estadio superior a riesgo de entrar en la barbarie de no hacerlo. ¿Qué falta?: la voluntad política organizada que lo haga posible.

Entonces no hay hoy tarea más importante, que organizar esa voluntad política, hacerlo es el granito de arena necesario para desarrollar el socialismo, no hacerlo contribuir a una tragedia cada vez mayor.

Jorge Aniceto Molinari.
Montevideo, 2 de agosto de 2017.

[:ca]

Tan a prop del socialisme com de la barbàrie.

(Abordant això gris, que sembla la teoria).

Jorge Aniceto Molinari.Explicar una llei de la física o de la química, semblaria infinitament més fàcil que explicar una llei aplicada al desenvolupament social, potser perquè en aquesta hem de comptar amb la nostra pròpia implicació i amb un món més directe de desenvolupaments de la imaginació.

Que un objecte cau producte de la llei de gravetat, és tan simple que comparat amb el de tenir explicar que cap mode de producció en la història abandona la seva predominança fins a esgotar les seves possibilitats, no hi podria haver cap comparació possible.

Aquesta és precisament la nostra quimera, tractar de fer simple la comprensió de fenòmens que apareixen terriblement intricats.

Marx, Engels i Lenin. Retrats.¿Què tenim al nostre favor?: un enorme bagatge en textos, escrits particularment per Marx, Engels i Lenin –els més destacats– que van analitzar magistralment el desenvolupament del capitalisme i van poder donar un visió molt completa del seu decurs, en ascens, quan els va tocar viure als primers, en una de les més grans crisis, en vida de Lenin, i ja avui en què veiem que la crisi de predominança pel capitalisme ha entrat en una fase crítica irreversible. Són escrits de treball, d’anàlisi, d’estudi, la validesa dels quals s’assenta en el coneixement humà adquirit a través dels segles i que segurament seran superats en el futur amb el desenvolupament de nous coneixements. A dia d’avui aquests treballs no han estat superats, sí deformats per interpretacions que s’han pretès acomodar al gust i paladar dels grups que han exercit els poders econòmics i els estatals de torn.

¿Per tant què tenim en la nostra contra?: la terrible fragmentació i deformació que dels seus treballs s’ha vingut fent, transformant-los en irreconeixibles a l’hora de comprendre els esdeveniments actuals.

Avui reconèixer la crisi i catalogar-la, sembla obra de titans. Preguntes simples i senzilles com la de respondre sobre les possibilitats actuals del desenvolupament capitalista semblen estar vedades als economistes de la nostra època. I no obstant això mai abans la disposició de les dades està a l’abast de tots i particularment dels que vulguin investigar sobre el tema.

Si, és cert, precisar la taxa general de guany no és senzill, doncs en el marc de les emissions monetàries demencials –que fa que cap valor monetari actual tingui una base real–, el creixement incessant del deute dels Estats, el creixement exponencial dels paradisos fiscals, fa que la fixació d’una taxa de guany real tingui més a veure amb el rentat de diners, amb el mercat negre, amb el tràfic –per exemple de jugadors de futbol– dels més diversos. Però en el que resumíem en els indicadors anteriors hi ha una expressió inexorable del caràcter de la crisi.

I una contradicció més: l’increment de la indústria de guerra. Tenim armes a nivell universal per destruir diversos planetes Terra: de terror. Així marxa la «reactivació econòmica» en alguna de les en altre hora potències del món.

Planeta Terra, mostrant Amèrica del Sud.Hauríem de reunir un Congrés, una Conferència, o com se li vulgui dir, de totes les persones –autoritats– del món que tinguin avui alguna responsabilitat en la governança del planeta Terra, i algú hauria de dir: «nois, noies (és la forma de parlar, que s’estila ara) així no podem seguir, estem vivint el creixement d’una tragèdia que ens pot ser incontrolable».

N’hi ha que diuen que per la «condició humana», intentar modificar això, és impossible; nosaltres pensem diferent, és la manera de producció predominant en el qual s’ha instal·lat la competència en un marc de lluita de classes que inexorablement ha d’arribar al final.

