Día internacional de la mujer.
(Abordando eso gris, que parece la teoría).
En 1910, en la II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas reunida en Copenhague, se reiteró la demanda de sufragio universal para todas las mujeres y, a propuesta de Clara Zetkin, se proclamó el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer. La propuesta de Zetkin fue respaldada unánimemente por la conferencia a la que asistían más de 100 mujeres procedentes de 17 países, entre ellas las tres primeras mujeres elegidas para el parlamento finés. El objetivo era promover la igualdad de derechos, incluyendo el sufragio para las mujeres. Además de Clara Zetkin hay que señalar los nombres de otras pioneras en la reivindicación de los derechos de las mujeres como Rosa Luxemburgo, Aleksandra Kolontái, Nadezhda Krúpskaya e Inessa Armand.
Recurrimos a la aguda memoria que nos presta hoy internet, para refrescar datos que no están suficientemente difundidos y son importantes, aunque la cita que transcribimos es limitada.
El origen es claro y contundente. La represión y el asesinato de obreras textiles, en EE.UU. Esto motiva para transformarlo en un mojón de luchas, también reconocidas, muchos años después por la ONU, y que llega nuestros días con renovada potencia. Fruto también de la acentuación de la crisis irreversible en la que ha entrado la predominancia del modo de producción capitalista.
¿Es la reivindicación de igualdad en los derechos suficiente?, está claro que no alcanza con eso, sin embargo el reconocimiento es muy importante como base de partida de las reivindicaciones.
No las colma, pues la desigualdad nace en la lucha de clases y en el uso que de ella hace el modo de producción capitalista en su objetivo de abaratar costos y ampliar mercados, cuyo límite material y natural es el Planeta.
La incorporación de la mujer al trabajo en las fábricas era para los empresarios capitalistas una de las formas de abaratar el trabajo asalariado.
Lo que no podía prever el burgués empresario es que iniciaba un proceso de transformaciones de las relaciones sociales que llega profundamente hasta nuestros días.
El trabajo de la mujer era «más barato» y por eso abusó de su uso, e incluso aplicó en él, las medidas represivas más repudiables en el capitalismo, como el asesinato que da nacimiento a esta fecha.
En el auge de la expansión capitalista, esto significó por la repercusión y significado de las luchas un progreso enorme en derechos sociales en toda la humanidad. Progreso desigual y combinado, que tiene puntos altos en las conquistas que en la materia se han logrado en los países desarrollados y puntos pendientes a reivindicar en muchas zonas del planeta.
En América el Uruguay ha sido pionero en la materia. Sería bueno, no lo vamos hacer en esta nota, repasar una reseña histórica de los hitos que se han marcado en este proceso.
En la actualidad la situación es otra. El capitalismo ha entrado en una crisis irreversible, y sus corrientes más estúpidas hablan de abaratar costos sociales y de preparar la represión y la guerra contra la sociedad en su conjunto y en particular contra los avances de los derechos de las mujeres trabajadoras.
Lo que nos preocupa es que el movimiento que felizmente va creciendo en todo el mundo tenga claro que los objetivos para ser logrados no basta con la igualdad de derechos del hombre y la mujer, –que es importante–, sino que es necesario preparar la transición para la muerte en paz de la predominancia del modo de producción capitalista.
Y esto no se logra en la confrontación de modelos sino en medidas de transición que hoy están alcance de toda la humanidad en la medida que exista la voluntad política de aplicarlas. Voluntad política que el movimiento de las mujeres en todo el mundo es prueba de que ella puede ser rápidamente construida.
Sin embargo como en el proceso de los Foros Sociales Mundiales, donde la bastedad del movimiento y lo difuso de la concreción programática ha hecho que no falten los elementos de provocación para impedir que ello se plasme.
La manifestación en Montevideo fue importante. Ha habido muchas importantes, como la del sepelio de Líber Arce en 19681. En aquella, la provocación tenía un objetivo, desviar la atención de la acción masiva a la protesta individual sin sentido. En este caso fue muy menor pero no por ello debe dejar de censurarse.
El antídoto como en aquel entonces es la capacidad para construir programa, y esto vale para el Uruguay como para España, por ejemplo, donde también las manifestaciones marcaron un hito en un contexto social que ya no logra equilibrios.