Els límits per arribar a la barbàrie són cada vegada més fins, ara increïblement en aquesta realitat les possibilitats per donar un impuls a una societat superior també ho són.

El desembre del 2008 vaig enviar una carta al llavors president electe dels EUA Barack Obama de la qual mai vaig tenir resposta. Quin era l’objectiu de la missiva?: que el president dels EUA utilitzés el seu poder en el món per posar en debat iniciatives que puguin canviar aquesta realitat que en aquest llavors ja es tornava dramàtica.

Obama més es constituïa en un símbol de la necessitat de canvi d’una societat que acumula tensions que són universals i que la fan responsable del que passa al món. Que hi hagi pogut o no respondre a aquesta necessitat ja és una altra història, avui al capdavant del govern està Donald Trump.

Partíem que per sincerar l’economia la primera fita era definir un valor monetari, únic i universal. Després introduir un sistema impositiu també únic i universal basat en la circulació dels diners, eliminant els paradisos fiscals, els impostos al consum, als salaris i a les pensions, fent que cap transacció tingués valor legal si no estava degudament registrada en els organismes que la societat determinés.

En aquest marc allò recaptat no seria per engreixar les burocràcies dels estats o institucions similars, sinó per planificar obres a nivell universal, que avui el capitalisme no encara perquè no els són rendibles en temes com els de la salut, l’ensenyament, l’habitatge, l’alimentació, etc. etc. Abordar el pagament dels pressupostos en un marc de racionalitat, de rendibilitat i rendiment incorporant tots els avenços tècnics disponibles per al conjunt de la humanitat. Els instruments de la democràcia –conquesta imprescindible de la humanitat per a la convivència humana– avui són tremendament cars i burocràtics i la societat els sent com un pes i no com un guany.

Els avenços en tots els terrenys són en essència l’impuls al desenvolupament d’una nova predominança per construir un sistema social que per les seves característiques no és altra cosa que el socialisme. És clar fins ara ha predominat el preconcepte que socialisme és propietat estatitzada. La propietat estatitzada més que mai va poder superar els límits del capitalisme d’Estat, del qual tampoc reneguem doncs va significar drets i reivindicacions per als treballadors, però que com a solució no podia anar més enllà de la conjuntura sociopolítica que l’originava.

Avui el món ha d’entrar en un estadi superior a risc d’entrar a la barbàrie de no fer-ho. ¿Què manca?: la voluntat política organitzada que la faci possible.

Llavors no hi ha avui tasca més important, que organitzar aquesta voluntat política, fer-ho és el granet de sorra necessari per desenvolupar el socialisme, no fer-ho contribuir a una tragèdia cada cop més gran.

Jorge Aniceto Molinari.
Montevideo, 2 d’agost del 2017.

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[:es]Los llamados problemas de Venezuela.[:ca]Els anomenats problemes de Veneçuela.[:]

[:es]

Los llamados problemas de Venezuela.

(Abordando eso gris, que parece la teoría).

Venezuela. Mapa y bandera.En un mundo que va de desequilibrio en desequilibrio, los llamados problemas de Venezuela no son diferentes de los que viven los países en todo el mundo. Tienen formas y características diferentes, situaciones particulares, en un marco de problemas que son universales.

Es cierto que incluso a muchos sectores de la izquierda ha sorprendido la alta votación de la Constituyente; las convocatorias electorales siempre tienen una alta presencia de las presiones, como la económica, con el desabastecimiento, con el envilecimiento del signo monetario; recordemos las votaciones en el stalinismo, o el manejo del llamado dólar blue en Argentina.

Aquí se trata de una situación en que la sociedad necesita expresarse y lo hace defendiendo sus conquistas sociales, o defendiendo su ubicación económica por parte de los sectores conservadores reaccionando contra Maduro.

Se está dando el caso de que los que han votado la Constituyente son más chavistas que el propio gobierno. Nos ha ocurrido a nosotros aquí en el Uruguay donde la gente durante años votó al batllismo que ya no existía en el Partido Colorado donde se había originado. O con el peronismo en la Argentina y podríamos mencionar otros numerosos casos.

Lo peor que hoy podría ocurrir es que con ópticas sesgadas, se promoviera el enfrentamiento como inevitable, que sin duda tiene promotores dentro y fuera de Venezuela.

Las directivas del comando Sur del ejército de EE.UU. y de sus agentes son muy claras: hay que derrocar a Maduro, a como dé lugar, pero el ejercito lo ve en el marco de su accionar profesional, no en el plano político de la interna de EE.UU. cada día más complicada, y donde el registro de votantes en la Constituyente debe haber pegado muy duro.

En el otro bando (por así llamarlo, aunque no es simpático llamarlo así), se brega por el ajuste de cuentas, una especie de resurgimiento del comunismo de guerra: «tenemos que aprovechar el alto índice de votos para eliminar las resistencias reaccionarias» y vaya si ha habido crímenes organizados en nombre de la libertad y la democracia, o los realizados amparados en el poder del Estado.

¿Qué está faltando?: está faltando el programa para que la Constituyente –que se siente respaldada en esta sociedad dividida y polarizada– pueda imponer la paz y la unidad de los venezolanos.

Entonces aparece el primer asunto: ¿Cómo abordar hoy los problemas que presenta en Venezuela la economía?, y vaya menudo problema, que a su vez de entrada nos presenta un abanico de opiniones que reflejan la falta de un análisis profundo y a su vez la desorientación ideológica.

Lenin y Trotsky.Con chapa «marxista-leninista» se dirá que es el momento oportuno para que Estado tome el control total de la economía: estaticemos todo, como lo hizo Cuba en determinado momento, o como se lo propuso Trotsky a Lenin en 1921. Y seguramente el gobierno de Maduro encontrará funcionarios dispuestos a esta tarea, aunque la mayoría sometida a esta dura experiencia dispuestos a hacer lo necesario para el bienestar de la gente y con el sentimiento del que estaba imbuido Hugo Chávez.

Por el contrario, pensamos que Venezuela debe abrirse al mundo, como lo hizo en su momento ahogada económicamente la derecha ecuatoriana, abasteciéndose del mercado mundial, y eliminando todas las barreras monetarias con las que hoy trabaja la especulación –que no tiene banderas– en Venezuela.

Esto lo puede hacer la Constituyente buscando el apoyo interno y el apoyo internacional, que seguramente en un primer momento estará sorprendido –no está acostumbrado a analizar los problemas en estos términos– pero rápidamente reaccionará y será muy positivo para todos, como lo fue el discurso de Mujica en la ONU en Septiembre del 2013, y del que luego no se ha vuelto a hablar.

Jorge Aniceto Molinari.
Montevideo, 1 de Agosto de 2017.

[:ca]

Els anomenats problemes de Veneçuela.

(Abordant això gris, que sembla la teoria).

Veneçuela. Mapa i bandera.En un món que va de desequilibri en desequilibri, els anomenats problemes de Veneçuela no són diferents dels que viuen els països d’arreu del món. Tenen formes i característiques diferents, situacions particulars, en un marc de problemes que són universals.

És cert que fins i tot a molts sectors de l’esquerra ha sorprès l’alta votació de la Constituent; les convocatòries electorals sempre tenen una alta presència de les pressions, com l’econòmica, amb el desproveïment, amb l’enviliment del signe monetari; recordem les votacions en el stalinisme, o el maneig de l’anomenat dòlar blue a l’Argentina.

Aquí es tracta d’una situació en què la societat necessita expressar-se i ho fa defensant les seves conquestes socials, o defensant la seva ubicació econòmica per part dels sectors conservadors reaccionant contra Maduro.

S’està donant el cas que els que han votat la Constituent són més chavistes que el propi govern. Ens ha passat a nosaltres aquí a l’Uruguai on la gent durant anys va votar el batllisme que ja no existia en el Partit Colorado on s’havia originat. O amb el peronisme a l’Argentina i podríem esmentar altres nombrosos casos.

El pitjor que avui podria passar és que amb òptiques esbiaixades, es promogués l’enfrontament com a inevitable, que sens dubte té promotors dins i fora de Veneçuela.