La desigualdad es una realidad que exige ser superada. Las movilizaciones hablan por sí solas de una alto nivel de consciencia, pero a la vez emergen en un mundo donde la crisis del capitalismo es ya irreversible, y los efectos de la guerra particularmente en y contra las mujeres se extienden y la llamada igualdad de géneros no es suficiente como reivindicación programática, sino que debe estar acompañada por la construcción de la voluntad política para terminar con los paraísos fiscales, para hacer que el sistema impositivo provea de los fondos que la sociedad necesita, incluso para la labrar la igual, de la circulación del dinero y no del consumo, los salarios y las pensiones como es la realidad actual.
¿Se tiene consciencia de esto?: en el ejemplo de 1968 (Líber Arce), estábamos ya sumergidos en un proceso en que comenzaban a instaurarse las llamadas dictaduras «cívico-militares». Hoy la situación es aún más grave, hay que parar la extensión de la guerra y ello supone la organización de la sociedad para desmantelar la industria que la impulsa. Ello exige medidas programáticas universales que el movimiento de las mujeres en el mundo está mostrando que son posibles.
No tenemos dudas de cuál debería ser el próximo paso: construir la voluntad política sobre la base de un programa que efectivamente pueda transformar esta realidad traumática de hoy. Ese programa ya existe y en la propia ONU se le ha esbozado.
Jorge Aniceto Molinari.
Montevideo. Domingo, 11 de marzo de 2018.
Nota:
1Estos hechos son paradigmáticos. Se cumplen 50 años y sobre ellos que nosotros conozcamos no ha habido una investigación exhaustiva que determine de donde surgió la orden del balazo que terminó con la vida de Líber Arce y de donde surgieron las ordenes para realizar los desmanes en el centro de Montevideo, que desviaran la atención luego de la impotente manifestación que acompañara el sepelio. Seguramente ya estaban trabajando los «servicios» para corromper a la policía y a las fuerzas armadas, que culminó con el golpe de Estado de junio del 1973 y la tragedia posterior cuyas secuelas aún vivimos.
Es la película que han tratado de repetir en Venezuela, con un marco distinto y con un panorama en el mundo donde frente a la crisis ya no pueden operar de la misma manera.
[:ca]Dia internacional de la dona.
(Abordant això gris, que sembla la teoria).
El 1910, en la II Conferència Internacional de Dones Socialistes reunida a Copenhaguen, es va reiterar la demanda de sufragi universal per a totes les dones i, a proposta de Clara Zetkin, es va proclamar el 8 de març com el Dia Internacional de la Dona. La proposta de Zetkin va ser recolzada unànimement per la conferència a la qual assistien més de 100 dones procedents de 17 països, entre elles les tres primeres dones escollides per al parlament finès. L’objectiu era promoure la igualtat de drets, incloent el sufragi per a les dones. A més de Clara Zetkin cal assenyalar els noms d’altres pioneres en la reivindicació dels drets de les dones com Rosa Luxemburg, Aleksandra Kol·lontai, Nadejda Krúpskaia i Inessa Armand.
Recorrem a l’aguda memòria que ens presta avui internet, per refrescar dades que no estan prou difoses i són importants, encara que la cita que transcrivim és limitada.
L’origen és clar i contundent. La repressió i l’assassinat d’obreres tèxtils, als EUA. Això motiva per transformar-la en una fita de les lluites, també reconegudes, molts anys després per l’ONU, i que arriba als nostres dies amb renovada potència. Fruit també de l’accentuació de la crisi irreversible en què ha entrat la predominança de la manera de producció capitalista.
N’hi ha prou amb la reivindicació d’igualtat en els drets?, està clar que no s’aconsegueix amb això, però el reconeixement és molt important com a punt de partença de les reivindicacions.
No les satisfà, doncs la desigualtat neix en la lluita de classes i en l’ús que d’ella fa la manera de producció capitalista en el seu objectiu d’abaratir costos i ampliar mercats, el límit material i natural dels quals és el Planeta.
La incorporació de la dona al treball de les fàbriques era per als empresaris capitalistes una de les formes d’abaratir el treball assalariat.
El que no podia preveure el burgès empresari és que iniciava un procés de transformacions de les relacions socials que arriba profundament fins als nostres dies.
El treball de la dona era «més barat» i per això va abusar del seu ús, i fins i tot va aplicar en aquest, les mesures repressives més rebutjables en el capitalisme, com l’assassinat que dóna naixement a aquesta data.