Les directives del comando Sud de l’exèrcit dels EUA i dels seus agents són molt clares: cal enderrocar a Maduro, sigui com sigui, però l’exèrcit el veu en el marc del seu accionar professional, no en el pla polític del interior dels EUA cada dia més complicat, i on el registre de votants a la Constituent ha d’haver pegat molt dur.

A l’altre bàndol (per així dir-ho, encara que no és simpàtic cridar-ho així), es brega per l’ajustament de comptes, una mena de ressorgiment del comunisme de guerra: «hem d’aprofitar l’alt índex de vots per eliminar les resistències reaccionàries» i tant que hi ha hagut crims organitzats en nom de la llibertat i la democràcia, o els realitzats emparats en el poder de l’Estat.

Què està mancant?: està mancant el programa perquè la Constituent –que se sent recolzada en aquesta societat dividida i polaritzada– pugui imposar la pau i la unitat dels veneçolans.

Llavors apareix el primer assumpte: Com abordar avui els problemes que presenta l’economia a Veneçuela?, i vagi quin problema, que al seu torn d’entrada ens presenta un ventall d’opinions que reflecteixen la falta d’una anàlisi profunda i al seu torn la desorientació ideològica.

Lenin i Trotsky.Amb la xapa «marxista-leninista» es dirà que és el moment oportú perquè Estat prengui el control total de l’economia: estatitzem tot, com ho va fer Cuba en determinat moment, o com l’hi va proposar Trotski a Lenin el 1921. I segurament el govern de Maduro trobarà funcionaris disposats a aquesta tasca, tot i que la majoria sotmesa a aquesta dura experiència disposada a fer el necessari per al benestar de la gent i amb el sentiment del que estava imbuït Hugo Chávez.

Per contra, pensem que Veneçuela s’ha d’obrir al món, com ho va fer en el seu moment ofegada econòmicament la dreta equatoriana, proveint del mercat mundial, i eliminant totes les barreres monetàries amb les que avui treballa l’especulació –que no té banderes– a Veneçuela.

Això ho pot fer la Constituent buscant el suport intern i el suport internacional, que segurament en un primer moment estarà sorprès –no està acostumat a analitzar els problemes en aquests termes– però ràpidament reaccionarà i serà molt positiu per a tots, com ho va ser el discurs de Mujica a l’ONU al setembre del 2013, i del que després no s’ha tornat a parlar.

Jorge Aniceto Molinari.
Montevideo, 1 d’agost de 2017.

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[:es]Las mejoras graduales.[:ca]Les millores graduals.[:]

[:es]

Las mejoras graduales.

(Abordando eso gris, que parece la teoría).

Ascendiendo escalera.Es lo cotidiano en la izquierda, el preguntarse si estamos o no mejorando nuestra situación, la situación de nuestra gente. En el Uruguay desde marzo del 2005 gobierna el Frente Amplio, que se reivindica de izquierda y progresista.

La respuesta mucho tiene que ver con la ubicación personal de cada quién, lo que no puede sustraernos de la necesidad de abordar seriamente una respuesta.

Desde de la primera Asociación Internacional de los trabajadores (Primera Internacional) de la segunda mitad del siglo XIX impulsada por Marx y Engels, en el propio Manifiesto Comunista (1848), además del análisis del capitalismo y de las acciones sociales, sindicales y políticas en defensa de la clase obrera, siempre se desarrollaba un programa que producto de miles de luchas se fue imponiendo en el conjunto de la humanidad: el voto, luego el voto secreto, la representación democrática, la ley de 8 horas, la previsión y seguridad social, la legislación sobre los trabajos insalubres, el trabajo de los niños, la situación de la mujer, etc. etc. Sin ignorar que también hubo aportes importantes de otras vertientes del pensamiento humano en el mismo sentido reivindicatorio.

Manifiesto del Partido Comunista. Portada de la primera edición.Además y como parte del estudio de estos maestros, el capitalismo que analizaban, iba a avanzar hasta agotar sus posibilidades históricas de desarrollo, no antes; en cada una de estas mejoras graduales en la situación de la gente, encuentra sustento para una mayor expansión, lo que puede ser contradictorio, pero que en realidad no lo es, de acuerdo a los estudios que del capitalismo se hacen con rigor científico, que muestran en su etapa de desarrollo el ensanchamiento de la base, sabiendo y poniendo atención siempre, en que en su proyección histórica tiene límite.

La historia del capitalismo es también por otra parte y hasta ahora la historia de la superación de sus crisis, así supo asimilar la creación de un nuevo centro para la economía mundial como fue EE.UU., –epopeya que por lo general en la izquierda no se estudia y por lo tanto tampoco se entiende– o el propio triunfo de la revolución rusa que incorporó a un nivel de vida más elevado a millones de seres humanos, –Batlle y Ordóñez sí lo destacaba– o lo que ha venido pasando con la revolución china y el desarrollo impetuoso de esas zonas del planeta.

En el mundo actual el capitalismo usufructúa esto y a la vez ante la imposibilidad de nuevas epopeyas emancipativas va generando una fractura social en el conjunto de la humanidad que provoca las profundas catástrofes humanas actuales que superan con creces a las anteriores y ponen en riesgo a la civilización toda.

La historia de las crisis y las revoluciones imponiendo los «cambios graduales», tiene un límite que hoy se visualiza para quien lo quiera analizar, en el aumento exponencial de las deudas de los Estados, de las emisiones demenciales de moneda, ya sin ningún respaldo en la producción, en el aumento «incontrolable» de los paraísos fiscales, producto en última instancia de la incapacidad por el agostamiento general de la tasa de ganancia de generar para toda esa masa de dinero, «fiduciario», inversiones rentables. Con el agravante de que con el manejo diferenciado de los impuestos, de las monedas, acuden una vez más al proyecto de suicidio global con el incremento de la industria de la guerra, acogotando los presupuestos nacionales desplazando atender las necesidades incluso más urgentes de la gente.

Es muy común en nuestras izquierdas la controversia entre los que aprovechando la coyuntura imponen avances para los niveles de vida de los más humildes, como ocurre con los llamados gobiernos progresistas en Argentina, Brasil, Uruguay, Ecuador… con los que recriminan que son insuficientes y que además los ricos son cada vez más ricos o que la riqueza que se produce ayuda a la concentración de la misma a nivel mundial, lo que es incuestionable.

El problema es que contra la disyuntiva que el capitalismo plantea hoy a nivel mundial no hay recetas nacionales posibles a no ser el aprovechamiento puntual de la coyuntura que a la vez el no hacerlo por ir detrás de una quimera estatista, es siempre en detrimento de la gente. Lo que no quiere decir que en determinadas circunstancias el paso estatista e incluso cooperativista, sea necesario darlo para salvar puntualmente trabajadores de la coyuntura.

Claro está que puede suceder, lo que hoy está ocurriendo en Brasil y ocurre en la Argentina de que un traspié en la conducción política haga que todas esas mejoras graduales retrocedan.

No faltan entonces los análisis directos de lo que hoy está pasando en la industria «nacional», en los emprendimientos empresariales medios y pequeños, agobiados por la competencia, por el adaptarse a las nuevas tecnologías, por los impuestos, por las leyes sociales y fundamentalmente por lo que sobre ellos se descarga del costo burocrático de la democracia que viene de la mano de las necesidades del sistema y de la incapacidad de gestión que cuando está en manos del Estado produce daños irreparables, en la credibilidad del sistema. Entonces aparece en el juego de la democracia la derecha conservadora, que en el Uruguay por ejemplo se expresa contra la bancarización, contra el voto electrónico, etc. etc. y si a ello le agregamos el juego de las diferencias cambiarias hacen un panorama nada claro y el surgimiento entonces de propuestas políticas oportunistas que buscan capitalizar el momento.

En este terreno hemos leído y escuchado todo tipo de disparate. Que estamos blindados, que hemos creado una política económica que nos da tranquilidad y seguridad de crecimiento por muchos años y que así iremos «gradualmente» eliminando la pobreza.