En l’auge de l’expansió capitalista, això va significar per la repercussió i significat de les lluites un progrés enorme en drets socials per tota la humanitat. Progrés desigual i combinat, que té punts alts en les conquestes que en la matèria s’han aconseguit en els països desenvolupats i punts pendents a reivindicar en moltes zones del planeta.
A Amèrica, l’Uruguai ha estat pioner en la matèria. Seria bo, no ho farem en aquesta nota, repassar una ressenya històrica de les fites que s’han marcat en aquest procés.
En l’actualitat la situació és una altra. El capitalisme ha entrat en una crisi irreversible, i els seus corrents més estúpids parlen d’abaratir costos socials i de preparar la repressió i la guerra contra la societat en el seu conjunt i en particular contra els avenços dels drets de les dones treballadores.
El que ens preocupa és que el moviment que feliçment va creixent a tot el món tingui clar que els objectius per a ésser assolits no n’hi ha prou amb la igualtat de drets de l’home i la dona, –que és important–, sinó que cal preparar la transició per la mort en pau de la predominança de la manera de producció capitalista.
I això no s’aconsegueix en la confrontació de models sinó en mesures de transició que avui estan abast de tota la humanitat en la mesura que hi hagi la voluntat política d’aplicar-les. Voluntat política que el moviment de les dones a tot el món és prova que aquesta pot ser ràpidament construïda.
No obstant això com en el procés dels Fòrums Socials Mundials, on l’extensió del moviment i el difús de la concreció programàtica ha fet que no faltin els elements de provocació per impedir que això es plasmi.
La manifestació a Montevideo va ser important. Hi ha hagut moltes importants, com la del sepeli de Liber Arce el 19681. En aquella, la provocació tenia un objectiu, desviar l’atenció de l’acció massiva cap a la protesta individual sense sentit. En aquest cas va ser molt menor però no per això s’ha de deixar de censurar.
L’antídot com en aquell temps és la capacitat per construir programa, i això val tant per a l’Uruguai com per a Espanya, per exemple, on també les manifestacions van marcar una fita en un context social que ja no aconsegueix equilibris.
La desigualtat és una realitat que exigeix ser superada. Les mobilitzacions parlen per si soles d’una alt nivell de consciència, però alhora emergeixen en un món on la crisi del capitalisme és ja irreversible, i els efectes de la guerra particularment en i contra les dones s’estenen i l’anomenada igualtat de gèneres no és suficient com a reivindicació programàtica, sinó que ha d’estar acompanyada per la construcció de la voluntat política per acabar amb els paradisos fiscals, per fer que el sistema impositiu proveeixi dels fons que la societat necessita, fins i tot per a la conrear la mateixa, de la circulació dels diners i no del consum, els salaris i les pensions com és la realitat actual.
Es té consciència d’això?: en l’exemple de 1968 (Liber Arce), estàvem ja submergits en un procés en què començaven a instaurar-se les anomenades dictadures «cívic-militars». Avui la situació és encara més greu, cal aturar l’extensió de la guerra i això suposa l’organització de la societat per desmantellar la indústria que la impulsa. Això exigeix mesures programàtiques universals que el moviment de les dones en el món està mostrant que són possibles.
No tenim dubtes de quin hauria de ser el proper pas: construir la voluntat política sobre la base d’un programa que efectivament pugui transformar aquesta realitat traumàtica d’avui. Aquest programa ja existeix i en la pròpia ONU se li ha esbossat.
Jorge Aniceto Molinari.
Montevideo. Diumenge, 11 de març del 2018.
Nota:
1Aquests fets són paradigmàtics. S’acompleixen 50 anys i sobre ells que nosaltres coneguem no hi ha hagut una investigació exhaustiva que determini d’on va sorgir l’ordre del tret que va acabar amb la vida de Líber Arce i d’on van sorgir les ordres per realitzar els excessos en el centre de Montevideo, que desviessin l’atenció després de la impotent manifestació que acompanyés el sepeli. Segurament ja estaven treballant els «serveis» per corrompre a la policia i les forces armades, que va culminar amb el cop d’Estat de juny del 1973 i la tragèdia posterior les seqüeles de la qual encara vivim.
És la pel·lícula que han tractat de repetir a Veneçuela, amb un marc diferent i amb un panorama en el món on davant de la crisi ja no poden operar de la mateixa manera.
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