Siendo un disparate esto, también lo es aquella que piensa que el Estado lo puede todo y que por lo tanto podemos alimentar nuestra utopía de una sociedad igualitaria, sin depender de la suerte del mundo, desenganchados, como sí analizaban los maestros, que era imprescindible pensar. Entre las que no faltan juicios como el de que la «democracia» todo lo puede o el de que los países que enfrentan duras reacciones de los sectores conservadores es pura y exclusiva responsabilidad de quienes gobiernan esos países.

Lo grave es que las dos posturas clásicas en la «izquierda» vienen acompañadas de la filosofía del no se puede, terrible porque la crisis en la predominancia del modo de producción capitalista, sólo puede resolverse universalmente, ayudando a ésta a morir en paz. No hay otras alternativas posibles, o al menos nadie ha podido demostrar lo contrario.

De esto nace la importancia de lo que insinuó y dijo Mujica en la ONU, en setiembre del 2013, y que luego ha sido ignorado hasta por su propio exponente, lo que no quiere decir que ese planteo no sea el que hoy está en el orden del día necesario para que el mundo pueda encarar la crisis actual, y que uno ve en cada una de las crisis presupuestales y monetarias de los países del mundo, la peligrosa generalización de los desequilibrios de los que no están a salvo ninguno de los países en los que hoy se segmenta el planeta.

Este razonamiento que hoy a nosotros nos parece sencillo y elemental para entender el mundo actual, es cierto que en nuestra juventud nos costaba entenderlo. También pensábamos en ese entonces, que reformistas eran los que auspiciaban los cambios graduales y revolucionarios los que estaban por las estatizaciones lo más completas posibles. Para Lenin, por el contrario, el punto pasaba por la guerra o la paz; los comunistas estaban por la paz, y los «reformistas» habían votado los créditos a sus gobiernos para hacer la guerra, y cada conquista debía ser defendida con la organización social y la independencia de sus organizaciones del aparato del Estado. A eso llamaban Marx, Engels, Lenin… «dictadura del proletariado».  Luego con el stalinismo ya es otra historia, que durante demasiado tiempo impidió que con cabeza abierta se analizaran puntos programáticos hacia los avances que la humanidad necesitaba y necesita.

Y hoy cuando desde la humildad de nuestros conocimientos nos atrevemos a señalar un programa mínimo de avance como el de la moneda única y universal, como el de un sistema impositivo basado exclusivamente en la circulación del dinero, eliminando toda imposición al consumo, a los salarios y a las pensiones, y eliminando también los paraísos fiscales, ninguna transacción debería ser válida si no está debidamente registrada en los organismos que la sociedad determine. Con los fondos así obtenidos equilibrar los presupuestos de las organizaciones de la sociedad sobre la base de la rentabilidad y la eficiencia y a la vez planificando obras para que la humanidad pueda con éxito terminar con el hambre y empezar a erradicar el mayor número de enfermedades posibles y a la vez preparar y dar trabajo a toda la población mundial. También sabemos que para ello se necesita un acuerdo universal para el que deben trabajar todas las organizaciones de la sociedad que hoy se pronuncian por el progreso humano. Se necesita construir la voluntad política que lo haga posible.

Es cierto que esto lo planteamos todas las veces que podemos, somos machacones y reiterativos, y salvo Mujica por 46 minutos en la ONU en setiembre del 2013, prácticamente no hemos obtenido respuesta, però… el topo de la historia sigue trabajando y removiendo las bases de un mundo que comienza a crujir por todos lados.

Jorge Aniceto Molinari.
Montevideo, 24 de julio de 2017.

[:ca]

Les millores graduals.

(Abordant això gris, que sembla la teoria).

Ascendint escala.És la quotidianitat en l’esquerra, el preguntar-se si estem o no millorant la nostra situació, la situació de la nostra gent. A l’Uruguai des del març del 2005 governa el Front Ampli, que es reivindica d’esquerra i progressista.

La resposta té molt a veure amb la ubicació personal de cada qui, el que no pot sostreure de la necessitat d’abordar seriosament una resposta.

Des de la primera Associació Internacional dels treballadors (Primera Internacional) de la segona meitat del segle XIX impulsada per Marx i Engels, en el propi Manifest Comunista (1848), a més de l’anàlisi del capitalisme i de les accions socials, sindicals i polítiques en defensa de la classe obrera, sempre es desenvolupava un programa que producte de milers de lluites es va anar imposant en el conjunt de la humanitat: el vot, després el vot secret, la representació democràtica, la llei de 8 hores, la previsió i seguretat social, la legislació sobre els treballs insalubres, la feina dels nens, la situació de la dona, etc. etc. Sense ignorar que també hi van haver aportacions importants d’altres vessants del pensament humà en el mateix sentit reivindicatori.

Manifest del Partit Comunista. Portada de la primera edició.A més i com a part de l’estudi d’aquests mestres, el capitalisme que analitzaven, anava a avançar fins a esgotar les seves possibilitats històriques de desenvolupament, no abans; en cadascuna d’aquestes millores graduals en la situació de la gent, troba suport per a una major expansió, la qual cosa pot ser contradictòria, però que en realitat no ho és, d’acord amb els estudis que del capitalisme es fan amb rigor científic, que mostren en la seva etapa de desenvolupament l’eixamplament de la base, sabent i posant atenció sempre, en què en la seva projecció històrica té límit.

La història del capitalisme és també d’altra banda i fins ara la història de la superació de les seves crisis, així va saber assimilar la creació d’un nou centre per a l’economia mundial com va ser EUA, –epopeia que en general a l’esquerra no s’estudia i per tant tampoc s’entén– o el mateix triomf de la revolució russa que va incorporar a un nivell de vida més elevat a milions d’éssers humans, –Batlle y Ordóñez si ho destacava– o el que ha vingut passant amb la revolució xinesa i el desenvolupament impetuós d’aquestes zones del planeta.

En el món actual el capitalisme genera usdefruit d’això i alhora davant la impossibilitat de noves epopeies emancipatives va generant una fractura social en el conjunt de la humanitat que provoca les profundes catàstrofes humanes actuals que superen amb escreix a les anteriors i posen en risc a tota la civilització.

La història de les crisis i les revolucions imposant els «canvis graduals», té un límit que avui es visualitza per a qui el vulgui analitzar, en l’augment exponencial dels deutes dels Estats, de les emissions demencials de moneda, ja sense cap recolzament en la producció, en l’augment «incontrolable» dels paradisos fiscals, producte en darrera instància de la incapacitat per l’esgotament general de la taxa de guany de generar per a tota aquesta massa de diners, «fiduciari», inversions rendibles. Amb l’agreujant que amb el maneig diferenciat dels impostos, de les monedes, acudeixen un cop més al projecte de suïcidi global amb l’increment de la indústria de la guerra, estorquint els pressupostos nacionals desplaçant atendre les necessitats fins i tot més urgents de la gent.

És molt comú a les nostres esquerres la controvèrsia entre els quals aprofitant la conjuntura imposen avenços per als nivells de vida dels més humils, com passa amb els anomenats governs progressistes a Argentina, Brasil, Uruguai, Equador… amb els quals recriminen que són insuficients i que a més els rics són cada cop més rics o que la riquesa que es produeix ajuda a la concentració de la mateixa a nivell mundial, fet que és inqüestionable.

El problema és que contra la disjuntiva que el capitalisme planteja avui a nivell mundial no hi ha receptes nacionals possibles tret l’aprofitament puntual de la conjuntura que al mateix temps el no fer-ho per anar darrere d’una quimera estatista, és sempre en detriment de la gent. La qual cosa no vol dir que en determinades circumstàncies el pas estatista i fins i tot cooperativista, sigui necessari donar-lo per salvar puntualment treballadors de la conjuntura.

És clar que pot succeir, el que avui està passant al Brasil i passa a l’Argentina que una ensopegada en la conducció política faci que totes aquestes millores graduals retrocedeixin.

No falten llavors les anàlisis directes del que avui està passant a la indústria «nacional», a les iniciatives empresarials mitjans i petits, aclaparats per la competència, per adaptar-se a les noves tecnologies, pels impostos, per les lleis socials i fonamentalment per la qual cosa sobre ells es descarrega del cost burocràtic de la democràcia que ve de la mà de les necessitats del sistema i de la incapacitat de gestió que quan està en mans de l’Estat produeix danys irreparables, en la credibilitat del sistema. Llavors apareix en el joc de la democràcia la dreta conservadora, que en l’Uruguai per exemple s’expressa contra la bancarització, contra el vot electrònic, etc. etc. i si a això li afegim el joc de les diferències canviàries fan un panorama gens clar i el sorgiment llavors de propostes polítiques oportunistes que busquen capitalitzar el moment.

En aquest terreny hem llegit i escoltat tota mena de disbarats. Que estem blindats, que hem creat una política econòmica que ens dóna tranquil·litat i seguretat de creixement per molts anys i que així anirem «gradualment» eliminant la pobresa.

Sent un disbarat això, també ho és aquell que pensa que l’Estat ho pot tot i que per tant podem alimentar la nostra utopia d’una societat igualitària, sense dependre de la sort del món, desenganxats, com sí analitzaven els mestres, que era imprescindible pensar. Entre les que no falten judicis com el de que la «democràcia» tot ho pot o el que els països que enfronten dures reaccions dels sectors conservadors és pura i exclusiva responsabilitat dels qui governen aquests països.

El que és greu és que les dues postures clàssiques a la «esquerra» vénen acompanyades de la filosofia del no es pot, terrible perquè la crisi en la predominança de la manera de producció capitalista, només es pot resoldre universalment, ajudant a aquesta a morir en pau. No hi ha altres alternatives possibles, o almenys ningú ha pogut demostrar el contrari.

D’això neix la importància del que va insinuar i va dir Mujica a l’ONU, el setembre del 2013, i que després ha estat ignorat fins pel seu propi exponent, la qual cosa no vol dir que aquest plantejament no sigui el que avui està en l’ordre del dia necessari perquè el món pugui encarar la crisi actual, i que una veu en cadascuna de les crisis pressupostàries i monetàries dels països del món, la perillosa generalització dels desequilibris dels que no estan fora de perill en cap dels països en els que avui es segmenta el planeta.

Aquest raonament que avui a nosaltres ens sembla senzill i elemental per entendre el món actual, és cert que en la nostra joventut ens costava entendre-ho. També pensàvem en aquest llavors, que reformistes eren els que afavorien els canvis graduals i revolucionaris respecte els que estaven per les estatitzacions el més completes possibles. Per Lenin, per contra, el punt passava per la guerra o la pau; els comunistes estaven per la pau, i els «reformistes» havien votat els crèdits als seus governs per fer la guerra, i cada conquesta havia de ser defensada amb l’organització social i la independència de les seves organitzacions de l’aparell de l’Estat. A això deien Marx, Engels, Lenin… «dictadura del proletariat». Després amb l’estalinisme ja és una altra història, que durant massa temps va impedir que amb el cap obert s’analitzaren punts programàtics cap als avenços que la humanitat necessitava i necessita.

I avui quan des de la humilitat dels nostres coneixements ens atrevim a assenyalar un programa mínim d’avenç com el de la moneda única i universal, com el d’un sistema impositiu basat exclusivament en la circulació dels diners, eliminant tota imposició al consum, als salaris i a les pensions, i eliminant també els paradisos fiscals, cap transacció hauria de ser vàlida si no està degudament registrada en els organismes que la societat determini. Amb els fons obtinguts d’equilibrar els pressupostos de les organitzacions de la societat sobre la base de la rendibilitat i l’eficiència i alhora planificant obres perquè la humanitat pugui amb èxit acabar amb la fam i començar a eradicar el major nombre de malalties possibles i alhora preparar i donar feina a tota la població mundial. També sabem que per a això es necessita un acord universal per al qual han de treballar totes les organitzacions de la societat que avui es pronuncien pel progrés humà. Es necessita construir la voluntat política que ho faci possible.

És cert que això ho plantegem totes les vegades que podem, som pesats i reiteratius, i llevat Mujica per 46 minuts a l’ONU al setembre del 2013, pràcticament no hem obtingut resposta, però… el talp de la història segueix treballant i remenant les bases d’un món que comença a cruixir per totes bandes.

Jorge Aniceto Molinari.
Montevideo, 24 de juliol del 2017.

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